¡Hola! Soy Juliet, soy una chica cariñosa, inteligente, y siempre me gusta ayudar a los demás, y físicamente, soy rubia, con ojos azules, muy delgada y de mediana altura.
Tengo 16 años, y vivo en el sur de California, en una casita rodeada de árboles alejada de la ciudad, con mis padres, mi hermano pequeño, Lucas, que dentro de poco cumple los 5, y mi perro Rocky. Actualmente estamos en el 2016.
Desde ese día, en clase de literatura, que la profesora nos hizo ponernos juntos para hacer un trabajo, no puedo dejar de pensar en lo que le dije.
– ¿Debería disculparme con él?
– Llevas colada por él desde primero, claro que deberías disculparte, lo que le dijiste no estaba bien.
Mara es mi mejor amiga, ella es rubia, como yo, pero me supera en altura, tiene los ojos preciosos, muy grandes y de un color marrón miel.
Juega a vóley conmigo, por esa razón nos hicimos tan amigas.
– Lo sé, pero no es tan fácil, tú sabes que no nos llevamos bien.
– Tú inténtalo.
Al día siguiente, después de clases, me veo yendo a hablar con James. Es tan guapo que ni palabras tengo para describirle.
– Hola – Él pasa de ella.
– Solo déjame explicarte lo que pasó.
– Tienes dos minutos.
– No fui yo quien hizo que metieran a tu padre en la cárcel. Deberías haberme escuchado y no haberte ido de clase, sin decir nada, además yo nunca haría eso y menos tratándose de ti.
– Esperas que me crea eso, cuando mi padre me contó todo lo que hiciste, y lo que tuvo que pasar. Tú no sabes lo que sufrió por tu culpa.
– Tú piensa lo que quieras – De repente, me entran ganas de llorar.
El chico que llevo años admirando y deseando, el guapo, moreno, alto y atleta, no me cree.
Un rato más tarde, me di cuenta de que el bus estaba a punto de pasar, corrí hacia la parada, pero ya se había ido.
Luego vi a James saliendo del entreno y la única opción que tenía, era pedirle que me llevara a casa en su moto.
– James, ya sé que no quieres hablar conmigo, pero no tengo otra opción.
– Este no es un buen momento para hablar. ¿Qué quieres?
– Solo quería pedirte un favor.
– ¿Quieres que te lleve no? Te he visto corriendo hacia la parada.
Se ha fijado en mí, sonrío avergonzada y asiento.
– Vale, solo porque me debes una explicación.
Nos subimos en su moto y vamos hacia casa.
El silencio era bastante incómodo, pero de repente él dice…
– Cuéntame lo que pasó.
– Sé que a lo mejor no me crees, pero deberías saber que yo no le dije a la policía, que fue tu padre quien vendió esas drogas a mi compañero de clase y que lo mataron.
– Ya, lo sospechaba, pero me quería aferrar a la idea de que mi padre no fuera ese tipo de persona, siempre había sido la persona que yo más admiraba y mi modelo a seguir, y tampoco debería haberte juzgado sin saber tu parte de la historia.
– Lo siento mucho, te mereces a un padre, que te cuidara y te amara.
James se echa a llorar, es la primera vez que veo a James llorar, un tipo duro y que no muestra sus sentimientos a los demás.
Nos paramos en una gasolinera, le cojo de la mano y le digo:
– James mírame a los ojos.
James no me mira, y llora mucho más. Le abrazo. Él se separa. Yo un poco extrañada le digo:
– ¿Qué pasa?
– No quería que te enteraras así, pero estoy saliendo con Ada la de tu clase de arte.
No me gustaba admitirlo, pero estaba un poco celosa. Ada era muy guapa, morena, con ojos color miel, era casi como yo de altura, solo que unos centímetros más bajita, y era la más popular de mi clase, bueno, se podría decir que también de nuestro curso.
– Me alegro mucho por vosotros, – Que incómodo. – Me tengo que ir. – Empiezo a caminar, mientras escucho el viento soplar, hasta que James me dice:
– ¡Juliet! Espera.
Me niego a girarme, empiezo a correr, pero él es más rápido, y me pilla, me coge del brazo y me dice:
– Escúchame.
No le respondo.
– Al menos déjame llevarte a casa, por favor.
Solo he aceptado, porque me estaba congelando.
Íbamos de camino a casa, cuando me entró un escalofrío, él lo notó, paró la moto y me dio su chaqueta.
Al llegar a casa mi hermano pequeño, Lucas estaba jugando en el porche.
Vio a James y fue directo hacia él y le dio un abrazo. Me pareció muy tierno.
Luego mi padre, salió de casa y lo invitó a quedarse a cenar, él no pudo negarse y no tuvo más remedio que asentir.
Mientras mis padres ponen la mesa, le ordeno a James que me ayude a preparar la comida, con cara de “TENEMOS QUE HABLAR”.
– James mis padres no saben nada de lo de tu padre, te agradecería si no lo mencionas y haces como si nada hubiera pasado.
– Pero, ¿por qué no les dijiste nada?
– Te tienen demasiado cariño, no quería estropear nada por lo que pasó y por lo que veo le tienes mucho amor a mi hermano.
Para él tú eres como el hermano que nunca tuvo y te admira demasiado.
