Fugaz como las páginas de un libro bueno,
o como las lágrimas de un niño pequeño.
Igual de mortífero que el veneno,
y a la vez, dulce como un sueño.
Misteriosa como una noche sin luna,
pero transparente como el mar en verano.
Mas no tengo duda alguna,
que conmovería hasta en lo más lejano.
Pero un día desapareció,
me dijeron que atrás dejó este mundo.
Aunque nadie sabe qué ocurrió
el hueco que quedó, fue profundo.
Qué bonito era amarla,
a esa ánima tan bella.
Siempre voy a recordarla
porque así era ella.
SATURN