Arxiu d'etiquetes: educació

EL EFECTO PIGMALIÓN

ALBERTO SOLER en “Píldoras de Psicología” nos muestra algunos aspectos de la mente humana (y de la de los adolescentes) que nos hacen pensar.  En este breve capítulo, porque dura menos de cuatro minutos, nos habla de un experimento, el EFECTO PIGMALIÓN.

A los tutores y a mí nos gustaría que un “secretario/a” copiase las ideas más interesantes del debate que se produzca en clase y las vertiese en forma de comentario para que sepamos qué pensáis cada clase de la cuestión. ¿Llegareis a las mismas conclusiones?

UNA ALTRA ESCOLA, UN DOCUMENTAL DE 3O MINUTS

El pasado domingo el programa 30 MINUTS de TV3 trazó una ponaorámica de escuelas de primaria y secundaria tanto públicas como privadas que han empezado a hacer una manera diferente de hacer clases y de transmitir conocimientos poniendo el foco más en el alumno que en el profesor, quien más bien tendría el rol de acompañante.

Obviamente subyace una crítica a los métodos de la escuela tradicional basados en las clases magistrales y los exámenes que miden la capacidad memorística de los alumnos.

http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/programa/una-altra-escola/video/5620064/

  1. Dividid una página en cinco columnas y en cada una poned el nombre de las escuelas/institutos que aparecen en el documental y el del Institut Josep LLuís Sert y debajo las características de cada modelo.
  2. ¿Son iguales? ¿Cuál os ha gustado más y cuál menos?
  3. ¿Son diferentes los de la escuela pública que los de las escuelas concertadas? ¿A qué se debe?
  4. ¿Y cuál es el papel de los padres?
  5. ¿Hacemos en el instituto algo parecido? ¿Cuándo?
  6. ¿Creéis que todo blanco o negro, que estos sistemas educativos son tan buenos y el nuestro tan malo?

 

¿QUIÉN HA DE HACER LOS DEBERES?, por Elvira Lindo

No es la primera vez que en DEBATS SERT incluimos un artículo de Elvira Lindo. En esta ocasión la escritora reflexiona sobre el papel de los deberes, uno de los temas estrella de este año 2016 que está próximo a acabar. Pero, como veréis, es una excusa para hablar del sistema educativo y de aspectos que merecen nuestra atención. El texto va destinado a los padres, pero vosotros en la hora de tutoría podéis opinar y llegar a conclusiones. Atención a los enlaces y a los “puntos” para mejorar el sistema educativo (hemos sido nosotros quienes los hemos puesto así, para que se vea mejor; también son nuestros los subrayados). 

Lo mejor sería que dividierais una hoja en varias columnas y sobre cada una de ellas pusierais PADRES, NIÑOS, PROFESORES, CENTROS, GOBIERNO/POLÍTICA. Id poniendo en cada columna los “puntos” resumidos a medida que leais. 

Después debatidlos en clase y valorad finalmente si ha valido la pena la lectura.


Se me ocurre que hay una sociedad que tiene una serie de deberes pendientes y más aún con los resultados aún calientes de la evaluación Pisa

La leyenda, más que urbana, doméstica, existe: los deberes los hacen los padres. No los míos, desde luego. Ni tampoco los suyos, si compartimos generación. Cuando nosotros éramos niños, las madres, que eran las que solían estar en casa, no estaban muy pendientes de ese asunto. De vez en cuando, se oía la célebre frase “¿no tienes deberes?” en un tono rutinario. Éramos, para bien o para mal, más independientes; para bien o para mal, nuestra primordial misión en la vida como niños era no dar guerra. Y aprobar. Una vez que nos tocó ser padres y madres, en ocasiones, divorciados, vivíamos nuestro papel con culpabilidad, y sí, les hicimos algunos deberes a nuestros niños. Que tire la primera piedra el que no lo hiciera. En mi caso, como mis cualidades pedagógicas son nulas era como que terminaba antes si lo remataba yo. No siempre me pusieron buena nota, la verdad sea dicha.

mafalda-estudiar

Ahora me cuentan amigos más jóvenes que las criaturas andan agobiadas por el volumen de deberes a los que han de enfrentarse cada tarde. A eso se suma que con los disparatados horarios españoles, las madres o los padres ya no están en casa para aliviarles el trabajo. Dado que el asunto ha llegado al Congreso de los Diputados, de lo cual me alegro (es urgente que los políticos hablen de asuntos como la educación y dejen de embarullarnos con sus polémicas banales), se me ocurre que hay una sociedad que tiene una serie de deberes pendientes y más aún con los resultados aún calientes de la evaluación Pisa.

