Hoy por casualidad cayó en mis manos un pequeño periódico, uno de esos que se reparten en la iglesia, Full Dominical, y al hojearlo, llamó mi atención un artículo que hablaba de marcar la X a favor de la iglesia me puse a leerlo y pensé en hacer un comentario en el blog sobre este tema.
He leído lo siguiente: por la situación de crisis en España se han reducido las declaraciones de renta lo cual ha afectado a la asignación a favor de la iglesia.
Entonces me he preguntado ¿por qué hay que asignarle dinero a la iglesia si ellos ya deben tener? He continuado leyendo el artículo en el que explicaba que actualmente el porcentaje de personas que marcan la casilla a favor de la iglesia es del 34,87% y que en los últimos años han marcado la casilla un millón más de contribuyentes. También explicaba el artículo que Castilla-La Mancha, Murcia y Extremadura son quienes más declaran en favor de la iglesia siendo Cataluña la que menos aporta. Esta aportación tributaria solo supone entre un 20% y un 25% de su presupuesto total lo demás lo consiguen por diferentes vías como donaciones, suscripciones, etc.
Entre tantas cifras y tantos porcentajes que no entendía muy bien he estado reflexionando sobre lo que he leído y pienso que a mí no me parece bien dar dinero a la iglesia mediante la declaración porque ya tienen demasiadas riquezas y eso no es lo que la religión predica. Según la biblia Jesús predicaba la pobreza y no quería que la gente fuese egoísta, avariciosa…
La iglesia como institución debería ir más acorde con la ideología cristiana y repartir más en lugar de pedir tanto.
Es interesante tu opinión y la manera como has llegado a ella, a través de una hoja parroquial, por un momento pensé que ibas a decir todo lo contrario, que estabas de acuerdo.
Los orígenes de esta relación fiscal vienen de muy antiguo, cuando el estado español era confesional y la Iglesia Católica, por tanto, estaba íntimamente ligada a él. Ya en el primer tercio del siglo XIX hubo desamortizaciones de bienes eclesiásticos y hay que recordar que durante todo ese siglo y los inicios del XX gran parte de la educación y la asistencia social estaba en sus manos. En la II República el estado dejó de serlo (me refiero a confesional) y eso en parte provocó la Guerra Civil y el apoyo de la jerarquía católica al bando franquista nacional llegando a calificar esa tragedia como “Cruzada”, como si estuviéramos en la Edad Media y los republicanos fueran infieles.
Por en medio está la firma de concordatos (una especie de tratados) con la Santa Sede que rigen las relaciones entre los dos y debido al actual la iglesia católica goza en España de unas prerrogativas que en otros territorios no tiene como esa manera de acceder a un porcentaje pequeño de los impuestos a través del de la Renta.