Arxiu d'etiquetes: educación

UNA FOTOGRAFÍA (O DOS) DE ALBERT CAMUS por Jordi Navarro

1351681265_499045_1351681392_noticia_normal

Esta fotografía ha aparecido en el suplemento BABELIA del diario EL PAÍS de hoy como encabezamiento de un artículo de Antonio Muñoz Molina. Si os fijáis, se parece a una de esas imágenes que acostumbran a salir en los libros de la historia de un periodo o lugar concreto, un simple complemento al texto. Pero, ¿qué la hace interesante, os preguntaréis? ¿Que fuera hecha en el norte de África, en Argel en 1920?

Pues no, la que la hace interesante es el niño vestido de oscuro que está en medio de la foto, qué protagonismo involuntario el suyo (si os fijáis en la composición, veréis que hay dos líneas que desde los extremos de arriba convergen hacia él), el niño Albert Camus, cuyo padre ha muerto en la Primera Guerra Mundial todavía reciente y cuya madre es analfabeta y de origen balear. Ese niño no sabe todavía que va a ser periodista y escritor, no sabe que su lugar en la historia está en otro sitio muy alejado de esa carnicería de paredes de ladrillo, en el París de finales de los años 30, el París de la Segunda Guerra Mundial y de la postguerra, en el París en el que los pensadores de izquierdas se alinean a favor del estalinismo cuando él se pone en contra criticándolo, como criticará el colonialismo francés y los métodos terroristas de quienes quieren la independencia de Argelia al precio que sea. En ese París escribirá y conseguirá el premio Nobel de Literatura.

Pero eso ahora no nos interesa, nos interesa la fotografía de los que trabajan en la carnicería de su tío, esos ocho hombres y jóvenes que están de pie, los cuatro que aparecen sentados, el niño que está arrodillado, el brazo izquierdo apoyado en el banco, siendo pocos los que llevan fez, gorra o sombrero. Todos miran fijamente al objetivo del la cámara del fotógrafo anónimo, quizás uno ambulante que pasaba por allí y se ofreció a hacerles un retrato tal como estaban, con la ropa y los mandiles de trabajo llenos de sangre, las caras sucias de sangre, como la del que tiene un cigarrillo en la mano, el suelo encharcado de sangre también. Pero, atención, los jóvenes que nos miran sonrientes o serios no son adolescentes como vosotros porque en esa época la adolescencia no existía, sí que había una estrecha brecha entre juventud y edad adulta, pero se saltaba de un día a otro al dejar los pantalones cortos y ponerse unos largos, no duraba años y años como hasta ahora, en que hay niños que se comportan como viejos y hombres muy maduros que  visten como adolescentes de instituto.

Volvamos otra vez al centro de la imagen. Albert Camus es el más pequeño y en esos momentos está condenado a convertirse en alguno de los otros, en ser mozo o aprendiz, en ser carnicero como su tío o los que aparecen junto a él, en envejecer y morir sin derecho a nombre en el pie de foto como ellos. Ése, u otro parecido, era el destino que Camus tenía escrito.

Pero pocos años después el niño Camus tuvo un profesor que se dio cuenta de lo que escondía dentro sin él saberlo. Y fue este profesor quien cambió su historia y la de parte de la literatura al recomendar a su madre que fuera a la metrópoli a estudiar porque en Argel no podía hacerlo.

Reflexionad sobre eso. Ahora podéis mirar en internet o en las viejas enciclopedias quién fue Camus y lo que hizo.

Hay más cosas en esa fotografía que se parece ya a un agujero negro. Musulmanes y pied-noirs, como llamaban despreciativamente los franceses de la metrópoli a los colonos europeos de Argelia, están juntos, trabajando en lo mismo, cortando y despiezando animales de granja o de establos para venderlos, en ese instante no hay racismo que valga, las sonrisas y gestos serios son los mismos de unos y otros ante la cámara. Hay un fraternidad que se romperá decenios más tarde, aunque también pudiera ser que esa fraternidad sólo durara el tiempo que tardaron en obedecer las órdenes del fotógrafo para hacerles el retrato.

