La violencia en algunas series y películas es un tema recurrente en la sociedad actual. En nuestra opinión, la violencia en algunas producciones audiovisuales puede tener un impacto negativo en los jóvenes y hay muchos factores que pueden contribuir a ello.
En primer lugar, las personas se ven muy afectadas a la influencia de los medios de entretenimiento, especialmente en la etapa de desarrollo. Los jóvenes, en particular, están en proceso de formación de sus identidades y valores. El consumo regular de contenido violento puede insensibilizarlos a la violencia y normalizarla en su vida. Esto puede conducir a una disminución de la empatía y una aceptación pasiva de la violencia como medio de resolución de conflictos. Los psicólogos Dr. Brad J Bushman y Dr. Craig A Anderson incluso descubrieron que jugar a videojuegos violentos estaba relacionado con el aumento de pensamientos, creencias, actitudes, comportamientos y excitación fisiológica agresivos y con la disminución del «comportamiento prosocial (solidaridad)».
En segundo lugar, las imágenes y escenas violentas de series y películas pueden resultar impactantes e inquietantes para los espectadores más jóvenes. Aunque en ciertos contenidos no es adecuado verlos si no se tiene cierta edad requerida, los jóvenes los miran igual y eso hace que al mirar estas imágenes violentas pueda provocar miedo, ansiedad, pesadillas e imitar un comportamiento agresivo. El Dr. L. Rowell Huesmann declaró: «Aunque el niño ya agresivo que ve o juega mucho con los medios de comunicación violentos puede convertirse en el adulto joven más agresivo, la investigación demuestra que incluso los niños inicialmente no agresivos se vuelven más agresivos al ver la violencia de los medios».
Además, la violencia en los medios de entretenimiento a menudo transmite una imagen distorsionada de la realidad. La violencia se presenta de una manera convincente e intrascendente que puede conducir a una percepción falsa de la violencia en la vida real. Los jóvenes pueden creer que la violencia es emocionante, mentalmente gratificante y no tiene efectos nocivos. Este es un mensaje peligroso que afecta su capacidad para resolver conflictos de manera pacífica y constructiva. Lo mismo ocurre con las imágenes y videos pornográficos, si desde pequeño consumes este tipo de contenido, cuando llegue el momento de mantener relaciones sexuales pueden llegar a pensar que es igual que en las pantallas, cuando la realidad dista mucho de ese tipo de contenido.
Según un artículo publicado en 2007 en el «Journal of Adolescent Health», los videojuegos también están presentes en el 83% de los hogares con niños, y «el 94% de los juegos calificados (por la industria de los videojuegos) como apropiados para los adolescentes se describen como que contienen violencia». Los niños de entre 8 y 10 años pasan una media de 65 minutos al día jugando a los videojuegos, y el 8,5% de los niños de entre 8 y 18 años sufren «trastorno de juego», la adicción a los videojuegos que ahora se incluye en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Esto provoca que al verlo diariamente en pantallas se normaliza, también afecta el hecho de que los videojuegos intentan imitar la realidad, como es el caso de un conocido videojuego llamado “Call of Duty” este se parece muchísimo a como es la realidad, eso también puede confundir y hacer que los niños distingan poco la realidad de la ficción.
En añadidura, es importante recalcar que el impacto de la violencia en los medios de entretenimiento no es el único determinante del comportamiento de los jóvenes. Muchos factores socioeconómicos, familiares y educativos también influyen en su desarrollo. Por ejemplo, si en una familia, el padre maltrata a la mujer, ya sea psicológica o físicamente, al final el hijo puede llegar a pensar que ese tipo de comportamiento es habitual y normal en una familia, con lo cual puede crear que la historia pueda ser repetida en el futuro, como por ejemplo en el colegio, pueda verse involucrado en actos machistas y agresivos hacia sus compañeras por el hecho de que sean mujeres, básicamente lo que ve en casa lo aplica en su día a día.
Con todo, sí que es verdad que existe gente que piensa que los jóvenes tienen la capacidad de distinguir entre la violencia que ven en la pantalla y la realidad. Se da por entendido que las series y películas son productos de entretenimiento que utilizan efectos especiales y actuación para crear un escenario falso. Pero la realidad es que en esta etapa de la vida se es muy influenciable, y como cada vez las películas intentan ser lo más realistas y similares a la realidad posible, es posible que esta capacidad se vea afectada. Un informe de 2002 elaborado por el Departamento de Educación de Estados Unidos y el Servicio Secreto examinó 37 incidentes de tiroteos en escuelas y ataques en escuelas desde 1974 hasta 2000 en Estados Unidos y descubrió que «más de la mitad de los atacantes demostraron algún interés por la violencia a través de películas, videojuegos, libros y otros medios de comunicación»
En resumen, la violencia en algunas series y películas puede tener un impacto negativo en los jóvenes. Aunque no solo eso puede afectar a los jóvenes, también puede influir la visualización de contenidos no apropiados para la edad y las relaciones familiares, educativas y socioeconómicas. Por lo tanto, nuestra tesis principal se corrobora y se aumenta, ya que nos hemos dado cuenta de que aparte de las series y películas, muchos otros factores pueden influir.
Noa Cela, Emma Peiret y Jana Viega