Category Archives: General

El país secret

El país secret

Tota dona de natura reial
té un país secret que li és més ver
que aquest pàl·lid món extern:

A mitjanit quan el silenci l’envolta
deixa de banda agulla o llibre
i el visita d’amagat
Aclucant els ulls, ella improvisa
una tanca amb cinc barres entre bedolls,
salta per sobre, pren possessió.
Llavors corre, vola o bé cavalca
(un cavall al trot ve a saludar-la)
i viatja allà on vol;
Fa créixer l’herba, fa obrir-se els lliris
de botó a flor mentre guaita,
i els peixos mengen de la seva mà.
Ha fundat pobles, ha plantat arbredes,
ha buidat valls per rierols que corren
frescs a una badia tancada.

Mai he gosat interrogar el meu amor
sobre el governament del seu reialme,
sobre la seva geografia.
Ni l’he seguit entre aquells bedolls
encamellant-me sobre la tanca
i espiant entre la boira.

M’ha promès, però, quan mori,
un lloc sota el seu palau privat
a una clariana del bosc,
on creixen gencianes i violes
on de vegades ens trobarem.

Robert Graves

Amor efímero

La canción de James Blunt, You’re beautiful, me ha hecho recordar un par de poemas que tratan del mismo tema: el amor efímero, además en un marco urbano. En la gran ciudad, donde diariamente nos cruzamos con miles de personas y compartimos con ellas un breve espacio de tiempo de vida, en la calle, en el metro, en el autobús… es fácil fijarse en alguien que te “enamora” por un instante fugaz, alguien a quien seguramente no volverás a ver nunca más y que (si lo miramos de forma optimista) nos ha alegrado el día. Aunque esta experiencia por su naturaleza pasajera quizás sí genera algo de melancolía, porque nos hace conscientes de la gran cantidad de oportunidades perdidas o de universos paralelos e historias que podrían suceder y no lo hicieron, y nos remite a la fugacidad de la vida y la inestabilidad de lo vivido. Esta sensación es la que aparece en un poema de Joan Salvat Papasseit, que cantaba Joan Manuel Serrat, donde explica un encuentro en el tranvía (en la canción de Blunt aparece el metro, “subway”, más contemporáneo):

CANÇÓ DE L’AMOR EFÍMERA

O bella inconeguda passatgera del tram
que tens un posat rosa i un esguard ple de sol;
que mostres una sina cobertora de dol
i et vesteixes, discreta, la bruseta d’estam.

O bella inconeguda que ets menuda i audaç
i que sense companya t’arrisques a la platja;
i no tems l’escomesa del fillol que t’assatja
al domeny de les ones, i te’n prega el teu braç.

O bella inconeguda que en sentir la malícia
de les ullades frívoles, tota t’has commogut…
tancades les oïdes a mots que el vent s’ha endut,
bo i sospirant potser ple goig d’una carícia.

O bella inconeguda, del tram t’he vist baixar;
i avui t’he somniada, i et somniaré demà.

Joan Salvat Papasseit (gener 1920)

No obstante, el primer poeta -urbano, maldito, peculiar, extravagante- en el que aparece el tema de la ciudad como único marco válido de todas las experiencias del ser contemporáneo es el autor de Las flores del mal (1856), Charles Baudelaire. El poema “À une passante” refleja la misma sensación del amor inasible, la belleza fugaz (“fugitive beauté”) que pasa, de nuevo en forma de hermosa mujer: si Joan Salvat Papasseit en el último verso invocaba el mundo de los sueños como refugio verdadero del amor o de cualquier fantasía irrealizable, Baudelaire se cruza con ella en una calle ruidosa, ensordecedora (“a crowded place”), para no volverse a encontrar con ella jamás, quizás porque es ya demasiado tarde: pues yo ignoro dónde fuiste, tú no sabes dónde voy, oh tú, a quien habría amado, oh tú que lo sabías…

À UNE PASSANTE

La rue assourdissante autour de moi hurlait.
Longue, mince, en grand deuil,
douleur majestueuse,
Une femme passa, d’une main fastueuse
Soulevant, balançant le feston et l’ourlet;
Agile et noble, avec sa jambe de statue.
Moi, je buvais, crispé comme un extravagant,
Dans son œil, ciel livide où germe l’ouragan,
La douceur qui fascine et le plaisir qui tue.
Un éclair… puis la nuit! – Fugitive beauté
Dont le regard m’a fait soudainement renaître,
Ne te verrai-je plus que dans l’éternité?
Ailleurs, bien loin d’ici ! trop tard!

jamais
peut-être!
Car j’ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,
O toi que j’eusse aimée, ô toi qui le savais!

