La primera vez que vi este gato fue en el año 2008. Íbamos mi prima Lucía y yo, medio perdidas por Greenwich Village y de no demasiado buen rollo, cuando vi un gato sonriéndome desde una ventana. Me recordó al gato risón de Alicia en el país de las maravillas y me hizo gracia que fuese amarillo y que tuviese alas. De pronto se me pasó el malhumor. ¿Qué más daba si no encontrábamos la calle que estábamos buscando? Cualquier calle podía ser una sorpresa.
Me acabo de enterar de que el gato se llama Mister Chat, de que apareció como grafiti en Nueva Orleans en 1997 y de que ahora se ha extendido, en versión con alas o sin alas, por Europa.
¡Qué cosas!
