Muere una niña de doce años y todo el país se ha enterado. Ha muerto a causa de un coma etílico. La noticia ha abierto los telediarios y ha aparecido en los periódicos y ha provocado una gran alarma social. Una niña de doce años. Después se ha comentado en las tertulias televisivas, en la peluquerías, en los bares, no sé si tanto en los colegios, entre los amigos y compañeros.
“¿Se ha hecho?”, me pregunto de repente. “¿Se ha hecho con seriedad, sin caer en los tópicos y en las frases hechas?” Una niña de doce años, más pequeña que todos vosotros, que sois adolescentes en tránsito hacia la vida adulta, una niña de la que ya se sabe muchas cosas, como que no era la primera vez que lo hacía y que era de orígen polaco.
Pero vayamos más allá de la triste noticia. “¿Los jóvenes se han preguntado por las causas, han pensado si es la primera o si hay muchos que han fallecido por la ingesta de alcohol o a consecuencia de saltar de los balcones a las piscinas estando borrachos?”, me pregunto también. (Muchos se han quedado tetrapléjicos y no pueden moverse de una cama para el resto de sus vidas.)
“¿Habrán hablado de este tema en casa con los padres y hermanos?”
El padre de la niña fallecida de un coma etílico: “No era la primera vez que bebía”
¿De qué esta enferma nuestra sociedad? ¿Qué hacemos mal?
Hace pocos años los estudiantes proponían en los viajes de fin de curso visitar Londres, París o Roma, conocer aquellos lugares de los que sus mayores les habían hablado y habían visto en las películas. Hoy esos mismos estudiantes quieren emular a los ingleses que van a Magaluf, Lloret o Salou y organizan por su cuenta viajes a Mallorca en los que los promotores prometen una fiesta continua, un turismo de borrachera que genera una gran cantidad de ingresos en esos centros de destino. Pero lo que más me ha sorprendido, y no es el primer año, es que los alumnos que organizan los viajes desde colegios e institutos y lo defienden son “buenos” estudiantes y “buenos” hijos. Es una cosa que no me cabe en la cabeza, lo confieso.
Pero no hace falta ir tan lejos, ¿verdad? Cada fin de semana se organizan botellones en nuestras calles y raves que se extienden hasta la madrugada y hasta mucho después, hasta el mediodía, horas y horas consumiendo alcohol y pastillas en polígonos y lugares del extrarradio y que a veces acaban con peleas, heridos y hasta muertos, también por accidentes de tráfico, no lo olvidemos.
Los servicios de urgencia a menudo se colapsan los fines de semana atendiendo a jóvenes que sufren comas etílicos, lo que repercute en la atención a los otros pacientes graves.
“COGES UN PEDO…” “Empecé, me imagino, que como todos los chavales de catorce años, un día, pues vamos a probar esto… y tal… Coges un pedo, luego vomitas, lo pasas fatal y luego llegas a tu casa y… pruebas a ver si te pillan ¿no? Luego coges otro, y otro… hasta que un día terminas hecho polvo en una camilla. Y… después con 16 años… probé mi primera raya de cocaína”. Es el testimonio de Unai, un chaval atendido en la Unad.
Este testimonio es muy ilustrativo de lo que muchas veces acompaña al beber sin control. Ir más allá porque ya no es suficiente.
Porque era una niña de doce años, como padre y como docente estoy preocupado. Y me gustaría conocer vuestra opinión.
(Clicad sobre las palabras subrayadas y sobre los párrafos más grandes para ampliar las informaciones. Después hablaremos del tema durante la clase de tutoría y podréis poner aquí vuestros comentarios.)
Algunas preguntas desordenadas que se me ocurren para que expreséis libremente vuestra opinión:
- ¿Qué os ha sorprendido más de este artículo?
- ¿Cuáles creéis que son las causas de las borracheras de los adolescentes?
- ¿Es fruto de la insatisfacción, de la presión de grupo, del interés por probar cosas nuevas?
- ¿Es por una cuestión cultural o porque aquí se bebe más fácilmente y en otros lugares no?
- ¿Es mucho más grave y más amplio el problema porque solo vemos la punta del iceberg cuando se produce un hecho luctuoso?
- ¿Compensa beber (o tomar drogas)?
- ¿Habéis hablado de esta noticia en casa con vuestro padres y hermanos? ¿Cuál ha de ser el papel de los padres? ¿Hacemos caso a lo que nos dicen?
- ¿Y el papel de la escuela?
- ¿Y qué hay de nuestra responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia los demás?