Aventura de Fei

Había una vez un chico llamado Fei que encontró un mapa en una playa de España. Tras una inspección más cercana, descubrió que contenía la ubicación de un tesoro escondido. Corrió a casa para preparar todo lo necesario para la aventura. Su amigo tenía un barco y se lo prestó para navegar hasta la isla donde estaba el tesoro.

Cuando estaba en camino vinieron unas olas gigantes, Fei se asustó de las ondas y decidió volverse a las orillas y decidió irse en otro día.

El otro día decide irse a la isla.

Al día siguiente, Fei partió nuevamente hacia la isla. Después de navegar un rato, finalmente llegó a su destino. Decidido a encontrar el tesoro, comenzó a viajar por la selva. Sin embargo, veinte  minutos después, descubrió un grupo de serpientes venenosas.

Fei se asustó y cogió un palo, pero las serpientes de arrancar el palo, pues Fei decidió irse al barco para coger un echador de llama para defenderse, las serpientes han muerto de fuego, después ha ido para coger el tesoro y cuando abrió el tesoro y se encontró mucho oro y dinero después feliz decidió irse a casa para contarle a su familia, después de ir hacia al barco decidió mirarse otra vez el mapa si veía otro tesoro y en el mapa ponía que había otro tesoro, pero el tesoro estaba en otra isla la, después de pensar un rato decidió irse a la otra isla.

Después de 2 horas navegando al agua llegó a la isla, cogió el tesoro, abrió y encontró mucho dinero. Se ha ido al barco y se ha ido a la orilla. En la orilla estaba su auto, se montó y se fue hasta su casa. En su casa estaba toda su familia y les dice “me encontré dos tesoros” su familia no le creyó, Fei sale afuera sube al coche para coger los tesoros, después entra a casa y les enseñó el tesoro. Toda su familia se emocionó.  

EL RELATO DE MI HERMANA

Todo empieza el día en que nace mi hermana Sofía, en la bonita y acogedora ciudad de París, Francia.

Era un día cálido, sofocante y despejado para dar una bonita  bienvenida a mi querida hermana.

Fue unos de los días más bonitos de nuestras vidas, pero no sabíamos que todo iba a cambiar.

Estuve viviendo con Sofía desde que era muy pequeña, las dos tenemos una edad muy similar, pero la más pequeña es ella.

Las dos desde pequeñas nos queríamos mucho, juntas hemos vivido muchas vicisitudes, como el recuerdo que tengo cuando hicimos el viaje a las islas Maldivas, que para mi fue el más bonito, ya que me gustó mucho la tranquilidad del lugar.

Empezamos en una escuela pública a la edad de 5 años, y las dos éramos bastante  buenas estudiando.

La escuela se llamaba Cervante y se situaba en el norte de París a dos paradas de metro de casa, la escuela era muy grande y con muy buena reputación.

En la escuela yo tenía muchos amigos, pero mi hermana no era tan popular como yo por culpa de su timidez.

La verdad es que no tengo muchos recuerdos de París porque nos mudamos poco después a Londres por el trabajo de mis padres a la edad de los 6 años, y nos costó mucho acostumbrarnos ya que en París los pocos recuerdos y la vivencia era muy buena y nos gustaba mucho.

En la escuela de Londres se llamaba High the Shard, las instalaciones eran muy chulas pero lo que nos faltó eran lo amigos, ya que teníamos bastantes  pero no eran tan buenos como los que teníamos en París, la verdad es que fue un poco duro cambiar de cole, ya que tuvimos que  aprender una nueva lengua en la que no sabíamos nada,y la gente se reía de mí y de mi hermana, pero igualmente lo superamos todo ya que yo y mi hermana nos ayudamos mutuamente.

Para mi, mi hermana ha sido todo, como decirlo, sin ella no podría haber hecho nada, porque cuando necesitaba algo ella estaba allí, y cuando ella necesitaba algo yo le ayudaba.

Me acuerdo que había un chico llamado Richard que no dejaba en paz a mi hermana, entonces decidí decírselo a mis padres  para que hicieran algo, a los días me enteré que ese chico estaba en un internado ya que mis padres como tenían mucho dinero le pagaron a la familia para que lo metieran ahí.

Hasta hace unas semanas todo iba super bien, pero desde hace unos días ocurrió una cosa trágica, a mi hermana la asesinaron por la noche.

Hoy la policía nos ha dicho que han pillado al culpable, se llama Richard, entonces me acordé de el.

Entonces me pasé pensando todos los días que hubiera pasado si no le hubiera dicho nada a mis padres.

Esta història intenta transmitir un mensaje, que es el siguiente:

Vive la vida con humildad, y si alguien te molesta ignórala.  

 

 

 

El Viaje de la Estrella Dari 

Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas, una joven llamada Samira que soñaba con las estrellas. Cada noche, se sentaba en el tejado de su casa, mirando el cielo y deseando poder tocar una de esas brillantes luces. Un día, mientras exploraba un bosque cercano, encontró un extraño objeto brillante entre los árboles. Al acercarse, se dio cuenta de que era una estrella caída.  ´-Dari: Hola, ¿Cómo te llamas? -Samira: Hola, me llamo Samira, cómo has llegado aquí si eres una estrella? -Dari: Me he caído del cielo porque he perdido mi brillo en mi camino a casa, puedo sentir que tienes un corazón puro y lleno de sueños. -Samira: Uy que mal, ¿Puedo ayudarte en algo? -Dari: Necesito que una persona con un buen corazón me ayude a recuperar mi brillo, ¿Me puedes ayudar? -Samira: Vale, ¿Cómo te puedo ayudar?   La estrella, llamada Dari, tenía un brillo especial y una personalidad chispeante. Dari le explicó a Samira que había caído del cielo porque había perdido su luz. Para volver a casa, necesitaba la ayuda de alguien con un corazón puro y lleno de sueños. Samira, emocionada, aceptó ayudarla.    Juntas, hicieron un viaje lleno de aventuras. Se enfrentaron a tormentas, cruzaron ríos y conocieron a criaturas mágicas que les ofrecieron su ayuda. A lo largo del camino, Samira aprendió sobre la importancia de la amistad, la valentía y la perseverancia. Cada vez que superaban un obstáculo, Dari recuperaba un poco de su brillo.  -Samira: ¡Estás recuperando tu brillo! -Dari: Sii, muchas gracias, si no hubiera sido por ti no lo hubiera logrado  Finalmente, llegaron a la cima de la montaña más alta, donde se encontraba el Portal de las Estrellas. Samira, con el corazón lleno de amor y gratitud, ayudó a Dari a regresar a su hogar en el cielo. Antes de partir, Dari le prometió que siempre la miraría desde arriba y que sus sueños nunca dejarían de brillar.  Desde entonces, cada vez que Samira miraba las estrellas, sabía que una de ellas era su amiga Dari, recordándole que los sueños son posibles si tienes el valor de perseguirlos.  Y así, Samira siguió soñando, sabiendo que la magia de la amistad y la esperanza siempre estarían con ella.                                                                                                                                                                                        Yancel Tapia

Hora de aventuras

En una isla hay 2 aventureros, llamados Mateo y Werwik. Han decidido explorar la isla, han encontrado una cueva “misteriosa”. Se meten adentro de la cueva y se encuentran una tribu (llamada sigma boys). Les amenazan diciéndoles que encuentren el tesoro de Manhattan o si no los matan…

– Vamos a explorar esta isla, dijo Mateo

– Ok, a ver qué nos encontramos Respondió Werwik

–Vamos a ver esa cueva misteriosa. Mateo

Entraron a la cueva y se encontraron a una tribu  encontraron a un gordo de una tribu 

– Hola, soy el jefe de la tribu,Nuestra tribu se llama Sigma Boys 

– Hola ,nosotros somos 2 aventureros de españa Respondieron los aventureros

– Nos la pela.Ahora mismo vais a hacer una misión o os vamos a matar!. Les gritó el gordo de la tribu

– Vale, tío, relájate. Respondió Werwik

–No estoy de humor para estas payasadas vais a ahora mismo o ya sabéis lo que va a pasar. Respondió bruscamente el gordo de la Tribu

– Vale tio que hay que hacer?  Pregunto Mateo

– Tenéis que ir a una isla y encontrar un tesoro misterioso.

– Joder vaya mision tenemos que hacer Dijo Werwik

– Ya ves tio que pereza ir hasta ahí. Asumio Mateo

Van en busca del tesoro en lancha, lo que no sabían es que se encontraron a un monstruo .

 

– ¿Qué es eso? Dijo Mateo

–  No se, parece un animal o algo raro. Respondió Werwik

– Voy a ver con los prismáticos. Dijo Mateo. Ostia es un monstruo

– Qué dices. Mateo le pasa los prismáticos. Rayo y centellas es verdad tienes razon

De repente el monstruo empezó a dar vueltas y creo un remolino

–¡No puede ser, ha creado un remolino!

– ¡No te quedes parado, hay que volver! ¡Enciende el motor rápido!

– El motor no hace nada, la corriente tiene más fuerza, ¡estamos en la ruina!

 

Mateo y Werwik no pudieron hacer nada y el remolino se los tragó. Con suerte no se ahogaron y se aferraron a una madera que había por el mar, pasaron 1 día a la deriva en medio del océano hasta que llegaron a una isla. En esa isla con mucho esfuerzo construyeron una barca improvisada con remos.

– Ahora podemos volver a buscar la isla dijo. Dijo  Mateo 

– ·A por la isla! a. Respondió Werwik

En medio del océano se encontraron una botella

– Mira una botella Dijo Werwik

– ¡Cogela! Respondió Mateo  

– ¿A ver que hay? ¡Qué suerte tenemos, es un mapa del tesoro que buscamos! 

– Por fin un poco de suerte. Dijo Mateo

Con un poco de suerte Mateo y Werwik fueron directo a la isla. 

– Creo que es esa la isla. Afirmó Mateo

Cuando llegaron a la isla vieron una señal que indicaba que el  tesoro estaba al lado de dos palmeras y una roca.

– Vale se supone que aqui esta el tesoro.

Empezaron a cavar con las manos porque los de la tribu no les dieron palas.

– ¿Bueno y qué haremos con el tesoro? Dijo Werwik

– ¿Cómo  no se lo vamos a dar a la tribu? Respondió Mateo

– Tu eres tonto? No ves que nos han dejado sueltos que podemos hacer lo que queramos con el tesoro.

– Rayos tienes razón.

– El plan es, escondemos el tesoro en esta isla, cuando lleguemos a la isla de la tribu le damos solo el cofre sin el tesoro, pillamos una lancha sin que se den cuenta, volvemos a esta isla cogemos el tesoro y nos chutamos a España

– Vale haremos eso.

Llegaron a la isla Mateo les dio el cofre y cuando la tribu se llevó el cofre a la cueva del principio ellos cogieron rápidamente la lancha y fueron hacia la isla del tesoro. Aparte de los de la tribu había más gente que quería el tesoro.

 

– ¿Quiénes son esos? Y que hacen cojiendo nuestro tesoro. Dijo Mateo

– Parecen piratas que liada no?  Respondió Werwik

– Que pesados primero los de la tribu ahora esta gente.

Cuando parecía que iban a pelear por el tesoro los piratas acabaron siendo majos.

– Que hacéis, es nuestro tesoro! Grito Mateo 

– Ostras en serio lo sentimos mil disculpas, pensábamos que no era de nadie. Respondió el Capitán

Entonces los piratas se fueron en su barco y los aventureros empezaron a meter el tesoro en una bolsa.