Me pregunto qué fue de ellos, especialmente de los jóvenes que no fueron un nuevo Picasso (el de los ojos claros me lo recuerda) u otro Camus por no haber podido ir a la escuela o haberla abandonado pronto, si tenían otras ilusiones y pudieron desligarse de su condición, si murieron defendiendo a Francia en la Segunda Guerra Mundial o en algún acto terrorista indiscriminado o a resultas de las torturas o los disparos del ejército durante los años de conflicto armado.

Reflexionad sobre eso también.

Os pongo esta imagen realizada por el fotógrafo Brassaï veinticuatro años después, poco antes de la liberación de París por los norteamericanos. Mirad también el pie de foto:

SitiosEnElCorazon-TallerDePicasso-fotoBrassai-2

En esta fotografia aparecen de pie de izquierda a derecha: Jacques Lacan, filósofo y psicoanalista; Cecile Eluard, hija del poeta de surrealista Paul Eluard; Pierre Reverdy, surrealista y poeta cubista; Luoise Leiris, esposa de propietario de galería Michel; Pablo Picasso, pintor; Zanie de Campan, actriz; Valentine Hugo, artista y esposa de bisnieto de Victor Hugo; Simone de Beauvoir, autora y feminista; Brassaï, fotógrafo; abajo de izquierda a derecha: Jean-Paul Sartre, filósofo y autor; Albert Camus, periodista y escritor; Michel Leiris, propietario de una galería de arte; Jean Aubier, editor. 

Albert Camus es el que está arrodillado, otra vez en la parte central de la imagen. Fijaos como las fotografías (como las pinturas y los libros) dialogan unas con otras.

Espero vuestros comentarios.

 

 

 

BUENAS IDEAS TED

9017615098_b6e67801bc_z

Al parecer en la 2 los domingos a las 14:30 hacen un programa sobre temas variados y sobre educación con vídeos hasta cierto punto polémicos como los de Sugata Mitra, Nigel Marsh  o el de Ken Robinson. El de Robinson lo vi hace un par de años y me impactó por la carga crítica que contiene sobre los modelos educativos. El problema es que en una situación de crisis (económica, política y social) como la actual y con una ley como del ministro WERT ¿cómo se pueden plantear cambios profundos en educación?

http://www.rtve.es/television/ted-buenas-ideas/

El dibujo está sacado del blog de Fernando Abadía:

http://fabadiabadenas.blogspot.com.es/2013/06/buenas-ideas-ted-416.html

EL PENSAMIENTO VAGABUNDO por Jordi Soler

8532660020_1313cc6d8a

Jordi Soler es un escritor mexicano de origen catalán que ha escrito tres novelas sobre el exilio de su abuelo tras la Guerra Civil que son deliciosas (sobre todo la primera). Tuve la suerte de conocerlo (y fotografiarlo) en un premio literario y hablamos de la posibilidad de que viniera al instituto. Hoy en el diario EL PAÍS Jordi Soler ha escrito un artículo sobre un pensador del siglo XVI, MICHEL DE MONTAIGNE, el inventor del género ensayístico (basado en la reflexión). Me gustaría que leyéramos todos algunos fragmentos de su escrito y os prometo que al final os convertiréis un poco de Montaigne, pues produciréis alguna REFLEXIÓN o PENSAMIENTO DE INTERÉS:

“Pierre de Montaigne estaba empeñado en que su hijo (Michel) fuera mejor que él y, para conseguirlo, le dio una estricta, y hermética, educación en latín. (…) A los seis años Michel de Montaigne, sin conocer ni una sola palabra de francés, hablaba y escribía perfectamente en latín, pero más adelante, en cuanto tuvo que ir al colegio para no quedar tan aislado de la sociedad, según sus propias palabras, “su latín degeneró inmediatamente”.

(…) Todas las experiencias de Montaigne iban a parar a las páginas de sus ensayos, cualquier cosa que le sucedía provocaba una reflexión, una hipótesis, una sentencia. (…) Como él mismo sentenció, “quien quiere estar en todas partes no está en ninguna”.

