LUCY IN THE SKY (LINE) without diamons

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Tiene una vitalidad, una energía y una necesidad de estar siempre en movimiento que, a veces, agota con solo mirarla. Madre trabajadora y ama de casa, hace deporte, lee, escucha música, pinta (muy bien), y últimamente está incluso triunfando en lo que hasta ahora era su único talón de Aquiles: la cocina. Todo le interesa y todo le apasiona: la política, el arte, el deporte, la moda, la literatura, la música, los viajes…
Poca gente habrá aprovechado tanto una semana y poca gente se habrá emocionado tanto como Lucía en Nueva York. No siempre resultó fácil seguirla, pero viajar con ella y disfrutar de su entusiasmo y su cariño fue una experiencia extraordinaria. Gracias prima.

!!!OH LA LECTURA!!!

“Los mejores momentos de la lectura son aquellos en que te encuentras con algo –un pensamiento, una sensación, una manera de ver las cosas- que hasta entonces pensabas que era íntimamente personal, que sólo era tuya. Y ahora lo encuentras plasmado por otro, una persona a quien ni siquiera conoces, o que incluso hace tiempo que ha muerto. Y es como si hubiese salido una mano y hubiese cogido la tuya”

Alan Bennett: “Los chicos de Historia” 2004

VOLARE

Domenico Modugno; Johnny Dorelli 1958

 

“Penso che un sogno così non ritorni mai più
mi dipingevo le mani e la faccia di blu
poi d’improvviso venivo dal vento rapito
e incominciavo a volare nel cielo infinito
Volare, oh, oh!
cantare, oh, oh, oh, oh!
nel blu, dipinto di blu
felice di stare lassù.
E volavo, volavo felice più in alto del sole ed ancora più su
mentre il mondo pian piano spariva lontano laggiù
una musica dolce suonava soltanto per me
Volare, oh, oh!
cantare, oh, oh, oh, oh!
Nel blu, dipinto di blu
felice di stare lassù”

nubes

NOBUKO

Nobuko vive en Tokio, yo vivo en Barcelona y por una de esas cosas raras de la vida nos conocimos por casualidad en Extremadura. Luego Nobuko, que habla y escribe muy bien en español, fue mi cicerone en Madrid: me llevó a comer jamón y a ver una zarzuela (La Revoltosa) de la que sabía las canciones de memoria.
A lo largo de los años nos hemos escrito y nos hemos visto varias veces porque ella suele venir a España a menudo. Pasa gran parte de su tiempo viajando y haciendo fotografías que luego expone en Japón. Yo me considero muy afortunada por su amistad porque la quiero y admiro su vitalidad, su energía, su generosidad y su talento.
Todas las noches, antes de apagar la luz, hago sonar unas pequeñas campanitas que me regaló Nobuko y su dulce sonido me recuerda a todas aquellas personas a las que amo.

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LES PARAULES DEL RIU

 
Estava refredada, he sortit poc i he llegit molt. Entre d’altres he llegit dos llibres sobre la vida quotidiana al Benissanet de principis del segle XX. M’han agradat molt i m’han recordat moltes coses que encara vaig arribar a veure i a viure quan jo era una nena petita també en un poble de la Ribera d’Ebre: jocs infantils, festes populars, oficis artesans, les estacions a la vida de pagès…
Aquests pobles tenien un punt d’identificació/diferenciació en una parla, només transmesa oralment: quan parlaves tothom sabia que eres de la Ribera i també sabia si eres de Móra, de Benissanet, de Miravet… Encara se’ns nota però cada cop menys. La televisió, l’ensenyament, l’estandardització dels treballs s’està emportant moltes de les diferencies en la parla.
Amb nostàlgia i amor penso en aquelles persones que ja només viuen en el meu record i en moltes de les seves paraules: les que jo vull recordar com “les paraules del riu”: granera, bajoca, caduf, estalzí, fato, hómens, matxo, panollot, patacons, somera, asgorfa, fardatxo…

JULIÁN MARÍAS (1914-2005)

Julián Marías ha sido una de las personas que más me han impresionado. El verano de 1999 seguí unas lecciones magistrales suyas en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander y admiré profundamente su inteligencia, su cultura, su sencillez, su cordialidad y su cercanía.
Su recuerdo y su obra me acompañan desde entonces y es mucho lo que en mi vida -más humana ahora- tengo que agradecerle.
Esta semblanza, escrita por uno de sus hijos, creo que le retrata muy bien.

