Llama de amor viva

Llama de amor viva

  ¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,                           5
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

   ¡Oh cauterio süave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe                         10
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.

   ¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,            15
que estaba oscuro y ciego,
con estraños primores
color y luz dan junto a su querido!

   ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno                           20
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

Noche oscura del alma

1. En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

2. A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

3. En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

4. Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

5. ¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

6. En mi pecho florido
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba

7. El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

8. Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

San Juan de la Cruz

La figura -y la obra- de San Juan de la Cruz es una de las más complejas y fascinantes de la literatura española de los siglos de Oro. Creativo, original, comprometido, perseguido por la Inqusición y luego elevado a la categoría de Santo, nos legó una obra religiosa dotada de una impresionante modernidad estilística que lo convierten en uno de los más grandes poetas españoles de todos los tiempos. Para empezar a descubrir su obra, la wikipedia y la Biblioteca virtual Cervantes nos pueden guiar; ésta última nos ofrece una magnífica selección de textos, grabaciones y enlaces.

Y para acabar Fray Luis…


Un poema de contenido religioso donde, una vez más, Fray Luis expone un imposible anhelo de vida feliz y gozosa.

De la vida del cielo

Alma región luciente,
prado de bienandanza que ni al yelo
ni con el rayo ardiente
falleces, fértil suelo,
producidor eterno de consuelo: 5
de púrpura y de nieve
florida la cabeza coronado,
a dulces pastos mueve
sin honda ni cayado,
el Buen Pastor en ti su hato amado. 10
Él va, y en pos dichosas
le siguen sus ovejas do las pace
con inmortales rosas,
con flor que siempre nace,
y cuanto más se goza más renace. 15
Ya dentro a la montaña
del alto bien las guía; ya en la vena
del gozo, fiel las baña
y les da mesa llena,
pastor y pasto Él solo y suerte buena. 20
Y de su esfera cuando
la cumbre toca, altísimo subido
el sol, Él sesteando,
de su hato ceñido,
con dulce son deleita el santo oído. 25
Toca el rabel sonoro,
y el inmortal dulzor al alma pasa,
con que envilece el oro,
y ardiendo se traspasa,
y lanza en aquel bien libre de tasa. 30
¡Oh son, oh voz, siquiera
pequeña parte alguna decendiese
en mi sentido, y fuera
de sí el alma pusiese
y toda en ti, oh, Amor, la convirtiese! 35
Conocería dónde
sesteas, dulce Esposo, y desatada
desta prisión adonde
padece, a tu manada
viviera junta, sin vagar errada.

Una nueva oda de Fray Luis

Al licenciado Juan de Grial
  ArribaAbajo    Recoge ya en el seno    
  el campo su hermosura; el cielo aoja    
  con luz triste el ameno    
  verdor, y hoja a hoja    
  las cimas de los árboles despoja.  5  
      Ya Febo inclina el paso    
  al resplandor egeo; ya del día    
  las horas corta escaso;    
  ya Eolo, al mediodía    
  soplando espesas nubes nos envía.  10  
      Ya el ave vengadora    
  del Íbico navega los nublados,    
  y con voz ronca llora;    
  y el yugo al cuello atados    
  los bueyes van rompiendo los sembrados.  15  
      El tiempo nos convida    
  a los estudios noble, y la Fama,    
  Grïal, a la subida    
  del sacro monte llama,    
  do no podrá subir la postrer llama.  20  
     Alarga el bien guiado    
  paso, y la cuesta vence, y sólo gana    
  la cumbre del collado;    
  y do más pura mana    
  la fuente, satisfaz tu ardiente gana.  25  
      No cures si el perdido    
  error admira el oro, y va sediento    
  en pos de un bien fingido,    
  que no ansí vuela el viento,    
  cuanto es fugaz y vano aquel contento.  30  
      Escribe lo que Febo    
  te dicta favorable, que lo antiguo    
  iguala y pasa el nuevo    
  estilo; y, caro amigo,    
  no esperes que podré atener contigo.  35  
      Que yo de un torbellino    
  traidor acometido y derrocado    
  de en medio del camino    
  al hondo, el plectro amado    
  y del vuelo las alas he quebrado.  40  

Como decíamos ayer…

La figura de Fray Luis de León ha sido de la s más estudiadas dentro de lo que fue el Renacimiento español. Si queremos ir a la wikipedia podemos tener una buena introducción aunque es quizás en la Biblioteca Virtual Cervantes donde podemos empezar a profundizar en la vida y la obra del autor. Puestos a buscar, y entre los centenares de documentos que nos ofrece la red, si queremos leer el proceso que la inquisición hizo al maestro Fray Luis, podemos leerlo aquí.

El poema más célebre de Fray Luis

Vida retirada

  ¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruïdo
y sigue la escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!       5

  Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.            10

  No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.                15

  ¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado,
si en busca de este viento
ando desalentado
con ansias vivas y mortal cuidado?               20

  ¡Oh campo, oh monte, oh río!
¡Oh secreto seguro deleitoso!
roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.                 25

  Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de quien la sangre ensalza o el dinero.          30

  Despiértenme las aves
con su cantar süave no aprendido,
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
quien al ajeno abritrio está atenido.            35

  Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.               40

  Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.         45

  Y como codiciosa
de ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.              50

  Y luego sosegada
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo,
y con diversas flores va esparciendo.            55

  El aire el huerto orea,
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso ruïdo,
que del oro y del cetro pone olvido.             60

  Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían:
no es mío ver al lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.            65

  La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.                    70

  A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada
me baste, y la vajilla
de fino oro labrada,
sea de quien la mar no teme airada.              75

  Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
en sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.            80

  A la sombra tendido
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.                  85

El último poema de Garcilaso seleccionado

SONETO X

 

¡Oh dulces prendas por mi mal halladas,

dulces y alegres cuando Dios quería!

Juntas estáis en la memoria mía

y con ella en mi muerte conjuradas!

 

¿Quién me dijera, cuando en las pasadas

horas en tanto bien por vos me vía,

que me habíades de ser en algún día

con tan grave dolor representadas?

 

Pues en una hora junto me llevastes

todo el bien que por términos me distes,

llevadme junto al mal que me dejastes.

 

Si no, sospecharé que me pusistes

en tantos bienes, porque deseastes

verme morir entre memorias tristes.

 

Los amigos de Garcilaso

Garcilaso tuvo importantes amigos a lo largo de su vida… y más allá de la misma.  La asociación de amigos de Garcilaso de la Vega promueve una completa página web donde podemos encontrar una ámplia información sobre el poeta. Por desgracia, parece que ya hace años que no se actualizan los datos pero eso no es obstáculo para que en ella encontrmos una importante fuente documental.