Sería ridículo, desde luego, seguir el ejemplo del padre de Montaigne, en este siglo XXI tan poco afecto a la concentración. Para aislar a un niño en otra lengua necesitaríamos vivir en una cueva, en el desierto o en medio de la selva, y probablemente hasta allí se colaría la información que pulula de pantalla en pantalla, y en el caso de que lográramos aislarlo herméticamente, nuestro experimento difícilmente produciría otro Michel de Montaigne; aquello fue una combinación milagrosa del rigor educativo del padre más el talento del hijo. Lo que si podemos es hacer el ejercicio de oponer a aquel niño que solo hablaba latín, que estaba concentrado, sin distracciones, en el cultivo de sí mismo, a los niños contemporáneos que están distraídos por muchas cosas a la vez, por el mundo exterior que entra a saco por una infinidad de terminales.

Mientras Montaigne pasaba en silencio largos tramos del día, que llenaba de pensamientos y reflexiones, nosotros forcejeamos contra el estruendo que sale permanentemente de las pantallas. Concentrado en un solo punto, Montaigne lo abarcaba absolutamente todo, nosotros, concentrados en puntos múltiples, no abarcamos casi nada.

Tanto estímulo exterior nos aleja del arte más grande de todos, que proponía Montaigne: seguir siendo uno mismo, porque para alcanzarlo se necesitan largas horas de reflexión, es decir, pasar mucho tiempo sentado en una silla, o andando si es que se es afecto a los pensamientos caminados que proponía Nietzsche, sin hacer nada más que pensar y esto, en nuestro hiperactivo siglo XXI, constituye un pecado capital.

Se han acabado los periodos de silencio, quien va andando no produce pensamientos caminados, va consumiendo algo que sale de su mp3 y le entra por los oídos, el que viaja en metro aprovecha el trayecto para hablar por teléfono o para responder un e-mail, y cualquier momento libre se rellena con la información ilimitada que produce la pantalla del teléfono o de la tableta. Nadie tiene paciencia ya para sentarse a oír un álbum de música completo, hay tiempo para oír una sola canción, que se vende en iTunes por separado; el disco entero nos roba el tiempo que podríamos aprovechar consumiendo otra cosa.

Lo mismo pasa con el cine, comprometerse durante dos horas eternas con una película parece excesivo, si se tienen las series de televisión que vienen dosificadas en cómodas cápsulas de 45 minutos, cápsulas asépticas como las de la máquina de Nespresso, que nos ahorran el tiempo que nos tomaría el lidiar con la cafetera manual, y el esfuerzo de enfrentarnos con la monserga del café molido. Y con los periódicos empieza a suceder lo mismo, ya no se lee el periódico, se leen dos o tres noticias extirpadas del corpus, troceadas en links, y para los libros cada vez hay más plataformas que ofrecen textos breves, que puedan leerse en la pantalla del teléfono en un trayecto de autobús. Todo el tiempo que se ahorra en no oír discos completos, ni ver películas largas, ni leer libros gruesos, ¿en qué se aplica?: en consumir más fragmentos: una partida de Angry Birds, una noticia extirpada del periódico, un paseo por el timeline de Twitter, etcétera.

Este nuevo mundo vertiginoso, este ir y venir permanentemente de un fragmento a otro, es el único que conocen los niños contemporáneos, que viven en tránsito del iPad a la Playstation y cuando logran escapar de ese bucle, sus padres, convencidos de que la hiperactividad del siglo XXI es una cosa positiva, y aterrorizados ante la posibilidad de que su hijo se aburra, lo llevan a un cursillo de karate, de tenis, a clases de natación, de inglés o chino, a cualquier actividad que impida que el niño esté sin hacer nada.

(…) Frente a este panorama de vértigo, ¿en dónde queda Montaigne, ese señor sentado en una silla, sin hacer nada más que reflexionar?

Tanta hiperactividad debería ser contrapesada con periodos de inactividad, de silencio, de concentración en una sola idea; porque de esos periodos de calma, de aburrimiento incluso, salen las grandes obras, detrás de cada poema, de cada sinfonía o novela, de cada lienzo, hay una persona que ha pasado largos periodos sin hacer nada. Lo mínimo que va a quedarnos de esta era proclive a los fragmentos, llena de niños sobreestimulados, que no tienen espacios para la reflexión y el silencio, es un mundo sin artistas.”

Os pongo algunas preguntas para estimular a que escribáis vuestros comentarios.

