Arxiu d'etiquetes: El Periódico

Lecciones de vida más allá del aula por HELENA LÓPEZ en EL PERIÓDICO

Durante las próximas semanas nuestros alumnos de 4t ESO realizarán las prácticas del SERVEI COMUNITARI en tres escuelas, en una residencia geriátrica, en una agrupación de “escoltes”, organizarán una campaña  de donación de sangre y colaborarán con el ayuntamiento en una actividad relacionada con el medio ambiente.  Para que veáis lo importante que es este SERVEI COMUNITARI os mostramos este artículo publicado hoy en EL PERIÓDICO sobre la experiencia que han hecho alumnos de un instituto de Sant Adrià del Besòs.
 *   *   *

NUEVAS EXPERIENCIAS EDUCATIVAS

Lecciones de vida más allá del aula
Los alumnos del instituto Manuel Vázquez Montalbán de Sant Adrià realizan voluntariados con niños y abuelos, en un proyecto referente de servicio comunitario
“Ver que pueden enseñar cosas, que ellos también pueden ayudar a otros, produce un efecto muy positivo en los chavales, en todos”, señala el director del centro
 zentauroepp41958447 sant adri de bes s 08 02 20018 reportaje sobre los proyecto180209122856

Ángela visita el IES Vázquez Montalbán, este jueves. / FERRAN NADEU

-¿Sabes lo que quiere decir ‘sexy’?

– Sí, sí… creo que sí… – responde Àngela, a sus 93 años, encogiendo los hombros con una sonrisa pícara que confirma que, efectivamente, lo sabe.

La conversación tiene lugar en el pasillo central del instituto Manuel Vázquez Montalbán, a los pies de las Tres Xemeneies, una lluviosa y gélida tarde de jueves lardero. Pese a las inclemencias meteorológicas, nadie ha querido perderse la cita. Ni los jóvenes voluntarios, alumnos de tercero de ESO del centro, ni Àngela, usuaria de Avismón desde hace tres años, quien nunca pudo ir al colegio, por lo que le hacía muchísima ilusión la visita.

Zaida, una de las chicas, coge cariñosa del brazo a Ángela mientras pasean por el instituto. Lo de “sexy” viene a cuento por la exposición de fotografías que decora una parte del pasillo. “Es una campaña para fomentar la lectura”, le explican los chicos. En otro rincón del mismo pasillo, una pequeña muestra sobre mujeres científicas. “Hoy hemos ido a visitar la facultad de aquí al lado [la sede de la UPC en La Mina], solo las chicas. A unas jornadas para despertar vocaciones científicas entre las chicas“, le explican las estudiantes a Ángela, quien sonríe contenta. “Estudiad mucho, vosotras que tenéis la oportunidad. Es una lástima llegar a mayor y no saber leer ni escribir“, responde emocionada la mujer.

Su primera vez

El entrañable encuentro, al que también acude Ricardo, otro usuario de Avismón, quien toma con su móvil fotos de cada rincón del instituto para inmortalizar la visita, se enmarca en el proyecto de Servei Comunitari que realizan los alumnos de tercero de ESO de este instituto situado en el margen izquierdo de Santa Adrià de Besòs –el único público de la zona– desde hace tres años.

Además de en esta entidad, los alumnos podían elegir entre hacer el voluntariado en las escuelas Pompeu y Catalunya -los dos colegios públicos de la zona-, en el comedor social de la ciudad o en el Esplai Borinot, en el Ateneu Sant Roc. “Una de las claves del éxito de la experiencia es que los alumnos pueden elegir. Les ofrecemos las distintas opciones y ellos deciden dónde quieren participar”, expone César Caparrós, entregado director del instituto y profesor de tecnología. 

Uno de los lugares preferidos por los chavales son los colegios del barrio. “Muchos quieren volver al colegio para ver a sus profesores, su ‘cole’…, por muy rebotados que salieran de allí, a todos les hace ilusión volver, y aún más volver como ‘profes'”, señala el director.

