Todo empezó cuando quería volver a estar
bien de nuevo, no quiero seguir viviendo
en esta maldita pesadilla de donde, al parecer,
no tengo escapatoria…
Quiero volver a la vida de antes, esa vida
donde cualquier cosa me hacía ilusión, donde
mi mayor problema era a qué iba a jugar ese día,
qué me iba a poner de ropa al día siguiente…
Ahora me doy cuenta de que esos no son los
únicos problemas de la vida…
Que los problemas evolucionan a medida que vas creciendo;
pero entonces:
– ¿A medida que aumenta la edad aumentan los problemas?
– ¿Para qué seguir? Me pregunto una y otra vez…
Pues mira, hay una razón muy sencilla
que yo muchas veces me digo:
– Si no lo haces por ti, hazlo por los tuyos, por los
que realmente te valoran; no seas egoísta…
Paula Romero Ortega
2n A