Un coche grande, moderno y con una familia joven tienen al lado un coche muy viejo, pequeño y con dos señores mayores.
– ¿No te sabe mal, venderte este coche?- Dice Juan.
– Se un lugar que me darán mucho dinero. – Dice Pepito.
Juan y Pepito paran el coche delante de una tienda de vehículos usados, salen del coche y entran.
– Aquí me lo comprarán. Este modelo va muy buscado. -Explica Pepito.
Pesquis y Baliga están andando por la calle y se encuentran el coche de los señores Juan y Pepito.
– ¿Es antiguo, verdad? –Pregunta Pesquis mirando el coche.
Baliga sin querer se apoya en la parte trasera del coche y este empieza a moverse lentamente hacia adelante.
– ¡Cuidado, que se mueve! – Avisa Pesquis
– Eso es que no tiene puesto el freno de mano. –Dice Baliga.
– Ya tenemos la solución. Con esta cuerda lo atamos a la farola. –Afirma Baliga.
– Pero esperamos a que vuelva el dueño para avisarlo, ¿eh?- Comenta Pesquis.
Baliga ve un puesto de refrescos y va andando hasta allí pero su hermana se queda comprobando la cuerda que este bien atada a la farola.
– ¡Ya está! ¿Vamos a comprarnos unos refrescos? – Pregunta Baliga.
– ¿Y si el dueño llega antes? – Dice Pesquis.
– Los señores Juan y Pepito salen de la tienda muy contentos.
– Quieren que lo entramos en su garaje. ¡Se quedaran asombrados, cuando vean cómo va! – Dice Pepito.
– Juan y Pepito entran en el coche y lo ponen en marcha.
Cuando arranca el coche se queda el chasis quieto atado al cable de la farola y la carrocería se mueve con ellos dentro. Pesquis y Baliga estaban corriendo para avisarlos pero no llegaron a tiempo.
-¡Paren, paren! – Avisan Pesquis y Baliga.
El señor Pepito está muy enfadado y tiene su cara muy roja. Pesquis y Baliga ponen cara de “lo siento”, por la puerta de la tienda, sale el director y se pregunta què pasa.