You’re beautiful

My life is brilliant.
My love is pure.
I saw an angel.
Of that I’m sure.
She smiled at me on the subway.
She was with another man.
But I won’t lose no sleep on that,
‘Cause I’ve got a plan.

You’re beautiful. You’re beautiful.
You’re beautiful, it’s true.
I saw your face in a crowded place,
And I don’t know what to do,
‘Cause I’ll never be with you.

Yeah, she caught my eye,
As we walked on by.
She could see from my face that I was,
Flying high,
And I don’t think that I’ll see her again,
But we shared a moment that will last till the end.

You’re beautiful. You’re beautiful.
You’re beautiful, it’s true.
I saw your face in a crowded place,
And I don’t know what to do,
‘Cause I’ll never be with you.

You’re beautiful. You’re beautiful.
You’re beautiful, it’s true.
There must be an angel with a smile on her face,
When she thought up that I should be with you.
But it’s time to face the truth,
I will never be with you.

[kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/8Y7WDWP8WMs" width="425" height="350" wmode="transparent" /]

L´únic, l’últim, poema d’Adrià

Per cert, l’únic poema -i potser els darrers d’aquells versos menys insuficients que de costum- que es conserva de l’emperador Adrià (Itàlica, 24 de gener de 76Baias, 10 de juliol de 138) diu així:

ANIMULA VAGULA, BLANDULA

HOSPES COMESQUE CORPORIS,

QUAE NUN ABIBIS IN LOCA

PALLIDULA, RIGIDA, NUDULA,

NEC, UT SOLES, DABIS IOCOS…

Mínima ànima meva, tendra i flotant, hostessa i companya del meu cos, descendiràs a aquells paratges pàl.lids, rígids i nus, on hauràs de renunciar als jocs d’antany.

Marguerite Yourcenar: Memorias de Adriano

MEMORIAS DE ADRIANO

Mi vida, a la que todo llegaba tarde, el poder y aun la felicidad, adquiría un esplendor central, el brillo de las horas de la siesta en que todo se sume en un a atmósfera de oro… Aquella aventura enriquecía pero también simplificaba mi vida; el porvenir ya no importaba. Dejé de hacer preguntas a los oráculos, las estrellas no fueron más que admirables diseños en la bóveda del alba en el horizonte de las islas… Escribí versos que me dieron la impresión de ser menos insuficientes que de costumbre.

El porvenir del mundo no me inquieta; ya no me esfuerzo para calcular angustiado la mayor o menor duración de la paz romana: dejo hacer a los dioses. No es que confíe más en su justicia que no es la nuestra, ni tenga más fe en la cordura del hombre; la verdad es justamente lo contrario. La vida es atroz, y lo sabemos. Pero precisamente porque espero poco de la condición humana, los períodos de felicidad, los progresos parciales, los esfuerzos de reanudación y de continuidad me parecen otros tantos prodigios, que casi compensan la inmensa acumulación de males, fracasos, incuria y error. Vendrán las catástrofes y la ruina, el desorden triunfará, pero también, de tiempo en tiempo, el orden. La paz reinará otra vez entre dos períodos de guerra: las palabras libertad, hmanidad y justicia recobrarán aquí y allá el sentido que hemos querido darles. No todos nuestros libros perecerán; nuestras estatuas mutiladas serán rehechas, y otras cúpulas y frontones nacerán de nuestros frontones y cúpulas; algunos hombres pensarán, trabajarán y sentirán como nosotros; me atrevo a contar con esos continuadores nacidos a intervalos irregulares a lo largo de los siglos, con esa intermitente inmortalidad. Si los bárbaros terminan por apoderarse del imperio del mundo, se verán obligados a adoptar algunos de nuestros métodos y terminarán por parecerse a nosotros.

Marguerite Yourcenar

Dos poemas de Juan Gelman

Ausencia de Amor

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.

***

la extranjera

La extranjera no sabe
que su sangre es su casa, que
todo pájaro suyo
sólo ahí puede cantar y abrir
alas de su verano y se abalanza,
alcanza, lanza, alza
como una sed de mundo
que no se puede apagar.
El pájaro encendido cuida
los huecos de la pérdida como
joyas perdidas sin remedio.
Canta allí, loco de luz, no renuncia
a mis monstruos, valiente.
La hora de los dioses
junta los pies
de ese camino.