Apunto algunos:

  • Los padres tienen el deber de educar a sus hijos en la medida de lo posible, para que el profesor pierda menos tiempo en corregir unos modales que dificultan la enseñanza.
  • La sociedad en sí misma tiene el deber de entender que la buena educación diaria, en la calle o en el trabajo, es formativa, que la cortesía es tan contagiosa como la zafiedad.
  • Si antes aceptábamos que la educación de los niños correspondía a la sociedad en general y no solo a papá o a mamá, ahora debería comprenderse que el aumento de la grosería y la violencia verbal contribuyen a cómo se comportan los niños.
  • El Gobierno y la oposición tienen el deber de racionalizar los horarios para favorecer la convivencia familiar.
  • Los padres tienen el deber de no sobrecargar a sus hijos con un exceso de actividades extraescolares que a cualquiera de nosotros agotaría.
  • Los niños tienen el derecho inapelable a jugar.
  • Los adultos tienen el deber de favorecer el juego en la calle.
  • Los niños tienen el deber de aburrirse, y los padres, de no provocar en sus hijos una necesidad constante de novedades.
  • Los padres tienen el deber de no sobreestimular a los niños favoreciendo un carácter ansioso e impaciente.
  • Los profesores deben serlo por vocación, no es un oficio que tolere las medias tintas.

Resultado de imagen de profesores

  • El Gobierno no debe sobrecargar a la educación pública con las necesidades provenientes de la inmigración, es un asunto que concierne a toda la comunidad educativa, privada, concertada o pública.
  • El Gobierno debe entender que es urgente y necesaria una asignatura que aborde los derechos y deberes de la ciudadanía.
  • Los centros no deben tolerar las faltas de respeto a los profesores por parte de los alumnos.
  • Los padres no deben tolerar que sus hijos ofendan a sus profesores.
  • Los padres no deben hablar de manera displicente de los profesores delante de sus hijos.
  • Las tutorías, más en estos tiempos, deben considerarse parte fundamental de la actividad escolar.
  • Las asignaturas creativas, como la música o las artes plásticas, no deben relegarse al horario extraescolar como si no sirvieran para nada.
  • Los niños tienen el derecho a ir bien desayunados al colegio.
  • Los padres, los profesores y los médicos deben entender que hay niños que sufren ansiedad y la ansiedad no precisa medicación sino un ritmo social distinto.
  • El estado debe asumir que la escuela tiene que seguir siendo el mayor mecanismo de igualdad social.
  • El sistema educativo debe insistir en que los niños aprendan a expresarse con claridad y a comprender un texto, de ahí depende en gran parte su futuro.
  • La educación debiera ser uno de los temas prioritarios del discurso político.
  • Los profesores deberían de tener más tiempo para desarrollar sus clases y no vivir esclavos de la burocracia.

Cargar sobre el profesorado el que los niños sean excelentes es injusto

Todos deberíamos entender que un niño no se educa solamente en el colegio y que los resultados académicos son un reflejo de lo que está ocurriendo en un país: el nivel de educación en la calle, en los medios, la ansiedad que provoca la falta de expectativas, la agresividad, los malos modos, las palabras gruesas. Eso importa. Cargar sobre las espaldas del profesorado el deber de que los niños sean excelentes es injusto. Los cachorros se educan en la manada, así que usted y yo, como parte de ella, también tenemos un montón de deberes que hacer.

 

“DE HIJOS A PADRES”: ¿HABLA EL ÚLTIMO PROGRAMA DE SALVADOS DE VOSOTROS?

De hijos a padres

Como he dicho en la entrada anterior, ayer Jordi Évole se trasladó a un instituto de la provincia de Barcelona, un instituto como el nuestro pues, en el que alumnos, profesores y madres hablaron de los problemas de la educación.


Se dice en la web del programa:

¿Cómo se ve el mundo desde los ojos de nuestros hijos? Salvados propone una reflexión sobre el nivel de exigencia que imponemos a nuestros hijos e hijas tanto desde la educación como de su propio entorno familiar. Salvados visita un instituto de Santa Coloma de Gramenet en Barcelona para asistir a una sesión de tutoría de un grupo de 4º de ESO.

