Daily Archives: 10 de maig de 2016

El abuelo que dice la verdad

Pesquis y Baliga van paseando por la calle y ven a un abuelo.
Ui, este señor es un trotamundos que siempre va diciendo cosas a la gente – dice Pesquis.
¿Da miedo, verdad? – responde Baliga.
El señor, que daba miedo y caminaba de cara, les dice a los niños que después se encontrarán a un señor que saldra de una cueva y que les indicará el camino para lllegar al ojo que todo lo ve. Debajo habrá un ser de color verde y él les enseñará la oscuridad y os dirá el tiempo que les queda.
Cuando el abuelo se va Pesquis y Baliga se ponen a temblar de miedo y se preguntan qué pasará.
Al cabo de poco de poco tiempo se encuentran a un hombre saliendo de las alcantarillas, lleva un chaleco verde.
Id con cuidado. Pasad por detrás de la valla – les dice el hombre.
Mira el hombre de la cueva – dice Baliga.
Y este es el ojo que todo lo ve – dice Pesquis indicando el cartel de una óptica.
¡Si! – responde Baliga-Aquí tenemos el ser de color verde.
¡Hola niños! – Dice el ser de color verde.
El ser de color verde es una señora que pronociona gafas de sol y les dice que la vista se tiene que proteger todo el año. En ese momento Pesquis se da cuenta, al ponerse las gafas, que ha llegado la oscuridad.
Pesquis i Baliga con sus gafas empiezan a caminar.
Las podéis enseñar a vuestros padres. Teneis una hora para probarlas. – Dice la señora vestida.
El tiempo que nos queda – Le responde Pesquis.
¡Aquel trotamundos es genial! – Dice Baliga.

LA PLANTA CARNÍVORA COMEBOCADILLO

Pesquis y Baliga decidieron ir al Parque Nimalia a pasar las vacaciones de verano.
– ¿Vamos a hacer un bocadillo? – Pregunta Baliga
– Mira una planta carnívora – le dice Pesquis.
Baliga quiere un bocadillo de longaniza seca y Pesquis también.
Cuando Pesquis pasa por el lado de la planta carnívora, la planta se come su bocadillo, Pesquis se asusta y dice:
– Nunca me había imaginado que las plantas carnívoras se comían los bocadillos de longaniza seca.
Baliga dice:
– Creo que esto es una engañifa para dar de comer a la planta, ahora verá.
Baliga se va hacia el vendedor y dice:
– ¿No le molesta, verdad, si me pongo sal y pimienta?
– ¡No, y ahora! ¿Te gusta muy fuerte, eh? – Responde el camarero.
Ella se acerca hacia la planta.
– Para ti bonita, toma – dice Baliga a la planta.
La planta se lo come y empieza a ponerse roja y le sale humo por la boca.
La planta ve la limonada del vendedor y se pone a beberla.
– ¡Ei! ¡QUe se me bebe la limonada! – dice el vendedor.
Baliga ve un cartel en el que dice que no se puede dar de comer a los animales y ella añade con un rotulador y a las plantas tampoco.
– Mira – dice ella.
Pesquis se ríe a carcajadas.

La horrible estátua del galeón

Pesquis y Baliga están andando por la calle y Pesquis le dice a Baliga:
– Según lo que nos han dicho en el museo, la Mar Abissal comete un delito…
– ¡Si la vemos tenemos que decirle que lo deje, que el galeón no lo puede tocar! – le responde Baliga.
Mientras están en un balcón ven a la Mar Abissal delante de un almacén muy viejo con un agujero en el techo y dos ventanas rotas. Pesquis le dice a Baliga:
– ¡Mira! I va acompañada.
– Vengan, señores Kalerius. Los he llamado porque estoy segura que les interesará. Se trata de una pieza de un valor incalculable. – Dice la Mar a sus clientes.
– Pues ya tengo ganas de ampliar nuestra colección. –  Responden los clientes.
Cuando ya están dentro del almacén, mientras está destapando una estatua, Mar les cuenta que es el mascarón de proa de un galeòn que hay en el fondo del mar. Al verlo la señora Kalerius grita de horror porque le produce muchísimo miedo.
De pronto entran Pesquis y Baliga justo cuando la pareja està saliendo mientras la señora Kalerius dice:
– ¡Ni hablar, de comprar esta cosa tan horrible! ¡Nos vamos!
– Yo… – Dice el señor Kalerius mientras le arrastra su mujer.
– ¡Mar Abissal, basta! Puedes acabar en la prisión! – Dice Baliga.
Pesquis y Baliga la miran muy enfadados mientras ella dice que se vayan, que ha ahora vendrá otro cliente. Que lo ha llamado por si los primeros fallaban.
Al cabo de un rato llega el cliente al que Mar estaba esperando.
– ¡Ah, ya lo tenemos aqui. Pase! – Le dice Mar.
– Gracias, soy campesino, y tengo un campo aquí cerca. – Se presenta el cliente.
Cuando le enseña el mascarón el campesino dice que le interesa mucho. Mar sorprendida responde que si le interesa de verdad.
El campesino comenta que lo usará de espantapájaros y que seguro que no se le acercará ningún pájaro a su campo. Al oír esto Mar se enfada bastante.
Mar coge el mascarón y les dice a Pesquis y Baliga:
– ¿Sabéis que os digo? ¡Me voy! ¡Venga, ayudadme!
– ¿Pero qué pasa? – Pregunta el campesino.
Mar, Pesquis y Baliga están en un submarino y al lado está el mascarón de proa donde debe estar, en el galeón.
– ¡Muy bien, Mar! ¡Has tomado una muy buena decisión! – Le dice Baliga.
– Me lo he pensado bien y creo que este es el mejor lugar para el mascarón de proa… ¡Teníais razón, amigos!

La pintura permanente

Pesquis y Baliga salieron de su casa disfrazados para ir a una fiesta de carnaval.
-Llegamos tarde- dice Pesquis
Y Baliga le contesta:
– Pero hacemos muy buena pinta y todavía nos falta un detalle
Cuando llegaron al carnaval Pesquis dice:
– Ya te he dicho que yo no me quiero pintar la cara. y , además, no tenemos pinturas.
-No refunfuñes- Responde Baliga
Cuando ya habían entrado Baliga dice:
-Esperate, que voy a ver si encuentro una pintura verde.
Cuando Baliga llega a una sala ve que dos niños y una niña se estaban pintando el disfraz de colores.
– ¡Ei te cojo la pintura verde un momento!- Dice Baliga.
Cuando Baliga encuentra a Pesquis le pinta la cara y le dice.
– Vamos, pepino! Así quedás mejor.
– Lo acepto para ir de conjunto contigo- Dice Perquis.
Al cabo de un rato saludan a unos niños…
– ¡Hola Claudia!
Claudia les dice a Pesquis y Baliga que van muy bien disfrazados de marcianos.
Baliga le dice a Claudia
– Antes te he cogido una pintura verde, pero ya te la he devuelto …
-Ah? no os habéis pintado la cara, ¿verdad? Es una pintura  permanente, para pintar ropa!-Les cuenta Claudia
Cuando Pesquis lo oyó se enfada y a la vez dice:
– ¿Qué?
Baliga y Claudia disimulan como si no hubiera pasado nada.
Cuando el lunes llegan a la escuela con la cara verde todos los de la clase se parten de risa y Baliga intenta calmar a Pesquis para que no tenga tanta vergüenza y le dice:
– Tranquilo Pesquis está mejilla casi ya está borrada