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Israel se abre a los emprendedores españoles

 

Durante la primera jornada de la “Misión digital” del ICEX, Adigital y Red.es a Tel Aviv visitamos The Library, uno de los espacios de ‘coworking’ más emblemáticos de la capital de Israel.

En la biblioteca más conocida de Tel Aviv no hay estanterías repletas de libros ni estudiantes en silencio. De hecho, apenas hay libros… al menos de papel. Este lugar, situado en la que un día fuera la torre más alta de todo Oriente Medio, es desde 2011 un próspero espacio de coworking promovido por Global Tel Aviv, una unidad dependiente del Ayuntamiento de la ciudad.

En la actualidad, más de 100 emprendedores de 45 start up pueden pasar en The Library hasta seis meses. El coste: unos 70 euros por persona al mes (unos 300 ó 400 euros por empresa), un precio tres o cuatro veces inferior al de un alquiler rutinario en la capital israelí. Y una vez que abandonan este lugar, se benefician de un descuento de hasta el 50% en el IVA de su siguiente alquiler.

Hasta ahora, la estricta política de inmigración provocaba que la mayoría de incubadoras, aceleradoras y espacios de coworking fueran coto casi exclusivo de los emprendedores israelíes, pero esto podría cambiar próximamente, después de que el Gobierno aprobara hace pocos meses el llamado “Startup Visa”: un permiso de residencia de hasta un año para emprendedores de otros países. Por ahora, apenas se han expedido una veintena de estos nuevos visados, pero está previsto que un fuerte despliegue se produzca a lo largo de este año y el que viene.

“En las incubadoras de Silicon Valley, el 50% de la gente es extranjera. En las de Tel Aviv, el 90% es israelí. Eso va a cambiar”, opina Neta Gurber, head of Reseach and Rankings de Global Tel Aviv. “Todo el que traiga una buena idea, un proyecto tecnológico de ambición internacional, podrá encontrar oportunidades aquí”, asegura.

La asociación Adigital, junto con el ICEX y Red.es, han organizado esta semana en Tel Aviv una “Misión digital” con el objetivo de que una docena de emprendedores españoles conozcan y encuentren oportunidades de negocio en este país. Les informaremos de quiénes son esos emprendedores en un próximo artículo.

La cara B del ‘milagro israelí’

Israel es un oasis de innovación único en el mundo. En esta pequeña nación de 8 millones de habitantes se crean cada año más de 1.000 start up, la mayoría de ellas de alta tecnología, y de las que sobrevive aproximadamente la mitad (un ratio muy superior al de España, donde más de dos tercios de los negocios fracasan en su primer año de vida). Todas las grandes compañías tecnológicas del mundo, casi sin excepción, tienen en este país un centro de investigación y desarrollo. Por todo ello, el sector high-tech representa hoy el 40% de las exportaciones y emplea al 24% de la población activa.

Esta producción tecnológica atrae a su vez a inversores y fondos de capital riesgo, que sólo el año pasado invirtieron en start up israelíes más de 3.400 millones de euros.

Pero este boom de la tecnología y del capital riesgo ha traído consigo un aumento generalizado de los precios de la vivienda, en especial en la ciudad de Tel Aviv, que se sitúa ya en niveles muy similares a los de Silicon Valley… y subiendo. De ahí el atractivo de opciones low cost como la que ofrece The Library.

¿Qué puede ofrecer Israel a los emprendedores españoles?

Fundamentalmente, un ecosistema muy arraigado y con capacidades muy complementarias a las del emprendedor español medio.

“Levantar financiación o vender una compañía es bastante difícil en este país, pero no lo es tanto cerrar una alianza con una start up israelí”, especialmente para aquellas firmas españolas con tecnologías patentadas y/o con lazos en otros países europeos o de Latinoamérica, asegura José María Blasco, consejero económico de la Oficina Comercial de España en Israel.

Qué aprender de las ‘familias’ de Silicon Valley

Expansión – Emprendedores, por Arancha Bustillo – 13/10/2015

En Silicon Valley, el concepto ‘familia’ se usa para referirse a una red de redes que se entrelazan y forman una telaraña de emprendedores y ex empleados de ‘start up’ de éxito que invierten y crean nuevas empresas gracias al aprendizaje y al capital adquirido.

Te diré algo que aprendí de mi padre: intenta pensar como piensan los que te rodean. Con esta base todo es posible”. Parece que Michael Corleone (Al Pacino en la película El Padrino) tenía muy claro cómo actuar a la hora de hacer negocios, y también los ex empleados y fundadores de muchas de las vacas sagradas de Silicon Valley que en su día rompieron el lazo que les unía a compañías como PayPal o Facebook para montar otras empresas e invertir en nuevos proyectos. Son las conocidas como ‘mafias’, grupos de innovadores y profesionales con talento que han bebido del maná de start up de éxito para tomar nuevos rumbos.

Una de las más conocidas es la ‘PayPal Mafia’, que engloba a los artífices y primeros trabajadores de esta plataforma de pagos fundada por Peter Thiel, Elon Musk y Reid Hoffman que, tras convertirse en millonarios gracias a la venta de su compañía a Ebay (pagó 595 millones de euros en efectivo), han liderado algunos de los fondos y empresas más reconocidas de Silicon Valley como Tesla y SpaceX (Musk), LinkedIn (Hoffman), o Palantir (Thiel). Sin olvidar Youtube, creado por Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim, todos ex empleados de esta firma.

