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“ESTUDIEU, NOIS I NOIES, ESTUDIEU”, PER EULÀLIA SOLÉ A “LA VANGUÀRDIA”

Publicat el  06/04/2018
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Com professors moltes vegades  us diem el que aconsella Eulàlia Solé, però segurament no ho fem de manera tan directa i tan clara.

ÉS UN BON ARTICLE PER REFLEXIONAR SOBRE LA VOSTRA ESTADA A L’INSTITUT

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Nois i noies, estudieu i apreneu mentre aneu a l’escola, a l’institut, a la universitat, perquè, més endavant, la majoria de vosaltres ja no millorareu en coneixements.

No llegireu llibres, ni diaris, ni revistes serioses.

No us aturareu a conèixer el pensament de persones potencialment més instruïdes que vosaltres, interessades en la història, la literatura, les belles arts.

No les valorareu ni reflexionareu sobre el que aporten.

No us importarà l’erudició dels qui es dediquen al pensament i a l’estudi més enllà de l’ensenyament reglat.

No formarà part de vosaltres atès que, amb sort, estareu treballant en una ocupació parcel·lada i que, amb sort o no, viureu pendents de les xarxes socials.

Constituireu la multitud d’homes i dones de totes les edats embadalits en les seves respectives pantalles, la que obvia altres plaers més intensos de l’intel·lecte. Com a màxim, conservareu alguna cosa del que hàgiu assimilat en la vostra època estudiantil. Més enllà, res. Tan sols compartir impressions en grup o bilaterals des de punts de vista particulars, repetitius, ­fugaços, d’immediatesa. En ocasions poc respectuosos; la majoria de les vegades, per fortuna, simplement trivials.

Quines opinions i conceptes fundats es poden manejar si no s’explora per sobre de les xerrades virtuals entre amics i coneguts, dels videojocs, de les fotografies, dels acudits?

És possible que aquesta absència de curiositat intel·lectual vingui a explicar el fet que en alguns països democràtics hi ­hagi votants que elegeixin per governar personatges impresentables.

Els Estats Units o les Filipines podrien ser-ne un paradigma actual, així com els vots entregats en altres llocs a partits que no defensen en absolut els drets dels qui els voten. Les ments distretes esdevé fàcil entabanar-les.

En fi, nois i noies, estudieu, llegiu i submergiu-vos en la ciència i en les arts. Durant la vostra escolarització obtindreu per obligació un bon bagatge, aquest que dilapidareu més tard. Se us haurà proporcionat un bon matalàs i, com més excel·lent hagi estat, més us durarà i més us salvaguardarà en part.

Tal vegada em mostro excessivament negativa, crítica, escèptica. El transcurs del temps, la successió d’esdeveniments, el desenvolupament social confirmarà o desmentirà la meva modesta anàlisi. I de debò que desitjaria equivocar-me de mig a mig.

KEN ROBINSON: “Es un error educar solo para el mundo laboral” POR marta ricart

(Publicado en el MAGAZINE de LA VANGUARDIA del 29 de octubre de 2017. Como es una entrevista un poco larga, he subrayado  con negrita los  aspectos más interesantes. Si queréis podéis ver los vídeos.)
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El profesor inglés, afincado en EE.UU., Ken Robinson es el experto en educación más internacional, sobre todo desde que en el 2006 dio una conferencia TED, planteando si la escuela mata la creatividad, que sigue siendo la más vista en la red: lleva 47,5 millones de visionados y se estima que ha llegado a 350 millones de personas de 160 países. Robinson defiende una educación que rompa la rigidez de la mayoría de los sistemas educativosactuales.
 A Ken Robinson, distinguido con el título de sir en su Inglaterra natal (nació en Liverpool en 1950), le consultan desde medio mundo. Le invitan a dar charlas sobre cómo mejorar la educación, y él seduce con el convencimiento con que habla, su buen humor y sus propuestas de formar a los niños y las niñas para que sean capaces de ser ellos mismos, felices y manejarse y manejar el complejo mundo actual y el más incierto que se augura. No defiende alambicadas teorías pedagógicas, pero sitúa a la educación en el centro de la sociedad.

Como sus asesorías y charlas, tienen también un gran eco sus libros (este otoño publica una nueva edición de Out of Our Minds, the Power of Being Creatives). Ahora trabaja en uno que saldrá en marzo del 2018, en principio titulado Tú, tu niño y la escuela. Robinson fue profesor de artes y autor de un importante informe para renovar la educación británica, aunque ya hace años que se mudó a Los Ángeles, desde donde ha contestado, por teléfono, la entrevista.

Ya hace 11 años de su viral charla TED, ¿qué ha cambiado en la educación desde entonces?
El año pasado pregunté a la gente en las redes sociales qué efectos había tenido en ellos y qué cambios creían que había habido. Tuve cientos de respuestas de quienes decían que había cambiado su forma de ver la escuela o su manera de enseñar. Eso en el mundo de la educación; también contestó gente que no pertenece a él y decía que le había supuesto pensar en sus retos o modificar su manera de pensar. Sé que muchas personas se han sentido alentadas por esa conferencia (sigue siendo la más reproducida de TED y se ha visto en 160 países). Estos cambios suelen ser lentos y difíciles, pero que tanta gente la haya visto y se sienta estimulada indica que muchos quieren cambiar la manera como se educa.

 

¿Los niños de hoy reciben mejor o peor educación que décadas atrás?
Depende de donde mire. Hay que tener en cuenta que el mundo donde hoy crecen los niños es muy diferente al de hace 20 o 30 años. Ha cambiado en muchos aspectos. Mucho, por efecto de la tecnología. Ha variado la manera como los niños se comunican y relacionan. Ha habido grandes cambios en las familias. También, los niños están más protegidos que antes en muchos aspectos; por ejemplo, estoy haciendo un proyecto con municipios ingleses sobre que los niños pasan muy poco tiempo jugando fuera de casa. Otro factor es que hoy, en todo el mundo, los niños están bajo una mayor presión en la educación. Cuando mi generación iba a la escuela no teníamos tantos exámenes; ahora los niños son examinados todo el tiempo. Los gobiernos dedican millones a evaluaciones. El contexto es muy distinto. Con todo, hay grandes escuelas y grandes profesores. Yo no critico a las escuelas ni los profesores, pues he trabajado en la educación y sé cuánto luchan para mejorarla. Además, la presión examinadora no viene de los profesores sino de los políticos; los docentes están también bajo presión. Hay buenos programas y escuelas que trabajan para cambiar, pero hay presión, y los currículos, los sistemas, son a menudo muy rígidos. En EE.UU., por ejemplo, en la educación pública, cada año se gastan millones en analizar cómo lograr que más alumnos lleguen a la universidad, cuando el valor de la titulación universitaria cae, ya no es útil como antes.

Lo preguntaba porque mucha gente afirma que se han perdido valores como el esfuerzo, la disciplina… ¿La educación actual no tiene valores?
El libro que escribo ahora va dirigido a los padres. La gente mira los problemas de la escuela; no en todos, pero hay centros con problemas de disciplina; los niños tienen actitudes diferentes de un par de generaciones atrás. Y es fácil culpar de los problemas a la escuela, pero muchos no se originan allí, sino que son fruto de la cultura general. Por ejemplo, en muchos lugares de EE.UU. hay grandes problemas con drogas, en particular con los opiáceos, y provocan también dificultades en la escuela, pero ella no es la causa. Hoy, los padres están menos inclinados a encargarse, en general, de los niños, y hay diferentes nociones de autoridad. Muchas veces los padres se quejan de que hay un problema en la escuela, pero no piensan que sea su hijo. Es muy complicada la relación y ha cambiado mucho el sentido de la autoridad en el mundo.