Pablo, de pie, ayuda en la clase de plástica en la escuela Catalunya. / FERRAN NADEU

“Oportunidad para reconstruirse”

“El servicio comunitario es una oportunidad para reconstruirse. Cuando salen del grupo ya no tienen que ser el malote o el graciosillo. Pueden jugar otro papel”, subraya Caparrós como una de las grandes virtudes del proyecto. “Sentir que puedes hacer algo por los demás. Que tú tienes cosas que enseñar, les hace mucho bien. Hay chicos que llevan toda la vida encadenando derrotas, siendo los fracasados del sistema; y sentir que por una hora, en su colegio, además, ellos pueden ser los referentes provoca muchas veces un necesario cambio de chip”, prosigue Caparrós, quien apunta que el proyecto es beneficioso también para los alumnos de entornos más favorecidos.

La mejor prueba de que los alumnos acaban satisfechos de la experiencia es que, cuando a principio de curso, los profesores responsables suben a tercero a presentar el proyecto, siempre sale algún repetidor confirmando las virtudes del proyecto y lo bien que se lo pasó.

Cada uno de los servicios comunitarios es distinto, y no todos los chicos pueden hacerlo todo.  El más duro es el del comedor social, donde ayudan a poner la mesa, a repartir la comida y a recoger los platos. “Es el entorno más complejo, donde están expuestos a situaciones muy difíciles -expone el director-, y los chicos tienen que estar concienciados de lo que se van encontrar, pero, una vez pasan por allí, todos acaban encantados”.

Arraigados al territorio

El objetivo final del proyecto es arraigar a los chicos. “Es una suerte que los barrios con un perfil sociocultural medio-bajo como los nuestros tengan un tejido asociativo tan fuerte, y queremos encarrilar a los chavales hacia ahí”, resume Caparrós.

Pablo es otro de los alumnos de tercero del Vázquez Montalbán. Él hace el voluntariado en la escuela Catalunya, a pocos metros. Este jueves de playas nevadas, pese a haber salido del instituto a las dos y media y no tenido casi tiempo ni para comer, a las tres y cuarto está en el colegio. Le esperan los alumnos de tercero -en su caso, de primaria- con las caras pintadas -estamos en Carnaval– para que les eche una mano en la clase de plástica. Hoy toca acabar de pintar con acuarelas el retrato de Frida Kahlo que empezaron la semana pasada. Pablo reparte las coloridas obras entre los alumnos. Pese a que lleva poco tiempo allí, recuerda los nombres de todos ellos. Los que van terminando, tienen otro ejercicio a punto. Esta vez pintar una obra de Kahlo. Uno de sus clásicos bodegones de fruta.  

El origen

Caparrós explica el origen de la iniciativa. Su prehistoria. Empezaron hace siete años con los alumnos de cuarto A, grupo especial con dificultades para seguir el curso y una adaptación curricular. “Hacían dos trimestres prácticas en empresas, y empezamos con un tercero, con prácicas en una entidad o algún proyecto social de la zona”, expone el director. Bautizaron ese ya consolidado salto al voluntariado como Impic’art (empezaron haciendo teatro social).

Dentro de Implic’art -donde los alumnos de cuarto A colabora con entidades sociales del municipio que trabajan para ayudar a niños con dificultades socioeconómicas y con un servicio municipal que dedica su atención a las personas mayores, se enmarca la iniciativa ‘Passa’m memòria’, la joya de la corona, realizada en colaboración con el Punt Òmnia del PES La Mina, en el barrio vecino. 

Se trata de una experiencia de trabajo intergeneracional muy emotiva tanto para los alumnos como para los mayores (e incluso para los profesionales implicados, siempre imprescindible para hacer realidad estos proyectos, fuera de aula y de horario). Los mayores comparten su realidad, sus inquietudes -se desahogan y sienten acompañados- y los jóvenes les ayudan con la tecnología, para poder acabar editando una pequeña historia de vida de cada protagonista. Esa fue la semilla de la actual colaboración con Avismón.

Aprendizaje servicio: el marco general

La propuesta del instituto Vázquez Montalbán se enmarca en la línea impulsada por el Departament de Ensenyament, que propone el Aprendizaje servicio como “la metodología más adecuada para llevar a cabo el servicio comunitario en los centros de secundaria”. Se trata de una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado (como el de Sant Adrià). Un proyecto en el que los participantes se forman trabajando sobre necesidades reales de su entorno con el objetivo de mejorarlo. El alumnado a la vez que ofrece un servicio comunitario, “aprende a ser ciudadano y a desarrollar el compromiso cívico”, señalan desde el Departament.