– Pues al final me han caído bien los piratas. Dijo Werwik

– Ya, yo pensaba que nos iban a atacar al decir que era nuestro el tesoro. Bueno da igual lo que importa es que tenemos el tesoro y nos haremos ricos. ¿Tu qué harás con el dinero? yo me voy a comprar un lambo. Preguntó Mateo

– Yo creo que me voy a comprar una mansión así viviré de lujo. Respondió Werwik

 

Emprendieron su viaje hacia España, donde pasaron por el ecuador de la tierra, por América del sur y áfrica. Cuando estaban apunto de llegar, la lancha se quedó sin combustible, por suerte quedaron al lado de Marruecos y fueron nadando con el tesoro, en marruecos les pasaron mil cosas, pero eso es otra historia,

Sin rumbo, pero contigo

― ¡Vete a la mierda! Escuché gritar a mi madre hacia mi padre, sin embargo, ya estaba acostumbrada, porque no era la primera vez que sucedía y seguramente tampoco sería la última. Aparte, ya estaba harta, cada día era lo mismo y, aunque no me gusta decir esto, la verdad es que me estaba afectando mucho.

Decidí salir a tomar el aire, hace tiempo que en casa ya no me sentía cómoda y, cuando sucedian este tipo de cosas, prefería estar en todos lados menos ahí.

Pero cometí el error de dejar que los problemas de mis padres afectasen a mi vida, me metí en muchos líos y con gente muy peligrosa, por ejemplo, me acuerdo de esa vez en la que, borracha, decidí pelearme con un tío al que le debía dinero  que me doblaba en edad y fuerza. Acabó, como era de esperarse, conmigo tumbada en el suelo, y con la nariz rota. Tumbada en el suelo me puse a llorar, me sentía realmente mal y sentí que decepcionara a mis padres. Pasaron las horas, y cuando me desperté de madrugada con un fuerte dolor de cabeza, y desubicada, me fui a mi casa. Esa noche, mis padres ni siquiera se preguntaron dónde estaba, si estaba bien, o lo más obvio, que me había pasado en la nariz. Decidí quedarme a dormir en casa de mi amiga, y a la mañana siguiente, cuando volví a la mía, en vez de preguntarme donde había pasado la noche, mis padres me regañaron por no haber tendido la ropa, que según ellos, era mi única responsabilidad. 

Al día siguiente, tomé una decisión que cambió mi vida. Me iba de casa. No aguantaba más las frecuentes discusiones entre ellos, y quería disfrutar mi adolescencia. Decidí llamar a Martina, la chica que la noche anterior me había acogido en su casa, y mi única amiga. Pensé en ella ya que sus padres viajaban mucho, y siempre estaba sola.  Al venir de buena familia, su casa no era modesta, con varias habitaciones de invitados, y todas las comodidades posibles.

Gracias a dios mi amiga me dejó quedarme allí, la verdad es que vivir con ella fue una maravilla, pero la segunda noche me entró el miedo de que mis padres me buscasen ya que era obvio de que se darían cuenta de que no estaba en casa. Pero eso eso no pasó, y aunque no quería volver para oír sus discusiones, vivir metida en líos y en un lleno de cucarachas sin un poco de limpieza, me sentó mal no ver carteles míos por la calle donde pusieran fotos mías y pusieran “niña perdida” o algo por el estilo.

La pena fue más leve de lo que hubiera sido si no fuera por Martina, la verdad es que ella fue muy buena conmigo y yo nunca terminaré de agradecerle todo lo que hizo por mí porque sinó mi vida hubiera sido muy diferente. Sin embargo, aunque Martina hizo que la tristeza fuera más leve, igual fue muy dolorosa. Fue tanta que volví a consumir drogas, pero con el dinero que me había regalado Martina, claro. Tan solo enterarse, Martina me regañó como una madre, ya que le prometí cambiar mi vida para mejor y, creerme que yo quería hacerlo. Ese día que volví a probar drogas por culpa de mi tristeza, Martina intentaba ayudarme, pero no se puede ayudar a alguien que no quiere ayuda, y no es que yo no la quisiera pero estaba muy adicta, sabía que estaba mal pero me hacia distraerme, olvidar mis preocupaciones.

Cinco meses más tarde pasó algo que me haría dejar las drogas para siempre, bueno me haría dejar las drogas y los líos, porque se me  ha olvidado mencionar que aun estando con Martina me había vuelto a meter en líos una y otra vez, pero de esos líos pude salir gracias a ella. El tema, un domingo de maratón de películas que hacíamos una vez al mes Martina me dijo que mirase a la ventana del frente, que había un chico guapísimo. Mi amiga me dijo que era nuestro vecino y que ella había hablado con él años atrás, que era muy dulce, simpático y que tenía un año más que nosotras, Martina me dijo que me lo intentase ligar, pero a mi no me interesaba, yo estaba muy ocupada pensando en mis padres. 

Nos quedamos espiandolo con binoculares un buen rato, porque así nos divertíamos un poco. Gabriel, que era como se llamaba el chico, se giró hacia nosotras y nos sonrió, qué vergüenza, me quería morir así que rápidamente baje la cortina.

Al día siguiente en el portal de casa me encontré a Gabriel, este me vió llena de moratones por… Bueno no voy a enrollarme, me invitó a pasar a su casa y como yo no tenía nada que perder, pasé. Me dijo que me sentase en el sofá y él fue a por hielo, me preguntó que me había pasado y me inventé cualquier excusa mientras él me curaba los maratones. Hablamos un rato y me di cuenta que lo que había dicho Martina era cierto,era dulce, amable, simpático, muy divertido y guapísimo, pero a pesar de eso, en ese momento no me gusto ni lo más mínimo, en fin me cayó bien y ya, pero él no paraba de piropearme, “Que guapa eres”

“El que sea tu novio ha de ser muy afortunado” y cosas así, pero no me molestó, pasamos un rato increíble. Nada más llegar a mi casa se lo conté a Martina y ella se alegró y me dijo: “Ya es tuyo” y me guiño un ojo, pero de verdad que a mi no me atraía ni lo más mínimo, osea era guapo pero ya. 

La vida me sonreía, ya había olvidado el asunto de mis padres, bueno, hasta ese momento. Era el lunes 25 de Julio y hacía muchísima calor, así que Martina y yo fuimos a la playa y nada más llegar me quedé en shock.

 Recuerdo que tenía un helado de limón en la mano el cual se me cayó, también recuerdo el tacto de una lágrima en mi mejilla derecha. Nada más llegar a la playa vi a mis padres con un niño de más o menos un mes de edad. Mis padres sonreían como la familia perfecta. No pude aguantar ver esa imagen, eran mis padres, los mismos que habían pasado de mi tantos años, los mismos que ahora eran la razón por la que estaba perdida por el mundo, eran una pareja que se veía feliz y sin preocupaciones. De la nada solté un chillido, no lo hice a posta simplemente se me escapó, pude ver como todos en la playa me miraron como si estuviera loca, pero no me importó. Lo que realmente me impactó fue ver como mis padres me miraron con indiferencia, como si no existiera, como si hubieran pasado tantos años que ya no me reconocieran. Quizá el problema era yo.

Salí corriendo de allí, me sentí triste pero también con rabia,  me dió muchísima pena ver la mirada fría de mi madre hacia mí, la mirada de odio de mi padre, y lo felices que parecían, pero lo que más me dolió fue ver a la niño riendo y jugando con ellos. Tenia que ser una broma, ¿Ese puto bebé antes que yo? 

Una vez en casa me eché a llorar como si no hubiera un mañana, hasta que llegó Martina. Ahí me derrumbé en sus brazos,y entre sollozos le pregunté qué había hecho para merecerme esto. ¿Por qué mis padres no me querían? ¿Porque no podía dejar de lado la mala vida? Ella me acarició el pelo, y me empezó a consolar, diciéndome que yo era una chica muy especial, y que a pesar de todo lo que había sufrido, nunca había perdido mi esencia, y que eso le gustaba mucho. Aunque no me creí ni una sola palabra de lo que dijo, dentro de mí creció un sentimiento de agradecimiento, porque por primera vez, me sentía querida por alguien. 

Decidí preguntarle algo que, desde hace tiempo, me rondaba por la cabeza.

-¿Por qué eres tan buena conmigo? Martina me explicó que ella también se sentía sola, y que al conocerme a mí, todo había cambiado. Por otra parte, porque sabía lo que era que no te prestaran atención, aunque ella sabía que sus padres no se la prestaban porqué no podían. La verdad es que en ese momento, me sentí fatal. Yo había llegado a su casa, y lo único que había hecho era abrumar con mis problemas. Me sentí tan culpable por todo, que la abracé. La abracé como nunca.

Cuatro días más tarde, en mi cajón de sujetadores encontré unas pastillas. Una sustancia ilegal, que, al verla me hizo replantearme volver a consumir. Desde el incidente de la playa, había intentado no caer en la tentación , pero ver tantas en un cajón me recordó lo bien que me sentía cuando las consumía, y decidí tomarme una. Solo una. Eso sí, se lo dije a Martina,y aunque no estuvo conforme, sabía lo mal que me sentía y lo difícil que era salir de ahí, así que no se quejó.

Con el paso del tiempo, nuestra amistad se fortaleció, y una tarde, decidimos ir al cine, sin embargo, al volver me empecé a sentir muy mal y me dió  por vomitar. Sin embargo, este no era del color habitual, sino de un rojo bastante extraño. Al cabo de unos segundos, me di cuenta, era sangre. Gabriel, me llevó corriendo al hospital, y al llegar, el médico me dijo que se trataba de una intoxicación por pastillas. Entonces entendí que si seguía consumiendo, me mataría lentamente, y aunque hace unos días esa idea me podría haber gustado, ahora tenía claro que quería poder vivir la vida que me esperaba por delante. Sin embargo, sabía que dejarlo no era algo fácil. Me producía una sensación de bienestar, y me hacía olvidarme de mis problemas momentáneamente, por lo tanto sabía que tenía que tener mucha fuerza de voluntad.

Después de ese incidente, intenté dejar de consumir, y aunque al principio era difícil y caía constantemente, poco a poco lo iba dominando. Aun así, meses después tuve la primera recaída, al recibir una llamada de mis padres dándome un ultimátum. O sacaba mis últimas cosas de casa, o las iban a quemar. Ese día, me acuerdo que estaba demasiado cegada por el dolor, y sin ser consciente, llamé a mi camello. Le pedí veinte gramos de coca, y aunque al saberlo, Gabriel y Martina me advirtieron que era mucha cantidad y que no poseía el dinero para comprarla, me dio igual. Eran 2.000$, ya buscaría la manera de pagarlo. 

Cuando el camello llegó, le confesé que aún no tenía el dinero, y aunque se mostró receloso, me dijo que me daba como mucho un mes para recolectar lo que le debía, o me podía ir despidiendo, porque él personalmente se encargaría de hacerme desaparecer.

Dos horas más tarde llegué a mi casa hecha un desastre, Martina y Gabriel me preguntaron que me había pasado y yo les expliqué todo. No sabéis qué cara se me quedó cuando Gabriel me dijo que me lo podía pagar, pero solo lo haría si yo paraba de consumir drogas, que aparte de ser malas me estaban matando. Acepte, y muy feliz, le di un gran abrazo y un beso en la mejilla. Extrañamente, al hacer eso él se ruborizó, y aunque no le di mucha importancia, me pareció.. Curioso.

