Actualmente, los videojuegos son muy populares entre los niños y adolescentes. El 70% de las personas consume videojuegos. Los adolescentes llegan a consumir aproximadamente 8 horas semanales.
Hoy en día una gran parte de la población, específicamente entre los ocho y veinticinco años, pasa mucho tiempo con los videojuegos. Todos nos preguntamos si estar mucho tiempo consecutivo con las pantallas puede tener algunas repercusiones o habilidades.
Hemos consultado numerosos estudios a través de internet y podemos ver que hay diferentes tipos de videojuegos. Los juegos pueden proporcionar muchas cosas como podría ser la imaginación, depende del videojuego se repercute en algo. Según los estudios, los juegos arcades como podría ser “Tetris” o “Pacman” mejoran la capacidad de reacción sobre un estímulo(reflejos) y la concentración. Estos datos se basan en estudios en personas que practican videojuegos y otras que no y los resultados son favorables a los videojuegos, ya que las personas que juegan tienen mejores reflejos.
Algunos videojuegos son considerados un deporte y se compite por todo el mundo. Entendemos como deporte una actividad que desarrolla habilidades en el ser humano, ya sean mentales o físicas y según los estudios los videojuegos ayudan a desarrollar habilidades cognitivas como ya podría ser la concentración según la sociedad, los videojuegos no son buenos para aprender, ya que pueden llegar a ser una adicción y puede dañar la salud de las personas habiendo muchos casos de epilepsia por el acúmulo de horas. Por otra parte, mucha gente que piensa que deberían incorporarse en las escuelas, puesto que llamaría la atención de los alumnos y así aprenderán mejor, un ejemplo sería “kahoot” o otros online de este tipo.
En conclusión, estamos a favor de que los videojuegos ayudan a desarrollar habilidades en los humanos y apoyamos la causa para que lleguen a escuelas y a universidades para realmente concienciar de lo que son capaces de hacer sobre las personas en 2023 y esperamos que de ahora en adelante sea mejor y sean una herramienta principal.
Iker García y Jana Rodés