Son muchas las buenas prácticas de aprendizaje servicio que los centros educativos de Catalunya han ido desarrollando de manera individual en los últimos años, o con el apoyo de diferentes entidades, administraciones locales o mediante programas ya existentes. Cada vez son más los centros educativos que entienden que para aprender a ejercitar la ciudadanía de forma responsable y comprometida hay que hacerlo “desde la reflexión pero también desde la práctica”.

Es una metodología que encaja con los objetivos del Plan Educativo de Entorno, y que permite promover la participación del alumnado – como agente de la comunidad – en la detección de necesidades y en el compromiso para darles respuesta. Además de la del Vázquez Montalbán, han sido muy bien valorados por el entorno experiencias como ‘Joves pel barri’, desarrollado por los alumnos del IES Eduard Fontserè de L’Hospitalet, por su trabajo con los chicos del esplai La Florida.

El artículo original: http://www.elperiodico.com/es/barcelona/20180211/lecciones-de-vida-mas-alla-de-las-aulas-6613146

“Hay que hablar en clase de los atentados”, por María Jesús Ibáñez en El Periódico,

No es la primera vez que incluimos artículos de María Jesús Ibáñez publicados en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA en el blog, pero es el primero en el que la autora analiza la conveniencia de hablar de atentados en las clases.

___________________________________________________________________________

Alguno sacará el tema. Seguro. Más de un alumno hablará en clase de lo que ha pasado, preguntará a profesores o explicará cómo vivió los atentados de la Rambla de Barcelona y de Cambrils del pasado 17 de agosto. Y si ninguno lo hace, no estaría de más que fueran los maestros quienes plantearan el debate en el aula, al menos en el caso de los adolescentes, sugieren pedagogos, maestros y psicólogos.

Aunque el próximo 12 de septiembre, cuando regresen a la escuela, habrá pasado casi un mes desde los ataques, “el suceso fue algo tan próximo a ellos que probablemente seguirá muy vivo y, pese a que quizás muchos ya lo trataron en el mismo momento con sus padres o con los adultos con los que estuvieran pasando las vacaciones, es conveniente que en la vuelta a clase se dediquen al menos unas sesiones al asunto”, señala Ramon Barlam, profesor en el instituto Cal Gravat de Manresa.

“Es absolutamente imprescindible hablar de ello”, agrega Joel Feliu, psicólogo social especializado en temas educativos y profesor en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). “Aunque ya lo hayan tratado en casa, con el jaleo emocional que suponen las vacaciones, es bueno que la escuela también lo aborde y que aporte argumentos diferentes”, defiende Feliu, que advierte de que “lo ocurrido en Catalunya este agosto es algo que puede volver a pasar, aquí o en cualquier otro lugar, y los jóvenes han de tener herramientas para volver a afrontarlo”.

Cuanto antes mejor

“Hay que hablarlo, claro que sí. Y cuanto antes, mejor. No es un asunto que se deba postergar, hay que plantear debates en clase y tratar de convertir lo que ha pasado en una oportunidad”, afirma rotundo Joan Maria Girona, pedagogo que, en su etapa como maestro trabajó en aulas de máxima diversidad social y cultural. “Es una ocasión para que los alumnos hablen de sus sentimientos, que expresen lo que sintieron entonces y lo que sienten todavía ahora: rabia, miedo, odio, impotencia, estima, lo que sea que les venga a la cabeza”, prosigue Girona.

“Si no se habla de los ataques en el aula, con el profe de mediador, los niños lo harán en el patio, sin un adulto que guíe el debate”. Joan Maria Girona, maestro, especialista en aulas de alta complejidad.

Es, a su entender, un debate ineludible. “Entre otras cosas, porque si no se habla en clase, con el profesor como mediador, es muy probable que el asunto salga en un momento u otro, en el patio, y entonces las discusiones las tengan los alumnos entre sí, sin un acompañamiento adulto”, señala el veterano maestro. “Y eso sería peor”, considera.

No es un tema que se pueda liquidar con una simple charla, hay que ir más al fondo”, prosigue Ramon Barlam. “Las reflexiones sobre lo ocurrido deberían estar presentes a lo largo de todo el curso, cuando el momento lo permita”, propone este docente de Manresa, que ha sido tutor durante años de aulas de acogida.