Al día siguiente quedé con Gabriel en la plaza de nuestro barrio, para ir a entregarle el dinero al camello, y aunque por una parte me sentía culpable, por la otra solo quería zanjar el asunto cuanto antes. Pero había otro asunto, que al igual que con Martina, me rondaba por la cabeza. — Gabriel, ¿Porque eres tan amable conmigo?  Es decir dar 2.000 euros por mi? En fin se que somos amigos pero todo ha sido muy de repente. Entonces, sin previo aviso, me miró, me cogió el rostro y me  dio un beso tímido aunque lleno de pasión.  Estaba muy confundida, y sin embargo, yo le continué el beso. No sé porque lo hice, supongo que fue un poco la tensión del momento. Pasaron unos segundos, y cuando los dos nos recuperamos del shock, me habló: Perdón valeria, yo… No se como se me ha podido ocurrir, de verdad. Supongo que no te lo esperabas, yo también estoy muy confundido, pero supuse que era un  buen momento para pedirte una cosa, ya que vamos a morir -dijo medio en broma- desde el primer día en el que nos cruzamos no he dejado de pensar en ti, y aunque no nos conocemos mucho, eres la primera persona que me a gustado.. ¿quieres ser mi novia?

La pregunta me cogió muy desprevenida, y sentí como el rojo se apoderaba de mis mejillas. ¿Que se supone que tenía que decir ahora? Admito que Gabriel era un chico muy atractivo, y era una de las pocas personas mas buenas que había conocido. No se si fue por pena o porque de verdad sentía algo, pero acaba aceptando su propuesta, y nos fundimos en un último beso antes de seguir avanzando. 

De camino, me explicó que llevaba una pistola de agua en el bolsillo trasero del pantalón, y aunque no era muy útil, conseguiría mantener al margen a los camellos, ya que realmente parecía una de fuego.

Sin darnos cuenta, llegamos al punto de quedada. Un callejón sin salida, alejado de todo. Allí no había nadie, aunque nos llamó la atención un papelito pegado en la esquina, donde decía lo siguiente. “DEPOSITAD EL DINERO EN EL CUBO DE BASURA DE LA IZQUIERDA Y LARGAOS POR DONDE HABÉIS VENIDO”. 

Nos disponíamos a hacerlo, cuando escuchamos una voz 

-Cambio de planes amigos míos

Se me helo la sangre. ¿Y ahora qué? Pensé en salir corriendo, pero descarté esa idea en seguida cuando vi a otros tres personajes encapuchados avanzando hacia nosotros. De repente, la voz volvió a hablar.

– He visto que el payaso que está a tu lado tiene un reloj. Dámelo.

Note como Daniel cerraba los puños, pero no se atrevió a moverse más.

-QUE ME LO DES YA JODER

Supe que si no hacíamos lo que pedía la posibilidad de salir sin vida se multiplicaba, así que lentamente le cogí la mano a mi “amigo” y le quité el objeto dorado de la muñeca. Este me miró sorprendido, pero antes de poder quejarse, un encapuchado se acercó y me lo arrebató sin ningún esfuerzo. De repente, empecé a escuchar susurros a mis espaldas, y aunque no me atreví a girarme, no pude evitar prestar atención.

 

-Jefe hay que irnos

-No me jodas, has visto al rubio ese? Tiene mucha pasta 

-Pues lo aprovecharemos, pero no ahora, los maderos pasan por aquí a menudo, no quiero más líos.

 

Un silencio incómodo se apoderó del lugar, aunque un par de minutos después, el camello soltó una última frase antes de desaparecer.

”NOS VOLVEREMOS A VER, NO TENGÁIS NINGUNA DUDA”. 

La estridente voz, sonó por última vez ese día, sin embargo Gabriel y yo tuvimos la certeza de que pronto recibiremos otra visita de nuestro nuevo “amigo”.

 

En cuanto estuvimos seguros de que se habían ido, Gabriel y yo nos giramos hacia atrás, y al no verles, empezamos a correr sin detenernos, hasta llegar a la plaza donde habíamos empezado el recorrido. De ahí, ya un poco más calmados, recobramos la caminata, esta vez hacia la casa de Martina. Al llegar, tuvimos que ponerla al día con todo lo que nos había ocurrido, que no era poco, y aunque al principio prefería no hacerlo, también le acabamos contando nuestra inesperada relación. Al principio no reaccionó, pero a medida que pasaban los minutos, su cara iba pasando por todas las fases posibles, hasta quedarse con una poco… Agradable.

Al día siguiente, nada más levantarme, ví como entraba una piedra desde mi ventana. Esta, tenía una nota que decía lo siguiente. “Más te vale depositar 50 euros mañana mismo a esta cuenta si no quieres morir.” en cuanto la leí, un miedo terrible se apoderó de mí, pero Gabriel y Martina se lo tomaron con tanta calma que me alivió mucho, dijeron que probablemente sería una broma, y que la cuenta que ponía en la nota probablemente ere inventada.

Días más tarde, al llegar a casa después de una sesión de cine con Gabriel, vi cómo todo estaba por el suelo, los jarrones caros de la madre de Martina estaban destrozados, las joyas de Martina y de sus padres habían desaparecido, los ordenadores, Ipads, tablets, móviles ya no estaban, pero lo peor fue entrar a la cocina y ver la lechuga, los huevos, los tomates, el pan todo por el suelo etc. Sin embargo, al llegar a la cocina, nuestra ansiedad aumentó cuando nos encontramos una nota que decía: “Queremos 1.500$ para pasado mañana, como en 48h no los tengamos en nuestra cuenta, acatad las consecuencias.” Junto a esa nota, había una mucho más inquietante: “por cierto, olvidaros de vuestra amiguita si no pagais”.

Nada más leer eso me eché a llorar, habían secuestrado a mi mejor amiga, a una de las pocas personas que me quería, una de las pocas personas que me entendía, que me aceptaba. No veía mi vida sin otra persona que no fuera ella a mi lado. 

Después de llorar mucho Gabriel me dijo que fuéramos a denunciar, también me comentó que él podía pedirle un préstamo a sus padres, abuelos, tíos, primos y amigos, dijo que si le pedía a todos y yo llegaba a juntar unos cien euros llegábamos justos. La policía revisó todo el piso en busca de huellas o algo por el estilo pero nos dijeron que no encontraron nada y que no teníamos pruebas, yo pensé que alomejor podrian llegar a los mafiosos por la cuenta a la cual depositar dinero, pero la cuenta no tenía un destinatario como tal sino más bien estaba vinculada a una empresa sin dueño, que además tenía pinta de estar medio abandonada.

Esa noche, Gabriel y yo tuvimos una charla. Me dijo que con un poco de suerte, en unas horas había conseguido el dinero necesario. Sin embargo, con cara triste, me confesó que aunque toda su vida había tenido dinero, últimamente el negocio de su padre estaba en la ruina, y le sabía mal cogerle tanto dinero a sus espaldas. Me sentí fatal por él, no se merecía todo eso, y en parte sabía que era culpa mía.

Al día siguiente, al despertarme, me di cuenta de que tan solo faltaban unas 20 horas para que entregaramos el dinero. Gabriel se había quedado a dormir, pero decidí no molestarle. Me sentía culpable por todos los problemas que le estaba trayendo a la vida, así que lo mínimo que podía hacer era dejarle descansar.

Doce horas antes de tener que dar el dinero me sentí excesivamente mareada, y justo cuando Gabriel entró para venir a abrazarme, al levantarme de la cama me desmayé y me desplomé en el suelo. Gabriel nada más verme allí tirada me llevó de urgencias, al despertarme agradecí tenerlo allí enfrente mío. Estaba tan guapo, tan atractivo, y se veía tan preocupado que sentí que si llegaba a perderlo me moría.

Decidí preguntarle qué me había pasado, sin embargo él habló antes de poder decirle nada.

-¿Qué cojones has hecho, Valeria? Teníamos un trato, y no lo estás cumpliendo. Me dejo la piel por ti, mi padre se está arruinando, pero aún así yo te estoy ayudando económicamente, pagandote las citas del médico, y me lo agradeces drogándote con MI dinero. Paso. Valeria tu y yo hemos roto, no voy a dar nada por alguien como tú.

Seguramente Gabriel esperaba que yo me disculpara, me pusiera a derramar lágrimas como loca o le suplicase, pero ni siquiera fui capaz de hacer eso. Simplemente agaché la cabeza como cuando de pequeño coges un trozo de más de pastel. Deseaba llorar pero no quería que todos los del hospital se enteraran de mi caso, antes de darme cuenta Gabriel se había marchado y yo me había quedado sola. 

Salí fácil de allí, obviamente no me dejaban irme hasta que me recuperara del desmayo, pero se despistaban muy fácil, y con mi experiencia de colarme en casas para llamar la atención de mis padres fue pan comido.

 Otro de mis principales problemas es que apenas tenía dinero, y faltaban unas cinco horas para que el plazo terminará. Pensé en llamar a mis padres, pero para ellos su hija estaba muerta. Intenté buscar un trabajo, sin embargo no tenía un buen currículum, incluso me puse a mendigar, pero no me daban más de dos euros la hora. Frustrada, me fui hacia casa, y al llegar al edificio, le vi. Gabriel tenía los ojos rojos y llorosos, y aunque hacía apenas unas horas que nos habíamos visto, se había cambiado para ponerse su bonito pijama azul.

Esa imagen me desoló, y aunque no estaba nada segura de lo que iba a hacer, pique su timbre.

La puerta se abrió lentamente, y al cruzar miradas, supe lo mucho que la había cagado. Quería decirle que lo sentía mucho, que era una imbécil, pero que no quería perderle, porque me había dado cuenta de que no veía un futuro sin él a mi lado, sin embargo no me salían las palabras.

Estuve un buen rato sin decir nada, así que me cerró la puerta en la cara, se que me lo merecía pero no me iba a rendir, si he podido contra las drogas puedo con esto, no me quedaré de brazos cruzados.

Una vez en mi piso, decidí llamar a la policía. Ella sabría qué hacer.

Más tarde, cuando esta llegó. Solté todo acerca de los mafiosos, les dije donde los solía encontrarlos y cómo eran, las amenazas que habíamos recibido y el secuestro de mi amiga.  Por lo visto, gracias a eso reunieron pistas suficientes para encarcelar a los mafiosos, porque sin yo hacer nada más me trajeron a Martina de vuelta.

Hablamos con los padres de Martina así que decidieron quedarse con ella un mes, a mi me dejaron quedarme en su casa hasta tener un buen trabajo, siempre y cuando buscara uno rápido como camarera o algo por el estilo, algo para de mientras reunir dinero.

Me volví la cajera de un supermercado. Fui a alcohólicos anónimos, a sitios de desintoxicación, fui al psicólogo, y  cada miércoles charlaba durante 30 minutos con Martina. En ese momento supe que era feliz. Tenía una familia que me apoyaba, una mejor amiga maravillosa y un trabajo estable. Solo me faltaba una cosa. Gabriel.

Decidida le toqué el timbre a Gabriel, no estaba segura de que le diría, en cuanto me abrió la puerta corrí a darle un abrazo, le dije que lo amaba, que un día sin él era como una semana entera sin verlo. Fui cursi lo admito, pero estoy orgullosa de decirlo, estoy orgullosa de poder expresar mis emociones sin sentir miedo al rechazo.

El caso es que me perdonó y sentí que mi vida ya estaba tomando rumbo, sentí que ya tenía sentido, solo tenía una cosa pendiente. Llamarlos, llamar a mis padres.

Llamé a mi casa y no atendió nadie hasta pasar unas horas, creo que si no fuese por Gabriel no hubiese aguantado la llamada porque nada más respondió mi madre pude escuchar la voz de un niño de fondo, sentí que me desmayaría ahí mismo, pero tenía que ser fuerte, por mí por mi vida y el rumbo que esta estaba tomando gracias a mí.

Fui al grano, le pregunté tal cual porque no me quería y le pregunté por qué nunca me prestó ni un poco de atención, casi me hecho a llorar cuando me dijo lo siguiente, por suerte Gabriel, al ver que mis ojos se empañaban de lágrimas me abrazó, y mi madre me dijo que yo no era su hija, sinó que yo había sido el error de su hermana y que esta al tener el bebé se lo dejó a ella, pero ella y su marido solo me recibieron con odio porque yo les recordaba a su infertilidad y lo injusta que es la vida, ya que ellos aunque dieran un riñon por uno, no podrian tener un bebé, mientras que su hermana los tenía sin quererlos. 

