En la playa unos presentadores de la tele entrevistan a Pesquis y a Baliga.
-Acaban de llegar los dos niños que han descubierto el galeón hundido. – Dice la presentadora.
Una submarinista se acerca a los niños.
-Hola me llamo Mar Abisal. Tengo un sumergible y me dirijo a rescatar tesoros hundidos. ¿Dónde se encuentra, exactamente, el galeón? – Pregunta la mujer a los niños.
-Te lo diremos… Si nos dejas venir contigo al sumergible. – Dice Baliga.
-Vale… – Le responde Mar.
Y de tal dicho tal hecho, los niños y Mar suben al mini submarino.
-¡Vamos! -Dice Mar.
-¡Guau¡ – Responde Baliga.
Navegando por debajo del agua de pronto ven el galeón hundido.
-Está allá. –Dice Baliga.
-¡Ya lo veo! A trabajar. Lo comenzaré a desmontar. Me lo pienso vender a trocitos… – Añade Mar.
-Mar no tienes ningún derecho a tocar el galeón. Es una pieza de museo y no te pertenece… – Dice Baliga.
-¿Qué? – Añade Mar.
-¡Y tanto! – Responde Pesquis.
La pinza del mini submarino se acerca al galeón y Baliga se enfada con Mar.
-¡Ni lo toques! -Dice enfadada Baliga.
-¿Quién sois vosotros para decirme lo que tengo que hacer? –Responde Mar.
-¡Déjalo estar, por favor! –Añade Pesquis.
El brazo robot del mini submarino arranca un trozo de madera del barco hundido.
-CRAC.
-¡Oh, no! –Dicen los niños.
Al llegar al puerto…
-¡Ya os lo doy, este trozo! No vale nada. -Piensa por ella misma Mar.
-¡Que jeta! Lo llevaremos al museo de Torrecorcada. -Dice Baliga.
-¡Mira, Baliga! –Responde asombrado Pesquis.
-¡Hay un escrito grabado de propia mano de un pirata! -Dice Pesquis.
-¡ANDA! –Exclama Baliga muy contenta.
“Yo, el pirata Barbaroja, he navegado en este barco. Junio 1645”.
Mar se queda asombrada.