Un día me di cuenta que mi corazón había fallecido gracias a un desconocido el cual ni su nombre mencionó.
Qué sientes?
Me preguntó un desconocido,
una noche de invierno
en una fría parada de autobús,
la pregunta no tenía sentido
puesto que sólo estábamos hablando del tiempo,
me sorprendió,
pero por lo contrario intenté contestar,
entonces me puse a pensar…
para mi sorpresa no supe contestar,
llegó su autocar y lo vi marchar quedándome solo en la oscuridad.
Pasó el tiempo,
y un día por casualidad,
esta persona volví a encontrar,
charlando de trabajo él me volvió a preguntar,
qué sientes?
tristemente sabía la respuesta,
no sé si por miedo o por vergüenza no se la pude contar,
ha pasado el tiempo y dicha persona ya no está,
se fue al más allá,
aun y así esté donde esté,
mi respuesta le voy a dar:
Mi corazón muerto en vida está,
mis sentimientos vagan entre la oscuridad,
lloro gritando al cielo con voz de cordero porque mi alma en pena está,
y yo me digo a mí mismo:
Lástima que no me atreviera a contestar.