Pero eso no es justificable, por muy triste sea lo que les haya pasado tenían a un ser vivo en su cargo, si no me querían solo debían dejarme en un centro social o un sitio donde me pudiera sentir querida. 

Una mínima preocupación por tu sobrina, pero en vez de adoptarme como hija o quererme como una me dejaron hacer lo que quisiera, dejaron que me metiera en líos en los cuales podría haber muerto, y todo eso sin sentir la más mínima preocupación por mi. Luego ellos adoptaron a un bebé. Intenté llegar a mi madre de alguna manera pero fue un gasto de energía y tiempo. 

Por suerte nada más terminar de hablar con mi tía Gabriel me llevó al parque, y me hizo olvidar todo, aparte no iba a dejar que gente que ni siquiera eran mis padres arruinaran mi vida.

Por suerte podría olvidar el asunto, por lo menos mañana ya que es mi cumpleaños y lo voy a celebrar yendo a esquiar, los padres de Martina, que son como los míos, les han pagado todo a todos mis amigos y ahora a Gabriel para que vayamos a esquiar por mi cumple.

18/04/2025

Ya he cumplido 17 años, los he cumplido hoy mismo, todos los regalos que me han regalado son estupendos, pero como siempre Gabriel resalta de una manera maravillosa, lo amo y creo que lo nuestro será de por vida, nunca en mi vida creí o quise encariñarme tanto con alguien. Menos creí enamorarme en la etapa en la que le conocí a él.

Ahora mismo Martina, Gabriel, mis nuevos amigos y mis padres, digo los padres de Martina, estan esperandome para ir esquiar, mi vida es maravillosa y estoy orgullosa de ella, y orgullosa de mí, en mi peor momento logré salir a flote, logré todo cuanto tengo, logré la amistad de Martina y el amor de mi novio, pero solo con haber conseguido a alguien la mitad de lo que es Martina ya me consideraría afortunada, pero no soy eso, soy mucho más que eso.

FIN

Yarai y Mara

El inesperado vínculo entre Hannes y Shamu

Había una vez un chico de 11 años llamado Hannes, lamentablemente huérfano porque su madre en el parto padeció la muerte materna obstétrica. Hannes representaba una cara arrugada con unos labios rojizos y un cuerpo atlético. Los labios son parecidos a los de un hámster y con unas cejas juntas. El chico sufre autismo, y le encantaba observar las pequeñas cosas de la vida. Detalles que otros pasaban por alto, como el suave movimiento de una hoja llevada por el viento o el reflejo de las nubes en el agua, eran para él momentos de pura fascinación. A menudo se encontraba sumido en estos pequeños momentos, disfrutando del mundo en su forma más tranquila y sencilla.

Un día, después de comer, decidió relajarse viendo un poco la televisión en el comedor de su cabaña ubicada en el extremo de un bosque frondoso con árboles altos y robustos cuyas abundantes hojas limitan la expansión de la luz del sol y su llegada a su interior. Mientras nuestro protagonista oía sonidos provenientes de animales de su alrededor y que se comunican para expresar sus emociones y sentimientos, e iba cambiando de canal, se topó con un anuncio sobre una bella y amable orca llamada Shamu, que iba a hacer un espectáculo en el acuario justo a unos kilómetros de su hogar.

Hannes se quedó fascinado porque es muy amante de los animales acuáticos. Siempre había tenido una especie de obsesión con los animales marinos, y ver a esa enorme orca saltando y haciendo trucos le pareció lo más impresionante del mundo.
Durante días, su mente estuvo llena de imágenes de Shamu haciendo acrobacias espectaculares en el agua mostrando un estado excitado, apoteósico y pletórico de alegría y felicidad.

El muchacho, ansioso de compartir esta experiencia ficticia con su padre cuarentón, con un cabello sedoso, la cara ancha, una frente abombada, y unos ojos ausentes y con las mejillas rudas.

Pero se caracterizaba más por el carácter fiable, alegre y trabajador que siempre manifestaba. Se dirigió a la sala de estar y le espetó de forma directa y sincera;

— Papá, ¿me das dinero para ir a ver a la orca? — preguntó Hannes, con sus grandes ojos brillando de emoción. Raúl sonrió al ver la pasión en los ojos de su hijo. Sabía lo importante que era para él vivir esas experiencias tan especiales, aunque a veces fuera difícil para Hannes interactuar con el mundo de una manera convencional.
— Te daré el dinero, ya que sé lo importante que es vivir este tipo de experiencias dijo el padre, dándole una sonrisa llena de cariño.

Enseguida puso su bondadosa mano en el bolsillo derecho de un pantalón azul de tirantes y sacó un monedero anticuado y arrugado donde había más calderillas que billetes y le dio un par de billetes de cinco euros sin pensárselo mucho.

Hannes, muy agradecido, agarró el dinero con manos temblorosas de emoción y, sin perder tiempo, le dio las gracias y se marchó rumbo al acuario. La idea de estar cerca de Shamu lo llenaba de un entusiasmo inmenso.

El camino hacia allí fue largo y cansino, pero lleno de ilusión y emoción. No obstante, Hannes lo recorrió con una energía inagotable, como si cada paso lo acercara a su sueño.

Cuando llegó, el sol ya se estaba poniendo dejando atrás un fantástico panorama de atardecer veraniego y las sombras de la noche iban cubriendo el bosque, el muchacho se perdió la mayor parte del espectáculo, únicamente alcanzó a ver el final, cuando la orca hacía su último truco. Shamu saltó a través de un aro gigante, dibujando una estela de agua brillante en el aire. El público aplaudió y vitoreó, pero Hannes sentía un pequeño golpe de tristeza en su pecho. Aunque había visto a la orca en acción, no era suficiente. No había tenido la oportunidad de estar cerca, de sentir esa conexión que tanto deseaba.
Se quedó allí un rato, mirando el agua del tanque, en silencio. La magia de la orca seguía viva en su mente, pero algo faltaba. Entonces, se le ocurrió una idea. Recordó que había una zona restringida, una especie de sala detrás del escenario donde no podía entrar el público. Pero si esperaba a que todo el mundo se fuera y cerraran las puertas, tal vez podría ver a Shamu más de cerca.

Decidió esperar a que se quedara solo el personal, y, cuando vio que todos comenzaban a irse, se coló en esa zona prohibida. Estaba un poco nervioso, pero muy emocionado.

Hannes caminó sigilosamente hacia un cubo donde guardaban comida para las orcas, como peces pequeños. Pensó que, si les daba algo de comer, podría acercarse más a ellas sin que se asustarán. Con mucho cuidado, se agachó para tomar los peces del cubo. Pero en ese preciso momento, perdió el equilibrio, resbaló y terminó cayendo al agua. En un abrir y cerrar de ojos, se vio rodeado por varias orcas, enormes y majestuosas. El miedo le invadió de forma súbita. Estaba en pánico aterrador, y antes de poder reaccionar, se desmayó por completo.
La fría agua lo envolvía, y Hannes no podía entender lo que estaba pasando. Todo fue demasiado rápido. Pero, en ese momento de caos, algo extraordinario sucedió. Shamu, que estaba observando desde el agua, no podía dejar que eso pasara. Al ver al chico hundiéndose, se acercó rápidamente y, con un gesto muy tierno, lo levantó con su hocico, llevándolo suavemente hacia el borde de la piscina.
Cuando Hannes despertó, aún medio aturdido, comenzó a toser y a escupir el agua que había tragado. Estaba confuso, sin saber si lo que había vivido era un sueño o una realidad.

Poco a poco, la imagen de la orca comenzó a hacer sentido en su mente, y cuando vio a Shamu mirándolo con esos ojos grandes y cálidos, comprendió que ella lo había salvado. La orca había sacado su cuerpo del agua y lo había puesto a salvo.
Hannes se quedó aturdido, con el corazón latiendo rápido por la emoción. Un nudo en su garganta lo hizo sentir una mezcla de agradecimiento y admiración hacia ese ser tan increíble. Miró a Shamu con una mirada profunda, como si le dijera en silencio: “Gracias por salvarme”.

Como agradecimiento, Hannes no dudó ni un segundo. Saltó de nuevo al agua, y esta vez lo hizo con una sensación diferente. En lugar de tener miedo, sentía una conexión especial con Shamu, algo que nunca había sentido con ningún otro ser. Nadó junto a ella, y, como si estuvieran sincronizados, ambos se movían juntos en perfecta armonía.
La orca nadaba a su lado, guiando el camino, mientras él la seguía, disfrutando de esa sensación de estar junto a un animal tan increíble. El agua se sentía suave y cálida, y Hannes flotaba con ella, dejándose llevar por la corriente de su propia curiosidad.
Nadaron así, sin prisa, hasta que el sol comenzó a salir, pintando el cielo de colores dorados y rosados. El primer rayo de luz iluminó el agua, creando destellos que parecían magia pura.

El amanecer llegó lentamente, y con él, la sensación de que ese momento era eterno. No importaba que todo hubiera comenzado como un accidente, porque ese accidente había sido el principio de algo mucho más grande.
Hannes, con su corazón lleno de gratitud y paz, se despidió de Shamu con una última mirada. Aunque sabía que no podía quedarse allí para siempre, ese amanecer, esa conexión, jamás lo olvidaría.

Desde ese día, Hannes vivió con una nueva comprensión del mundo: que incluso los momentos más inesperados podrían ser los más hermosos, y que las conexiones más profundas a veces ocurren en los lugares y momentos menos imaginados. Juntos, Shamu y él, compartieron un amanecer que jamás olvidaría.
Y aunque su historia parecía un sueño, la sensación de esa amistad con la orca permanecería en su corazón por siempre.

EL RELOJ DE LAS DOCE CAMPCANADAS

Era diciembre y hacía un frío de miedo, las luces de Navidad iluminaban las calles de Barcelona y alegraba a todo el que pasaba por allí. Julia y Carmen eran dos grandes amigas y aquella tarde, paseaban por la plaza Cataluña,
Era diciembre y hacía un frío de miedo, las luces de Navidad iluminaban las calles de Barcelona y alegraba a todo el que pasaba por allí. Julia y Carmen eran dos grandes amigas y aquella tarde, paseaban por la plaza Cataluña, entre risas, selfis y por supuesto algún TikTok.

Las calles estaban repletas de puestos navideños, figuras del belén y miles de adornos brillantes.

Lo que más llamó la atención a estas dos amigas fue un pequeño puesto muy extraño.

―¿Has visto qué puesto más extraño, Carmen?

–Estoy flipando Júlia. -Dijo Carmen con curiosidad.

El puesto estaba decorado con relojes antiguos, todos diferentes, de muchos colores tamaños y formas. Un anciano atendía el puesto mirando a las chicas fijamente y con una leve sonrisa.

―¿Les interesa algún reloj? ―Dijo el anciano amablemente.

Júlia asombrada, señaló un pequeño reloj con una esfera azul que parecía un trozo de cielo estrellado.

―¿Cómo funciona?― dijo Júlia con intriga.

―Este no es un reloj cualquiera, cada campanada a medianoche abre una puerta a un mundo distinto. Pero cuidado, solo tenéis hasta la última campanada para regresar.

A Carmen le dio la risa y le preguntó al anciano, qué pasaría si no volvieran a tiempo.

―Ese es el riesgo, chicas. ―Dijo el anciano.

Júlia sin pensar demasiado sacó doce euros para comprar al anciano ese reloj tan interesante.

Júlia esto tiene truco, seguro que es un timo, no se te ocurra gastar doce euros en esa chorrada.

