BLOC ESCOLA ROSER CAPDEVILA – POLINYÀ

Benvolgudes famílies del Roser Capdevila de Polinyà.

Aquí tenim un article proposat per una mare del centre per tal de demanar que els reis no només portin coses sinó que també se les enduguin.

Direcció

Que los Reyes se lleven los piojos

NAJAT El Hachmi

Aprovechando la multitud de cabezas infantiles que habrá reunidas en torno al paso de su cabalgata, a los Reyes Magos les pido que se lleven algunos millones de desaprensivos conquistadores que campan por todas partes sin freno. Ya que han venido de tan lejos y tienen poderes especiales, les propongo que saquen un doble rendimiento a su viaje y, en cuanto hayan dejado todos los regalos, echen una ojeada a las cabezas expectantes y se lleven a todos sus habitantes. Verán que es algo que tienen en común muchos niños de Catalunya (y de España, de Europa, del mundo occidental y no sé si también del resto del mundo): los malditos piojos.
Si su hijo no está aún en edad de socializarse, le recomiendo que deje de poner cara de asco y se prepare para lo que le va a venir: una plaga tras otra durante toda su escolarización. Que sepa que piojoso/a ha dejado de tener la carga negativa de antaño, no porque tener piojos haya dejado de ser un estigma social, sino porque hay tantos niños con piojos que ya no tiene sentido gritar a alguien piojoso con voluntad de ofender, puesto que es más que posible que el emisor esté infectado de ellos. Hasta que uno no topa con el primero de los pequeños colonos suele creer que son cosa del pasado, de gente sucia, que a su pequeño no le ocurrirá jamás. Hasta que descubre el primer cuerpo semitransparente moviéndose alborozado por el cabello de su hijo y se le hunde el mundo recordando inmediatamente a los monos del zoo hurgándose las cabezas unos a otros. Después de unas cuantas plagas sazonadas con colonias, champús, vinagres y aceites esenciales del árbol del té, pasar el peine estrecho ya es un acto cotidiano que proporciona pequeñas dosis de placer sádico al aplastarlos con las uñas. Es la etapa en la que los padres hemos salido del armario de los padres con hijos piojosos y nos pasamos las recetas para aniquilarlos.
Aunque más que de los reyes, ésta podría ser una misión para la doctora Forcades: estoy convencida de que la culpa es de las farmacéuticas, que rocían los patios de las escuelas con piojos bien equipados con paracaídas.