Hace mucho tiempo vivía en un gran castillo un rey moro que tenía un gran tesoro. El tesoro era de oro y lo había conseguido en las batallas, porque siempre les pedía su oro. Como tenía tanto oro, un día pidió que con una parte le hicieran una cabra, una cabra tan grande como las de verdad. La puso en el salón más grande del castillo. Las batallas siguieron sucediendo, hasta que llegó un rey cristiano más fuerte que él y le venció. Viéndose vencido tuvo que abandonar el castillo. Quería llevarse todos sus tesoros con él y cargo la cabra encima de los caballos, pero era tan pesada que los caballos no la podían. Hizo que los criados la transportaran. Los pasillos del castillo que llevaban hasta la playa eran muy estrechos y cuenta la leyenda que el rey nunca llegó a la playa y que los criados y la cabra se quedaron atrapados en los pasillos.
Laura Julián Bausà
12/06/2013