Chicos y chicas de 15 años debaten entre ellos sobre la educación que reciben, la presión que ejercen sobre ellos sus padres y profesores, su relación con los adultos o sus expectativas de futuro. Preguntados por su tutor, los jóvenes opinan sobre la carga de deberes que soportan, los horarios que deben seguir para cumplir con las actividades extraescolares, cómo se imaginan a sí mismos a los 40 años o cómo han vivido la crisis económica: “Si veo que está todo el mundo parado y no hay trabajo, ¿cuál es mi motivación?” se pregunta Nerea, una alumna.

En el mismo instituto, Jordi Évole se sienta con Gabriel y Sergi, dos profesores del centro y con Àngels, Carmen y Rocío, madres de alumnos de 4º de ESO. En la charla se abordan temas como la sobreprotección de los hijos, si los padres de hoy tienen demasiada información, si intentamos que nuestros hijos consigan lo que nosotros no hemos podido lograr o si se ha perdido el respeto por los maestros. Para Rocío “hemos llegado a un nivel de presión que está siendo perjudicial para padres e hijos”.

El psicólogo y educador Jaume Funes lleva más de 40 años dedicado al estudio de los adolescentes. En el programa aporta distintas reflexiones y una definición: “Un adolescente es un explorador reprimido: quiere descubrir el mundo pero tiene detrás a adultos acojonados”.

Título: De hijos a padres


Pero pasemos a verlo tomando nota, eso sí, de algunos de los aspectos que preocupan a unos y otros. Dividid un folio en cuatro partes y poned encima…

ALUMNOS PROFESORES PADRES PSICÓLOGO
 

 

 

 

 

http://www.atresplayer.com/television/programas/salvados/temporada-12/capitulo-6-hijos-padres_2016111800679.html


No se trata de que contestéis las preguntas en orden sino que estas cuestiones os sirvan para ordenar vuestros pensamientos y opinar:

  1. ¿Por qué pensáis que Évole, entre tantos temas de actualidad, ha elegido el de la educación? 
  2. ¿Cómo ha estructurado el programa?
  3. ¿El centro es como el Sert? ¿Por qué creéis que ha sido elegido?
  4. ¿Qué dicen los alumnos de vuestra edad? ¿Os sentís identificados o no? ¿Por qué?
  5. Por cierto, ¿se parecen a los de la serie Merlí? ¿Por qué?
  6. En algún momento el profesor de filosofía pregunta a los alumnos cómo se ven a los cuarenta años. ¿Y vosotros?
  7. Y los dos profesores, ¿defendían lo mismo? ¿Son parecidos a los que tenéis?
  8. Y las madres, ¿qué opinaban? ¿Se parecían a las vuestras? ¿En qué sí y en qué no? Por cierto, ¿porque no han salido padres?
  9. ¿Coinciden en mucho o en poco?
  10. ¿Qué temas creéis que no trataron?
  11. ¿Hay alguna otra cuestión del programa que merezca ser criticada?
  12. Mirad también los comentarios que aparecen debajo de la pantalla del vídeo. ¿Estáis de acuerdo con alguno?
  13. Finalmente, dadle una nota a Jordi Évole y sus colaboradores en el programa y justificadla.

El Consell Escolar propone alargar la educación obligatoria hasta los 18 años por MARÍA JESÚS IBÁÑEZ

Este artículo de María Jesús Ibáñez publicado ayer en El Periódico os interesará y sería bueno conocer vuestra opinión ya que los protagonistas principales sois vosotros y nosotros, los profesores, los secundarios, pero los que tendríamos que llevar a término las decisiones políticas (si al final se toman).


Por debatir que no quede. El Consell Escolar de Catalunya, por indicación de la ‘consellera’ de Ensenyament, Meritxell Ruiz, inicia desde este viernes y hasta el próximo mes de mayo undebate público abierto a la comunidad educativa para decidir cómo debería ser el modelo educativo catalán. De este gran intercambio de ideas, propuestas y opiniones surgirá la escuela de una hipotética Catalunya independiente.

El Consell Escolar propone alargar la educación obligatoria hasta los 18 añosEntre las propuestas de partida, que están recogidas en cinco ponencias marco, destaca la que abre la posibilidad de que la educación obligatoria se alargue hasta los 18 años, frente a los 16 actuales. También se habla (mucho) de innovación educativa, de la formación que deben tener los maestros y de la redistribución de los horarios escolares. Pero no se dice ni una palabra sobre asuntos espinosos como los conciertos educativos (incluidos los que la Generalitat mantiene con los colegios que separan a sus alumnos por razón de sexo), más allá de que hay que dotarlos de recursos para que garanticen la equidad educativa entre sus alumnos.