“Es mi padre un hombre sencillo que gusta de la comida llana -churros para el desayuno, cocido madrileño, berenjenas rebozadas, bacalao, chocolate oscuro, son sus obsesiones gastronómicas-, un ciudadano del mundo sin nada de cosmopolita, un europeo de España para el que, como para Ortega, “la gran delicia es rodar por los caminitos de Castilla”. Es también un filósofo con los pies en el suelo, carente de la menor sombra de pedantería, que se pirra por el cine, que tiene más orgullo como fotógrafo que como pensador, al que entusiasma la poesía, la novela, las novelas policíacas -¡Simenon!-, que no se pierde un museo o una iglesia, que lee infatigablemente por el mero placer de leer, con su ojo único de clarividencia ciclópea, hundido durante horas en su sillón de orejas. Es un hombre al que le interesan muy poco las cosas y mucho las personas: sus amigos y sus muchas y espléndidas amigas -la tertulia de los domingos, las largas caminatas sorianas o toledanas han sido los principales escenarios de su vida de gran conversador-. Un hombre que no ha regateado el tiempo para degustar el pulso de la vida; para salvaguardar lo más valioso de ella, la intimidad; para vivir una vida irrenunciablemente humana. Decía Ortega que “la filosofía no sirve para nada… solamente para vivir”. La filosofía de Marías -la filosofía de la razón vital- le ha servido para vivir una vida que es, en cierto modo, su gran obra de arte.
Su gran premio, infinitamente más valioso para él que aquellos “oficiales”, que recibe con tanta gratitud como escepticismo, sin hacer memoria de cuán esquivos se le mostraron, es la creencia de que su pensamiento puede orientar a otras vidas -individuales y colectivas- para que lleguen a ser plenamente eso: vidas humanas.”

Álvaro Marías
Publicado en ABC, 4 de mayo 1996

 

“LE PICCOLE VIRTÙ”

Natalia Ginzburg
Einaudi, Torino, 1962

Non possiamo mentire nei libri e non possiamo mentire in nessuna delle cose que facciamo (…) Non mentire e non tollerare che ci mentano gli altri. Così siamo adesso noi giovanni, così è la nostra generazione. Gli altri più vecchi di noi sono ancora molto innamorati della menzogna, dei veli e delle maschere di cui si circonda la realtà.”

Avui fent exercicis d´italià he trobat aquest text que m´ha fet sentir trista.
La Natàlia Ginzburg escrivia el que molts joves pensaven de la seva generació en contraposició a la generació anterior que detentava el poder polític, econòmic i social
Han passat 42 anys, d’altres generacions han exercit el poder, però la majoria del joves d’avui subscriurien aquestes paraules de 1962.
I això és el que em fa sentir trista

“CRISTINA´S WORLD”

cristina

“CRISTINA´S WORLD” (cuadro-1948)
ANDREW WYETH (1917-2009)
MOMA (Nueva York)

Aunque es muy conocido yo nunca lo había visto antes. Simplemente estaba allí, me atrajo, me quedé largo rato mirándolo y me fascinó.
Lo que este cuadro me transmite no tiene que ver con la belleza, con la técnica pictórica, con la modelo, con las interpretaciones de los críticos de arte ni con la historia de su autor.
Cada vez que lo miro “Cristina’s world” sigue mostrándome una parte muy profunda de mi misma y me sigue maravillando la capacidad mágica de conexión que las obras de arte son capaces de establecer a través del tiempo y del espacio.

EN VACACIONES

A veces en vacaciones se recuerdan cosas curiosas, como personajes de películas interpretados por actores que nunca estuvieron tan atractivos como entonces.

 Algunos ejemplos:

 El Bernardo de “West Side Story” (George Chakiris). El Mr. Ripley de “A pleno sol” (Alain Delon). El Indiana Jones de “En busca del arca perdida”. El Diego de “Fresa y chocolate” (Jorge Perugorría). El Mr. Jones de “Mr. Jones” (Richard Gere). El Leo de “La casa de las dagas voladoras” (Andy Lau). El Vito Corleone de “El padrino II” (Robert de Niro). Los Jordan Benedict y Jett Rink de “Gigante” (Rock Hudson y James Dean). Los Jim Mckay y Steeve Leedy de “Horizontes de Grandeza” (Gregory Peck y Charlton Heston). Los Henry “Shaw”” Gondorff y Johnny ”Kelly” Hooker de “El golpe” (Paul Newman y Robert Redford). El Ned Racine de “Fuego en el cuerpo” (William Hurt). El Shane de “Shane” (Alan Ladd). El fantasma de “El fantasma de la ópera” (Gerard Butler)