¿Cómo debería ser la educación? La primaria, la secundaria, la universidad…
Sobre todo en los primeros años, es muy importante que los niños tengan tiempo para construir relaciones entre ellos, para jugar y explorar el mundo, para su desarrollo físico, igual que el cognitivo y social. No hay que inventar un nuevo modelo de escuela. Sabemos desde hace tiempo cómo crear unas buenas condiciones para que los niños aprendan. Por ejemplo, Maria Montessori, hace cien años, creó maravillosas escuelas para niños pequeños, y sólo en América debe de haber más de 4.000 de estas escuelas en que se alientan el juego, las relaciones sociales, la actividad física y en que los niños se agrupan no por tener la misma edad. Y son centros que suelen tener bastante éxito. Es verdad que ni todos los centros son iguales ni todos los demás son malos, pero es un método muy recomendable. En Europa hay centros en que los niños pequeños no se sientan en un pupitre y pasan el tiempo haciendo tareas para aprender a leer y escribir, lo que pueden hacer un poco más mayores. En los primeros años, el cerebro de los niños se desarrolla, y deben aprender cómo son los demás, a relacionarse, tienen una gran imaginación y deben poder desarrollarla, deben aprender a desenvolverse por su cuenta… Y hay sistemas que pretenden sentarlos y hacerles hacer determinado trabajo y evaluarlo, cosa que es ridícula.

¿Y en las siguientes etapas?
A medida que los niños crecen y se desarrollan debe haber un equilibrio. El ser humano tiene una gran curiosidad, por sí mismo, por los demás, por el mundo… Los niños aman aprender, el mejor ejemplo es cómo aprenden a hablar. Les gusta aprender, pero no siempre les gusta ser educados, y por ello tienen problemas a veces en la escuela. Aprender es natural, la educación es un programa organizado de aprendizaje; es un proceso intencionado en que indicas qué y cómo aprender, y la escuela es el lugar donde ocurre. Pensamos en la escuela de determinada manera, con mesas, armarios, en que se enseña determinadas materias… Pero la escuela no debe ser así, los niños no deben ser organizados por edad, el modelo de escuela de que hablamos todo el tiempo. Cuando propongo transformar la educación es sobre la base de que los niños aman aprender y deben darse las condiciones adecuadas para que lo hagan. En los primeros años eso pasa por jugar, socializar, captar su interés y estimular su imaginación con montones de actividades que ayudan a su cerebro a desarrollarse. A medida que se hacen mayores, hay que mantener eso, y hay lugar para jugar en todas las edades. Pero, como sus capacidades se desarrollan, pueden aprender más, y hay que enseñarles y respaldarles, que reciban un feedback de cómo van. En términos de currículo, creo que normalmente es demasiado estrecho, focalizado en lo que establece el mundo académico. La escuela debería ser más práctica, y es importante un equilibrio entre ciencias y artes y humanidades. En muchos países europeos, las artes no tienen un papel apropiado en la escuela, lo que es un empobrecimiento, porque tienen igual importancia que las ciencias en ayudar a las personas a comprenderse a sí mismas y lo que les rodea. Matemáticas y lenguas son la base de muchas disciplinas, pero debe haber un equilibrio entre todas las materias y también entre el trabajo teórico y el práctico. Por eso se diferencia entre conocimientos y competencias. Hay un conocimiento de información, de hechos, pero además hay que saber cómo funciona una cosa, cómo hacerla. Al final, se trata de aprender a ser un ser vivo en el mundo, entendiendo el mundo de tu alrededor, las relaciones con otras personas, tus sentimientos, tus talentos y pasiones y entender que la experiencia de estar en el mundo es única para cada uno, por mucho que tengas en común con otras personas. Todo esto debe incluirse en la educación de los niños. Y a medida que se hacen mayores y progresan en la escuela, van desarrollando intereses particulares y hay que darles herramientas para satisfacerlos.

Así, ¿cómo imagina usted un aula dentro de 20 o 30 años? 
No hay una sola manera de diseñar un aula o una escuela. He estado implicado en una campaña que anima a las escuelas y los profesores a no sentarse en una clase todo el día, sino a salir a aprender del entorno. A pensar que no sólo se aprende en clase con los alumnos sentados en pupitres. Hay colegios muy innovadores en esta línea. Las clases deben ser más flexibles de lo que en general son. Algunas formas de aprendizaje no exigen que estés sentado, concentrado, memorizando y haciendo trabajo académico tradicional. Las escuelas, como las casas, pueden tener diferentes salas para distintos propósitos. Hay arquitectos que hacen interesantes diseños. La estética y el entorno de la escuela tienen un impacto en los alumnos. La distribución del espacio o los muebles pueden marcar diferencias. Las escuelas futuras no deben parecerse a como han sido hasta ahora.

La educación aplicada hasta ahora se antoja obsoleta, pero nadie sabe bien qué enseñar a los niños para su futuro. La música o la filosofía desaparecen de las aulas, todos quieren enseñar tecnología…
Sí, y creo que es terrible. Es importante que los niños aprendan ciencias, tecnología y matemáticas, por supuesto. Son importantes, pero igual lo es que aprendan sobre valores, arte (que es parte central de nuestra cultura), a hablar y debatir y a pensar de manera organizada (que es un poco lo que hace la filosofía). Es un gran error reducir el currículo escolar a sólo áreas de aprendizaje que los políticos crean que son útiles para el mundo laboral-económico. Muchas reformas educativas tienen detrás razones económicas; por eso los políticos están interesados en la educación: piensan en educar a la mano de obra laboral para que sea competitiva, pensando en el progreso y la innovación. No estoy en desacuerdo con eso, el propósito económico-laboral es importante, y la educación es una gran inversión, pero tiene además propósitos sociales. La forma como los chicos son educados afectará a cómo serán esas personas, qué tipo de ciudadanos, cómo participarán en el mundo. Los jóvenes se desen­cantan; en algunos países europeos, casi la mitad está sin trabajo, eso indica que la razón económica no puede ser la única. Vivimos una situación…, recuerde el atentado de Barcelona…, es un gran desafío defender los valores, la perspectiva social. Hay un movimiento tectónico de diferentes maneras de ver las cosas; la humanidad afronta grandes problemas ecológicos, diferencias sociales… y la educación debe preparar para colaborar, para entenderse. Además, cada vida es única y contribuye a desarrollar su comunidad, si la educación ignora los talentos de esa persona… La depresión es una enfermedad creciente, hay problemas existenciales, y no puede reducirse todo a no sentirse útil económicamente. Los políticos tienen grandes responsabilidades en conectar con la escuela, porque es parte de la solución. No se trata de un sistema educativo u otro, sino de que la civilización utilice la educación para no ir a la catástrofe. Ya no se trata sólo de proporcionar mano de obra al mundo industrial, el mundo es hoy más sofisticado y exige políticas públicas más sofisticadas.

¿Qué opina de los rankings o de las pruebas PISA, que dicen que Corea del Sur o Finlandia ofrecen la mejor educación?
Finlandia es un buen ejemplo. Ambos países obtienen buenos resultados.

Pero son sistemas muy diferentes, ¿no?

Sí. Finlandia no se obsesiona con el propósito económico de la educación. Lo hace bien; las escuelas no examinan todo el rato ni compiten entre sí; la educación se focaliza en las elecciones de los estudiantes, hay menos trabajo académico. Corea del Sur tiene un sistema más enfocado a la evaluación y la competencia y provoca mayor estrés en los estudiantes. El éxito es a un coste más elevado. Hace poco me vi con autoridades educativas coreanas y están intentando reformar la educación para dar más protagonismo a la creatividad y los gustos personales. En China ocurre algo parecido. En distintos países hay cambios, políticos y responsables educativos están entendiendo que no se puede seguir con el sistema educativo rígido que hemos tenido hasta ahora, que los niños tendrán muchos desafíos y que será mejor un sistema que tenga más en cuenta los intereses y los talen­tos personales, no uno basado en examinar o en la competencia, sino una escuela más conectada con la cultura y las familias...