LA CONTRA DE LA VANGUARDIA: “Móviles y ordenadores en las aulas dificultan el aprendizaje” por Lluís Amiguet

(Este artículo “dialoga” con el anterior porque también trata de la “dictadura” de internet, los ordenadores y los móviles y, aunque mantiene posiciones muy intransigentes sobre su uso en educación, puede servir como elemento de debate en clase).


Parados digitales

Ignoro si la tecnología digital ha mejorado la vida social, sentimental o intelectual de nuestros jóvenes, pero está claro que la laboral no. Porque, los veinteañeros de hoy, con todas sus habilidades digitales, tienen menos empleos y peor pagados que a su edad sus padres educados sin ordenadores. Así que la era digital no ha traído más prosperidad, sino vida low cost para todos excepto para los fundadores de las corporaciones tecnológicas que los han hecho billonarios. El doctor Manfred Spitzer añade que, aunque en Alemania hay más empleo juvenil que aquí, también está peor retribuido que cuando todos éramos analógicos y no teníamos 300 amigos en Facebook, sino sólo tres o cuatro para charlar.

“Móviles y ordenadores en las aulas dificultan el aprendizaje”

Usted habla de “demencia digital”: ¿Lleva móvil, doctor?

Claro, porque soy mayor y sé usarlo lo justo, pero los niños no. Por eso no he dejado a mis hijos que lo tuvieran hasta los 18 años y hoy que tienen 20 me lo agradecen.

Si sus hijos lo hubieran podido usar, ¿no serían hoy mejores profesionales?

Hay evidencias científicas de que no. ¿Sabe por qué Bill Gates o Steve Jobs triunfaron?

¿…?

Porque tuvieron una excelente educación analógica que les preparó para ser innovadores.

¿Con ordenadores en sus aulas, smartphones y iPads no hubieran sido aún mejores?

Al contrario, el uso de esos aparatos retrasa la madurez de niños y adolescentes, y les impide concentrarse y aprender. Lo mejor para enseñar es leer, escribir, tomar notas, trabajar con el profesor: ¡eso es tecnología punta pedagógica!

¿Por qué está tan seguro?

Soy psiquiatra y neurocientífico y no doy opiniones, sino que he recogido pruebas durante años sobre los efectos de la introducción de la tecnología digital en las aulas que demuestran que perjudica al aprendizaje.

¿No permiten dedicar el cerebro a otras tareas al liberarlo de la memoria rutinaria?

El cerebro humano no es un disco duro que tiene una capacidad de almacenar X gigas de datos. No funciona así. Al contrario, si usted habla cinco lenguas, le será mucho más fácil aprender otra que a alguien que sólo sepa una.

Cuanto más sabes, más fácil es aprender.

Porque el cerebro no almacena datos, sino que los procesa. Es un conjunto de redes neuronales que, al conectarse, utilizan la información que está en ellas. Por eso, cuanto más cosas sepa usted, más puntos de conexión tiene la red de su cerebro y más fácil es establecer nuevos.

Y, al contrario: cuanto más vacío está un cerebro, más cuesta llenarlo.

Porque el cerebro funciona al revés que la memoria de un ordenador. Si usted sabe matemáticas, le será más fácil aprender física.

¿Usar Google en el cole dificulta a los niños establecer esa base de aprendizaje?

Si usted graba la clase del profesor directamente en un archivo de ordenador, su mente, se lo aseguro, no aprende nada, porque no establece conexiones. Si los chicos usan Google y lo que encuentran no establece relación con lo que ya sabían, tampoco aprenden nada. Necesitan que alguien vaya estructurando lo que aprenden.

Pues invertimos fortunas en ordenado- res escolares, iPads y tecnología digital.

No sólo es tirar el dinero, sino que además es contraproducente. Los niños y adolescentes necesitan un buen educador sobre todo; toda esa tecnología sólo les distrae y les retrasa. Es triste ver niños smombies (zombies con smartphone) aislados de todo mirando su pantallita.

Pero veo que usted lleva un ordenador.

Porque soy un adulto y ya tengo una base que me dio una escuela en la que no tenía ordenadores, pero sí cuadernos, bolígrafos, pizarras y, sobre todo, un buen profesor que fue dándome estructuras sobre las que he ido construyendo lo que sé. Ahora sí que un ordenador y un smartphone me ayudan en tareas rutinarias siempre que no abuse de ellos.

¿Veía usted la tele en casa de niño?