Juan GELMAN

Juan Gelman, premio Cervantes 2007

Orgullo y resistencia. Un acto de justicia poética para una voz indomable y compañera que “vuelve íntimo todo lo que toca”. Aunque esa voz suena emocionada y está cansado de tanto hablar, Juan Gelman atraviesa con un tono bajito y con mucha calma la distancia entre la ciudad de México, donde reside, y Buenos Aires, siempre con ese humor afilado, travieso e irónico. El teléfono no para de sonar, a veces lo atiende su asistente, Rosalía; otras, el propio poeta, “el pibe taquito”, como lo llamaban sus amigos de Villa Crespo. “Nunca estuve tan solicitado, excepto por mi mujer”, bromea el flamante ganador del Premio Cervantes, considerado el más importante en las letras hispanas y que concede el Ministerio de Cultura de España en reconocimiento al conjunto de la obra de un autor.

 

Cuando se le transmite que muchos recibieron la noticia como si hubiera ganado un familiar, como si fuera “nuestro” padre, el poeta responde: “Quizá soy un padre espiritual”. Después de una ardua deliberación entre una treintena de candidatos, los miembros del jurado, presidido por el director de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, decidieron otorgar por mayoría a Gelman el “Nobel español” porque el conjunto de su obra “enriquece las letras españolas”, según declaró De la Concha. “Creo que es un reconocimiento a la poesía que rebasa lo personal, porque el año pasado se lo dieron a un gran poeta español, Antonio Gamoneda. Me conmueve este premio en tiempos tan antipoéticos y deshumanos; en este mundo donde las grandes editoriales desdeñan la poesía, no les importa, es una tarea difícil estar peleando subjetivamente contra todo esto que pasa”, dice el poeta a Página/12. “El reconocimiento a la poesía lo vivo como un reconocimiento a un viejísimo amor mío, así que estoy conmovido.”

El amor, la memoria, el dolor y la muerte impregnan con frecuencia la poesía de Gelman, cuya vida ha estado marcada por su militancia política y por las consecuencias que la dictadura argentina tuvo para él y su familia.

Gelman comenzó a publicar en la década de los 50. Sus dos primeros libros fueron Violín y otras cuestiones (1956) y El juego en el que andamos (1959). Con la obras de la década siguiente, Velorio del solo (1961) y Gotán (1962) comenzó a ser conocido en todo el continente iberoamericano.

Exilio

Progresivamente, la actividad poética de Gelman se convirtió en la otra vertiente de su posición ideológica de izquierda. Amenazado de muerte, con su esposa e hijos desaparecidos, tuvo que huir de Argentina en 1975. Después de un tiempo en Roma y París, Gelman pasó a Nueva York y luego a México, donde reside en la actualidad.

Los libros publicados en este periodo de exilio, Hechos y relaciones, Si dulcemente y otros, reflejan el doloroso clima de derrota y pérdida que sufrió el autor. La recopilación Obra Poética (1956- 1973) permite tener una visión de conjunto de su obra escrita en Argentina, que puede complementarse con De Palabra y Poesía (1971-1978). Gelman ha publicado con regularidad, desde México o Buenos Aires, nuevos volúmenes de poesía, entre ellos sus series Interrupciones.

Visita LA BITACORA DE GELMAN http://www.juangelman.com/wordpress/

Charles Chaplin, Charlot

[kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/67gsKbp-Wz0" width="425" height="350" wmode="transparent" /]

Discurso final de “El gran dictador” (1940):

Realmente lo siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mí. No pretendo regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustaría ayudar en lo posible a cristianos y judíos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de ayudarnos mutuamente. La gente civilizada es así. Queremos vivir de nuestra dicha mutua… no de nuestra mutua desdicha. No queremos despreciarnos y odiarnos mutuamente.

En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnífico, pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de los hombres, ha rodeado el mundo con un círculo de odio y nos ha hecho entrar marcando el paso de la oca en la miseria y en la sangre. Hemos mejorado la velocidad pero somos esclavos de ella. La mecanización que trae consigo la abundancia nos ha alejado del deseo. Nuestra ciencia nos ha vuelto cínicos. Nuestra inteligencia duros y brutales. Pensamos en exceso y no sentimos bastante. Tenemos más necesidad de espíritu humanitario que de mecanización. Necesitamos más la amabilidad y la cortesía que la inteligencia. Sin estas cualidades la vida solo puede ser violenta y todo estará perdido. La aviación y la radio nos han acercado los unos a los otros. La naturaleza misma de estos inventos requería la bondad del hombre y reclamaba una fraternidad universal para la unión de todos.

En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis, la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer! Soldados, no os entreguéis a esos brutos… hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón! No os pongáis en manos de esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres! ¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales… Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad.

En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: “El reino de Dios está en el hombre mismo”. No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad. Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida… para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder… ¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que dé a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad. Prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado… un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!