‘Alma máter’

A estas familias de innovadores que invierten y crean nuevas compañías no sólo les une el conocimiento y la red de contactos que han tejido en sus épocas en firmas de éxito (amén de las suculentas sumas de dinero que han logrado), también un cierto sentimiento de pertenencia. De ahí su calificativo en Estados Unidos que para nada se utiliza de modo despectivo. Es más, su forma de actuar podría reconocerse en muchos equipos formados por amigos que se han conocido en la universidad o en alguna escuela de negocios. “Tampoco hay que confundir la terminología ‘mafia’ y pensar que hay que pertenecer a uno de estos grupos para tener éxito en Silicon Valley. Este ecosistema es abierto y meritocrático, por lo que son muchos los casos de fundadores que llegan a San Francisco desde otra ciudad de Estados Unidos o incluso desde otro país y se instalan y triunfan en Silicon Valley”, puntualiza Ignacio Vilela, managing partner de Startcaps Ventures. Si fueran grupos tan herméticos, los ex empleados de estas start up de éxito que se desligan para tomar sus propios caminos no tendrían opciones reales de triunfar y, sin embargo, como asegura Javier Megias, CEO y cofundador de Startupxplore, “hay equipos que también han puesto en marcha ideas de negocio, bien porque tenían stock options de sus empresas máter, bien porque han aprendido de los mejores, o por ambos motivos”.

Israel

Todas estas redes de inversores y emprendedores que se van gestando al calor de empresas de éxito requieren de un ecosistema maduro en el que la endogamia empresarial no se entienda como el juego de unos pocos. Y, de momento, sólo es Israel el mercado que puede hacerle frente, en este sentido, a Estados Unidos.

Rodolfo Carpintier, fundador de DaD, explica este hecho por la cantidad de dinero que se mueve en el universo start up israelí. En gran parte por las salidas a Bolsa. “En Israel hay una red creada por emprendedores de éxito y muchos están a caballo entre Silicon Valley y Tel Aviv”. Sólo hace falta echarle un vistazo a las compañías israelíes que ya compiten en el Nasdaq con otras de origen estadounidense para darse cuenta de la acertada estrategia de estos emprendedores. En España, sin embargo, “no hay muchas empresas que hayan registrado grandes revalorizaciones ni salidas millonarias”. Y eso que algún ejemplo sí encontramos, como el de Tuenti, que fue lanzada como una red social a finales de 2006 por Zaryn Dentzel, Félix Ruiz, Joaquín Ayuso y Adeyemi Ajao, y cuatro años después vendida a Telefónica por 70 millones de euros. Tras este éxito, sus artífices no se quedaron a vivir de las rentas: Adeyemi Ajao y Joaquín Ayuso, que comenzaron a desligarse de la red social antes, incluso, de ser vendida a Telefónica, se fueron a Estados Unidos para mejorar su formación y estar cerca de la meca de Internet. Ajao fundó Identified, que fue adquirida por Workday en 2014, y Ayuso es hoy el CEO de Kuapay. Zaryn Dentzel y Félix Ruiz, que gestionaron la venta de Tuenti, son ahora el strategic advisor for digital transformation de Telefónica y el presidente de JobandTalent, respectivamente.

“La Nevera Roja también es otro ejemplo español, que fue adquirida por Rocket Internet por 80 millones de euros, y Blink a la que compró Groupon para impulsar su división de viajes. Y pasará con los exit millonarios que se produzcan en España. Son el germen muy inicial aún de lo que son las redes de emprendedores e inversores en Estados Unidos. Pero, de momento, son pocos”, explica Carpintier. En el fondo esto es lo mismo que pasa con un cuerpo vivo, con células que se desprenden de otras y se multiplican y distribuyen. Así son estas redes o ‘mafias’ de emprendedores y ex empleados: aprenden, hacen contactos, tienen ideas que valen millones, venden sus proyectos y comienzan a invertir en otras start up o crean nuevas. Es el ciclo deseable para cualquier ecosistema.

Grandes organizaciones

Todas estas redes necesitan dinamismo para crecer. Se nutren de creatividad, de ideas que surgen de grupos en los que, además de mucha innovación y ganas de hacer cosas distintas, hay complicidad. Y eso en las grandes organizaciones es más difícil de encontrar. “Cuando hablamos de grandes empresas, los empleados no suelen tener la oportunidad de desarrollar su carrera en los distintos campos vitales para el crecimiento de una empresa como el márketing, las ventas, las finanzas, legal, etcétera. Por tanto, a la hora de emprender pueden tener carencias y es complicado conseguir una visión amplia”, indica Vilela quien, sin embargo, también apunta a una excepción: “Las consultoras estratégicas, que demuestran que la formación y visión global que dan a sus trabajadores les convierten en excelentes candidatos para emprender”.

Una ‘mafia’ no tiene por qué ser mala. Además, como decía Vito Corleone, “no es nada personal, son sólo negocios”.

Los embrollos digitales
  • En 2007, la revista ‘Fortune’ habló por primera vez de la ‘mafia’ de PayPal. Una empresa que compró Ebay por casi 600 millones de dólares, y que sus fundadores y ex empleados emplearon para emprender nuevas firmas como Tesla, LinkedIn y Youtube, por citar sólo tres.
  • Kevin Systrom fundó Instagram, pero antes de eso rechazó una oferta para trabajar en Facebook cuando Mark Zuckerberg, que era compañero suyo en la universidad, aún estaba desarrollando la red social. Systrom también trabajó para Google y para Twitter, donde conoció a Jack Dorsey (uno de los fundadores de la red de ‘microblogging’). El artífice de la ‘app’ de fotografia lo tiene claro: lo más importante son los contactos.
  • Jack Dorsey, Biz Stone, Noah Glass y Evan Williams, fundadores de Twitter, se conocieron trabajando en Odeo, una pequeña compañía de San Francisco creada por Glass y Williams.
  • Travis Kalanick, que a los 18 años ya puso en marcha su primera empresa, es uno de los artífices de Uber, una empresa que ha crecido como la espuma y que recibió en su día la confianza de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, y de Google.