No, y con mis hijos tampoco. Y me lo agradecen: mientras crecían leíamos juntos y comentábamos libros; hablábamos de mil cosas; compartíamos experiencias, y nos hemos ahorrado muchas horas de telebasura. La tele causa obesidad, depresión, insomnio…

Hasta ahora sólo decían que estupidez.

También. Mis hijos han crecido más sanos y listos sin televisión y yo, también.

Algún informativo también instruye.

En conjunto, la tele nos quita mucho más de lo que nos da. Le aseguro que en mi familia no la hemos echado de menos.

¿Y la PlayStation?

También hace perder el tiempo a los niños y les aísla de los demás. Lo triste es que en los colegios, las grandes multinacionales tecnológicas han conseguido que esa juguetería digital absurda se confunda con habilidades. Las corporaciones han ganado billones y nuestros jóvenes han perdido neuronas y oportunidades.

Por ahora, esas habilidades digitales no dan a los jóvenes más empleo y sueldo.

Porque en realidad son muy secundarias y sólo sirven por sí solas para trabajos de tercera y mal pagados. Forman consumidores, pero, a la hora de la verdad, las habilidades que sí se requieren en un buen empleo se adquieren interactuando con los demás; aprendiendo juntos: leyendo, escribiendo y trabajando en equipo.

¿A qué edad la tecnología digital cree usted que deja de frenar el aprendizaje?

Mire, un smartphone no es diferente de un automóvil: ¿y verdad que no pone al volante a su hijo de doce años? Pues con un móvil y el acceso a internet, sus hijos también pueden aprender a matar y exponerse a criminales de los cinco continentes. Pero, sobre todo, pueden perder mucho precioso tiempo de formación.

Hoy mis alumnos en la universidad estaban tuiteando. ¿Les dejo o les digo algo?

Yo a los míos los echo de mis clases si sacan el móvil. Si quieren tuitear, que se queden fuera.

¿Y si son estudiantes multitarea?

Hay experimentos sólidos que demuestran que ni siquiera las mujeres son multitarea. Nadie lo es. Con un buen profesor en clase y ganas de aprender, lo demás sobra.

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161022/411206688578/moviles-y-ordenadores-en-las-aulas-dificultan-el-aprendizaje.html

LOS PADRES Y LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS, ¿A VECES UN PROBLEMA?

Acostumbrados a que se hable de los malos resultados de los informes Pisa, de los índices de fracaso escolar, del calendario escolar con las largas vacaciones de verano y de los puentes, de la gratuidad de los libros de texto, de las largas y extenuantes jornadas a las que se les ha de sumar la sobrecarga de deberes y las actividades extraescolares, el peso de las mochilas…
…nos ha llamado la atención este artículo de LA VANGUARDIA sobre la responsabilidad (o irresponsabilidad) de los padres en la educación de sus hijos
 
¿Tiene o no tiene razón la periodista, los profesores  y los psicopedagogos consultados? ¿Es todo blanco o negro? Quizá valga la pena leer el artículo de Mayte Rius:

Las 10 conductas de los padres que entorpecen la educación de los niños

  • Profesores y psicólogos identifican las actitudes más nocivas de los progenitores a la hora de implicarse en la educación de sus hijos
Las 10 conductas de los padres que entorpecen la educación de los niños
Un padre ayuda a su hijo con los deberes (istockphoto)
 , Barcelona

La mayoría de los padres y madres concede mucha relevancia a los estudios de sus hijos y trata de implicarse en ellos. Pero maestros y psicólogos aseguran que no siempre tienen claro cuál es su papel en el aprendizaje escolar y a veces adoptan actitudes que acaban dañando la educación de los hijos.

ESTUDIAR CON ELLOS

 Ser padre y maestro a la vez crea conflictos y dependencia

“Llegan los primeros deberes escolares y ahí están papá y mamá al lado; y los deberes son de la criatura, no de la familia; el deber de la familia es velar por que el niño tenga espacio y tiempo para hacer sus tareas y, si son muy pequeños, facilitar la organización del tiempo”, explica María Jesús Comellas, profesora de la UAB en la facultad de Ciencias de la Educación y psicóloga especializada en las relaciones familia-escuela.

Benjamí Montenegro, del Equip Psicològic del Desenvolupament de l’Individu, dice que el papel de los padres es el de auditores: “Han de controlar que el trabajo esté hecho, pero no entrar en el contenido porque se trata de que las tareas las hagan los niños y así trabajar su autonomía”. Eso no significa que si el niño plantea alguna duda no se le den pistas o herramientas para resolverla. Dicen los expertos que hacer de maestros y padres a la vez no trae más que problemas: crea conflictos familiares diarios y dependencia, porque los niños se acostumbran a que haya alguien encima de ellos para trabajar. Y si el crío tiene dificultades de aprendizaje o necesita refuerzo, el consejo es buscar un profesor particular.

