Y relacionado (indirectamente) con el tema del móvil:
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COMPARTIENDO ODIO EN LAS REDES CON JORDI ÉVOLE
No es la primera vez que recomendamos un programa de SALVADOS y posiblemente tampoco será la última. En esta ocasión Jordi Évole habla con personas que han redactado mensajes con odio y personas que los han sufrido, también con especialistas en las redes sociales y con una filósofa, Marina Garcés. Un programa para reflexionar sobre las cosas que decimos en la redes sociales y sus consecuencias.
Para ver el programa, clica aquí:
- ¿Qué opinan cada uno de los entrevistados?
- ¿Con cuál te identificas más?
- ¿Vale todo en las redes? ¿Hay que poner límites? Y si es así, ¿quién los ha de poner?
- ¿Crees que los adolescentes también lo hacen? ¿Hasta qué punto es bullying?
- ¿Por qué crees que Jordi Évole ha hecho el programa?
Marina Garcés también intervino en un programa sobre libros:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/pagina-dos/pagina-dos-marina-garces/4435144/
UN ARTÍCULO SOBRE EL CIBERACOSO O CYBERBULLING
“El ciberacoso (derivado del término en inglés cyberbullying) también denominado acoso virtual o acoso cibernético, es el uso de medios de comunicación digitales para acosar a una persona o grupo de personas, mediante ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa entre otros medios. Puede constituir un delito penal. El ciberacoso implica un daño recurrente y repetitivo infligido a través de los medios electrónicos.” DE WIKIPEDIA.
Hace algo más de un mes LA VANGUARDIA publicó un artículo sobre el ciberacoso que puede ser interesante para padres, alumnos y docentes porque se puede hablar de ello en las clases de tutoría.
DIEZ CONSEJOS
Esto es lo que debes saber y hacer si tu hijo está sufriendo cyberbullying
El 74,7% de las veces son las madres las que dan la voz de alarma, frente al 25,3% de ocasiones en las que los que piden ayuda o ponen sobre aviso son los menores acosados
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Facebook, Messenger, Instagram, Whatsapp… ¿Cuántas veces escuchamos estas palabras al cabo del día? ¿Y cuántas se las oímos a nuestros hijos? Si bien los beneficios que aportan en términos de comunicación, educación, entretenimiento, etc., son muchos e indudables, también es cierto que un mal uso de ellas puede conllevar riesgos que hay que conocer. Más aún si consideramos que el anonimato que estas permiten y la no percepción de las consecuencias de los actos que se llevan a cabo a través de ellas hacen de fenómenos como el cyberbullying –acoso entre medios telemáticos- un problema a la orden del día.
Esto es especialmente preocupante en el caso de los más jóvenes, cuyo grado de madurez es menor. Como dato sobre la importancia de este tema, cabe recordar que, según un informe de la Universidad del País Vasco (datos de 2015) el 12% de niños y niñas de 9 a 16 años ha sido víctima alguna vez del cyberbullying.
Conscientes de que la mejor forma de evitar los malos usos es la sensibilización sobre sus consecuencias, iniciativas como la emprendida por Orange “Por un uso Love de la tecnología”, tienen como objetivo concienciar a las familias de los riesgos de las redes sociales y las aplicaciones de los dispositivos móviles.
(Getty Images) Las redes sociales no son malas, sino todo lo contrario. Es lo que afirma desde la asociación NACE -No al acoso escolar-. Su presidente, Javier Pérez, explica que, si estas se usan correctamente, pueden ser un importante instrumento educativo y de crecimiento personal. Estos son los diez consejos -o las diez “C’s”- que nos da para combatir el cyberbullying.
Comunicación
La Comunicación entre padres e hijos es básica para que el menor tenga la confianza suficiente y pida ayuda cuando se enfrente a cualquier situación que le haga sentir incómodo. Por ejemplo, que cuando reciba un mensaje amenazador por Whatsapp o una foto con algún contenido inapropiado, se lo cuente a sus padres o, en su defecto, a sus profesores.
Y en el caso de que el menor sea el autor de una actuación incorrecta, que no haya dudas sobre lo que implica un mal uso de las nuevas tecnologías, como las consecuencias que tiene dar un me gusta a una publicación inadecuada en Facebook o comentar con ciertos calificativos la foto de Instagram de un compañero o compañera de colegio.
No se trata de ejercer un férreo control sobre las redes de los menores sino de establecer unas pautas claras de comportamiento en Internet
Coherencia
O lo que es lo mismo, predicar con el ejemplo. Que si los padres explican cómo usar Internet o las redes sociales, cuánto tiempo dedicar al día o en qué lugares, sean ellos “prescriptores” de estas pautas con su propio comportamiento. Que los menores imitan lo que ven en casa es tan antiguo como la misma humanidad.