  • ¿Os ha parecido interesante el artículo?
  • ¿Con qué idea o pensamiento de Jordi Soler os quedaríais?
  • ¿Habíais pensado alguna ver algo parecido?
  • ¿Pensáis que…?

Pero, ¿qué hago? ¡Si quienes tenéis que haceros preguntas o buscar respuestas sois vosotros!

Escribid entones lo que os parezca.

Si queréis “pescar” en los ensayos de Montaigne, entrad en http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ensayos-de-montaigne–0/html/

LA BUENA ESCUELA NO ASFIXIA LA CREATIVIDAD por EVA SILIÓ

(Este artículo apareció el día 5 de abril en el diario “El País”)

Todos tenemos una faceta imaginativa que despierta en la infancia y va apagándose con los años.

Algunos expertos creen que las reglas escolares castran, otros subrayan sus beneficios sociales y cognitivos.

Tendemos a ver la creatividad como algo chic y elitista, solo al alcance de unos pocos privilegiados. Así lo interpretó en 1999 el psicólogo social Howard Gardner en Inteligencia reestructurada: múltiples inteligencias para el siglo XXI. Sin embargo, con los años se va imponiendo la visión democrática de Ken Robinson, convertido en todo un gurú para un séquito de pedagogos. En opinión de este educador y conferenciante de masas, “todo el mundo es capaz de tener éxito en algún área si se dan las condiciones precisas y se ha adquirido un conocimiento relevante y unas habilidades”. Hasta ahí todos satisfechos. El problema llega ahora. Según este británico, la escuela mata esta creatividad que no tiene por qué ser artística, como solemos imaginar, sino científica o social.

Según Robinson, al profesor solo le interesa que se conteste lo que está en los contenidos del temario, lo que provoca la frustración de aquellos niños que son más arriesgados y a los que les gusta improvisar. Eso provoca que cada vez se atrevan menos a pensar de manera diferente por miedo a equivocarse. Tienen un comportamiento más rígido y convergente. Todo ello, en opinión del pedagogo, tiene su origen en una escuela anacrónica concebida durante la revolución industrial pensando en la producción en cadena. Un esquema que casa mal con una sociedad basada cada vez más en los servicios y el conocimiento.

El filósofo José Antonio Marina en el blog de su proyecto Observatorio de la Innovación Educativa se muestra disconforme: “Este tema no se puede despachar a la ligera. No se puede desprestigiar la respuesta correcta, como hace Robinson. No hay una solución creativa a la tabla de multiplicar, ni se puede mezclar Napoleón con Harry Potter en un relato histórico. Tampoco se puede ensalzar tanto el pensamiento divergente que se anule el pensamiento convergente”.

 

El tiempo es fundamental para que las ideas fluyan”, dice una profesora

“La escuela fagocita la creatividad si tiene un punto de vista tradicional y se aplica la metodología de siempre. Pero sí que hay profesores que saben desarrollarla”, opina Beatriz Valderrama, autora de Creatividad inteligente: guía del emprendedor(Pearson, 2012). “Es bueno ir a la escuela infantil. Tiene grandes beneficios cognitivos y sociales. Estar con otros niños les despierta la inteligencia emocional. Conocen otros mundos, aprenden a compartir y desarrollan capacidades motrices”. Algunos informes muestran que la escolarización temprana mejora el rendimiento académico, pero los principales factores determinantes del éxito escolar siguen siendo el origen social y el nivel formativo de los padres.

 

Niños del colegio Aldebarán de Tres Cantos (Madrid). / GORKA LEJARCEGI 

La Enciclopedia de malos alumnos y rebeldes que llegaron a genios, de Jean-Bernard Pouy, Serge Bloch y Anne Blanchard, pasma con un listado de personalidades que, curiosamente, solo incluye un nombre femenino, Agatha Christie, la reina de la novela negra. El físico Stephen Hawking no aprendió a leer hasta los ocho años; Evariste Galois, padre del álgebra moderna, no pasó dos veces la prueba de acceso a la Escuela Politécnica de París; de John Gurdon, reciente premio Nobel de Medicina, la elitista escuela Eton escribió “no tiene posibilidad de estudiar una especialidad. Sería una perdida de tiempo para él y para los que deberían enseñarle”; Thomas Edison, inventor de la bombilla eléctrica que obtuvo más de 1.000 patentes, estudió en casa con su madre porque fue expulsado del colegio… La lista es interminable: pintores (Dalí, Picasso, Cezanne, Leonardo), escritores (Dumas, Balzac), músicos (Verdi, Debussy) o mandatarios (Napoleón, Churchill). Y no faltan genios contemporáneos —demostrando que al menos en las últimas décadas el sistema ha fallado— como Larry Ellison, Bill Gates y Steve Jobs.