¿Están, en general, mal pagados los docentes? ¿Por qué ya no se les aprecia ­socialmente como antes?
No es igual en todos los lugares. En Finlandia sí son respetados; es una profesión muy exigente y tiene un elevado estatus social. En los países asiáticos, Singapur, por ejemplo, es también una profesión respetada. Debería ser así siempre, pienso yo, pero es cierto que no es lo que ocurre en EE.UU. o en muchos países europeos. No creo que sea sólo una cuestión de sueldo, sino de respeto, del rol o las expectativas sobre la educación… Pero si queremos mejorarla, no lo conseguiremos sin apoyar la docencia como profesión. Como tampoco puedes tener una buena sanidad si los médicos y enfermeras están mal pagados. O no puedes tener un buen restaurante si quien hace y sirve la comida no tiene cierto nivel. Se gasta mucho dinero en asesoría, pero no lo suficiente en personal. Se dedica mucho dinero a implantar el currículo, a los exámenes… y no se tiene en cuenta a los que enseñan, y así no se puede mejorar el sistema educativo.

¿Es partidario de los deberes?
No los veo necesarios. Pero no marcaría una línea de sí o no: depende de la escuela, el profesor, el niño… Para empezar, creo que los niños no ­duermen, en general, lo suficiente. Necesitan dormir bien, pero muchas veces van cansados a la escuela. Y cuando vuelven a casa, a hacer deberes… Las evidencias de sus beneficios son reducidas. Necesi­tan tener vida, ser niños. Pasa igual con los ­adultos. Si los niños no tienen tiempo para jugar, relajarse, desconectar, tampoco ­rendirán en la escuela. Es un error creer que la única ­manera de que los niños consigan logros en la escuela es con más trabajo en casa. Si hacen actividad física, se relajan o salen el fin de semana, estarán más comprometidos y tendrán mejores resultados. Trabajas mejor si tienes descanso, vacaciones… ¿no?

http://www.magazinedigital.com/historias/entrevistas/ken-robinson-es-un-error-educar-solo-para-mundo-laboral

TRUCOS PARA CONCENTRARSE por PAULA PONS en el MAGAZINE DE LA VANGUARDIA

636368238899991734-GettyImages-92284297_1501252057267_10143585_ver1.0En la edición de ayer del MAGAZINE de LA VANGUARDIA me encontré en al sección BUENA VIDA este breve artículo de Paula Pons que recoge algunos principios para estudiar en condiciones. Creo que podemos dedicarle unos minutos en clase de tutoría.

*  *  *

Mientras está leyendo este artículo tal vez también esté pensando en otros asuntos o recibiendo algún que otro mensaje en el móvil. Así es difícil concentrarse. El director del blog Psicología y Mente, Bertrand Regader, y la psicóloga Silvia Álava dan unas pautas.

1. Cuando se empiezan a realizar las tareas no se está concentrado al 100%. Por lo tanto se debería empezar con las de dificultad media, seguir con las más complicadas para, finalmente, acabar con aquellas que se consideren fáciles.

2. El espacio donde se trabaje tiene que estar recogido. Tener sólo lo imprescindible en la mesa. Por ejemplo, al estudiar, sólo se debería tener el bolígrafo y los apuntes.

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3. Otro aspecto importante es planificar adecuadamente la rutina sobre lo que se vaya a realizar. Si ya se sabe qué hacer y cómo, todo se vuelve más sencillo.

4. Hay que fijarse unos objetivos concretos y asequibles. Las autoinstrucciones, que se basan en guiar al cerebro y decirle aquello que tiene que hacer, también pueden resultar muy útiles a la hora de concentrarse.

5. Los investigadores han calculado que 25 minutos es el tiempo máximo que se es capaz de permanecer concentrado. Una vez sobrepasado, es recomendable hacer pequeños descansos de unos cinco minutos. Estos tienen que servir para relajar la vista, levantarse, estirar el cuerpo, ir a beber agua, etcétera.

6. Precisamente es muy importante el agua. Sólo con que el cuerpo se deshidrate entre el 1,5 y el 2%, la capacidad de atención disminuirá considerablemente.

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7. El nivel de concentración será mayor siempre que se estudie en voz alta. Cuando así se hace, se recibe la información por partida doble, por el canal visual y por el auditivo.

8. También es preferible que, cuando se lea, sea en papel
y no en pantalla. Así se retiene mejor la información
y es más fácil evitar distracciones.

9. Por otro lado, si una vez empezado el trabajo, el estudio o lo que sea, viene a la memoria algo que es importante hacer, hay que anotarlo en un papel para realizarlo una vez acabada la tarea. Es importante anotarlo ya que así se evita que el cerebro esté pensando en ello todo el rato.

10. Los niños es bueno que trabajen siempre con un lápiz y un papel en la mano para así ir realizando ejercicios o mapas conceptuales sobre la marcha.

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11. En cuanto a la música, los científicos advierten que si se escuchan canciones con letra, la productividad desciende altamente, por lo tanto se debería optar por las piezas musicales sin letra.

12. Según varios estudios, la acción de mascar chicle mejora la concentración. Aquellos estudiantes que toman chicles durante los exámenes rinden más.

13. Es fundamental, también, el número de horas que se duerme. El descanso contribuye a la regeneración del cuerpo. Cuando se está cansado, el cerebro se resiente y no trabaja al cien por cien.

14. Durante las horas de estudio o de trabajo, es mejor no utilizar los dispositivos móviles ya que provocan la llamada multitarea, el mayor enemigo de la concentración. Los aparatos electrónicos tienen que estar apagados o en silencio y fuera de la vista.

TELÉFONOS EN EL COLEGIO

Nos ha llamado la atención el reportaje de Javier Ricou publicados ayer en LA VANGUARDIA “TELÉFONO EN EL COLEGIO CON BLOQUEO DE EDAD” y de Carina Ferreras “CAMBIOS EN EL PATIO” que tratan sobre un instituto de Lérida en el que han prohibido los móviles a los alumnos de primer ciclo de la ESO desde que acabaron las vacaciones de Navidad.

Se trata del IES Torre Vicens y el año pasado habían acordado justo lo contrario, que podían utilizarlo en clase cuando el profesor lo permitiera, es decir, con fines pedagógicos .

Comenta Chus Castro, la jefa de estudios: “(Los alumnos) se distraían mucho con los aparatos entre clase y clase, sacaban el teléfono a la mínima oportunidad y estaban enganchados a esos aparatos durante la hora del patio, lo que reducía las relaciones entre ellos o su participación en juegos”.

La profesora reconoce abiertamente que la medida ha sido positiva y que no han tenido que “requisar” muchos móviles, que ahora los niños juegan más en el patio y hacen más ejercicio. Hay algunos que los llevan en la mochila, pero no lo sacan.

Al parecer, la junta directiva del centro no se ha planteado que los alumnos de segundo ciclo hagan lo mismo.

Carina Ferreras comienza su artículo haciéndose unas preguntas: “¿Acceso libre? ¿Restringido? ¿Prohibición total? ¿Sólo últimos cursos?” Y a continuación afirma taxativamente: “El uso del móvil en las escuelas es un debate universal que no está resuelto en ningún país. (…) Para esta nueva realidad no existen guías para padres y docentes”.

De una charla con Matalí, responsable de la Unidad de Conductas Adictivas Infanto-Juvenil del hospital de Sant Joan de Déu extrae la idea de que ahora las relaciones entre los alumnos pasan por el móvil y no se fomenta la identidad del grupo como antes en que “no había más remedio que encontrarse con los compañeros”.

