Los cuadros falsificados

Pesquis y Baliga van a una sala de arte.

– Se ve que hay verdaderas obras de arte. ¿Entramos? -Dice Pesquis.

Entran en sala de arte, hay unos señores que están hablando.

– Este es un PISSARRI auténtico. Lo vendemos por cien mil euros. -Dice un encargado.

– ¡Es admirable! Me interesa. – Dice un señor.

¡Son geniales! Son únicos, ¡estos cuadros! – Dice Pesquis.

– Allí dentro seguro que hay otros. ¿vamos a mirar? –Pregunta Baliga.

Entran en el almacén.

– ¿Como puede ser? –Pregunta Baliga.

– ¡Son copias en serie, falsificaciones sin valor! –Grita Pesquis.

– Pesquis, corre a avisar a las autoridades. Yo mientras tanto, miraré que no estafen aquel pobre hombre… -Dice Baliga.

Al cabo de un momento, los señores ven un cuadro en el que está Baliga en el maco de una ventana.

– Y esto…ehem…es hiperrealista. Nos acaba de llegar. –Dice un encargado.

Baliga hace la burla al señor.

– ¿Que significa esto? –Pregunta el señor.

Entra la policía.

– ¡Quedan arrestados por falsificaciones de obras de arte!

– ¡Ha, ha, ha! –Se ríe Baliga.

Cogen los cuadros y se los llevan.

– ¿Comisario Morrofort que haréis, con estas cajas? –Pregunta Pesquis.

– Os las podéis llevar, si queréis. –Dice el policía.

Pesquis i Baliga se llevan los cuadros y hacen una fiesta alrededor de una hoguera.

– ¡Que bien, que lo hayamos podido aprovechar! –Dice Baliga.

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