 

La creatividad sirve para solventar conflictos, innovar,  relacionarse mejor

El niño convive de forma progresiva con el mundo desde que empieza a comer y dormir, y estas primeras etapas tempranas son especialmente arriesgadas, pioneras y prometedoras. Es lo que el psicoanalista Sigmund Freud llamaba “inteligencia radiante”. Mientras que Goethe, en la misma línea, aseguró en su obra Poesía y verdad: “Si los niños continuaran creciendo con la misma fuerza, contaríamos con cientos de genios”.

Las maestras de infantil Arantza de las Heras y Rosa Fernández se dieron cuenta en cuanto empezaron a ejercer de que “perdían” algunos niños cuando se les obligaba a sentarse a hacer fichas y seguir un libro con tres años. Así que en las aulas del colegio público Aldebarán en Tres Cantos (Madrid) los alumnos de cinco años desarrollan su creatividad cada uno a su ritmo. Cada mañana se reúnen en asamblea y deciden qué quieren hacer, y las maestras encauzan sus deseos. “No se trata de decir: haz lo que quieras. Le planteas preguntas y luego él opta por lo que quiere hacer”. Sin olvidar que a través del conocimiento del sistema solar se puede introducir lógica matemática o lectoescritura.

Montse Julià, directora del centro Montessori-Palau (Girona), cree a pies juntillas la teoría de Robinson. “El niño no puede estar sometido a una rutina de asignaturas en un colegio en el que solo se le enseña a obedecer unas órdenes”. Por eso en las enseñanzas infantil y primaria de su colegio cada uno va por libre —“el tiempo es fundamental para que las ideas fluyan”— y se juntan en el mismo aula niños de tres a cinco años y de seis a ocho. “Así juegan tres papeles. El de pequeño, que tiene como referente al mayor; el de mediano, y el grande, que consolida lo aprendido”.

El maestro del método Montessori planifica algo nuevo cada dos días, y cada cual decide si va a hacer sumas, leer o aprender ortografía. “Solo hay un horario para el comedor y para clases especiales: educación física, violín…, cuenta Julià. “Es muy positivo. Los fundadores de Google cuentan en un vídeo que si han sido innovadores porque con Montessori tuvieron flexibilidad en el aula, espacio para pensar”.

 

Desarrollar su inteligencia emocional es tan importante como su faceta creativa

Pensar con los dos lados del cerebro. El lado derecho resuelve los problemas algorítmicos, que son aquellos con una solución fija (una resta, por ejemplo) porque se solucionan aplicando una regla. Y el izquierdo, se preocupa de los problemas heurísticos, cuya respuesta hay que inventarla porque no hay a qué agarrarse. En este lado se concentra nuestra creatividad, fantasía o expresión de las emociones (ver gráfico).

Asesine o no la escuela, lo que está claro es que el papel que juegue el maestro es de vital importancia. Caroline Sharp en su artículoDesarrollando la creatividad infantil: ¿qué podemos aprender de la investigación? sostiene que “tolerar la ambigüedad, plantear preguntas con distintas respuestas, animar a la experimentación y a la persistencia y felicitar al niño ante una contestación inesperada”. Todo eso sin perder de vista que el alumno tiene además que “aprender a juzgar cuándo es apropiado divergir y cuando debe mostrarse de acuerdo”.