Dice Matalí: “En esas circunstancias, es más fácil obviar a los demás, evadirse o excluir a algún compañero. (…) El riesgo mayor de que las relaciones se mediaticen por aplicaciones es el de la superficialidad. En el recreo pierden la oportunidad de hacer amigos reales”.

Sobre el particular apunta que el currículum escolar tendría que incorporar elementos de análisis y de discusión sobre “la calidad de las actividades en que ocupan (los adolescentes) su tiempo y la profundidad de las relaciones que mantienen”.


El reportaje incluye un recuadro que copiamos textualmente por servir a padres y educadores y que se podría debatir en clase si se cumple o no en el seno de la familia y con los amigos:

EDUCAR EN LA GESTIÓN DEL USO

LA ENTREGA. Pactar su uso en cuanto a tiempos y dejar claro los espacios en los que el móvil queda excluido. También hablar sobre el acceso a redes sociales, especialmente en edades tempranas.

ESPACIOS. Decidir limitaciones de uso en diferentes contextos como los deberes, comidas o cenas y actividades familiares

EL EJEMPLO. De nada sirven los discursos si no se practica con el ejemplo. Vale la imagen del padre que amonesta a su hijo por usar el móvil en el restaurante mientras él responde watsaps y llamadas.

SUPERVISIÓN. Estar en las redes sociales de los hijos. Acompañarles en la gestión con indicaciones del tipo de no añadir a nadie que no conozca, bloquear si alguien le hace sentir incómodo y reflexiones sobre si 500 seguidores son realmente amigos.

EL TIEMPO. Incidir si la vorágine social ocupa excesivo tiempo. Dado que la capacidad de análisis y organización de los adolescentes es más limitada que la de los adultos, ayudarles a reflexionar sobre cómo emplear el tiempo con sentido.


 

La lectura es la puerta al castillo de la inteligencia, una entrevista de Víctor M. Amela para “La Contra”

(Empecé el artículo de “La Contra” de LA VANGUARDIA publicado ayer sábado pensando que los contenidos serían similares a los de cualquier libro de autoayuda, frases estimulantes pero con poca chicha. Y me equivoqué. Os quería subrayar algunas ideas para que enseguida veáis mi error, pero ha sido imposible porque lo habría hecho con todas sus contestaciones.)

“La lectura es la puerta al castillo de la inteligencia”

Cinco consejos

Enrique Rojas Montes, director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas en Madrid, catedrático de Psiquiatría y autor de libros de autoayuda superventas, habla con autoridad de lo que sabe por erudición y práctica clínica: la depresión, la felicidad, la inteligencia, las relaciones de pareja… Y lo resume en una docena de libros muy leídos, con más de tres millones de ejemplares vendidos. “Pero no soy escritor, soy un médico que escribe”, conviene. Publica ahora el libro titulado “5 consejos para potenciar la inteligencia” (Temas de Hoy), de lo que hablará en el Círculo Ecuestre durante un coloquio presentado por Màrius Carol, este próximo lunes (20.45 horas).


Sostiene que puedo potenciar mi inteligencia…

Así es, ¡todos podemos!

¿Qué es inteligencia?

Es capacidad de síntesis. Y tu inteligencia natural puedes potenciarla trabajando la accesoria.

¿Seré más inteligente si quiero?

La inteligencia se compone de genética, aprendizaje y biografía. Y el aprendizaje pasa por la lectura, ¡que dependerá de ti!

¿A más lectura, más inteligencia?

La lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio físico al cuerpo. La lectura es la puerta de entrada al castillo de la inteligencia. Y te permite la cultura, para gozar más de la vida.

Entendido lo del aprendizaje. ¿Y qué aporta mi biografía a mi inteligencia?

Lucidez, la lucidez del perdedor. Porque cada derrota que vivas es una lección que te insufla profundidad y lejanía ante los avatares. ¡La derrota enseña lo que el éxito oculta!

¿Puede ilustrarlo con ejemplos?

Alexánder Solzhenitsin padeció once años mortificantes castigado en el gulag soviético, y declararía luego: “Los años en el gulag fueron los más importantes de mi vida”.

¿Toda adversidad enseña inteligencia?

Mandela montó en la cárcel una universidad de presos… Y Tomás Moro, el consejero de Enrique VIII que no quiso darle la razón, camino ya del patíbulo para ser decapitado…

No puede haber adversidad peor…

…dijo: “Muero feliz porque muero por mis ideales”.

Sin llegar a ese extremo, deme un consejo para potenciar mi inteligencia.

No uno, sino cinco, dispones de cinco herramientas para potenciarla: orden, constancia, motivación, voluntad y observación.

Sin todo eso, ¿me quedaré a medias?

La inteligencia es una casa de dos plantas: abajo residen el orden, la constancia y la motivación; arriba, la razón y sus instrumentos (lógica, pensamiento, juicio). Y la voluntad es la escalera que une ambas plantas.

De abajo arriba: el orden ¿qué relación guarda con la inteligencia?

El orden es el mejor amigo de la inteligencia: el que no sabe qué quiere no podrá ser feliz, y el que quiere demasiado… se dispersará.

No es fácil saber qué quieres y focalizar.

Pues es fundamental un proyecto, tanto en el amor como en el trabajo, la cultura y la amistad. De entrada, ordena horarios: ¡verás que el tiempo se multiplica! Y ordena tu habitación, tu ropa… Y si dudas sobre si tirar algo o no, ¡tíralo!

¡Lo tiro, hecho! Vamos ahora con la constancia: ¿qué papel desempeña?

Constancia es saber esperar y continuar, sin desalentarte. “No darte por vencido ni aun vencido, no darte por esclavo ni aun esclavo”, como decía Unamuno.

¿Y eso es más inteligente que ceder?

Me quedo con lo que decía el pintor Joan Miró: “La clave del éxito es un poco de talento… ¡y mucho orden y constancia!”.

¿Y la motivación?

Es esa botella que el náufrago se encuentra en alta mar con un mensaje decisivo. Deriva de motus: algo que te empuja, mueve, arrastra… Y puede ser física (adelgazar, tener dinero o posición), psicológica (conocerse a uno mismo), social (obtener reconocimiento) y cultural (saber cosas, ser libre).

Subamos ya la escalera de la voluntad.

Voluntad es tener objetivos y poner todos los medios para alcanzarlos. Es determinación, propósito firme, intención sólida para conseguir algo. La voluntad es el principal indicador de madurez de la personalidad.

¿Sí?

¡Es la joya de la corona de la conducta! Es la capacidad para aplazar la recompensa. Alguien de inteligencia mediana con mucha voluntad… ¡llegará más lejos que otro más inteligente pero menos voluntarioso!

¿Algún ejemplo?

¡Tantos! Cada persona que estudia durante seis años para presentarse a unas oposiciones… La voluntad te lleva a la autorrealización, a una vida lograda. Toda educación empieza y termina por la voluntad.

¿Qué es educar?

Seducir con lo valioso para convertir a alguien en persona. Puedes errar en el precio, pero no en la mercancía.

¿Subimos a la planta de arriba?

Ahí está la razón con sus instrumentos: pasa por observar y tomar notas. Muy poca gente toma apuntes, eso nutriría la inteligencia.

Veo que no es más inteligente quien no quiere serlo…

Y la inteligencia es lo que te hace libre, te hace volar. Dijo Lao Tse: “El que conoce lo exterior es erudito. El que conoce lo interior es sabio. El que conquista a los demás es poderoso. El que se conquista a sí mismo ¡es invencible!”. Y Nietzsche coincidirá: “El que no sepa mandar en sí mismo, obedecerá”.

Para acabar, doctor, recéteme tres hábitos que me tonifiquen la inteligencia.

Uno, piensa con argumentos. Dos, lee contra viento y marea. Y tres, establece juicios precisos sobre tu vida y sobre la realidad.

Así seré más inteligente, pero… ¿seré también más feliz?