Júlia no hizo caso, cogió ese reloj y le dio el dinero al anciano.

Guardó el reloj en su abrigo, y continuaron paseando, riendo y bromeando, sobre lo que les había pasado.

Aquella noche, a las 12 en punto, el reloj empezó a brillar, de una manera extraña, Júlia y Carmen pasaban la noche juntas y las dos se quedaron asombradas al ver el gran destello del reloj, que cegó sus ojos.

Al abrirlos las dos chicas se encontraron en un bosque nevado. Todo era superraro, los árboles eran altísimos, y la nieve brillaba,

Al fondo había una torre de cristal, y le veían una enorme luna, y azul.

―¿Dónde estamos? ―Preguntó Carmen.

―Creo que el reloj nos ha traído aquí. ―Dijo Júlia asustada.

En el bosque había criaturas muy extrañas como lobos con alas, pájaros de fuego y pequeños seres luminosos.

Júlia estaba asustada pero Carmen alucinaba.

Mientras las chicas avanzaban, no dejaban de aparecer criaturas por todos lados y tras un rato caminando llegaron a la torre de cristal. Allí apareció una mujer con el pelo plateado y los ojos en forma de estrella, y mirando a las chicas preguntó.

―¿Qué hacéis aquí?― Dijo la anciana de pelo plateado.

―No fue culpa nuestra, el reloj nos ha traído hasta aquí.― Dijo Júlia.

La mujer se acercó y les dijo, habéis sido elegidas y os quedaréis atrapadas en este mundo, pero si queréis volver, deberéis encontrar la llave del tiempo, antes de la última campanada.

Carmen y Júlia desesperadas subieron hasta la cima de la torre de cristal, pasaron por bastantes seres terroríficos que en la vida humana nunca se verían.

Cuando llegaron a la cima después de pasar un mal rato por los seres, y apuradas porque no quedaba mucho para que sonara la 12 campana, cogieron por fin la llave de la cima y desprendió una pequeña luz azul que de repente las hizo transportarse a la habitación.

Carmen con la llave en la mano dijo. ―¿Esto ha sido real?

.

Júlia le respondió. ― Por supuesto que sí, seguro que nadie nos creería, pero aquella noche de Navidad, será inolvidable para nosotras.

TIC TAC, TIC TAC.

Júlia Palacios, Carmen Alonso.

El joven Tomas

En el pequeño pueblo de San Miguel, donde el sol siempre parecía estar presente y las tardes se llenaban del sonido de balones rodando, había un equipo juvenil llamado Los Halcones. No eran los mejores, pero tenían un corazón que podía competir con cualquier campeón.

El capitán del equipo era Tomás, un chico de 15 años, flaco pero rápido, conocido por su increíble resistencia y liderazgo. Tomás soñaba con llegar lejos, con jugar algún día en un estadio lleno de gritos y banderas ondeando su nombre. Sin embargo, no todo era fácil. Los Halcones nunca habían ganado un campeonato, y eso los marcaba como “los perdedores” del pueblo. La gente decía que su tiempo ya había pasado.

Llegó la gran noticia: el campeonato regional se jugaría en San Miguel. La oportunidad de redimirse estaba frente a ellos. Para Tomás y su equipo, ese torneo era su última oportunidad para demostrar que podían ser grandes.

Durante semanas entrenan sin descanso. Algunos jugadores como Nico, el portero que tenía miedo a los penales, y Carlos, el delantero que no lograba dar un buen pase, mejoraba poco a poco. Lo único que los mantenía unidos era su amistad y la promesa de jugar “por amor al fútbol”.

El día del torneo, el estadio improvisado estaba repleto. Las banderas de equipos rivales ondeaban, y el nombre de Los Halcones apenas se mencionaba. Pero Tomás no perdió la fe: “Juguemos como si esta fuera nuestra última oportunidad”, dijo con voz firme.

Ganaron el primer partido con un gol de Carlos, sorprendiéndose a sí mismos. En el segundo, Nico atajó un penal y fue abrazado como nunca. El pueblo comenzó a murmurar: “¿Será que Los Halcones tienen una oportunidad?”

La final fue contra el equipo favorito, Los Tigres Rojos, que no habían perdido en años. El primer tiempo fue un desastre. Los Halcones perdían 2-0 y la gente comenzaba a irse del estadio. Tomás reunió a su equipo en el descanso:

—¿Ya se dieron por vencidos? Luchamos hasta aquí por algo. No nos iremos sin dejarlo todo.

En el segundo tiempo, Los Halcones salieron con una fuerza inesperada. Carlos anotó el 2-1 tras un pase perfecto de Tomás. Faltando dos minutos, Nico volvió a salvar un penal imposible. La gente que se había ido comenzó a regresar, y los gritos resonaron por todo San Miguel.

Último minuto del partido. Tomás corrió como nunca, esquivó a dos defensas, y justo antes del pitazo final, disparó con todas sus fuerzas. El balón pareció moverse en cámara lenta… hasta que se clavó en la esquina del arco. ¡GOL!

El estadio explotó. La gente saltaba y lloraba. Los Halcones lo habían logrado. Tomás cayó de rodillas mientras sus compañeros lo rodeaban. San Miguel nunca había sido tan feliz.

Desde ese día, Los Halcones no volvieron a ser “los perdedores del pueblo”. Fueron el equipo que enseñó que, en el fútbol y en la vida, a veces el último minuto es todo lo que necesitas.

LAS TRES ZONAS

Hace un tiempo, en el año 2055, hubo una catástrofe mundial en la que murieron muchas personas a causa de la radiación solar y la contaminación. Solo pudo sobrevivir una isla, gracias a que la parte de la capa de ozono que estaba sobre ellos, no estaba agujereada por algunos productos.

Actualmente, en el año 2078 la isla está dividida en 3 zonas. La del centro, la primera, es donde viven las personas más importantes, como los científicos y políticos, en la segunda viven las personas que fabricaban artículos como armas, ropa, … Entre otras cosas. En la última zona viven los agricultores, que se dedican a cosechar los alimentos. Los productos de las dos últimas zonas eran para la zona del centro y ellos se quedaban una pequeña parte.
Madison, como la llaman sus padres, es una chica de la última zona de diecisiete años. Resalta por su larga cabellera de color azabache y sus grandes ojos azules.
Madie, un sábado, quedó con sus amigos para irlos a ver en la zona 2, solo podían moverse entre las dos últimas zonas. Se montó en el coche y empezó a dirigirse hacia allí, ya que estaba bastante lejos, mientras iba de camino a la segunda zona a ver a sus amigos, tuvo un accidente de coche, un conductor que vio el accidente llamó a la ambulancia y se la llevaron al hospital.

* * *

Al despertarse sintió un gran dolor en todo el cuerpo, no sabía dónde estaba. A lo lejos vio a un hombre que no parecía muy amistoso con una bata blanca. Cuando se acercó nadie le preguntó.
– Disculpe, ¿dónde estamos?
– Anda, ya te has despertado. Tuviste un accidente y te han traído a la zona 1.
– ¡¿Estoy en Ciudad Condal?!
– Exactamente, y por lo visto eres muy especial… Durante el tiempo que has estado inconsciente, que han sido exactamente 3 días haciéndote pruebas, hemos detectado que tienes una sangre diferente.–A continuación el hombre salió por una puerta trasera–
Madie no se lo podía creer, ese tenía que ser un error. Como tenía demasiada curiosidad se levantó de la camilla para ir detrás de él. Cuando lo hizo se arrepintió un poco por el dolor, pero no se paró. Salió por la misma puerta y vio al mismo hombre que había hablado con ella hace unos instantes y a la presidenta. No podía entender por qué de repente hasta la presidenta estaba allí.
– Ya ha despertado.
–¿Le has contado algo? –Dijo ella un poco nerviosa– No podemos jugárnosla a que se entere.
–No lo hará, solo le he dicho que su sangre es poderosa, pero no sabe lo que haremos con ella.

–De acuerdo, mantenerla aislada hasta que empiece la transfusión mañana por la mañana para hacer las inyecciones.
Lo que le faltaba, ¿le iban a robar la sangre?, pero, ¿para qué? Estaba muy perdida y asustada, quería volver a casa y sus padres estarían muy preocupados.
El hombre dio media vuelta y fue en dirección hacia dónde estaba ella. Madie, apresuradamente se dirigió a la camilla en la que se encontraba antes.
–Hola de nuevo, te llevaré a tu habitación, sígueme.
–Espera, ¿me tengo que quedar aquí?
–Sí, pero… –El hombre dudo– solo será hasta que te mejores del accidente. Te haremos unas últimas pruebas porque aún no estás bien. –Se colocó detrás de Madie y cerró la puerta de una habitación con ella dentro–

* * *
Madie se despertó en una habitación blanca totalmente blindada con una cama, un pequeño mueble, un baño y una televisión, lo primero que hizo fue ir al baño para adecentarse un poco, se acordó del accidente y de que sus padres y sus amigos estaban preocupados, pensó que les habían avisado así que intento no pensar en ello. Un rato más tarde, fue a abrir la puerta, pero no se abría, intento abrir la ventana para poder ver donde se situaba, pero la ventana tampoco se abría, estaba tintada y blindada, es decir que no podían verla ni abrirla desde el exterior.

Esto no le gustaba nada y menos después de la conversación que escucho de ese hombre y la presidenta. Quieren que se quedase aquí para extraerle sangre y ella dejó que la dejaran en esta habitación y ahora no sabe qué hacer.

Cada día un chico, que parecía un enfermero por la ropa que llevaba, le traía la comida y una muda para cambiarse. No se lo creía, estaban experimentando con ella porque cada vez que se la llevaban a extraerse sangre no podía hacer nada al respecto. Todas las puertas que veía para intentar escaparse tenían guardias con armas entonces tampoco se atrevía a preguntar por qué le quitaban sangre al hombre de la bata blanca.

Sin embargo, aquel enfermero que le traía las cosas como que siempre la compadecía, no la trataba mal aunque sí que llevaba una arma, pero Madie supone que era por protocolo. Ese chico sabía algo y lo tenía que descubrir porque mientras más personas estén de su lado más fácil será escapar.

Un día cualquiera estaba tomándose un batido un poco extraño que suponía que era como para darle una sustitución de la sangre que le quitaban aunque iban muy poco a poco ya se notaba cansada.
Entonces el enfermero volvió a aparecer, pero esta vez parecía más serio. El chico que parecía solo un poco más mayor que ella entró a la habitación y cerró la puerta, eso no lo había hecho nunca.
–Oye, no tengo mucho tiempo antes de que vengan a vigilar, pero no puedo dejarte más tiempo aquí.
–¿Cómo?, no lo entiendo.
–Mira, yo sé todo lo que te quieren hacer y eso no se puede permitir. Hay muchas personas que piensan como yo, es decir, que están en contra de todas las personas que están al mando porque solo piensan en su bienestar.
Te quieren para que si vuelve a haber una radiación solar estemos preparados y no vuelva a pasar lo que pasó. Sí que es verdad que eso me parece bien, pero te están utilizando y nos están haciendo creer a todos que repartirán las muestras, pero no lo harán, se las quedaran para ellos y para sus experimentos. Además, te están sacando sangre sin ningún tipo de piedad y acabarás muriendo.
Madie no entendía nada, se había quedado tan paralizada al escucharlo que no pudo decir ni una palabra.
–Yo ya sabia algo, pero no tan… No sé…
–¿Sabías algo?
–Eh…
Madie pensó un momento si era correcto explicarle lo que escuchó, pero parecía preocupado y que la quería ayudar de verdad.
–Fue sin querer, pero escuché una conversación el día que me desperté. Estaban hablando el señor que siempre me atiende y la presidenta en la que hablaban de unas inyecciones.
–Ya… tranquila, no se lo diré a nadie solo te quiero ayudar y hay más persona que también lo harán.
–Muchas gracias de verdad, yo necesito ver a mi familia.
–Te entiendo, no tardaremos mucho más en averiguar donde guardan esas inyecciones. –el chico apresuradamente salió de la habitación–

* * *

Pasaron algunos días y ellos dos se fueron haciendo amigos, ella ya sabía que se llamaba Stefan y que era una buena persona, se podía fiar de él. Como todos los días se veían, Madie y Stefan estuvieron intentando pensar un plan para huir de la ciudad, solo querían a Madie, ya que su sangre era la importante. Entonces, nadie sospecharía de él, cosa que les ayudaría bastante.

