22 de noviembre de 2007. Se convoca una huelga en Blanes a raíz del asesinato de un joven antifascista, de 16 años, por un neonazi, en el céntrico metro de la capital española, Madrid. Todas las reseñas de lo ocurrido empiezan más o menos así. Lo que varía es lo que sigue.
El bajo nivel de compromiso que demostraron la mayoría de los estudiantes de nuestra población fue realmente… sí, lo calificaría de escandaloso. Se convocó la huelga en los tres institutos públicos blandenses: Serrallarga, S’Agulla y Sa Palomera. Unos seiscientos alumnos respondieron a la llamada. Sólo cincuenta acudieron a la manifestación. ¿Qué ocurrió? No logro entenderlo.
Yo fui una de los que fueron a la paupérrima manifestación. Fue realmente triste. Iba acompañada de cuatro o cinco compañeras. La verdad es que tenía cierto grado de ilusión. Mi primera manifestación. Mi primera oportunidad de mostrar al mundo mis ideas políticas, mi ética. Incluso mis padres me despidieron haciéndome prometer que les llamaría luego para contarles lo sucedido.
Bien, nos reunimos y fuimos al lugar de encuentro, plaza Cataluña. ¡Qué desilusión! Sólo una cincuentena de alumnos estaba reunida allí. Fui directamente a saludar a uno de los organizadores de la manifestación y un buen amigo mío, Miquel. Hay que admitir que se portó. Él y un grupito más de alumnos de los diferentes institutos, entre los que estaba una de mis mejores amigas, leyeron un comunicado. Expresaban su desagrado por lo sucedido, pedían respeto y el fin del fascismo. Sorprendeos, ni siquiera disponían de un mísero micrófono. Hicieron lo que pudieron. Y terminó. No sé si llegó a los quince minutos. Los alumnos se dispersaron. Comenzaba a llover. Y llovía también en mi interior. ¡Qué poca consideración! ¡Qué falta de moral! ¿Qué está pasando en nuestra generación? Aumento del consumo de drogas y alcohol, aumento del fracaso escolar, aumento de la ignorancia generalizada. Incluso están reforzándose movimientos neonazis. Me pregunto, por ejemplo, si la mayoría de los jóvenes sabrá quién es el ministro de economía de nuestro país o el de asuntos sociales o… y si están al corriente de que la tarea que está realizando. Sólo es un ejemplo. Pedro Solbes y el resto de ministro son poco conccidos entre los adolescentes españoles.
Bien, me voy del hilo. Simplemente, reivindico el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos. Hay que evitar sucesos como éste, hay que procurar, más que nunca, que no se repitan. Adultos, ayudadnos para que nuestra educación social sea crítica y profunda. Somos unos verdaderos ignorantes y, como consecuencia, vulnerables ante un mundo in extremis inseguro. Gracias y ¡hasta la siguiente catástrofe! Puede ser por la mujer nº 70 muerta a manos de su marido en el 2007 o por un seísmo que finalmente ha arrasado alguna zona pobre de Suramérica o la India, pero nos volveremos a ver.
Laura Sala, 1º de bachillerato