Son las diez de la mañana y los alumnos del Aldebarán eligen el color de su cartulina. En ella pegan su retrato preferido y decoran la hoja a su gusto. De casa han traído botones, trozos de tela, poliespan, pegatinas… y el resultado es asombroso. Paula titula Sorpresa y solapa su foto con su retrato dibujado; Darío cambia la O de su nombre por un botón; Alicia, que ha optado por un cartón mucho más grande, homenajea a su gata Amaya con una delicadeza que muchos quisieran… De fondo suena Nena da Conte, la música favorita del alumno de la semana. Bailan un poco y siguen con su tarea, salvo uno de los niños que no quiere hacer nada y la profesora le permite que se recueste en el suelo. Ellas opinan que es fundamental la implicación de las familias. Cada viernes —son dos clases de 14 niños— los padres de un alumno comparten con el resto alguna afición de su hijo. Por ejemplo, pintan galletas con ellos.

 

Se necesita gente creativa para potenciar el desarrollo social y económico del país

La pregunta que se plantean los expertos es: ¿cuándo los niños empiezan a perder el asombro y las ganas de aprender que les hace creativos? Coinciden en que esto sucede hacia los seis años. Lo que no parece tener respuesta clara es si esto ocurre por mera madurez o por las convenciones sociales impuestas en el aula.

Desarrollar su inteligencia emocional es tan importante como su faceta creativa. Por eso en Tres Cantos tienen colgados en la puerta carteles de cinco estados de ánimo. Cada mañana expresan sus emociones, que cambian a lo largo de la jornada, colocando su nombre debajo de un estado. No falla, después del recreo varios muestran su enfado.

Es indiscutible que la infancia es la mejor edad para aprender a aprender y para sentar las bases de la cooperación y la resolución de problemas, pero hay quien ha empezado a poner en duda que sea la etapa de la vida más creativa. Mark Brackett, director del Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, lo planteaba hace unos días: “Hay también informes que dicen que la creatividad crece cuando eres adulto porque te conoces mejor a ti mismo, a tus emociones”.

 

Balzac decía: no existe gran talento sin gran voluntad

El Centro de Inteligencia Emocional nace ahora de la colaboración de la prestigiosa universidad y la Fundación Botín, que abrirán en Santander un centro de arte que aspira a ser referencia mundial. Juntos estudiarán cómo canalizar la creatividad a través de las artes, convencidos de la necesidad de contar con una ciudadanía creativa no solo por su bienestar individual, sino para potenciar el desarrollo social y económico del país. Aprovechar ideas que surgen como respuesta a un sentimiento artístico. “Aunque sean negativas. Como la célebre frase de Woody Allen saliendo de la ópera: ‘Cuando escucho a Wagner más de media hora me entran ganas de invadir Polonia”, ironiza Brackett.

“Yo siempre he tenido clara la importancia de la creatividad, pero mucha gente no. Quizá desde que llegó la crisis y se empezó a hablar de emprendimiento la cosa cambió y hay más interés por la capacidad de crear”, argumenta Íñigo Sáenz de Miera, director general de la Fundación Botín, que pone en marcha cada curso talleres creativos en 80 colegios.

“La creatividad es una forma de mirar y resolver los problemas de la vida. Hay que cambiar la actitud. Sirve para todo en la vida: para solventar conflictos, innovar, relacionarse mejor”, anima Valderrama que trabaja esta faceta en un máster de Educación Secundaria para futuros maestros. Ella observa cómo estos estudiantes desconfían de tener capacidades creativas y trata de estimularlos para que venzan esa barrera. “La creatividad es no es un talento innato. Hay que exponerse a estímulos creativos que no sean de las áreas habituales —películas y libros de otros géneros—, pararse a pensar, cuestionarse las cosas. Balzac decía: no existe gran talento sin gran voluntad. Y tenía razón. Parece magia, que un día a un inventor se le enciende la bombilla cuando detrás hay muchas horas de trabajo. Se necesita compromiso y pasión”.

Hay otros factores que parecen menores sin serlo. Como el tamaño y la disposición de la clase, el patio o jardín, la calidad del equipamiento y los materiales o el acceso a otros ambientes. “Es bueno que las aulas sean grandes para que el niño de un vistazo vea todos los materiales con los que puede aprender sin tener que recordar. Y los niños no están todo el día sentados. A veces se sientan en el suelo y hay que respetar su espacio”, sostiene Julià.