Un problema más profundo

El problema, sostiene Joan Maria Girona, “no es que dos niños puedan pelearse porque tienen criterios u opiniones distintas. El verdadero problema es la situación previa que ha generado un ataque terrorista como el que hemos vivido, y para analizar y comprender el fondo de esta cuestión  los estudiantes necesitan de la guía de un profesor”, concluye.

“No es un tema que se deba liquidar con una sola charla, hay que trabajarlo todo el curso”. Ramon Barlam, profesor de secundaria en el instituto Can Gravat de Manresa

El relato será muy distinto según la edad de cada grupo de alumnos. O según la tipología de cada clase (si hay más o menos niños inmigrantes, o en función del origen de cada uno de ellos). “No se trata de ofrecerles una respuesta única y definitiva a sus preguntas, sino de dejarles hablar, de interrogarles y de ir conduciendo la conversación hacia temas como la tolerancia, las religiones, la violencia…”, propone Girona.

Con los niños más pequeños, los psicólogos recomiendan abordar la cuestión dejando que sean los propios menores quienes hagan las preguntas que precisen hacer. Las respuestas, recomienda la Red Nacional de Psicólogos para la Atención de Víctimas del Terrorismo, deben ser siempre “sinceras, honestas, sin rodeos y sin mentiras”. “No está de más, en el caso de infantil o los primeros cursos de primaria, que el maestro les pregunte si están inquietos o preocupados por algo”, opina Joel Feliu. “Pero yo no soy partidario de sacarles el tema si no son ellos los que preguntan por ello”, añade.

Si llega el caso, conviene “utilizar un lenguaje sencillo y sin exceso de dramatismo” y “evitar expresiones del tipo: ‘Tranquilo, que esto nunca va a suceder aquí’”, recomienda la red de psicólogos especializada en víctimas de terrorismo. Los menores han de saber, sin embargo, que los adultos no siempre van a tener una respuesta a sus interrogantes. Tampoco es aconsejable, dice la entidad, “ir más allá de lo que los niños quieran saber”.

Claustros preparados

Con los más mayores (a partir de quinto de primaria, por ejemplo), los atentados pueden tratarse “en las clases de tutoría, en las del área de ciencias sociales”, sugiere Girona. Tras el atentado del club Bataclan de París, en noviembre del 2015, Barlam introdujo el asunto en clases de lenguas y propuso a sus alumnos que escribieran pequeñas frases –de 140 caracteres, como Twitter– explicando qué pensaban sobre lo ocurrido.

“Todos los profesores han de prever que el tema saldrá en un momento u otro y han de estar preparados para dar respuesta a las inquietudes de sus estudiantes, y esto no solo implica a los tutores de cada curso, no se les puede dejar solo a ellos esa responsabilidad”, avisa Feliu. También los especialistas de Historia, de Economía, de Ciencias Sociales han de ser hábiles y han de estar preparados para responder y contextualizar lo que ha pasado, propone el profesor de la UAB.

“Los profesores han de estar preparados e informados para responder las cuestiones de los más mayores”. Joel Feliu, psicólogo social y profesor en la UAB

“Y si se encuentran con que alguno de sus alumnos realiza comentarios xenófobos o islamófobos, que opten por demostrarles lo equivocados que están con buenos argumentos, no con prohibiciones o castigos, porque eso puede llegar a ser contraproducente”, recomienda.

“Está claro que los claustros de profesores vamos a tener que hablar estos días sobre el tema, con mayor o menor intensidad, para prepararnos ante lo que puedan plantear nuestros alumnos”, admite Barlam, que como el resto de docentes catalanes se incorporó este viernes a su centro educativo.

La Conselleria d’Ensenyament recuerda, en este sentido, que los profesores tienen su disposición materiales como el protocolo genérico contra el odio y la discriminación, “además de los planes de convivencia de cada escuela e instituto, en los que se establecen actividades para desarrollar con los estudiantes”.