La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria.

 ¿Quién es Enrique Rojas?
Tengo 66 años. Nací en Granada y vivo en Madrid. Soy médico psiquiatra. Estoy casado con Isabel Estapé y tenemos cuatro hijas (de 24 a 32 años) y Quique, que se fue al cielo. ¿ Política? Valores de derechas, y de izquierdas en lo social. Soy católico practicante… de segunda o tercera división.

LA CONTRA DE LA VANGUARDIA: “Móviles y ordenadores en las aulas dificultan el aprendizaje” por Lluís Amiguet

(Este artículo “dialoga” con el anterior porque también trata de la “dictadura” de internet, los ordenadores y los móviles y, aunque mantiene posiciones muy intransigentes sobre su uso en educación, puede servir como elemento de debate en clase).


Parados digitales

Ignoro si la tecnología digital ha mejorado la vida social, sentimental o intelectual de nuestros jóvenes, pero está claro que la laboral no. Porque, los veinteañeros de hoy, con todas sus habilidades digitales, tienen menos empleos y peor pagados que a su edad sus padres educados sin ordenadores. Así que la era digital no ha traído más prosperidad, sino vida low cost para todos excepto para los fundadores de las corporaciones tecnológicas que los han hecho billonarios. El doctor Manfred Spitzer añade que, aunque en Alemania hay más empleo juvenil que aquí, también está peor retribuido que cuando todos éramos analógicos y no teníamos 300 amigos en Facebook, sino sólo tres o cuatro para charlar.

“Móviles y ordenadores en las aulas dificultan el aprendizaje”

Usted habla de “demencia digital”: ¿Lleva móvil, doctor?

Claro, porque soy mayor y sé usarlo lo justo, pero los niños no. Por eso no he dejado a mis hijos que lo tuvieran hasta los 18 años y hoy que tienen 20 me lo agradecen.

Si sus hijos lo hubieran podido usar, ¿no serían hoy mejores profesionales?

Hay evidencias científicas de que no. ¿Sabe por qué Bill Gates o Steve Jobs triunfaron?

¿…?

Porque tuvieron una excelente educación analógica que les preparó para ser innovadores.

¿Con ordenadores en sus aulas, smartphones y iPads no hubieran sido aún mejores?

Al contrario, el uso de esos aparatos retrasa la madurez de niños y adolescentes, y les impide concentrarse y aprender. Lo mejor para enseñar es leer, escribir, tomar notas, trabajar con el profesor: ¡eso es tecnología punta pedagógica!

¿Por qué está tan seguro?

Soy psiquiatra y neurocientífico y no doy opiniones, sino que he recogido pruebas durante años sobre los efectos de la introducción de la tecnología digital en las aulas que demuestran que perjudica al aprendizaje.

¿No permiten dedicar el cerebro a otras tareas al liberarlo de la memoria rutinaria?

El cerebro humano no es un disco duro que tiene una capacidad de almacenar X gigas de datos. No funciona así. Al contrario, si usted habla cinco lenguas, le será mucho más fácil aprender otra que a alguien que sólo sepa una.

Cuanto más sabes, más fácil es aprender.

Porque el cerebro no almacena datos, sino que los procesa. Es un conjunto de redes neuronales que, al conectarse, utilizan la información que está en ellas. Por eso, cuanto más cosas sepa usted, más puntos de conexión tiene la red de su cerebro y más fácil es establecer nuevos.

Y, al contrario: cuanto más vacío está un cerebro, más cuesta llenarlo.

Porque el cerebro funciona al revés que la memoria de un ordenador. Si usted sabe matemáticas, le será más fácil aprender física.

¿Usar Google en el cole dificulta a los niños establecer esa base de aprendizaje?

Si usted graba la clase del profesor directamente en un archivo de ordenador, su mente, se lo aseguro, no aprende nada, porque no establece conexiones. Si los chicos usan Google y lo que encuentran no establece relación con lo que ya sabían, tampoco aprenden nada. Necesitan que alguien vaya estructurando lo que aprenden.

Pues invertimos fortunas en ordenado- res escolares, iPads y tecnología digital.

No sólo es tirar el dinero, sino que además es contraproducente. Los niños y adolescentes necesitan un buen educador sobre todo; toda esa tecnología sólo les distrae y les retrasa. Es triste ver niños smombies (zombies con smartphone) aislados de todo mirando su pantallita.

Pero veo que usted lleva un ordenador.

Porque soy un adulto y ya tengo una base que me dio una escuela en la que no tenía ordenadores, pero sí cuadernos, bolígrafos, pizarras y, sobre todo, un buen profesor que fue dándome estructuras sobre las que he ido construyendo lo que sé. Ahora sí que un ordenador y un smartphone me ayudan en tareas rutinarias siempre que no abuse de ellos.

¿Veía usted la tele en casa de niño?

No, y con mis hijos tampoco. Y me lo agradecen: mientras crecían leíamos juntos y comentábamos libros; hablábamos de mil cosas; compartíamos experiencias, y nos hemos ahorrado muchas horas de telebasura. La tele causa obesidad, depresión, insomnio…

Hasta ahora sólo decían que estupidez.

También. Mis hijos han crecido más sanos y listos sin televisión y yo, también.

Algún informativo también instruye.

En conjunto, la tele nos quita mucho más de lo que nos da. Le aseguro que en mi familia no la hemos echado de menos.

¿Y la PlayStation?

También hace perder el tiempo a los niños y les aísla de los demás. Lo triste es que en los colegios, las grandes multinacionales tecnológicas han conseguido que esa juguetería digital absurda se confunda con habilidades. Las corporaciones han ganado billones y nuestros jóvenes han perdido neuronas y oportunidades.

Por ahora, esas habilidades digitales no dan a los jóvenes más empleo y sueldo.

Porque en realidad son muy secundarias y sólo sirven por sí solas para trabajos de tercera y mal pagados. Forman consumidores, pero, a la hora de la verdad, las habilidades que sí se requieren en un buen empleo se adquieren interactuando con los demás; aprendiendo juntos: leyendo, escribiendo y trabajando en equipo.

¿A qué edad la tecnología digital cree usted que deja de frenar el aprendizaje?

Mire, un smartphone no es diferente de un automóvil: ¿y verdad que no pone al volante a su hijo de doce años? Pues con un móvil y el acceso a internet, sus hijos también pueden aprender a matar y exponerse a criminales de los cinco continentes. Pero, sobre todo, pueden perder mucho precioso tiempo de formación.

Hoy mis alumnos en la universidad estaban tuiteando. ¿Les dejo o les digo algo?

Yo a los míos los echo de mis clases si sacan el móvil. Si quieren tuitear, que se queden fuera.

¿Y si son estudiantes multitarea?

Hay experimentos sólidos que demuestran que ni siquiera las mujeres son multitarea. Nadie lo es. Con un buen profesor en clase y ganas de aprender, lo demás sobra.

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161022/411206688578/moviles-y-ordenadores-en-las-aulas-dificultan-el-aprendizaje.html

“Exconnectats: Joves urbanites fugen d’internet” per Cristina Sen en LA VANGUARDIA

  • Enric Puig analitza en un llibre les repercussions socials de l’ús de les xarxes i alerta del seu caràcter vampíric i alienador.

El mateix dia es va desfer dels seus comptes de Facebook, Twitter i LinkedIn. Poc abans havia fet el mateix amb les aplicacions del mòbil. “Vaig trucar als meus amics de Madrid per avisar-los i va ser agradable tornar a sentir la seva veu, amb alguns feia més d’un any que no parlava”. ­Aquesta no és la història d’un ­romàntic o d’un neorural que va decidir fugir del soroll mundanal, sinó la decisió d’Enric Puig ­Punyet, un urbanita en la tren­tena, doctor en Filosofia per la UAB i per l’ École Normale Superior de París, professor de la UOC, un nadiu digital que estudia les repercussions socials de l’ús d’internet.