RESOLVÉRSELO TODO

Solventar sus descuidos dificulta su maduración

“Los niños han de aprender a organizarse y a solventar sus problemas, a cualquier edad, y no hay que mandar a nadie corriendo a comprar tinta de impresora a última hora de la tarde porque al día siguiente ha de entregar un trabajo ni llevarle a la escuela el libro o el bocadillo olvidados; si los padres les resuelven todo ‘con tal de que estudien’, no maduran, no asumen sus responsabilidades ni aprenden a ser autónomos”, coinciden Comellas y Montenegro.

FOCALIZAR TODO EN EL ESTUDIO

Hacer de la formación el eje de la vida familiar daña la relación

Los educadores aseguran que una frase muy reiterada de los estudiantes es “a mis padres sólo les interesa si estudio, lo demás no les importa nada”. “Cuando focalizas todo en los estudios, cuando lo primero que le preguntas a tu hijo en la puerta de la escuela es qué deberes tienes o qué nota te han puesto en vez de cómo te ha ido el día, o con quién te has relacionado, transmites que te interesa el aprendizaje, no la persona”, dice Comellas. Y agrega que lo mismo ocurre cuando al hijo universitario se le libera de tareas domésticas porque “su trabajo es estudiar”. “Esa persona tiene que vivir, ha de saber organizarse, tener habilidades domésticas y saber relacionarse, y de eso a veces no nos ocupamos, ni nos interesamos por su vida emocional y relacional”, enfatiza la psicóloga.

QUERER GENIOS

Sobreestimular a menudo provoca el efecto contrario

Los maestros explican que una práctica muy habitual en las familias es la de sobreestimular a los niños. “Todos quieren un hijo genio y les llenan la cuna de artilugios, abusan de juegos didácticos, se afanan porque aprendan muchas cosas y cuanto antes mejor, y esa sobreestimulación no sólo no influye en una evolución cognitiva más rápida, sino que a menudo tiene efectos contraproducentes en forma de problemas de atención o de falta de concentración”, explica Joan Domènech, maestro del colegio Fructuós Gelabert de Barcelona.

Esa impaciencia respecto al aprendizaje provoca, según los psicólogos, que los padres se desesperen ante las primeras dificultades en los estudios o vivan como un fracaso los primeros malos resultados, sin tener en cuenta que la educación es un proceso a largo plazo y que lo que los niños necesitan para aprender es paciencia y ánimo. “Los padres no deberían considerar los malos resultados como un fracaso porque ello reduce la autoestima de los hijos e incapacita cada vez más a unos y otros”, advierten.

PREMIAR LAS NOTAS

El estímulo material desvirtúa y puede aumentar la frustración

Las notas ni se han de premiar ni castigar; se han de elogiar y aplaudir, o analizar si es necesario dedicar más tiempo a estudiar, según los expertos. “El mejor estímulo es descubrir cosas nuevas y desarrollar tus intereses, si hace falta un estímulo material, es que algo no funciona”, apunta Domènech.

Montenegro advierte que los premios pueden causar una doble frustración, porque con frecuencia se ofrecen por notas poco realistas y si el chaval no triunfa a pesar de la recompensa prometida su sensación de fracaso y su malestar es doble: además de no alcanzar su meta escolar, se queda sin regalo.

DISFRAZAR LA VAGANCIA

Buscar trastornos detrás de los fracasos retrasa la madurez

Otra conducta recurrente que observan los educadores es la tendencia de los padres a buscar trastornos neurológicos detrás de los fracasos escolares de sus hijos. “Hay muchos niños que son incapaces de esforzarse en hacer los deberes o en estudiar porque son vagos, y eso es inmadurez, no un trastorno mental, y a veces se intenta disfrazar esa vagancia como intolerancia a la frustración o intolerancia al estrés, cuando lo que tienen es falta de autonomía”, comenta Montenegro. Comellas subraya que esta actitud tiene que ver con la actitud hiperprotectora de muchos padres que buscan la etiqueta del trastorno para el bajo rendimiento de sus hijos “porque en el momento en que se disfraza algo como trastorno se desculpabiliza a todo el mundo”.