Y nosotros, empezábamos a llevarnos bien – O eso creía.
– Y tienes razón, pero no creo que podamos seguir quedando porque tengo novia.
Después de la cena él se va sin dirigirme una simple mirada, pero yo le paro y le dijo:
– No me vuelvas a hablar más, no te quiero volver a ver en mi vida.
Luego me voy a mi habitación haciéndoles fingir a mis padres que me sentía mal, para poder contarle a Mara todo lo que había sucedido.
– No te puedes imaginar todo lo que ha pasado hoy.
– ¡Hola, yo también me alegro de verte eh! – Me dice con sarcasmo.
– Perdón, es que hoy ha sido un día muy duro.
– Cuéntame lo que ha pasado, adivino tiene que ver con James.
– Sí, como siempre tienes razón. – Y las dos reímos.
Procedo a contarle todo lo de James.
– Qué fuerte tía
– Ya, bueno, Mara te dejo que mi padre me llama. ¡Adiós!
– Hasta luego, no te olvides de ponerme al día eh.
– Nono tranquila, serás la primera en saber si pasa algo– Se ríen.
Corto la llamada con Mara y voy hacia la habitación de mis padres para ver que quería mi padre.
– ¿Papá necesitas algo?– Mi padre era fuerte y valiente, en cuanto a sus rasgos, eran muy distintos a los míos, tenía el pelo de un marrón muy oscuro, sus ojos eran como de una mezcla de verde y marrón, con también destellos naranjas. Mi padre era muy alto, y robusto.
– Sí hija necesito que me hagas un favor.
– ¿Claro papá, dime?
– Necesito que vayas a casa de los Walter, que James se ha dejado algo.
Qué mala suerte tengo.
– Vale papá, ¿pero qué se ha dejado exactamente?
– ¡Hija no es de tu incumbencia! ¿Podrías ir ahora por favor? Es urgente.
Salgo de casa procesando que lo volveré a ver, pero no sé que le voy a decir.
Pico al timbre y me encuentro a James en la puerta.
– ¿Qué haces aquí? ¿No era que no querías saber nada de mí ?
– Sigo sin quererlo, pero mi padre me ha hecho venir a darte una cosa.
– Pues estoy aquí a qué esperas– Me quedo mirándolo sorprendida.
– No tengo todo el tiempo ¿Qué es eso que quieres darme? – Ahora si, lo miro con cara de asco.
Después de un momento bastante incómodo procedo a acordarme de que le tenía que dar lo que me pidió mi padre, que por cierto era una caja muy misteriosa y de madera donde dentro solo había una carta.
– Toma. – Le dijo dándole la caja e intentando no mirarle a los ojos.
Él al ver la caja se sorprendió a saber por qué, le miro extrañada y le digo:
– ¿Por qué mi padre quería que te diera esto?
– ¿En serio, aún no lo sabes Juliet?
– ¿Saber el qué?
– Entra, anda, te tienes que poner al día.
– Nuestros padres no se llevan tan bien como crees, antes si se llevaban bien solo que desde que tu padre se enteró de lo de las drogas que se tomaba mi padre intentó alejaros a todos, porque no quería que eso os afectara.
Y mi padre se lo tomó a mal, entonces un día, empezaron a hablarse mal, y la cosa no acabó bien… Hasta ahora todo el rato fingían su amistad.
– Ya, pero James, ¿Qué tiene que ver todo esto con la carta?
– Aunque últimamente, se llevan mejor. En la caja lo que hay es dinero, tu padre se enteró de que delataron a mi padre, y que está en la cárcel, como le supo mal
por qué se cree que fue por tu culpa, cada mes le lleva dinero para que algún día pueda pagar su deuda y poder salir.
– ¿Desde cuándo lo sabes?
– Hace unas semanas, vi el sobre con el dinero, y una carta explicándole todo.
– Y, ¿Por qué no me lo contaste?
– Es que siento y estoy seguro de que tú también que nos estamos volviendo más distantes, por no aclarar nuestros sentimientos.
– ¿Qué quieres decir con eso?
– Pues que está claro que sentimos algo más por él otro. Aunque no lo queramos admitir.
Yo me quedé callada, no sabía que decir, digamos que a su manera, James se me estaba declarando. No podía aguantar mis nervios y salí corriendo, él me gritó:
– Por eso creo que lo nuestro no funcionaria, porque cada vez que te hago ver lo que siento, te vas corriendo.
– Me giro hacia él y veo que está disgustado, vuelvo y me sincero con él diciéndole que tiene novia, que nuestros padres se llevan mal, que es verdad que lo nuestro no podría funcionar y que por eso siempre me voy, porque tengo miedo de que sea verdad, que lo nuestro no funcione.
– Juliet, escúchame, nunca he sentido con nadie lo que siento por ti, ya sé que soy un tipo duro, que no muestra sus sentimientos y que parece que todo le dé igual, pero contigo todo es diferente, se me es imposible ser así contigo porque cuando estoy a tu lado me siento bien no GENIAL.
Después de expresar sus sentimientos, empezaron a salir, James se enteró de que Ada y su padre se habían compinchado de que James dejará a Juliet y que la culparan de meterlo en la cárcel por su culpa y todo eso Ada lo hizo por celos.
James y Juliet son muy felices, y van a la universidad juntos.