Algunas ideas didácticas

Un debate necesario en todas las aulas 

“¿Quiénes son los malos?”, le preguntaron a Joan Maria Girona unos alumnos tras los atentados de la discoteca Bataclán de París. “Dejé que reflexionaran y que extrajeran sus propias conclusiones”, recuerda el docente. La mayoría de aquellos niños, alumnos de distintas procedencias, dedujeron que el problema eran los radicalismo. ¿Qué pasa en los colegios donde apenas hay presencia inmigrante? ¿Y si los padres no quieren que se hable más del tema? “Hablarlo es bueno para todos y necesario, siempre respetando todas las identidades, claro”, replica Ramon Barlam.

Utilizar materiales periodísticos

“Somos muchos los docentes que trabajamos en clase con artículos de prensa para tratar temas de actualidad, es una herramienta que nos permite generar debates y, a la vez, desarrollar la comprensión lectora de los estudiantes”, señala Ramon Barlam, profesor del instituto Can Gravat de Manresa. Una de las imágenes de estos atentados, la realizada por el fotoperiodista Jordi Cotrina y en la que se ve el imán de Rubí recibiendo un abrazo de Javier Martínez, padre de un niño de tres años muerto en el ataque de la Rambla, encaja con esta metodología, destacan los expertos.

Los padres de Xavi Martínez, el niño de 3 años muerto en el atentado de la Rambla, abrazan al imán de Rubí. / JORDI COTRINA

Implicar a las familias de los estudiantes

“A partir de las conclusiones de los debates organizados en clase se pueden montar actividades de todo tipo, como murales y pequeños textos, en las que es recomendable hacer también partícipes a padres y madres”, propone Ramon Barlam. “La implicación de las familias es fundamental en estos casos”, destaca el profesor, que considera muy importante ayudar (sobre todo) a las madres de estudiantes inmigrantes, “para que sepan cómo hacer el acompañamiento educativo de sus hijos. Ya no solo en temas como este, sino en otros muchos de su vida escolar”, destaca.

“Los deberes que no nos gusta hacer” por Francisco Longo en EL PERIÓDICO

Los deberes que no nos gusta hacer

EFE / CHEMA MOYA – Un grupo de alumnos asisten a una clase, en un instituto de Madrid.

(El tema de los deberes trae cola. En esta ocasión incluimos en DEBATS SERT un artículo que nos ha hecho llegar Joan Carles Lacueva escrito por Francisco Longo, del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de ESADE, y publicado en EL PERIÓDICO el 3 de febrero ).

El sistema educativo tiene serios fallos pero preferimos centrarnos en lo periférico mientras lo decisivo queda olvidado o pospuesto

Cómo somos, hablando desde un punto de vista colectivo? ¿Cómo nos vería un extraterrestre transportado a la sociedad española de este tiempo, observando los asuntos que destacan en los medios y las redes sociales como objeto de preocupación o controversia? Pensaba en ello durante el debate de hace unas semanas sobre los deberes escolares, del que nuestro imaginario visitante hubiera podido deducir, creo yo, algunas conclusiones jugosas.

Para empezar, seguramente le habría producido una cierta perplejidad nuestra propensión a irnos de lo esencial a lo periférico. Hablemos un poco de lo primero: nuestro país tiene el récord europeo en abandono precoz de la educación post-obligatoria, lo que hace normal que aparezcamos en el puesto 23 entre 24 países analizados por la OCDE en la cifra de población adulta que presenta niveles altos de cualificación.

Como diría Ronald Heifetz, de Harvard, nos encandilan los liderazgos que nos evitan el trabajo

Son pésimos datos, fallos importantes de nuestro sistema educativo. Sin embargo, preferimos que nuestro debate público fluya altisonante por los meandros de las clases de religión, el antagonismo entre pública y concertada o las identidades lingüísticas, mientras lo decisivo, aquello con lo que nos jugamos el futuro, queda olvidado o pospuesto. Y ahora, la historia de los deberes para abundar en esa ancestral afición nuestra a tomar el rábano por las hojas.

“POLI MALO”

Y no nos andamos con chiquitas. La CEAPA llamaba nada menos que a una huelga de familias contra los deberes. No les temblaba el pulso a la hora de desautorizar ante sus hijos a los maestros que se los habían prescrito. Una señal de cómo algunos padres –bastantes, al parecer- conciben su rol educativo y el de la escuela. Los españoles, deduciría tal vez el observador extraterrestre, están por evitar a toda costa a sus hijos una carga de esfuerzo que los incomode, especialmente si son ellos mismos –los padres- los que deben gestionarla.

