Era la noche de febrero, de invierno llena de una niebla más oscura que el carbón, en una casa vieja y sucia una niña llamada Carla vivía sola, sus padres estaban muertos, ella estaba tranquilamente en su habitación jugando con su ordenador, de repente sintió una sensación de miedo, una voz que chillaba, le dio escalofríos, pero, esa voz había venido de su ordenador, pero no, ella pensó que era su imaginación. No había ni una mosca, había un silencio largo, se podía escuchar muy bien el tic-tac, miró el reloj faltaba un minuto para las doce en punto. De repente volvió a ocurrir, una voz que no sabía a que se precia, era tan extraño, era imposible, ella lo había escuchado con sus propias orejas.
Una mano sucia y llena de sangre salía de su ordenador, esa mano la cogió por el cuello y se la llevó dentro! De repente se despertó, por suerte todo era un pesadilla, un sueño.¿Pero donde estaba? Estaba en un bosque oscuro y muerto que olía muy mal, las plantas, sin agua, estaban podridas, era difícil respirar y tenía que taparse la nariz con sus manos, se levantó y sintió una voz, era la de antes. ¡la del sueño!
Venía de delante, ella dio un paso, poco a poco hacía a donde se escuchaba la voz, y después otro hasta que llegó y vio…





Es otoño, en el bosque hace frío y hay mucha niebla. Los árboles están llenos de hojas de color amarillo, naranja, verde, marrón, rojo, tiene más colores que el arcoiris. Las ramas son delgadas aunque el tronco sea grueso. Las copas de los árboles se entremezclan de una manera extraña, esto hace que sea un paisaje bonito y tranquilo. El sotobosque està lleno de plantas de colores, me vienen ganas de echarme a dormir en el suelo. Hay cuatro renos en medio del bosque que están rodeados de tranquilidad.