-Tenemos que hacer un plan para salir de la ciudad
-¿Huir querrás decir, no?
-¡Es lo que he dicho!
Lo último que dijo Madie lo dijo ya bastante nerviosa, llevaba demasiados días allí, no estaba para bromas.
Madie, he tenido una idea.
-¿Qué?
-Podemos salir de ciudad condal el sábado, ya que hay una fiesta para celebrar una supuesta cura, todos los guardias estarán pendientes del festival, ya que no tienen sospechas de que tú quieras huir.
-¿Y si quieren que me presente con ellos en el festival?
-Diré que tienes que guardar reposo.
-Perfecto, sigamos con el plan.
-Sí, que estamos a miércoles y aún seguimos sin tener claro el plan de huida.
-Tardamos 2 días en llegar a la última zona, es decir que no podremos descansar.
-Está bien, tenemos que coger provisiones y armas, esta noche iré a buscar las armas y tú tendrás que ir a por las previsiones. Coge ropa, medicinas y alimentos.
-Hablando de medicinas…
-¿Qué pasa?
-Podríamos llevarnos las medicinas que están fabricando con mi sangre para repartirlas en las dos últimas zonas. No es justo que se las queden ellos y todos los demás tengamos la posibilidad de morir,
-Sería muy arriesgado… Pero… Tendríamos que llegar lo antes posible a la última zona, iré yo a buscar las medicinas que están fabricando con tu sangre.
-Perfecto.
-El sábado cuando comience el festival iré a buscarte a tu habitación y saldremos por la parte trasera del hospital que da a un descampado que da hacia el bosque.
-¡Entonces ya tenemos plan!

* * *

Es viernes noche Stefan va a la habitación de Madie a abrirle la puerta.
A esas horas solo hay guardias en las entradas del hospital, las cámaras de seguridad las apago Stefan para que no viesen que Madie salió de su habitación para ir a buscar las previsiones.

-¿Recuerdas el plan?
-¡Claro que me acuerdo!
-A las 2 p.m aquí sin falta.
-Que si
Madie le parecía Stefan un chico muy mono, además era guapo.
Pero no estaba para tonterías así que se olvidó de eso enseguida, lo único que quería era salir de aquel lugar.
Madie llegó a una pequeña despensa que había en el hospital así que cogió un poco de todo, por suerte había botiquines con medicina y ropa así que se llevó todo de una vez. Llego puntual a la habitación, Stefan tenía las medicinas el plan marchaba bien y estaban a viernes noche.

-¡Has llegado a tiempo!
-Claro, soy puntual.
-Buenas noches, Madie.
-Buenas noches, Stefan. (no se esperaba ese “buenas noches” de Stefan)

* * *

Es sábado por la mañana, hoy es el festival, el día en que escapara Madie. Ella se levantó más temprano de lo habitual, estaba muy nerviosa.
Le trajeron el desayuno como cada día desayuno se vistió con la ropa adecuada para escapar.
Comenzó el festival y rápidamente Stefan fue a abrirle la puerta a Madie, el plan marchaba bien hasta que vieron a un guardia en la puerta trasera del hospital, afortunadamente tuvieron suerte y el guardia se marchó de la puerta.

Ya fuera del hospital, comenzaron a hablar.

-Ha sido más fácil de lo que pensaba huir del hospital.
-Sí, pero tenemos que tener cuidado aún no estamos fuera de la ciudad.
– Técnicamente, sí, estamos en un bosque.
-Qué gracioso eres, oye… Gracias, por ayudarme a salir del hospital.
-De nada.
Fue un momento un poco incómodo, Madie empezó a sentir algo que nunca había sentido por nadie, no sabe exactamente lo que era, pero, cree que se está enamorando.

* * *

Llegaron a la segunda zona aproximadamente a las 1:30 de la mañana, tenían que avanzar rápidamente.

En el hospital no sospecharon nada hasta el domingo a la hora del desayuno, Stefan y Madie se enteraron y decidieron evitar las zonas concurridas, porque había muchos controles y muchos chivatos, decidieron ir por el bosque hasta que estaban cerca de la primera zona, había un control para pasar a la primera zona estaban muy cerca y como Stefan se sabía tantos atajos que pudieron evitar el control.

Llegaron a la primera zona cerca de las 12 de la noche llegaron al hospital más cercano, pero por sorpresa estaban todos los políticos importantes en ese lugar
tenían todas las medicinas en las mochilas.

-¿Creíais que os saldréis con la vuestra? (dijo el presidente)
-Teníamos que intentarlo.
Madie aún puedes entregarte, tendrá que ser por las buenas o por las malas, mejor por las buenas, pero si no quieres…
-¡Eso nunca!
Stefan se giró lentamente para ver a Madie.
–¡Corre, ahora! –Le dijo en la oreja para que nadie más pudiera escucharlo–.

Stefan había reunido a un grupo de rebeldes para que hicieran estallar una bomba en el hospital si algo del plan salió mal, eso Madie no lo sabía, no le habría dejado hacerlo.

Madie empezó a correr confundida no veía a Stefan por ningún lado se estaba empezando a preocupar, cuando salió del hospital se giró y vio el hospital en llamas empezó a llorar sabía que Stefan estaba dentro del hospital, de repente vio a una persona corriendo hacia ella, parecía Stefan.

-¡Pensaba que estabas muerto, no vuelvas a hacerme esto nunca, no sabes lo preocupada que estaba!
-Lo siento mucho.

* * *

Finalmente, todo salió bien, ellos dos consiguieron escapar. Los políticos murieron en la explosión del hospital, pero no hubo ninguna muerte inocente, ya que los contactos de Stefan pusieron la bomba solo en la planta que arriba para que no afectara a los pacientes. Madie y Stefan se casaron al cabo de unos años y tuvieron dos hijos, clonaron las medicinas y las repartieron a toda la población para que nadie se quedará sin, cosa que les hizo ganarse la confianza de los habitantes.
Las zonas dejaron de existir y todo volvió a ser como antes, un país unido con igualdad e integración social para todos. Sin discriminaciones.

FIN.

Paula Castro y Ona Nebot.

 

Zelda

Un día, hace mucho tiempo, en una tierra llamada 54, una niña llamada Zelda tenía 122 años y nadie lo sabía. Lo normal era tener como máximo 70 años, porque en ese planeta todas las personas morían a esa edad. Pero, para que nadie lo descubriera, cada 10 años se cambiaba de ciudad. Iba a la otra parte del mundo, sabía hablar el idioma porque tenía un poder que le dejaba hacer eso, y era inusual.

La niña se despertó un martes a las 9 de la mañana. Se preparó el desayuno tranquilamente porque no podía morir y tenía todo el tiempo del mundo. Le gustaba mucho desayunar huevos fritos con beicon. Cuando bajó a la calle, encontró a unas personas que se escondían. Uno era alto y fuerte, y el otro era extraño, tenía cicatrices en la cara y era muy delgado. Como ella era tan chismosa, fue a ver y a escuchar. Escuchó a las dos personas hablando, estaban diciendo…

―Hay que encontrar a la niña.―dijo Trix.
―Pero hay gente que nos sigue y no sabemos dónde está el mundo. Es gigante y no tenemos ninguna pista.―dijo Rab.
―Comencemos con lo primero y luego la encontramos. Antes hay que dispersar a los guardas y después distraerlos.―dijo Trix.
―Vale, tú por la derecha y yo por la izquierda. Nos vemos ahí en 5 minutos.―dijo Rab.
―Okay, hasta ahora.―dijo Trix.

Pasó el tiempo y, exactamente en 5 minutos, estaban allí otra vez. Buscaron cualquier rastro de ella y escucharon a un gato. Fueron hacia él, les condujo hacia un callejón, se transformó en persona y era Cold, el hermano de Zelda, era la niña de la que os estaba hablando antes. Cold y Zelda tenían un vínculo personal, es decir, tenían telepatía. Sabían exactamente dónde estaba el otro y conocían los sentimientos y pensamientos del otro. Pero, desde hace un tiempo, el vínculo se estaba desconectando porque ya no estaban cerca. Entonces, era inútil que él estuviera ahí, pensaréis. Pero no, porque cuanto más se acercaban, más fuerte era el vínculo, y si estaban más lejos, menos fuerte era.

Fueron hacia la Torre Eiffel y no sentían nada, ni más fuerte ni menos fuerte. Pero habían caminado durante 40 km. Era extraño, pero lo que pasaba es que, en el camino, la gente que los seguía raptó a Zelda. Los que la raptaron tenían un localizador en Trix, que era una de las personas, se lo pusieron cuando estaban luchando. En ese momento, Rab, la otra persona, y Cold preguntaron a Trix…

―¿Qué tienes en el pie? ―dijeron Rab y Cold.
―No lo sé.―dijo Trix.
―Pues quítatelo y mira.―dijeron Rab y Cold.
―Hay algo que hace luz.―dijo Trix.
―Creo que es un rastreador.―dijeron Rab y Cold.
Lo tiró al suelo y lo rompió.
Dieron unos pasos y entonces Cold comenzó a tener sensaciones otra vez del vínculo, y fueron corriendo hacia esa dirección. La encontraron, pero tuvieron que luchar contra 100 personas armadas y 10 coches blindados. Avisaron a más soldados y, con una lucha larga y dolorosa, en la que murieron muchas personas buenas y malas, lograron salvarla. Los tres le explicaron a Zelda que su planeta estaba en crisis porque la reina había muerto y las otras ciudades declararon la guerra a ese país. Lo que pasó es que, el día 7 de diciembre del 2021, la mitad del pueblo se dividió porque no encontraban a la sucesora de la reina. Nosotros escuchamos unos rumores sobre que una hija de la reina, o sea, la hermana de Cold, estaba en este planeta, y hemos venido corriendo. Te necesitamos, ayúdanos, por favor. Obviamente, Zelda aceptó.

Cuando llegaron a la Tierra 59, el pueblo natal de Zelda, lo comunicaron a todos y algunos no lo aceptaron. Se llevaron a los que no lo aceptaron y, obviamente, fueron encarcelados hasta que entraran en razón. Se prepararon para luchar y para estar atentos a las amenazas de guerra. Los prisioneros se escaparon de las celdas e intentaron matarla. Lo que no sabían es que ella tenía guardias que la protegían por lo que fuera. También, si se caía o si había una araña, eran los mejores guardias del mundo. Los fugitivos lo intentaron y murieron uno a uno, con el cuello cortado y sin ojos. Los tiraron al río y siguieron su camino.

Pasaron los días, y dos meses después, una ciudad cercana atacó. Obviamente, fue una guerra fría y violenta, fue desastrosa. No había gente rival sin que estuvieran heridos. Con otro ataque de Zelda, ganaron esa guerra, pero no era la última. Sus consejeros vieron a otros 5 pueblos y ciudades yendo hacia allí.

Advirtieron a la reina, pero ella decidió que lo mejor era que se escondieran por las afueras y, cuando pasaran por ahí, cayeran en las trampas y, desde atrás, les atacaran. Funcionó y ahora estuvieron tranquilos. Pero se rumorea que se están aliando todos para atacar. Por eso, la reina reforzó el castillo, cogió más soldados y los está explotando en entrenamientos.

