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En zodiac a la cima del Mont Blanc
0Cada día que pasa, Perth es una presencia más tangible en el Hespérides. Es la fuerza del deseo. Entiéndase bien: el deseo de llegar a puerto. El cual, es cierto, abriga muchos otros deseos. Perth incrementa día tras día su cuota de presencia en las conversaciones y las lecturas: qué ver, qué hacer, qué visitar, qué comer. Y también en las reuniones organizativas: qué día deberán dejar libres los camarotes los científicos que serán relevados en Perth, quién se encargará de guiar las visitas al barco en puerto, cuántos asistirán a las recepciones oficiales.
También desde fuera de la nave llegan ecos de Perth. Un lector de este blog ha dirigido a los expedicionarios, por medio de EL PERIÓDICO, un puñado de amables sugerencias y una gentil invitación: “¡Buenas! Margaret River para practicar surf; Rottnest Island, para submarinismo y snorkel, y Fremantle para comer una paella a cambio de vuestras historias de ultramar. Ya diréis algo si tenéis tiempo y ganas de quedar con una microcomunidad hispanohablante de Perth. Vosotros habláis, nosotros cocinamos. Un abrazo. Oriol [adjunta su dirección de correo electrónico]”. Descuide, Oriol, su hospitalaria oferta ya obra en manos de los expedicionarios. Muchas gracias por su interés y generosidad.
Hoy ha sido, sin duda, el más esplendoroso de los 27 días de navegación desde que el Hespérides zarpó de Ciudad del Cabo. Cielo impoluto, sol radiante, vientos inanes, mar plana. Y una gran novedad: salida del buque a bordo de un bote neumático con motor fuera borda (una definición de seis palabras que se puede resumir en una, zodiac, una de esas marcas que, como cello o cacaolat, han vampirizado al producto).
Abandonar por un par de horas el Hespérides ha tenido un cierto halo de irrealidad. Desde la zodiac (los dos botes neumáticos que carga el buque oceanográfico sí son zodiac), el barco, de proa majestuosa, se antoja un objeto inmóvil, como si estuviera clavado a la lámina de agua, como si el océano, el cielo y el propio buque fueran un decorado, un lienzo gigantesco desplegado frente al minúsculo bote neumático. Este engaño de los sentidos se debe, probablemente, a que agua zarandea a la zodiac infinitamente más que al buque.
Los afortunados han sido pocos. Pilotado por un cabo primero cartagenero y un marinero catalán, de Masquefa, el bote solo ha cargado con siete personas más: dos documentalistas sevillanos, un colaborador californiano de la revista científica británica Nature, el enviado especial de este periódico barcelonés y los tres investigadores (una madrileña, un colombiano y una austriaca) que han ganado la plaza en un sorteo entre sus colegas. Se trataba de que los informadores pudieran observar desde el exterior de la nave las maniobras de extracción de muestras del océano que se realizan diariamente.
La excursión en medio del Índico, sin nada más a la vista (salvedad hecha del Hespérides) que agua plana, cielo brillante, horizonte nítido en 360º, medusas (muchas carabelas portuguesas, extremadamente tóxicas, y algunas velellas) y un par de petreles planeando a ras de lámina en busca de calamares, peces o algo que echarse al pico, ha sido realmente fascinante. Irreal hasta el punto de sentirse uno empotrado en el infinito. E impresionante como pocas otras cosas: justo en esa posición, la sonda del buque marcaba una profundidad de 4.850 metros. Debajo de la zodiac había espacio para el Mont Blanc, el pico más elevado de los Alpes. Y aún sobraban 40 metros.
fuente: elperiodico.com
El SEO ha muerto
0Aún recuerdo cuando hace poco menos de 2 años comentaba la gran frase “el SEO ha muerto” por primera vez. En aquel momento, y seguido del Foro de Internet muchos me tacharon de loco, y que “si yo seguía haciendo SEO” y demás. Hoy quiero dar un paso más allá y dar una pequeña pincelada (para que los más inteligentes) sepáis de qué va sin decir nada.
No sé si muchos recordáis cómo se hacía SEO en el año 1997, cuando básicamente lo único que había en la red de redes era Yahoo! y poca cosa más. En aquel momento las únicas opciones de hacer SEO eran básicamente los “meta-tags”. Recuerdo con una gran sonrisa cuando me decían algunos compañeros webmasters que ellos “ponían siempre la palabra sexo” en los tags porque era lo que más se buscaba en Internet, y claro, tenían muchas posibilidades de aparecer, ya que, si tu palabra clave no estaba en los tags, efectivamente, no aparecías.
Pero poco tiempo después llegó la revolución de la web, ya que Altavista introdujo una tecnología revolucionaria: indexaban el contenido completo de las páginas. En ese momento los “meta-tags” dejaron de “tener valor” de cara a los buscadores. Bueno, como siempre, no es que dejasen completamente de tener valor, pero sí que perdieron su 100% de efectividad para quedarse en un 10%. Ahora, Altavista había conseguido que el contenido de la página fuera lo más importante. Eso sí, el sistema de rastreo y de “posicionamiento” se basaba únicamente en el contenido propio, y luchaban en los resultados aquellos que mayor densidad de palabras tenían.
