Había un niño llamado Pepe, tenía 10 años y no tenía muchos amigos porque lo consideraban raro. Por eso, no le gustaba ir al colegio. Había un niño que se llamaba Max y su grupo de amigos, a quienes les gustaba molestar a la gente. Vieron a Pepe, que actuaba de una forma femenina, y aprovecharon para hacerle bullying. Lo hacían sentir muy mal todos los días, le quitaban la comida y ya nadie se juntaba con él porque quería cambiarse de género. Llegó al punto de que se quería matar. Iba todos los días al psicólogo y no aguantaba más la soledad.
Un día, en el patio, Max se cayó y todos se empezaron a reír, menos Pepe. Pepe solo lo miraba, pero Max se la agarró con él y le empezó a pegar. La profesora los separó y los llevó a la dirección. Pepe le explicó lo que pasó y expulsaron a Max. Max se enojó y, el último día de cole, Max y sus amigos metieron a Pepe al baño, le pegaron, le metieron la cabeza al váter, lo grabaron, y lo subieron a internet. Le hicieron memes y se reían de él. Sigue leyendo