També és l’autor de La gran adicción. ¿ Cómo sobrevivir a internet sin aislarse del mundo? ( ed. Arpa), un llibre en el qual intenta respondre a aquesta pregunta bussejant en històries personals de nadius digitals i urbanites que després de més de quinze anys “connectats” van decidir desfer el camí. Són els exconnectats. Va ser durant aquest procés de creació quan ell també va decidir allunyar-se d’internet, tallar però amb matisos. El seu objectiu és elaborar un contradiscurs, aixecar una consciència crítica sobre l’ús que s’està fent de l’internet actual. Fa deu anys, diu, era una eina de consulta amb la qual primer l’usuari es feia una pregunta, i després hi buscava la resposta. Però avui “s’ha tornat omnipresent en tots els sentits possibles, està actiu sempre i a tot arreu, com que ocupa gran part de la nostra vida deixem de banda moltes obligacions vitals. Ara és internet qui formula les preguntes, robant-li a l’individu la capacitat per generar nous marcs de referència,” indica.

En Philippe es va quedar a l’ atur quan tenia 40 anys. Treballava com a comercial de productes informàtics i ràpidament va consultar les ofertes de treball a través d’internet. Va triar un portal referencial francès de recerca de feina i va enviar el currículum a totes les empreses que considerava que encaixaven amb el seu perfil. El seu cas és un dels que descriu Puig al seu llibre, fruit d’una recerca de persones que no són a Google, de tirar dels cercles de familiars, amics i coneguts, d’anar-los a buscar. Van passar els dies, i Philippe no obtenia cap resposta. Va considerar que sense perfil a LinkedIn no podria competir i es va posar a elabo­rar-lo, el va connectar amb el seu Facebook i Twitter, va demanar referències a excompanys de feina, va enviar sol·licituds d’amistat. Alguns li van respondre, molts no. Va enviar els currículum, i més silenci.

“Va entrar en un estat de vi­gília, d’expectació permanent ­davant l’ordinador i el telèfon”, indica l’autor. Passaven les setmanes fins que un dia va rebre un correu electrònic. El va obrir nerviós. Era la seva dona que des de l’habitació del costat li enviava un “t’estimo”. I va veure que era l’única expressió real, humana, que havia compartit amb la seva dona en les últimes setmanes, i amb el món sencer.

Enric Puig porta un telèfon ximple, manté internet a casa ja que és professor de la UOC, però limita el seu ús a aquest aspecte professional. La seva dona també ha decidit viure d’una altra manera. Acumula les consultes que necessita fer, i un dia a la setmana s’hi connecta.

Enric Puig Punyet, autor de La gran adicción. ¿Cómo sobrevivir a internet y no aislarse del mundo?, aquesta setmana a Barcelona
Enric Puig Punyet, autor de La gran adicción. ¿Cómo sobrevivir a internet y no aislarse del mundo?, aquesta setmana a Barcelona

No es tracta de criticar internet per se, sinó d’animar a reflexionar en què s’ha convertit, assenyala Puig, de ser conscients que no ens salvarà la vida i que en moltes ocasions té un caràcter vampíric i parasitari. “No és una eina al servei de la humanitat sinó que posa la humanitat al seu servei, nodrint-se dels seus anhels, els seus gustos, les seves solituds. És més ràpid accedir a la informació que processar-la, generar-la que contrastar-la, crea un clima en el qual és impossible mantenir-se callat encara que no es tingui res a dir”. I són les grans corporacions les que treuen profit econòmic d’aquest gran soroll, on l’únic important és el tràfic de visites que es genera.

Es refereix sobretot a l’internet 2.0 i l’explosió de les xarxes so­cials en entendre que sota el discurs de la participació, els qui allotgen els continguts són els que s’enriqueixen.

És evident que ningú que ­necessiti internet per treballar no es desconnectarà, però els joves retratats al llibre s’han desconnectat o n’han limitat l’ús per guanyar qualitat de vida i salut mental. El carrer és una font d’informació, es pot preguntar en una botiga sobre les fruites de temporada, es pot anar a informar-se a una agència de viatges, es pot llegir un diari. Cal evitar, diu Puig, l’imperialisme virtual construït partint de la competència dels seus “usuaris-vassalls”.

És aquesta una nova tendència entre els joves? És difícil que ­sigui així en aquest món hiperconnectat, però alguns a la seva manera comencen a reflexionar-hi activament. Albert Massó té 20 anys, estudia Enginyeria Química i ell, els seus amics de la facultat i de l’escola desconnecten els mòbils quan queden. “Volem tenir relacions humanes, i no relacions tecnologitzades”, explica. Sortir de festa i veure a tota la gent fent fotos sense parar els va fer reflexionar i van decidir que era el moment de dir prou. “No som precisament quatre gats i encara que no puc dir que sigui una tendència generalitzada sí que observo una reflexió, un plantejament crític sobre la sobreutilització del mòbil i les xarxes socials, una manera de reivindicar que primer som persones”, indica.

Enric Puig està treballant per despertar l’esperit crític, perquè internet no acabi generant una societat alienada, i perquè res deixi d’existir off. Es tracta de fer servir la xarxa sense que te­nalli la vida “humana”, i sabent que darrere hi ha estratègies de posicionament perfectament ­traçades, algoritmes que els qui volen fer-se veure estan obligats a seguir.

Philippe va bloquejar les connexions a internet del seu ordi­nador i del seu mòbil després de rebre el missatge de la seva dona. Poc després va posar fil a l’agulla, va imprimir el seu currículum i se’n va anar personalment a les empreses a lliurar-lo i demanar una entrevista. Va trobar feina. Potser són casos extrems, diu Puig, però és el camí per arribar a una reflexió més àmplia.

http://www.lavanguardia.com/vida/20161023/411232045495/enric-puig-desconexion-internet-repercusiones-sociales-redes.html

LOS PADRES Y LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS, ¿A VECES UN PROBLEMA?

Acostumbrados a que se hable de los malos resultados de los informes Pisa, de los índices de fracaso escolar, del calendario escolar con las largas vacaciones de verano y de los puentes, de la gratuidad de los libros de texto, de las largas y extenuantes jornadas a las que se les ha de sumar la sobrecarga de deberes y las actividades extraescolares, el peso de las mochilas…
…nos ha llamado la atención este artículo de LA VANGUARDIA sobre la responsabilidad (o irresponsabilidad) de los padres en la educación de sus hijos
 
¿Tiene o no tiene razón la periodista, los profesores  y los psicopedagogos consultados? ¿Es todo blanco o negro? Quizá valga la pena leer el artículo de Mayte Rius:

Las 10 conductas de los padres que entorpecen la educación de los niños

  • Profesores y psicólogos identifican las actitudes más nocivas de los progenitores a la hora de implicarse en la educación de sus hijos
Las 10 conductas de los padres que entorpecen la educación de los niños
Un padre ayuda a su hijo con los deberes (istockphoto)
 , Barcelona

La mayoría de los padres y madres concede mucha relevancia a los estudios de sus hijos y trata de implicarse en ellos. Pero maestros y psicólogos aseguran que no siempre tienen claro cuál es su papel en el aprendizaje escolar y a veces adoptan actitudes que acaban dañando la educación de los hijos.

ESTUDIAR CON ELLOS

 Ser padre y maestro a la vez crea conflictos y dependencia

“Llegan los primeros deberes escolares y ahí están papá y mamá al lado; y los deberes son de la criatura, no de la familia; el deber de la familia es velar por que el niño tenga espacio y tiempo para hacer sus tareas y, si son muy pequeños, facilitar la organización del tiempo”, explica María Jesús Comellas, profesora de la UAB en la facultad de Ciencias de la Educación y psicóloga especializada en las relaciones familia-escuela.