EJERCER DE DETECTIVES

El control absoluto de sus tareas suscita desconfianza

Hay padres que rastrean los deberes, trabajos, las fecha de exámenes o los comentarios de sus hijos en clase a través de la agenda escolar, la web del centro, las redes sociales o implicando en sus indagaciones a los padres de otros niños de la clase, con quienes están en permanente contacto por WhatsApp. “Esa conducta provoca un boquete de desconfianza y no resuelve nada”, advierte Montenegro. En vez de ejercer este control absoluto aconseja realizar un acompañamiento lejano, revisar conjuntamente con el chaval la agenda de tareas pero dejándole que sea autónomo para realizarlas. Y para los padres que optan por preguntar la lección para saber si el niño ha preparado un examen, los expertos recomiendan ponerle tres o cuatro preguntas por escrito, porque normalmente no hay exámenes orales y de nada sirve que el niño se sepa la lección hablando si luego se expresa mal por escrito o comete muchas faltas de ortografía.

USAR EL ESTUDIO COMO PEAJE

Las tareas escolares acaban entendiéndose como un castigo

“Castigado a hacer los deberes” o “hasta que no acabes de leer no hay dibujos” son frases que utilizan algunos padres para incitar a sus hijos a hacer las tareas escolares. Pero los expertos aseguran que el tiempo de estudio debería ser siempre un tiempo de tranquilidad y sosiego, no de regañinas. El objetivo, explican, debe ser ayudar a los niños a descubrir el placer de la lectura o del aprendizaje, y eso no se consigue si se plantean las tareas escolares como un castigo o como un peaje necesario para poder disfrutar de actividades placenteras como salir con los amigos, ver la televisión o jugar con la consola.

Y a medida que crecen, han de entender la relación entre esfuerzo, dedicación y resultados, “y asumir que si han de estudiar más porque han tenido malas notas se trata de una inversión, no de un castigo”, indica Comellas.

PROYECTARSE EN LOS HIJOS

Las expectativas no siempre se adecúan a las capacidades

Los psicólogos consideran que en muchas familias pesan más las expectativas que tienen los padres sobre los estudios de los hijos que las preferencias o capacidades de estos, y muchos chavales son orientados a estudiar lo que quieren o les gusta a sus progenitores. “En este país confundimos inteligencia con título, continuamos desprestigiando la formación profesional y no valoramos la creatividad como un medio para vivir”, reflexiona Comelles.

NO RESPETAR LA LÍNEA ESCOLAR

El modelo de los padres no garantiza el éxito hoy

Muchos padres piensan que el modelo y los métodos educativos que les sirvieron a ellos les servirán a sus hijos, pero la escuela ha cambiado mucho y los niños también. “Lo que a ti te gustaba del colegio, lo que aprendías entonces o cómo lo aprendías no tiene por qué ser un modelo de éxito para tus hijos”, advierte Domènech. Y por eso considera un error que los padres traten de enseñar a los hijos a leer o a calcular por su cuenta o les pongan actividades de refuerzo en casa, sin considerar que quizá están interfiriendo en el ritmo o el método pedagógico que sigue la escuela. “Uno ha de plantearse a qué escuela lleva a su hijo, asegurarse de que comparte las mismas ideas, y luego acompañar al niño en el aprendizaje pero con respeto al proceso que siguen en la escuela, y no dar al niño mensajes diferentes”, reflexiona. Los educadores son especialmente críticos con los padres que muestran constantemente su desacuerdo con los profesores en presencia de los niños, porque estos aprovechan esa situación para manipular a unos y a otros.

“Hoy tengo ganas de deciros algo”, por Alejandro Sarbach

p1190895

Hace dos días supimos que Alejandro Sarbach, que fue profesor de Filosofía de nuestro centro hasta el curso 2010-2011, murió de cáncer. Que se trasladara el curso siguiente a un centro de Barcelona hasta su jubilación, ha hecho que muchos de vosotros no le conocierais de haberlo visto por los pasillos ni le hubierais tenido en clase. Solo deciros que no conocemos a ningún alumno que saliera defraudado de sus clases. Él no está, pero sus conocimientos permanecerán con nosotros gracias a sus libros (el último fue publicado hace muy poco) y en su blog “CARBONILLA”.

En su página web de Tumbr se definía así:

“Entusiasta con mi trabajo, algo escéptico con sus resultados, dedico la mayor parte de mi tiempo a la búsqueda de nuevas experiencias de aprendizaje en secundaria.

