Hola a todo el mundo, me llamo José Karlo Moisés , vivo en la calle de Girones (L’Hospitalet de Llobregat, Bellvitge). Yo vengo de Peru, llegué a España hace un mes y estoy estudiando en 4º de ESO, me gusta el boxeo y el fútbol, tengo diecisiete años y espero que vaya bien.
a continuación pueden leer algunos de mis poemas.espero que les guste.
Entre risas y silencios
La miraba de lejos, sin nombre, sin voz,
como quien ve una estrella y no sabe su dios.
Era un susurro lejano, un eco en mi piel,
una chispa escondida que ardía sin querer.
Tres años la separan del mundo que soy,
¿y qué son los años cuando el alma da hoy?
La vi sin hablarle, la sentí sin tocar,
y algo en su risa me empezó a nombrar.
Jugábamos con bromas, palabras sin peso,
como niños que ignoran el alma del beso.
Pero una tarde, entre juego y verdad,
un reto inventado nos trajo a la orilla del mar.
Un beso en la mejilla, tan leve, tan real,
como un secreto que el viento quiere guardar.
Y fue ahí, en ese instante fugaz y robado,
que sentí que mi corazón se había entregado.
Ya no era un juego, ni un reto casual,
era un deseo callado, profundo, leal.
Quise hacerlo de nuevo, no por la osadía,
sino porque su risa ya era mi poesía.
Nos reímos, sí, y nos buscamos también,
en esas tonterías que no saben de bien.
Nos molestamos a diario, jugamos sin fin,
como si el mundo fuera un jardín infantil.
Pero en mi pecho crece la duda, la red,
no sé qué siente ella, no sé si me ve.
¿Soy sólo un amigo? ¿un loco al pasar?
¿O su corazón también empieza a temblar?
A veces la evito, por miedo tal vez,
a romper el misterio, a perder el después.
Pero algo en su forma, en su luz natural,
me arrastra de nuevo a su campo de sal.
Es más joven, lo sé, y eso me duele,
porque no quiero herir, ni cruzar lo que duele.
Pero siento que el alma no mide en edades,
sólo sabe de miradas, de risas, de verdades.
No sé si decírselo, no sé si callar,
si dar un paso o dejarlo pasar.
Pero cada noche me vuelve a rondar
esa imagen suya… riendo, sin más.
Quizás no sea el tiempo, quizás sí lo es,
quizás el amor viene cuando no lo ves.
Pero si ella supiera lo que hay en mi ser,
le diría que su risa me enseña a creer.
Y aunque no lo diga, y guarde este sentir,
seguiré escribiendo con el alma al venir.
Porque aunque me duela, aunque no sea el fin,
ella ya vive en mi verso… y en mi jardín.
autor—->karflo