Benjamí Montenegro, del Equip Psicològic del Desenvolupament de l’Individu, dice que el papel de los padres es el de auditores: “Han de controlar que el trabajo esté hecho, pero no entrar en el contenido porque se trata de que las tareas las hagan los niños y así trabajar su autonomía”. Eso no significa que si el niño plantea alguna duda no se le den pistas o herramientas para resolverla. Dicen los expertos que hacer de maestros y padres a la vez no trae más que problemas: crea conflictos familiares diarios y dependencia, porque los niños se acostumbran a que haya alguien encima de ellos para trabajar. Y si el crío tiene dificultades de aprendizaje o necesita refuerzo, el consejo es buscar un profesor particular.

RESOLVÉRSELO TODO

Solventar sus descuidos dificulta su maduración

“Los niños han de aprender a organizarse y a solventar sus problemas, a cualquier edad, y no hay que mandar a nadie corriendo a comprar tinta de impresora a última hora de la tarde porque al día siguiente ha de entregar un trabajo ni llevarle a la escuela el libro o el bocadillo olvidados; si los padres les resuelven todo ‘con tal de que estudien’, no maduran, no asumen sus responsabilidades ni aprenden a ser autónomos”, coinciden Comellas y Montenegro.

FOCALIZAR TODO EN EL ESTUDIO

Hacer de la formación el eje de la vida familiar daña la relación

Los educadores aseguran que una frase muy reiterada de los estudiantes es “a mis padres sólo les interesa si estudio, lo demás no les importa nada”. “Cuando focalizas todo en los estudios, cuando lo primero que le preguntas a tu hijo en la puerta de la escuela es qué deberes tienes o qué nota te han puesto en vez de cómo te ha ido el día, o con quién te has relacionado, transmites que te interesa el aprendizaje, no la persona”, dice Comellas. Y agrega que lo mismo ocurre cuando al hijo universitario se le libera de tareas domésticas porque “su trabajo es estudiar”. “Esa persona tiene que vivir, ha de saber organizarse, tener habilidades domésticas y saber relacionarse, y de eso a veces no nos ocupamos, ni nos interesamos por su vida emocional y relacional”, enfatiza la psicóloga.

QUERER GENIOS

Sobreestimular a menudo provoca el efecto contrario

Los maestros explican que una práctica muy habitual en las familias es la de sobreestimular a los niños. “Todos quieren un hijo genio y les llenan la cuna de artilugios, abusan de juegos didácticos, se afanan porque aprendan muchas cosas y cuanto antes mejor, y esa sobreestimulación no sólo no influye en una evolución cognitiva más rápida, sino que a menudo tiene efectos contraproducentes en forma de problemas de atención o de falta de concentración”, explica Joan Domènech, maestro del colegio Fructuós Gelabert de Barcelona.

Esa impaciencia respecto al aprendizaje provoca, según los psicólogos, que los padres se desesperen ante las primeras dificultades en los estudios o vivan como un fracaso los primeros malos resultados, sin tener en cuenta que la educación es un proceso a largo plazo y que lo que los niños necesitan para aprender es paciencia y ánimo. “Los padres no deberían considerar los malos resultados como un fracaso porque ello reduce la autoestima de los hijos e incapacita cada vez más a unos y otros”, advierten.

PREMIAR LAS NOTAS

El estímulo material desvirtúa y puede aumentar la frustración

Las notas ni se han de premiar ni castigar; se han de elogiar y aplaudir, o analizar si es necesario dedicar más tiempo a estudiar, según los expertos. “El mejor estímulo es descubrir cosas nuevas y desarrollar tus intereses, si hace falta un estímulo material, es que algo no funciona”, apunta Domènech.

Montenegro advierte que los premios pueden causar una doble frustración, porque con frecuencia se ofrecen por notas poco realistas y si el chaval no triunfa a pesar de la recompensa prometida su sensación de fracaso y su malestar es doble: además de no alcanzar su meta escolar, se queda sin regalo.

DISFRAZAR LA VAGANCIA

Buscar trastornos detrás de los fracasos retrasa la madurez

Otra conducta recurrente que observan los educadores es la tendencia de los padres a buscar trastornos neurológicos detrás de los fracasos escolares de sus hijos. “Hay muchos niños que son incapaces de esforzarse en hacer los deberes o en estudiar porque son vagos, y eso es inmadurez, no un trastorno mental, y a veces se intenta disfrazar esa vagancia como intolerancia a la frustración o intolerancia al estrés, cuando lo que tienen es falta de autonomía”, comenta Montenegro. Comellas subraya que esta actitud tiene que ver con la actitud hiperprotectora de muchos padres que buscan la etiqueta del trastorno para el bajo rendimiento de sus hijos “porque en el momento en que se disfraza algo como trastorno se desculpabiliza a todo el mundo”.

EJERCER DE DETECTIVES

El control absoluto de sus tareas suscita desconfianza

Hay padres que rastrean los deberes, trabajos, las fecha de exámenes o los comentarios de sus hijos en clase a través de la agenda escolar, la web del centro, las redes sociales o implicando en sus indagaciones a los padres de otros niños de la clase, con quienes están en permanente contacto por WhatsApp. “Esa conducta provoca un boquete de desconfianza y no resuelve nada”, advierte Montenegro. En vez de ejercer este control absoluto aconseja realizar un acompañamiento lejano, revisar conjuntamente con el chaval la agenda de tareas pero dejándole que sea autónomo para realizarlas. Y para los padres que optan por preguntar la lección para saber si el niño ha preparado un examen, los expertos recomiendan ponerle tres o cuatro preguntas por escrito, porque normalmente no hay exámenes orales y de nada sirve que el niño se sepa la lección hablando si luego se expresa mal por escrito o comete muchas faltas de ortografía.

USAR EL ESTUDIO COMO PEAJE

Las tareas escolares acaban entendiéndose como un castigo

“Castigado a hacer los deberes” o “hasta que no acabes de leer no hay dibujos” son frases que utilizan algunos padres para incitar a sus hijos a hacer las tareas escolares. Pero los expertos aseguran que el tiempo de estudio debería ser siempre un tiempo de tranquilidad y sosiego, no de regañinas. El objetivo, explican, debe ser ayudar a los niños a descubrir el placer de la lectura o del aprendizaje, y eso no se consigue si se plantean las tareas escolares como un castigo o como un peaje necesario para poder disfrutar de actividades placenteras como salir con los amigos, ver la televisión o jugar con la consola.

Y a medida que crecen, han de entender la relación entre esfuerzo, dedicación y resultados, “y asumir que si han de estudiar más porque han tenido malas notas se trata de una inversión, no de un castigo”, indica Comellas.

PROYECTARSE EN LOS HIJOS

Las expectativas no siempre se adecúan a las capacidades

Los psicólogos consideran que en muchas familias pesan más las expectativas que tienen los padres sobre los estudios de los hijos que las preferencias o capacidades de estos, y muchos chavales son orientados a estudiar lo que quieren o les gusta a sus progenitores. “En este país confundimos inteligencia con título, continuamos desprestigiando la formación profesional y no valoramos la creatividad como un medio para vivir”, reflexiona Comelles.

NO RESPETAR LA LÍNEA ESCOLAR

El modelo de los padres no garantiza el éxito hoy

Muchos padres piensan que el modelo y los métodos educativos que les sirvieron a ellos les servirán a sus hijos, pero la escuela ha cambiado mucho y los niños también. “Lo que a ti te gustaba del colegio, lo que aprendías entonces o cómo lo aprendías no tiene por qué ser un modelo de éxito para tus hijos”, advierte Domènech. Y por eso considera un error que los padres traten de enseñar a los hijos a leer o a calcular por su cuenta o les pongan actividades de refuerzo en casa, sin considerar que quizá están interfiriendo en el ritmo o el método pedagógico que sigue la escuela. “Uno ha de plantearse a qué escuela lleva a su hijo, asegurarse de que comparte las mismas ideas, y luego acompañar al niño en el aprendizaje pero con respeto al proceso que siguen en la escuela, y no dar al niño mensajes diferentes”, reflexiona. Los educadores son especialmente críticos con los padres que muestran constantemente su desacuerdo con los profesores en presencia de los niños, porque estos aprovechan esa situación para manipular a unos y a otros.

