Aventura de Fei

Había una vez un chico llamado Fei que encontró un mapa en una playa de España. Tras una inspección más cercana, descubrió que contenía la ubicación de un tesoro escondido. Corrió a casa para preparar todo lo necesario para la aventura. Su amigo tenía un barco y se lo prestó para navegar hasta la isla donde estaba el tesoro.

Cuando estaba en camino vinieron unas olas gigantes, Fei se asustó de las ondas y decidió volverse a las orillas y decidió irse en otro día. Sigue leyendo

Sin rumbo, pero contigo

― ¡Vete a la mierda! Escuché gritar a mi madre hacia mi padre, sin embargo, ya estaba acostumbrada, porque no era la primera vez que sucedía y seguramente tampoco sería la última. Aparte, ya estaba harta, cada día era lo mismo y, aunque no me gusta decir esto, la verdad es que me estaba afectando mucho.

Decidí salir a tomar el aire, hace tiempo que en casa ya no me sentía cómoda y, cuando sucedian este tipo de cosas, prefería estar en todos lados menos ahí.

Pero cometí el error de dejar que los problemas de mis padres afectasen a mi vida, me metí en muchos líos y con gente muy peligrosa, por ejemplo, me acuerdo de esa vez en la que, borracha, decidí pelearme con un tío al que le debía dinero que me doblaba en edad y fuerza. Acabó, como era de esperarse, conmigo tumbada en el suelo, y con la nariz rota. Tumbada en el suelo me puse a llorar, me sentía realmente mal y sentí que decepcionara a mis padres. Pasaron las horas, y cuando me desperté de madrugada con un fuerte dolor de cabeza, y desubicada, me fui a mi casa. Esa noche, mis padres ni siquiera se preguntaron dónde estaba, si estaba bien, o lo más obvio, que me había pasado en la nariz. Decidí quedarme a dormir en casa de mi amiga, y a la mañana siguiente, cuando volví a la mía, en vez de preguntarme donde había pasado la noche, mis padres me regañaron por no haber tendido la ropa, que según ellos, era mi única responsabilidad. 

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El inesperado vínculo entre Hannes y Shamu

Había una vez un chico de 11 años llamado Hannes, lamentablemente, huérfano porque su madre en el parto padeció la muerte materna obstétrica. Hannes representaba una cara arrugada con unos labios rojizos y un cuerpo atlético. Los labios son parecidos a los de un hámster y con unas cejas juntas. El chico sufre autismo, y le encantaba observar las pequeñas cosas de la vida. Detalles que otros pasaban por alto, como el suave movimiento de una hoja llevada por el viento o el reflejo de las nubes en el agua, eran para él momentos de pura fascinación. A menudo se encontraba sumido en estos pequeños momentos, disfrutando del mundo en su forma más tranquila y sencilla.

Un día, después de comer, decidió relajarse viendo un poco la televisión en el comedor de su cabaña ubicada en el extremo de un bosque frondoso con árboles altos y robustos cuyas abundantes hojas limitan la expansión de la luz del sol y su llegada a su interior. Mientras nuestro protagonista oía sonidos provenientes de animales de su alrededor y que se comunican para expresar sus emociones y sentimientos, e iba cambiando de canal, se topó con un anuncio sobre una bella y amable orca llamada Shamu, que iba a hacer un espectáculo en el acuario justo a unos kilómetros de su hogar. Sigue leyendo

EL RELOJ DE LAS DOCE CAMPANADAS

Era diciembre y hacía un frío de miedo, las luces de Navidad iluminaban las calles de Barcelona y alegraba a todo el que pasaba por allí. Julia y Carmen eran dos grandes amigas y aquella tarde, paseaban por la plaza Cataluña, entre risas, selfis y por supuesto algún TikTok.

Las calles estaban repletas de puestos navideños, figuras del belén y miles de adornos brillantes.

Lo que más llamó la atención a estas dos amigas fue un pequeño puesto muy extraño.

―¿Has visto qué puesto más extraño, Carmen?

–Estoy flipando Júlia. – Dijo Carmen con curiosidad.

El puesto estaba decorado con relojes antiguos, todos diferentes, de muchos colores tamaños y formas. Un anciano atendía el puesto mirando a las chicas fijamente y con una leve sonrisa. Sigue leyendo

El joven Tomas

En el pequeño pueblo de San Miguel, donde el sol siempre parecía estar presente y las tardes se llenaban del sonido de balones rodando, había un equipo juvenil llamado Los Halcones. No eran los mejores, pero tenían un corazón que podía competir con cualquier campeón.

El capitán del equipo era Tomás, un chico de 15 años, flaco pero rápido, conocido por su increíble resistencia y liderazgo. Tomás soñaba con llegar lejos, con jugar algún día en un estadio lleno de gritos y banderas ondeando su nombre. Sin embargo, no todo era fácil. Los Halcones nunca habían ganado un campeonato, y eso los marcaba como “los perdedores” del pueblo. La gente decía que su tiempo ya había pasado. Sigue leyendo

LAS TRES ZONAS

Hace un tiempo, en el año 2055, hubo una catástrofe mundial en la que murieron muchas personas a causa de la radiación solar y la contaminación. Solo pudo sobrevivir una isla, gracias a que la parte de la capa de ozono que estaba sobre ellos, no estaba agujereada por algunos productos.

Actualmente, en el año 2078 la isla está dividida en 3 zonas. La del centro, la primera, es donde viven las personas más importantes, como los científicos y políticos, en la segunda viven las personas que fabricaban artículos como armas, ropa, … Entre otras cosas. En la última zona viven los agricultores, que se dedican a cosechar los alimentos. Los productos de las dos últimas zonas eran para la zona del centro y ellos se quedaban una pequeña parte.
Madison, como la llaman sus padres, es una chica de la última zona de diecisiete años. Resalta por su larga cabellera de color azabache y sus grandes ojos azules.
Madie, un sábado, quedó con sus amigos para irlos a ver en la zona 2, solo podían moverse entre las dos últimas zonas. Se montó en el coche y empezó a dirigirse hacia allí, ya que estaba bastante lejos, mientras iba de camino a la segunda zona a ver a sus amigos, tuvo un accidente de coche, un conductor que vio el accidente llamó a la ambulancia y se la llevaron al hospital.

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