Creatividad pero con los pies en el suelo. El doctor Frank Emanuel Weinert, que trabaja con niños superdotados, lo describe así: “Kant decía que no se puede llegar a viejo sin haber creado diferentes hábitos a modo de esqueleto. No puede ser que cada día haya que encontrar razones para lavarse los dientes. Eso no lo aguanta la naturaleza humana”.

 

LA LEY WERT EXPLICADA DE MANERA SENCILLA por Virtudes Sánchez

 

Todos nos preguntamos en qué consiste la LEY WERT. Virtudes Sánchez nos explica en varios apartados los cambios fundamentales tanto en ESO como en BACHILLERATO, es decir cómo afecta a los alumnos y a las diferentes asignaturas de las etapas:

http://educacion.practicopedia.lainformacion.com/alumnado/como-te-afecta-la-reforma-educativa-15705

http://educacion.practicopedia.lainformacion.com/alumnado/como-cambia-la-reforma-educativa-el-programa-de-asignaturas-de-la-educacion-secundaria-1820

http://educacion.practicopedia.lainformacion.com/alumnado/como-cambia-la-reforma-educativa-el-programa-de-asignaturas-de-bachillerato-18207

“SALVADOS” CON LA EDUCACIÓN PÚBLICA

El pasado domingo 3 de febrero el programa SALVADOS de Jordi Évole trató el tema de la educación pública. Para analizar el éxito del modelo finés se trasladó hasta una escuela bilingüe finés-español. Aquí tenéis el enlace:

http://www.lasexta.com/videos/salvados/2013-febrero-3-2013020300007.html

EL FRACASO ESCOLAR (EN UN BLOG Y EN UN DOCUMENTAL)

Para tratar el tema del fracaso escolar en Cataluña y España recomiendo LEER una entrada de EL BLOG DE INMA y VER en clase el documental de RTVE “Un pulso al fracaso”.

El chiste que encabeza esta entrada está sacado de ese blog (http://igtorres50.blogspot.com.es/2009/05/fracaso-escolar.html) Si entrais veréis que Inma, la autora, define el fracaso escolar, las diferentes causas que lo producen y ofrece soluciones. El documental que se emitió en el programa DOCUMENTOS TV en enero de 2010 también puede ser interesante para analizar el problema. Como no se puede incrustar aquí, os pongo el enlace:

http://www.rtve.es/noticias/20100117/312380.shtml

El texto que aparece en la página web del programa dice:

“Se sientan al final de la clase, los profesores se la tienen jurada y los partes por mala conducta son el pan nuestro de cada día. Es el semblante de los cientos de jóvenes con fracaso escolar en nuestro país. Una de las cifras más altas de Europa, con un 31%, junto con Portugal.

Aunque en España se ha producido un progreso en los últimos treinta años, tanto en la educación infantil como en la enseñanza superior, el índice de abandonos en la primaria es inusualmente elevado. Nuestro sistema académico resulta ineficaz para unos adolescentes con unas características socioculturales y económicas difíciles.

¿Pero, qué es el fracaso escolar? ¿dónde termina el fracaso del joven en los estudios y empieza el de los adultos? Son varias de las cuestiones que se plantean en “Un pulso al fracaso”; un viaje por las historias personales de Juan, Odei y Ainara a quienes un día, el sistema de enseñanza los derivó a módulos formativos alternativos a la educación convencional. Se trata de las escuelas adscritas a la red de centros de segunda oportunidad europeos, donde prima el propio individuo más que los planes de estudios.

La Fundación Tomillo, consciente del vínculo que existe entre las cifras de fracaso escolar y los entornos más difíciles, trabaja con estos chicos, derivados de institutos como fracasados escolares y les ayuda a canalizar sus aptitudes, a través de talleres de prácticas. Aquíse les forma y convence de que pueden ser personas de provecho en el mercado laboral.

“Un pulso al fracaso” muestra, cómo los profesores de centros como este, tienen que partir de cero con estos chicos. Su labor, de aquí en adelante consistirá en trabajar las bajas autoestimas y construir seguridad en los jóvenes. Una complicada tarea, debido a que las tentaciones de la calle, el entorno y la situación familiar, siguen presentes.