Amo la filosofía, aunque con frecuencia es tan sólo un medio para compartir buenos momentos en el aula, investigando y pasándolo bien con mis alumnos.”

 

Alumnos y profesores hemos despedido a Alejandro con música clásica y un tango, y leyendo estas palabras suyas que hoy cobran un sentido aún más profundo:

“Sert, promoción 2010

Hoy tengo ganas de deciros algo: aunque no seáis los mejores en muchas cosas, para alguien, siempre seréis en algo los mejores. Para mí, alumnos del B21 y del B22, con toda la sinceridad del mundo, digo hoy que sois los mejores.

Un consejo: si en el futuro encontráis a alguien que os despierta este sentimiento no dejéis de decírselo. Algo que hemos comentado en clase: construimos nuestra identidad con las ideas que los demás nos devuelven de nosotros mismos. No podemos evitar ser, en parte, aquello que los demás piensan que somos. Si le decimos a alguien que en algo es bueno, le estamos dando la oportunidad de realmente serlo. Si le decimos a alguien que es capaz de hacer algo, le estamos dando en cierta forma la capacidad de hacerlo. Porque ser capaz no consiste en saber hacer, sino en tener la voluntad y la fuerza para hacerlo. Voluntad de poder, quizás. Y sabéis que los héroes no estudian, ni hacen exámenes para serlo, les basta con su voluntad y su deseo.

Por todo esto pienso que la misión de los profes, debería ser, más que enseñar cosas, intentar infundir voluntad y deseo de ser. Misión nada fácil, por cierto; y me atrevo a decir realizada sin mucho éxito la mayoría de las veces. No es tan importante conseguir alumnos excelentes, como alumnos entusiasmados con lo que hacen, o con lo que desean hacer. La preocupación de la escuela tendría que ser principalmente esta. El único fracaso escolar auténtico no es tanto la cantidad de suspensos, como la cantidad de alumnos que se aburren en clase.

Esto lo he aprendido de vosotros. Cuando en medio del ruido y el desorden, durante un debate o una explicación, he visto alguna vez brillo de entusiasmo en algunos ojos, en esos momentos, todo el trabajo realizado durante estos años cobró sentido.

Procurad ser honestos, solidarios y valientes. Decid a los demás que también lo son, para que realmente puedan serlo más. Necesitamos poder vivir en un mundo mejor, y sois vosotros quienes tenéis la capacidad de construirlo. Se trata tan sólo de optar por ello.”

Alejandro SARBACH, profesor de Filosofía.

¿ESTUDIAR OBLIGATORIAMENTE HASTA LOS 18 AÑOS?

 

Ayer el PSOE hizo una serie de propuestas para ganar las elecciones de este próximo 20 de diciembre. Una de ellas no puede dejar indiferente a la comunidad educativa. Se trata de que los estudiantes permanezcan en los institutos hasta los 18 años, es decir, hasta que alcancen la mayoría de edad, y no como hasta ahora en que están hasta los 16. Para opinar, hay que leer tanto la propuesta como la opinión de personas versadas en el tema.

En EL PERIÓDICO DE CATALUNYA se dice textualmente:

“Las principales novedades tienen que ver con el ámbito educativo, en el que los socialistas proponen ampliar el índice de escolarización hasta los 18 años, y no hasta los 16 (más información en la página 4). Pero en el resto de asuntos, el borrador, que pasará por un trámite de enmiendas de militantes y simpatizantes hasta su aprobación final a mediados de noviembre, reproduce las iniciativas que coordinó el ahora eurodiputado Ramón Jáuregui.”

Esta idea se trata más en profundidad en un artículo y en la editorial del diario:

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/escuela-obligatoria-hasta-los-inviable-sin-una-eficaz-4601336

http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/ensenanza-obligatoria-hasta-los-anos-4601021

PILAR MONTERO ESCRIBE UN LIBRO SOBRE NOSOTROS

Por lo que dice la introducción y el cuadrado que sintetizan la biografía y la opinión de la periodista sobre el  personaje, Pilan Montero es profesora de Castellano en un instituto multicultural como el nuestro y como la mayoría de los que forman parte de la educación pública. Fue directora de ese centro durante nueve años y ahora ha publicado un libro titulado “¡Está ardiendo una papelera!” que informa sobre la situación de la educación y los retos que tenemos los alumnos, los padres y los docentes.

http://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia-1a-edicion/20151006/282952449019302/TextView

Que alguien te diga cómo estamos, te produce una extraña sensación de angustia pero también de orgullo por el trabajo que realizamos.