Han externalizado a la escuela el papel de “poli malo”, a condición de que sus niveles de exigencia no creen frustraciones en los alumnos. Y menos si ese riesgo se traslada al ámbito familiar que debe ser preservado como espacio amable, lúdico y protector. No parece preocuparles que todo ello pueda crear en los estudiantes carencias de aprendizaje.

El resultado es previsible. Como en la película de Josh Sugarman, sus ‘trophy kids’ (literalmente, niños-trofeo) sufrirán tal vez dolorosos ajustes de expectativas cuando deban afrontar entornos laborales y sociales difíciles, pero se habrán presentado en ellos, eso sí, con la autoestima bien alta.

DEL AULA AL PARLAMENTO

¿Es lógico que este asunto llegue –como ha ocurrido- al Parlamento? Podría pensarse que son cuestiones que debieran solventarse más bien en las familias, las reuniones de padres, los comités pedagógicos o los consejos escolares, donde lo peculiar de cada situación podría ser analizado y cabría gestionar los acuerdos entre los directamente afectados. Pero no. Nuestro alienígena deberá tomar buena nota: los españoles preferimos que sean nuestros representantes políticos –para eso están- quienes se hagan cargo de asuntos como éste y nos los mastiquen, como ablanda la madre pelícano el alimento de su retoño para hacérselo digerible.

Es cómodo que la política procese la cuestión y nos la devuelva, convenientemente simplificada, borrados los matices y las zonas de sombra, reducida preferentemente a una disyuntiva binaria, televisada y amplificada por medios y redes, directamente a nuestros sofás. Como diría Ronald Heifetz, de Harvard, nos encandilan los liderazgos que nos evitan el trabajo.

A GOLPE DE REGULACIÓN

Y, claro, nuestros políticos están encantados. Les permite hacer aquello para lo que se sienten mejor dotados: transformar lo complejo en simple (ahora, a esta clase de alquimia se la llama “construir un relato”) y canalizar las soluciones a través del BOE. No se cambia la sociedad por decreto, observaba Crozier.

A estas alturas, todos sabemos que los problemas que pueden resolverse a golpe de regulaciones son más bien escasos, y el de los deberes escolares (suponiendo que lo sea) no es uno de ellos. Limitar por ley el tiempo que debe dedicárseles –que es de lo que se ha estado hablando- no es sino crear una de tantas obligaciones sin sanción, cuyo cumplimiento nadie estará en condiciones de asegurar ni controlar. Un brindis al sol, sí, pero qué bien se adapta a ese reparto de roles en el que unos hacen como que arreglan las cosas y otros, liberados de la responsabilidad de afrontar el problema, hacemos como que nos lo creemos.

El Consell Escolar propone alargar la educación obligatoria hasta los 18 años por MARÍA JESÚS IBÁÑEZ

Este artículo de María Jesús Ibáñez publicado ayer en El Periódico os interesará y sería bueno conocer vuestra opinión ya que los protagonistas principales sois vosotros y nosotros, los profesores, los secundarios, pero los que tendríamos que llevar a término las decisiones políticas (si al final se toman).


Por debatir que no quede. El Consell Escolar de Catalunya, por indicación de la ‘consellera’ de Ensenyament, Meritxell Ruiz, inicia desde este viernes y hasta el próximo mes de mayo undebate público abierto a la comunidad educativa para decidir cómo debería ser el modelo educativo catalán. De este gran intercambio de ideas, propuestas y opiniones surgirá la escuela de una hipotética Catalunya independiente.

El Consell Escolar propone alargar la educación obligatoria hasta los 18 añosEntre las propuestas de partida, que están recogidas en cinco ponencias marco, destaca la que abre la posibilidad de que la educación obligatoria se alargue hasta los 18 años, frente a los 16 actuales. También se habla (mucho) de innovación educativa, de la formación que deben tener los maestros y de la redistribución de los horarios escolares. Pero no se dice ni una palabra sobre asuntos espinosos como los conciertos educativos (incluidos los que la Generalitat mantiene con los colegios que separan a sus alumnos por razón de sexo), más allá de que hay que dotarlos de recursos para que garanticen la equidad educativa entre sus alumnos.