El documental es un retrato de las actitudes de estos jóvenes ante la segunda oportunidad que se les brinda. La última que tienen para encauzar sus vidas en una sociedad laboral, que en principio ya no contaba con ellos.”

 

UNA SIMPLE PETICIÓN, por María Dueñas

En el MAGAZINE de La Vanguardia de hoy 4 de noviembre de 2012 escribe María Dueñas, la escritora de “El tiempo entre costuras” y  “Misión Olvido“, lo que sigue (el subrayado es mío):

Arenas movedizas en educación, y no me refiero a los recortes –que merecerían un artículo aparte–, sino a la nueva ley que tenemos a la vista. No pretendo entrar tampoco en argumentar a favor o en contra de lo que me gusta y disgusta de la propuesta, que de todo hay. Lo que hoy quiero es lanzar una súplica al ministro y a sus asesores; a los técnicos especialistas que desarrollen esa nueva ley, y a todos aquellos con capacidad para meter la cuchara en este enésimo potaje educativo. Mi petición es simple, casi de perogrullo, y se formula de manera muy escueta: por favor, enseñen a nuestros chicos a hablar y a escribir.

Veinte años lidiando en las aulas me respaldan para poder justificar con criterio lo que pido. He sido profesora universitaria y, en paralelo, he realizado enseñanza de adultos y formación de profesores. He trabajado en el sistema español y en el norteamericano, he participado en proyectos educativos europeos y en programas de investigación e innovación docente. Soy además hija de maestra, mujer de catedrático y madre de estudiantes en dos niveles educativos distintos. Y cuando suplico que se esfuercen en potenciar las habilidades de expresión oral y escrita entre los alumnos, créanme que sé de lo que estoy hablando.

La capacidad de expresión es fundamental para ordenar el pensamiento, representar e interpretar la realidad, transmitir conocimientos, expresar vivencias, opiniones y emociones, estimular la reflexión crítica y justificar acciones, planteamientos y decisiones. Se trata de habilidades fundamentales para el desarrollo intelectual, contribuyen a desarrollar satisfactoriamente un buen número de funciones sociales, abren puertas al éxito profesional y ayudan a mantener, en definitiva, bien amueblada la cabeza. Al igual que se hace en otros países que nos sacan tres pueblos en materia educativa, deberían ser desarrolladas de manera transversal por todos los estudiantes a lo largo de los cursos y las asignaturas, independientemente de sus intereses o sus trayectorias curriculares y sin ser consideradas erróneamente como patrimonio de los alumnos de letras o de los aspirantes a convertirse en comunicadores profesionales en alguna televisión.

Y, sin embargo, a pesar de las florituras retóricas con las que las distintas leyes nos obsequian cada equis años, la realidad es que, en la práctica real, algo tan esencial como esto apenas se tiene en cuenta. Padres, profesores, evaluadores externos… Todos somos conscientes de las graves carencias en materia de manejo lingüístico que muestran nuestros jóvenes, y no sólo en lo que respecta a faltas de ortografía o dificultades para realizar complejos análisis morfosintácticos: me refiero a la incapacidad de muchos de ellos para acometer tareas tan simples como ordenar armónicamente una secuencia de cuatro o cinco ideas o establecer relaciones lógicas de causa y efecto, de secuencia temporal, de contraste o de argumentación lógica. Para componer, en definitiva, un simple texto utilizando frases bien estructuradas y convenientemente engarzadas, mostrando una estructura coherente distribuida en párrafos cohesionados y haciendo uso de unas herramientas retóricas elementales.

Es fácil echar la culpa de este panorama tan desolador a la perversa influencia de las nuevas tecnologías, a la mediocridad intelectual del ocio audiovisual, a la influencia del mal uso del lenguaje por parte de políticos y medios de comunicación, al apresuramiento y las limitaciones que estipulan las redes sociales o a la malévola Logse.

Pero ¿qué tal si dejamos de buscar culpables y proponemos soluciones? Quizá este sea el momento. Aunque, si empezamos por erradicar las lenguas clásicas del currículo, mal futuro llevamos, señor ministro…”

Leer más: http://www.lavanguardia.com/magazine/20121101/54353654934/una-simple-peticion-maria-duenas-opinion-magazine.html