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¿Son necesarios los préstamos?
Os dejo un enlace a un texto de Julio Llamazares que trata sobre la cuestión de los préstamos léxicos:
Modernos y elegantes, de Julio Llamazares
Aquí tenéis un fragmento:
“Durante muchos años, los españoles estuvimos hablando en prosa sin enterarnos. Y, lo que todavía es peor, sin darnos cuenta siquiera de lo atrasados que estábamos. Los niños leían tebeos en vez de comics, los jóvenes hacían fiestas en vez de parties, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, las secretarias usaban medias en vez de panties y los obreros, tan ordinarios, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del catering. Yo mismo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero como no lo sabía -ni usaba por supuesto mallas adecuadas-, no me sirvió de nada. En mi ignorancia, creía que hacía gimnasia.“
‘Kincón’ contra los académicos de la RAE
¿Cuántas palabras usamos al hablar?
Mirad esta noticia, a ver si estáis de acuerdo con el número que dicen que usamos al hablar:
Análisis sintáctico de una oración simple
Practica la sintaxis
Criterios para la exposición oral
¿Pero no venimos del latín?
Tantos años explicando que el castellano, como otras lenguas, provienen del latín para que llegue el lingüista Yves Cortez para desmontárnoslo todo, con la publicación de su obra Le français ne vient pas du latin, en la que nos propone otro origen distinto:
Así comienza el artículo
“El verdadero origen de las lenguas romances“, de Johnny Torres, en el que nos habla de este libro, publicado en junio de 2007 en Francia y que está en proceso de traducción al castellano.Fijaos en los argumentos que propone el autor del libro a favor de su tesis, y como el autor del artículo escribe algunos contraargumentos, propios o no, en contra de esa idea.
Actividad voluntaria: Texto instructivo
EJERCICIO OPTATIVO
este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea
quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente
incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la
cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta
encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso”.
Ortografía de la Real Academia
En este enlace podréis encontrar las normas ortográficas que marca la RAE, y os las podréis descargar en formato PDF, si queréis. Solo faltará leerlas…