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Don Quijote, siempre

Para acabar el tema de Don Quijote y, después de haber leído lo que piensan algunos intelectuales sobre la novela, podemos escuchar dos canciones que son a su vez dos bonitos poemas de León Felipe (cantados por Joan Manuel Serrat y Paco Ibáñez).

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Vencidos

(León FelipeJoan Manuel Serrat)

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada,
va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero,
sin peto y sin espaldar.

Va cargado de amargura
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá quedó su ventura
en la playa de Barcino,
frente al mar.

Cuántas veces, Don Quijote,
por esa misma llanura,
en horas de desaliento
así te miró pasar
y cuántas veces te gritó:
“Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar.

Hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura,
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar.

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo
y llévame a ser contigo,
contigo pastor”.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero
de retorno a su lugar.

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Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos 
Se murió aquel manchego
Aquel estrafalario
fantasma del desierto,
Se murió aquel manchego
Aquel estrafalario
fantasma del desierto. 
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos. 
Todo el mundo está cuerdo
Terriblemente, horriblemente cuerdo,
Todo el mundo está cuerdo
Terrible, horriblemente cuerdo. 
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos, amigos,
Ya no hay locos.
Ya no hay locos,
Ya no hay locos,
Ya no hay locos en España
Ya no hay locos. 
Cuando se pierde el juicio,
Yo pregunto cuándo se pierde ¿cuándo?
Si no es ahora que  una vida
Vale menos que el orín de los perros.

EL HOMBRE DE LA MANCHA

El hombre de La Mancha (título original Man of la Mancha) es un musical de Broadway del año 1965 que cuenta la historia de Don Quijote de la Mancha como una obra de teatro dentro de una obra de teatro, representada por Miguel de Cervantes y sus compañeros de prisión mientras espera una audiencia con la Inquisición española. Está basada en el libro del mismo nombre de Dale Wasserman, las letras de las canciones son de Joe Darion, y la música de Mitch Leigh. La canción El sueño imposible fue especialmente popular.

El musical, como suele ocurrir, tiene importantes diferencias con la obra original de Cervantes. Posiblemente la principal es que Aldonza Lorenzo, Dulcinea del Toboso para don Quijote, de ser un personaje que sólo es mencionado en el libro, se convierte en una de las protagonistas del musical.

De Wikipedia

De este musical escuchad una pieza musical, Un sueño imposible:

EL QUIJOTE, CAP 11 1ª PARTE: DISCURSO SOBRE LA EDAD DE ORO

Podéis leer aquí DISCURSO DE LA EDAD DE ORO

En un poema Agustín García Calvo nos recrea el mito de la Edad de oro y cómo se la puede encontrar mirando a los ojos de la persona amada. ¿Para qué ir más lejos?

El mundo que yo no viva
lo pensé como cosa extraña,
como arca de maravilla.
Ay de mi vida

Allí ¿sonará la lluvia
junto al fuego las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?
Y tú ¿la gentil sonrisa?

¿Durará en el papel que siembro
la negra flor de la tinta?
Ay de mi vida

¿Será posible que vengan
los amigos y que “Era” digan
“un hombre, y te quiso mucho”
y “Mucho” llorando digas?

Es el mundo que no conozco,
Atlántida sumergida.
Ay de mi vida.

Allí las palmeras echan
esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen.
Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños,
de púrpura el mar se agría,
Ay de mi vida.

Más limpio que agua de oro
es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas
ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto
al que el nombre del fruto diga.
Ay de mi vida.

Ese mundo no es el mío:
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.
A ese mundo quisiera entrar,
antes que suene la hora
– ay – de mi vida.

de Agustín García Calvo

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