Cuando Zelda caminaba, se paró inmediatamente. Se quedó congelada y los ojos se le pusieron blancos. Cold se alegró. Los dos se quedaron así porque vieron detrás de las montañas a los otros pueblos y ciudades, todas juntas. Lo que pasó es que eran más de 100,000 personas yendo hacia allí para atacarlos. Corrieron inmediatamente hacia la torre y gritaron: ¡ATENTOS, VIENEN ENEMIGOS! Ellos automáticamente se fueron a preparar. La reina dio la alarma al pueblo para que se prepararan. No se lo podían creer. Todos iban contra ellos. No entendían por qué, era imposible ganar, o al menos que hubiese parado, porque ellos solo eran 5,000 personas. Pero la reina pensó en ir a otro planeta y pedir ayuda. Fue al planeta 45, donde había gente con superpoderes, les pidieron si podían ayudar, y ellos aceptaron. Ahora eran muchos más. Cuando volvieron al pueblo, eran 70,000 personas contra más de 100,000.

Era difícil, no lo dudó, pero con la inteligencia de Zelda y sus amigos lo podrían conseguir. Todos se prepararon con armas, lanchas, bombas y con trajes especiales para los que tenían poderes. El día 5 de enero del 2023 comenzó la batalla.

La primera impresión es que iban a perder. Obviamente, lucharon día a día, no mirando en el futuro sino mirando en el presente. Y así fue. Los primeros días no se entendía nada. Trix dio la vida para salvar a mucha gente para que luego se unieran más en la batalla. Mientras tanto, la reina Zelda estaba tranquila en el castillo, sin que nadie les atacara. Mientras los demás daban la vida para proteger el pueblo, ella estaba tranquila y despreocupada.

Pasaron los años, concretamente 750 días y 15 horas de lucha sin terminar, hasta que los del pueblo les tiraron una bomba y mataron a todos. Quedaron solo 2,000 personas vivas. Todas eran del planeta 45, excepto la reina, que no hizo nada. Les dio las gracias a todos, un poco de dinero, y los tiró hacia su mundo. Cuando todos los demás pueblos que se aliaron para no morir se enteraron de esto, entendieron que esa reina es la más poderosa.

Después de unos días, Zelda se reveló contra todos y encarceló a todos los que le daban la contraria. Resulta que Zelda no era hija de la reina de ese pueblo, sino de su hermana gemela, y ellas dos eran malas porque la reina vieja les desterró de allí. Por eso, se quisieron vengar e hicieron todo esto.

El motivo del destierro fue que ella tuvo a Zelda con una persona llamada Zooedisco. Esta persona era un mafioso de la mafia y un asesino en serie. Cuando la reina se enteró, no hizo nada, pero cuando la hermana de la vieja reina la intentó matar para hacerse con el trono, las desterró. Pero os estaréis preguntando: ¿Y el vínculo de Cold? Cold era un traidor que adoptó su forma con un hechizo. Su verdadero nombre era Zembro, el verdadero hermano de Zelda.

Los dos juntos eran imposibles de derrotar. Eran como un demonio y su bastón. Entonces, en secreto, algunas personas que no tenían miedo a la muerte y quedaban en secreto, organizaron una rebelión contra ellos. Pero eso era difícil, había poca gente que quería hacerlo y pocos lugares para quedar y practicar.

Rab también estaba unido a la rebelión, pero fue más inteligente que los demás y fue a buscar gente de otros mundos para que les ayudara. Volvió con mucha gente, y todos juntos se inventaron una canción para desestresarse y no tener miedo. La canción es…

La vida es un río que fluye sin fin,
con risas y llantos que se van al latir.
Cada paso es un canto, un momento fugaz,
un sueño que el viento lleva al compás.
La muerte es un susurro, una calma en el mar,
un ciclo eterno que nos viene a abrazar.
No hay miedo en su sombra, solo un dulce final,
pues vivir y morir son parte del ritual.
Entre luces y sombras, entre cielo y suelo,
la vida y la muerte danzan en el mismo cielo.
Unidas por siempre, como el sol y el mar.

Y también crearon un código secreto que es para que nadie los entendiera. Para descifrarlo, solo tienes que mover 3 posiciones hacia adelante en el alfabeto. Por ejemplo:
Krod, ¿frpó hvwdv?
Que es:
Hola, ¿cómo estás?

Nadie les descubrió y, cuando eran un gran número de personas, comenzaron a estudiar lo que hacía Zelda y Cold cada día.

Descubrieron que se despiertan a las 8, a las 8:30 desayunan y se duchan. Que a las 9, su hermano y ella van a dar el primer giro por los pueblos aterrorizando a todos. Acaban a las 10, a esa hora vuelven al castillo para que les hagan un masaje de cuerpo entero que dura hasta las 12. A esa hora, comen los dos a la vez y lo mismo, mientras un esclavo les baila y les hace reír. Luego lo matan y van a dar otro paseo por todo el pueblo, comenzando a pedir dinero, y si no se lo dan, mueren. Eso hasta las 18:30. A esa hora vuelven al castillo, cenan a las 20:00 y se van a dormir a las 21:00.

En ese momento, sabían todo eso y llegaron a una conclusión sobre Zelda, o también llamada la reina malvada:

Zelda era una persona horrible que la temían hasta un mísero caracol o abeja. Mataba a quien quería y nadie les podía dar frente.

Un día, Zelda sorprendió a la resistencia porque una persona le chivó todo a cambio de no ser matado y que le den 10,000 euros. Obviamente, Zelda mató a todos, y como ella había prometido al chivato que no iba a matarlo, le mató uno de sus guardias porque ellos no habían prometido nada.

Zelda tuvo un hijo después de 2 años que hubiese matado a esa persona. A su hijo le llamó Teodosi. Teodosi se hacía grande y, cuando tenía 21 años, comenzó a hacer lo que hacía la madre. Era el mejor. Ni la madre era tan buena matando a la gente. Él, a 50 metros con un cuchillo, le dio directamente en la mitad de la cabeza.

Al hijo se le ocurrió hacer unas olimpiadas para ver quién tenía la mejor puntería, fuerza, destreza y, obviamente, valor para matar. Todos podían participar, y fue así que, después de una semana, comenzaron las olimpiadas.

Para la puntería pusieron unos puntos a unas personas y, a 100 metros, tenían que darles. Ganaba quien más puntos tuviera. Los puntos eran: en la cabeza, 50; en el pecho, 25; y en la pierna, 5. Ganó el primer lugar, Teodosi, y a todos los demás los mataron. Era como las luchas en el Coliseo, solo quedaba uno vivo. Así con todas las otras prácticas. Obviamente, en todas ganó Teodosi porque la madre mataba a todos los que estaban delante de él.

La madre se inventó un himno para que todos la adoraran. Quien no se lo sabía, moría. El himno era…

Un día, hace mucho tiempo, en una tierra llamada 54, una niña llamada Zelda tenía 122 años y nadie lo sabía. Lo normal era tener como máximo 70 años, porque en ese planeta todas las personas morían a esa edad. Pero, para que nadie lo descubriera, cada 10 años se cambiaba de ciudad. Iba a la otra parte del mundo, sabía hablar el idioma porque tenía un poder que le dejaba hacer eso, y era inusual.

La niña se despertó un martes a las 9 de la mañana. Se preparó el desayuno tranquilamente porque no podía morir y tenía todo el tiempo del mundo. Le gustaba mucho desayunar huevos fritos con beicon. Cuando bajó a la calle, encontró a unas personas que se escondían. Uno era alto y fuerte, y el otro era extraño, tenía cicatrices en la cara y era muy delgado. Como ella era tan chismosa, fue a ver y a escuchar. Escuchó a las dos personas hablando, estaban diciendo…

―Hay que encontrar a la niña.―dijo Trix.
―Pero hay gente que nos sigue y no sabemos dónde está el mundo. Es gigante y no tenemos ninguna pista.―dijo Rab.
―Comencemos con lo primero y luego la encontramos. Antes hay que dispersar a los guardas y después distraerlos.―dijo Trix.
―Vale, tú por la derecha y yo por la izquierda. Nos vemos ahí en 5 minutos.―dijo Rab.
―Okay, hasta ahora.―dijo Trix.

Pasó el tiempo y, exactamente en 5 minutos, estaban allí otra vez. Buscaron cualquier rastro de ella y escucharon a un gato. Fueron hacia él, les condujo hacia un callejón, se transformó en persona y era Cold, el hermano de Zelda, era la niña de la que os estaba hablando antes. Cold y Zelda tenían un vínculo personal, es decir, tenían telepatía. Sabían exactamente dónde estaba el otro y conocían los sentimientos y pensamientos del otro. Pero, desde hace un tiempo, el vínculo se estaba desconectando porque ya no estaban cerca. Entonces, era inútil que él estuviera ahí, pensaréis. Pero no, porque cuanto más se acercaban, más fuerte era el vínculo, y si estaban más lejos, menos fuerte era.

Fueron hacia la Torre Eiffel y no sentían nada, ni más fuerte ni menos fuerte. Pero habían caminado durante 40 km. Era extraño, pero lo que pasaba es que, en el camino, la gente que los seguía raptó a Zelda. Los que la raptaron tenían un localizador en Trix, que era una de las personas, se lo pusieron cuando estaban luchando. En ese momento, Rab, la otra persona, y Cold preguntaron a Trix…

―¿Qué tienes en el pie? ―dijeron Rab y Cold.
―No lo sé.―dijo Trix.
―Pues quítatelo y mira.―dijeron Rab y Cold.
―Hay algo que hace luz.―dijo Trix.
―Creo que es un rastreador.―dijeron Rab y Cold.
Lo tiró al suelo y lo rompió.
Dieron unos pasos y entonces Cold comenzó a tener sensaciones otra vez del vínculo, y fueron corriendo hacia esa dirección. La encontraron, pero tuvieron que luchar contra 100 personas armadas y 10 coches blindados. Avisaron a más soldados y, con una lucha larga y dolorosa, en la que murieron muchas personas buenas y malas, lograron salvarla. Los tres le explicaron a Zelda que su planeta estaba en crisis porque la reina había muerto y las otras ciudades declararon la guerra a ese país. Lo que pasó es que, el día 7 de diciembre del 2021, la mitad del pueblo se dividió porque no encontraban a la sucesora de la reina. Nosotros escuchamos unos rumores sobre que una hija de la reina, o sea, la hermana de Cold, estaba en este planeta, y hemos venido corriendo. Te necesitamos, ayúdanos, por favor. Obviamente, Zelda aceptó.

Cuando llegaron a la Tierra 59, el pueblo natal de Zelda, se lo comunicaron a todos y algunos no lo aceptaron. Se llevaron a los que no lo aceptaron y, obviamente, fueron encarcelados hasta que entraran en razón. Se prepararon para luchar y para estar atentos a las amenazas de guerra. Los prisioneros escaparon de las celdas e intentaron matarla. Lo que no sabían es que ella tenía guardias que la protegían por lo que fuera. También, si se caía o si había una araña, eran los mejores guardias del mundo. Los fugitivos lo intentaron y murieron uno a uno, con el cuello cortado y sin ojos. Los tiraron al río y siguieron su camino.

Pasaron los días, y dos meses después, una ciudad cercana atacó. Obviamente, fue una guerra fría y violenta, fue desastrosa. No había gente rival sin que estuvieran heridos. Con otro ataque de Zelda, ganaron esa guerra, pero no era la última. Sus consejeros vieron a otros 5 pueblos y ciudades yendo hacia allí.