Eso sí, al poco tiempo, aprovechando las cosas de Altavista, aparecía “Don Google”. Google traía una mejora sobre Altavista y era el “Pagerank”. O sea, cambiaba la importancia de los contenidos (que serían para encontrar la información) por la cantidad de enlaces, es decir, si tu página contenía información sobre ello, y tenía muchos enlaces, eras “el mejor”. Así que dejamos de darle importancia a la cantidad de palabras que aparecían en una página por la cantidad de enlaces que teníamos. Esto comenzó a generar las granjas de enlaces y todo tipo de técnicas oscuras que mezclaban la aparición de muchos enlaces internos con palabras claves que ayudaban a posicionar.
El resto de buscadores, desde ese momento, tampoco es que hayan tenido mucho más peso, ya que su tecnología ha ido precisamente ha encontrar lo que Google creó: el algoritmo perfecto. pero algo comenzó a ocurrir, y es que empezó a “hackearse el Pagerank”. Esto tuvo que llevar a Google a replantearse muchas cosas, entre ellas una primera actualización muy grande en diciembre de 2003, el Florida Update. Los usuarios estaban asombrados porque los cambios eran excesivamente grandes, pero todo con una explicación: Google introdujo un cambio en su algoritmo del Pagerank por el que se primaba menos los enlaces. Muchos webmasters que basaban toda su estrategia en el linkbuilding se vieron sometidos al gigante de Mountain View.
De ahí en adelante Google siempre ha jugado al despiste y sobretodo en boca de Matt Cutts, su ingeniero jefe en cuanto a sistemas de spam. La “barrita verde” dejó de ser lo que era y simplemente es un material disuasorio para aquellos que creen saber mucho de SEO. Y es que todos los buscadores desde 2005 hasta ahora han decidido cambiar su estrategia. A mi el ejemplo que más me ha gustado, y que sufrí mucho, fue el del nofollow. Desde Google se inventaron este microformato que “sólo utilizarían los SEO” ya que el resto de mortales no tendría ni puta idea de qué le estaban explicando. Google te decía muy amablemente que si enlazabas a sitios “peligrosos” utilizases este sistema, ya que con ello detectarían qué enlaces son buenos y cuáles malos. ¿Qué ha ocurrido? Pues lo que he estado muchos meses diciendo, que “todo ha sido una pantomima” y que Google no ha hecho caso a los nofollow para “posicionar” sino, para encontrar a aquellos que han querido engañar al buscador.
En los últimos años el SEO ha llegado a boca de cualquiera. Ahora, después de que algunos escribiéramos manuales de posicionamiento, se han lanzado a publicar y publicar, ahora “cualquier dice que sabe de SEO porque es capaz de ponerle enlaces a tu sitio, porque tiene una web de Pagerank 6 o cualquier otra gilipollez similar. Y los buscadores lo saben. Incluso ellos han empezado a publicar sus propios documentos sobre SEO. Y cuando una cosa se convierte en Vox-Pupuli deja de funcionar.
Ahora que los buscadores ya “pasan olímpicamente” de todo lo que muchos hemos podido decir han decidido dar un salto a otro nivel. Y es que “si todos sabemos de SEO”, ¿cuántos nos vamos a poner entre los 10 primeros resultados? Pues algo no cuadra. Y eso es lo que hace que el SEO haya muerto sin hacer que desaparezca, dejarse de “las cosas antiguas”, que sí, que tienen peso, y centrarse en lo que es el SEO del mañana, el que “sólo unos pocos utilizan y saben”… Incluso, algunos siguen jugando al despiste, lanzando “supuestas novedades” que luego quedan en nada, porque “al final no cambia nada”…
Tengo la suerte de que con mi socio, en Kisslab hemos llegado a conocer algunas de las cosas hacia donde van los buscadores. El que quizá haya dado más pistas ha sido Microsoft, sobretodo porque es el que más habla de ello en sus blogs para webmasters. Yahoo! comenzó dando pistas hace tiempo con alguna que otra herramienta, que Google, por supuesto, ha decidido copiar y darle alguna vuelta de tuerca… y que, realmente, si sabes cómo, puedes sacarles mucho provecho…
En fin, simplemente llevaba tiempo queriendo hablar sobre ello, sobre las nuevas tecnologías, sobre la cantidad de penalizaciones que existen “algunas por pasarse de listo” y otras por “un alto grado de inutilidad de los desarrolladores web” (sí, esos que dicen ser tan buenos).
El SEO es mucho como lo que Darwin decía sobre la Selección Natural, aquí sólo quedan y aguantan los que realmente están abiertos a las buenas mutaciones y no se dedican a hacer el SEO del año 1998, 2003 o 2006… en 2010 hay que hacer el SEO de 2012. Los SEO siempre vamos a ir en desventaja con los ingenieros de Google, porque, al fin y al cabo, cuando a ellos se les calientas las pelotas te cambian un nosequé y te joden la vida… así que, si quieres ganar a Google, piensa como lo haría Google y cómo lo hace Internet.
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