TONI COROMINA ESCRIU SOBRE ELS DEURES ESCOLARS

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En un article publicat ahir a LA VANGUARDIA Toni Coromina reflexiona sobre les vacances d’estiu de nens i professors i del tema dels deures escolars i explica les idees d’un amic que va morir. Què és més important, fer els deures a casa o  jugar i parlar amb la familia?

http://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia-catal%C3%A0/20160920/282157880717915

Sobre l’autor de l’article:

https://ca.wikipedia.org/wiki/Toni_Coromina

UNAS PALABRAS DE HOWARD GARDNER

Ahora que estamos realizando en las horas de tutoría el dossier de orientación de 3r y 4rt ESO, tener presente estas ideas de Howard Gardner no es nada perjudicial. Forman parte de una entrevista realizada por Lluís Amiguet para La Contra de “La Vanguardia”.

“Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”

Howard Gardner, neurocientífico; autor de la teoría de las inteligencias múltiples.
“Aprender es el único antídoto contra la vejez y yo lo tomo cada día en Harvard con mis alumnos. Es tonto clasificar a los humanos en listos y tontos, porque cada uno de nosotros es único e inclasificable. Puedes vivir sin filosofía, pero peor. Soy flamante honoris causa en Pedagogía por la Ramon Llull”.
“Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”
Colab.LV | Foto: Laura Guerrero

“Una mala persona no llega nunca a ser buen profesional”

Únicos

Ninguna persona es mejor ni peor que otra. Ni tampoco igual a otra. Lo que nos hace humanos es que cada uno de nosotros es único. Así que ríase, con la neurociencia, de quien diga que alguien es más listo que otro: ¿listo para qué? Cualquier talento no es sino capacidad de adaptación al entorno: inteligencia. Por eso, Gardner sostiene que hay más de una. Y ahí no acaba nuestra diversidad: cada cultura y cada persona entiende esa teoría –todas las teorías– a su manera. Manera, además, que varía con la edad: cuanto más envejeces, más difícil te resulta adaptar tu vida a las nuevas ideas y menos adaptarlas cómodamente a tu modo de vivir sin variarlo. Por eso, creer saber envejece y querer saber rejuvenece.

Por qué cuestiona que la inteligencia es lo que miden los tests?

Porque yo soy un científico y hago experimentos y, cuando mido la inteligencia de las personas, descubro que algunas son muy buenas solucionando problemas pero malas explicándolos. Y a otras les pasa lo contrario.

¿Y si hay personas diversas es porque también tiene que haber diversos talentos?

Por eso he dedicado 400 páginas a describir siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal.

¿Y por qué no muchas más: la culinaria o la mística o la teatral o la ecológica?

Porque no cumplen los requisitos que sí cumplen esas. Y espero acabar demostrando que además hay una inteligencia naturalista, otra pedagógica y otra existencial para plantearnos preguntas trascendentes. Pero no más.

Hoy los colegios ya plantean sus programas según esas inteligencias múltiples.

Y yo no me dirigía a los pedagogos, pero fueron ellos los primeros que adoptaron mis teorías.

Tipos de inteligencia
Hay siete tipos de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, musical, espacial, cinético-corporal, interpersonal e intrapersonal

¿Por qué?

Porque comprobaban cada día en las aulas que las categorías de tonto o listo no cubren la diversidad del talento humano. Y, por tanto, que los tests de inteligencia no miden realmente nuestras capacidades, sino sólo la de resolverlos.

Su teoría, además, era cómoda para consolar a niños con malas notas y a sus papás.

Se abusó de ella al principio porque no se comprendió bien. En Australia, la administración la manipuló para explicar que había grupos étnicos que tenían inteligencias diferentes de otros.

¡Qué peligro!

En ese punto, empecé también a preguntarme por la ética de la inteligencia y por qué personas consideradas triunfadoras y geniales en la política, las finanzas, la ciencia, la medicina u otros campos hacían cosas malas para todos y, a menudo, ni siquiera buenas para ellas mismas.

Esa ya es una pregunta filosófica.

Pero yo soy un científico e inicié un experimento en Harvard, el Goodwork Project, para el que entrevisté a más de 1.200 individuos.

¿Por qué hay excelentes profesionales que son malas personas?

Descubrimos que no los hay. En realidad, las malas personas no puedan ser profesionales excelentes. No llegan a serlo nunca. Tal vez tengan pericia técnica, pero no son excelentes.

A mí se me ocurren algunas excepciones…

Lo que hemos comprobado es que los mejores profesionales son siempre E CE: excelentes, comprometidos y éticos .

¿No puedes ser excelente como profesional pero un mal bicho como persona?

No, porque no alcanzas la excelencia si no vas más allá de satisfacer tu ego, tu ambición o tu avaricia . Si no te comprometes, por tanto, con objetivos que van más allá de tus necesidades para servir las de todos. Y eso exige ética.

Para hacerte rico, a menudo estorba.

Pero sin principios éticos puedes llegar a ser rico, sí, o técnicamente bueno, pero no excelente.

Resulta tranquilizador saberlo.

Hoy no tanto, porque también hemos descubierto que los jóvenes aceptan la necesidad de ética, pero no al iniciar la carrera, porque creen que sin dar codazos no triunfarán. Ven la ética como el lujo de quienes ya han logrado el éxito.

“Señor, hazme casto, pero no ahora”.

Como san Agustín, en efecto. Otra mirada estrecha lleva a estudiantes y profesionales comodones a ser lo que consideramos inerciales, es decir, a dejarse llevar por la inercia social e ir a la universidad, porque es lo que toca tras la secundaria; y a trabajar, porque es lo que toca tras la universidad…, pero sin darlo todo nunca.

Sin ilusión, la vida se queda en obligación.

Y otros son transaccional es: en clase cumplen lo mínimo y sólo estudian por el título; y después en su trabajo cumplen lo justo por el sueldo, pero sin interesarse de verdad limitan su interés y dedicación. Y son mediocres en todo.

¿No descubren algún día de su vida algo que les interese realmente?

Algunos no, y es uno de los motivos de las grandes crisis de la madurez, cuando se dan cuenta de que no hay una segunda juventud. Otra causa es la falta de estudios humanísticos: Filosofía, Literatura, Historia del Pensamiento…

¡Qué alegría! Alguien las cree necesarias…

Puedes vivir sin filosofía, pero peor. En un experimento con ingenieros del MIT descubrimos que quienes no habían estudiado humanidades, cuando llegaban a los 40 y 50, eran más propensos a sufrir crisis y depresiones.

¿Por qué?

Porque las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te desorientas.

¿En qué país influyó más su teoría de las inteligencias múltiples?

En China editaron cientos de títulos sobre inteligencias, pero las entendieron a su modo: querían que su hijo único fuera el mejor en todas.

Pues no se trata exactamente de eso.

Cada sociedad y persona entiende lo que quiere entender. Cuanto mayor te haces, más difícil es adaptar tu vida a un descubrimiento y más fácil adaptar el descubrimiento a lo que ya creías que era la vida. Por eso, voy a clase a desaprender de mí y aprender de los jóvenes.

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160411/401021583313/una-mala-persona-no-llega-nunca-a-ser-buen-profesional.html

Para saber más:

https://psicologiaymente.net/inteligencia/teoria-inteligencias-multiples-gardner