Advirtieron a la reina, pero ella decidió que lo mejor era que se escondieran por las afueras y, cuando pasaran por ahí, cayeran en las trampas y, desde atrás, les atacaran. Funcionó y ahora estuvieron tranquilos. Pero se rumorea que se están aliando todos para atacar. Por eso, la reina reforzó el castillo, cogió más soldados y los está explotando en entrenamientos.

Cuando Zelda caminaba, se paró inmediatamente. Se quedó congelada y los ojos se le pusieron blancos. Cold se alegró. Los dos se quedaron así porque vieron detrás de las montañas a los otros pueblos y ciudades, todas juntas. Lo que pasó es que eran más de 100,000 personas yendo hacia allí para atacarlos. Corrieron inmediatamente hacia la torre y gritaron: ¡ATENTOS, VIENEN ENEMIGOS! Ellos automáticamente se fueron a preparar. La reina dio la alarma al pueblo para que se prepararan. No se lo podían creer. Todos iban contra ellos. No entendían por qué, era imposible ganar, o al menos que hubiese parado, porque ellos solo eran 5,000 personas. Pero la reina pensó en ir a otro planeta y pedir ayuda. Fue al planeta 45, donde había gente con superpoderes, les pidieron si podían ayudar, y ellos aceptaron. Ahora eran muchos más. Cuando volvieron al pueblo, eran 70,000 personas contra más de 100,000.

Era difícil, no lo dudó, pero con la inteligencia de Zelda y sus amigos lo podrían conseguir. Todos se prepararon con armas, lanchas, bombas y con trajes especiales para los que tenían poderes. El día 5 de enero del 2023 comenzó la batalla.

La primera impresión es que iban a perder. Obviamente, lucharon día a día, no mirando en el futuro sino mirando en el presente. Y así fue. Los primeros días no se entendía nada. Trix dio la vida para salvar a mucha gente para que luego se unieran más en la batalla. Mientras tanto, la reina Zelda estaba tranquila en el castillo, sin que nadie les atacara. Mientras los demás daban la vida para proteger el pueblo, ella estaba tranquila y despreocupada.

Pasaron los años, concretamente 750 días y 15 horas de lucha sin terminar, hasta que los del pueblo les tiraron una bomba y mataron a todos. Quedaron solo 2,000 personas vivas. Todas eran del planeta 45, excepto la reina, que no hizo nada. Les dio las gracias a todos, un poco de dinero, y los tiró hacia su mundo. Cuando todos los demás pueblos que se aliaron para no morir se enteraron de esto, entendieron que esa reina es la más poderosa.

Después de unos días, Zelda se reveló contra todos y encarceló a todos los que le daban la contraria. Resulta que Zelda no era hija de la reina de ese pueblo, sino de su hermana gemela, y ellas dos eran malas porque la reina vieja les desterró de allí. Por eso, se quisieron vengar e hicieron todo esto.

El motivo del destierro fue que ella tuvo a Zelda con una persona llamada Zooedisco. Esta persona era un mafioso de la mafia y un asesino en serie. Cuando la reina se enteró, no hizo nada, pero cuando la hermana de la vieja reina la intentó matar para hacerse con el trono, las desterró. Pero os estaréis preguntando: ¿Y el vínculo de Cold? Cold era un traidor que adoptó su forma con un hechizo. Su verdadero nombre era Zembro, el verdadero hermano de Zelda.

Los dos juntos eran imposibles de derrotar. Eran como un demonio y su bastón. Entonces, en secreto, algunas personas que no tenían miedo a la muerte y quedaban en secreto, organizaron una rebelión contra ellos. Pero eso era difícil, había poca gente que quería hacerlo y pocos lugares para quedar y practicar.

Rab también estaba unido a la rebelión, pero fue más inteligente que los demás y fue a buscar gente de otros mundos para que les ayudara. Volvió con mucha gente, y todos juntos se inventaron una canción para desestresarse y no tener miedo. La canción es…

La vida es un río que fluye sin fin,
con risas y llantos que se van al latir.
Cada paso es un canto, un momento fugaz,
un sueño que el viento lleva al compás.
La muerte es un susurro, una calma en el mar,
un ciclo eterno que nos viene a abrazar.
No hay miedo en su sombra, solo un dulce final,
pues vivir y morir son parte del ritual.
Entre luces y sombras, entre cielo y suelo,
la vida y la muerte danzan en el mismo cielo.
Unidas por siempre, como el sol y el mar.

Y también crearon un código secreto que es para que nadie los entendiera. Para descifrarlo, solo tienes que mover 3 posiciones hacia adelante en el alfabeto. Por ejemplo:
Krod, ¿frpó hvwdv?
Que es:
Hola, ¿cómo estás?

Nadie les descubrió y, cuando eran un gran número de personas, comenzaron a estudiar lo que hacía Zelda y Cold cada día.

Descubrieron que se despiertan a las 8, a las 8:30 desayunan y se duchan. Que a las 9, su hermano y ella van a dar el primer giro por los pueblos aterrorizando a todos. Acaban a las 10, a esa hora vuelven al castillo para que les hagan un masaje de cuerpo entero que dura hasta las 12. A esa hora, comen los dos a la vez y lo mismo, mientras un esclavo les baila y les hace reír. Luego lo matan y van a dar otro paseo por todo el pueblo, comenzando a pedir dinero, y si no se lo dan, mueren. Eso hasta las 18:30. A esa hora vuelven al castillo, cenan a las 20:00 y se van a dormir a las 21:00.

En ese momento, sabían todo eso y llegaron a una conclusión sobre Zelda, o también llamada la reina malvada:

Zelda era una persona horrible que la temían hasta un mísero caracol o abeja. Mataba a quien quería y nadie les podía dar frente.

Un día, Zelda sorprendió a la resistencia porque una persona le chivó todo a cambio de no ser matado y que le den 10,000 euros. Obviamente, Zelda mató a todos, y como ella había prometido al chivato que no iba a matarlo, le mató uno de sus guardias porque ellos no habían prometido nada.

Zelda tuvo un hijo después de 2 años que hubiese matado a esa persona. A su hijo le llamó Teodosi. Teodosi se hacía grande y, cuando tenía 21 años, comenzó a hacer lo que hacía la madre. Era el mejor. Ni la madre era tan buena matando a la gente. Él, a 50 metros con un cuchillo, le dio directamente en la mitad de la cabeza.

Al hijo se le ocurrió hacer unas olimpiadas para ver quién tenía la mejor puntería, fuerza, destreza y, obviamente, valor para matar. Todos podían participar, y fue así que, después de una semana, comenzaron las olimpiadas.

Para la puntería pusieron unos puntos a unas personas y, a 100 metros, tenían que darles. Ganaba quien más puntos tuviera. Los puntos eran: en la cabeza, 50; en el pecho, 25; y en la pierna, 5. Ganó el primer lugar, Teodosi, y a todos los demás los mataron. Era como las luchas en el Coliseo, solo quedaba uno vivo. Así con todas las otras prácticas. Obviamente, en todas ganó Teodosi porque la madre mataba a todos los que estaban delante de él.

La madre se inventó un himno para que todos la adoraran. Quien no se lo sabía, moría. El himno era…

Verso 1:
En la sombra se alza, la reina cruel,
Su trono de hielo, su alma de miel.
Con mirada de fuego, su voluntad es ley,
El reino se doblega, ¡todos a sus pies!

Coro:
Oh Reina del Abismo, la sombra y el poder,
Tu reino eterno, jamás caerá.
Cien almas caídas te siguen al fin,
¡El trono es tuyo, reina sin fin!

Verso 2:
Con manos de hierro y ojos de mar,
La luna en sus dedos, el sol en su altar.
Bajo su manto, se oculta la oscuridad,
Su nombre se grita con miedo y paz.

Coro:
Oh Reina del Abismo, la sombra y el poder,
Tu reino eterno, jamás caerá.
Cien almas caídas te siguen al fin,
¡El trono es tuyo, reina sin fin!

Puente:
El viento susurra secretos de dolor,
Mientras su risa resuena en el horror.
Venganza y gloria en su pecho laten,
Nadie puede con ella, nadie la frena.

Coro final:
Oh Reina del Abismo, la sombra y el poder,
Tu reino eterno, jamás caerá.
Cien almas caídas te siguen al fin,
¡El trono es tuyo, reina sin fin!

Todos tenían 2 días para  aprenderlo sino morían y nadie se libraba. Acabo de los dos días como ella había acordado fue casa por casa para ver quien se lo había aprendido y quien no ya sabéis lo que pasaba si no lo habías aprendido ese día murieron 100 personas por ese motivo. Después de ese dia todos decidieron cubrir a dos personas que tenían que ir a otra tierra para pedir ayuda,esas personas fueron y encontraron a mucha gente que quería ayudar pero al escuchar el nombre de la reina se tiraron atras tambien otros mundos tienen miedo de ella, ellos sin ninguna opción volvieron a su mundo sin nadie.

 

Después de 1760 días 22 horas y 15 minutos nace un hijo de Zooedisco y una ciutadana, el hijo se llamo Cold como el ex hermano de Zelda ese niño también estaba obligado a seguir los pasos de su padre y su abuela, pero él no queria porque le parecía mal matar a gente inocente solo porque no se aprendian una cancion o porque no les pagaba o por lo que sea y entonces en secreto el ayudaba a la gente sin que nadie lo supiera asi durante muchos años.

 

Después por casualidad él ayudando a una persona que le contó de un sitio secreto para que nadie le encontrara ese lugar era el antiguo lugar de reuniones de la vieja resistencia cuando fue ahí vio el codigo secreto, mapas,días de la reina estudiados a la perfección y un canción contra ella la leyó en voz alta pero como no entendía algunas palabras solo decía las letras que decía:

 

La vid es un ro que fuye sin f
c ris y lltos qu se vn al lair.
Cda paso es un santo, un momento fugaz,
un su que el viento llva al coás.

La muerte es un susurro, una calen el mar,
un ciclo eternoue nos vine a abrazar.
No hay mie en su mb, solo un duce nal,
pues vivir y morir on partedel ritual.

Entre luces y bras, ere cielo y suelo,
la vida y la mute dzan en el mismo cielo.
Undas por sipre, coo el sol y el mar.

También encontró una carta secreta con ese código en formato código era:

or xqlfr txh srghprv kdfhu hv dwdfdu ho gld 6 gh hqhur d odv 6 fxdqgr gxhuph b vxv yljldqwhv prv hvwdq.

En lenguaje normal es;

Lo único que podemos hacer es atacar el día 6 de enero a las 6 cuando duerme y sus vigilantes no están.

El no entendía de quien era ese lugar pero en un espejo vio una foto y una fecha le fue a preguntar al señor que le digo de ese lugar y el señor le contó todo y  como su abuela les mato.

Al escuchar eso se armó de valor y comenzó un grupo que más adelante se rebelaron contra la reina i su ijo, pasaron los días y todo seguía tranquilo y normal hasta que pillaron  a una persona que estaba en la rebelión yendo hacia ai como no quería delatar a todos se suicidó  con una piedra que encontró por el camino hacia el castillo para que lo obligaron ha habla.

Pasaron unos meses y iban a coronar a Zooedisco ese era el mejor momento para atacar porque iban a estar indefensos y en un momento con espadas y telas que les cubrían la cara menos los ojos  en el momento exacto que le iban a poner la corona atacaron mataron antes a Zelda pero Zooedisco se escapó como estaban perdiendo a mucha gente optaron para una retirada y volver otro dia. Pero ellos no sabían que no era posible porque Zooedisco mando a una tropa a encontrarlos y matarlos Cold se escapó y vio como mataban a todos decidido y con valor  espero que su padre se durmiera y en ese momento fue a la cocina a coger un cuchillo y entró a su habitación le puso una sábana en la cara para que no pudiese respirar y le cortó la garganta el dia siguiente le coronaron y así el pueblo pudo vivir en paz durante muchos años.