Conocimiento
Es básico que toda la familia conozca qué aplicaciones o redes sociales se utilizan y cómo funcionan: la forma de bloquear a un usuario, cómo denunciarlo o reportarlo si creemos que está llevando a cabo una actuación inadecuada, qué es el spam o cómo ocultar las publicaciones de Facebook a todos aquellos que no tenemos como amigos… etc. Y la base de este conocimiento radica en no pensar que, tanto si eres el actor como el receptor en una determinada situación, estás completamente seguro/a al otro lado de la pantalla, porque no es así. Además, transmitir también que lo que es malo fuera de la Red, también lo es dentro de ella.
(Getty Images) Control
No se trata de ejercer un férreo control sobre las aplicaciones o los perfiles en redes sociales de los menores de la casa; o sobre lo que hacen cada vez que se sientan delante de un ordenador. Lo importante es poner en común unas pautas sobre lo que es un adecuado comportamiento en Internet y, a partir de ahí, que los menores sean capaces y autosuficientes para controlar sus propias redes, su correo, sus blogs…
Compromiso
De los padres, con la formación al menor. Y de éste, con el buen uso de Internet y de sus perfiles en redes sociales. No se ha de permitir o consentir que nadie abuse de terceros en ese marco, ni tampoco ser partícipes de ello. Y si se detecta tal abuso, hay que notificárselo al padre o profesor inmediatamente.
En la red existe la netiqueta, conjunto de normas de comportamiento general en Internet para dar mayor seguridad y humanidad a la comunicación y combatir fenómenos indeseados, como el ciberacoso
Contenido
Antes de publicar, hay que pensar. Pensar en lo que se va a decir o en las imágenes que se van a subir. Subir algo a la red es muy fácil, pero hay que recordar que se puede quedar allí para siempre. También es básico vigilar con quién compartimos un contenido. En este sentido, lo que vale para el entorno físico también para el digital; y de la misma manera que en nuestra habitación solo dejamos entrar a nuestros familiares y amigos, los desconocidos tampoco tienen por qué poder entrar a ver nuestros contenidos más personales en la red.
Cortesía
La máxima de la educación o la cortesía 3.0 sería: “no hagas en las redes lo que no harías cara a cara”, asegura Pérez. En la red hay que usar la netiqueta (net, red en inglés más etiqueta) o conjunto de normas de comportamiento general en Internet, una adaptación de las reglas de etiqueta del mundo real al virtual, para aportar mayor seguridad y humanidad a la comunicación. El objetivo es combatir problemas como el fraude, el correo basura, los rumores…
Otros ejemplos de la netiqueta son el comportamiento en el correo electrónico, la forma en que nos dirigimos a la persona, el contenido del mensaje (publicidad, cadenas, spam, etc.); el comportamiento en los foros: el nivel de lenguaje utilizado, el formato del mensaje…; en los blogs: distinción entre comentarios formales o informales, concordancia del comentario con el tema, respeto hacia otras opiniones, etc.
Conciencia
De la magnitud de nuestras acciones en las redes, que pueden ser un arma muy poderosa para encumbrar, pero también para destruir a alguien. Por eso hay que usarlas siempre en positivo, no para acosar o atacar a nadie ni para permitir que otro lo haga, con uno mismo o con terceros. Es mejor no contestar a las provocaciones, ignorarlas, pero guardar las pruebas. Según el presidente de la asociación, en estos casos nos iría bien aquello de “contar hasta cien” antes de responder.
Corazón
Las redes están al servicio de las personas y no al contrario. Internet es un espacio emocional que nos ha de ayudar a crecer como personas, y, como nos cuenta Pérez, no todo vale por un “me gusta”.
Confianza
Entre todos los miembros de la familia, para saber cómo actuar en casos de ciberacoso. De momento, en los casos de cyberbullying, las madres de las víctimas son las que dan la voz de alarma el 74,7% de las veces, frente al 25,3% de ocasiones en las que los que piden ayuda o ponen sobre aviso son los menores acosados. No se trata de sembrar el miedo a los más pequeños de la casa para que no usen Whatsapp o las redes sociales, sino de saber actuar llegado el momento, si aun habiendo prevenido, ocurre.
JORDI ÉVOLE TRATA HOY EN “SALVADOS” EL TEMA DE LOS MÓVILES Y LA NOMOFOBIA
Esta entrada contiene la sinopsis del programa “CONECTADOS” de Jordi Évole, fragmentos del artículo de Manuel de Luna publicado el sábado en EL PERIÓDICO de Cataluña y otro escrito breve de su equipo de redacción. Al final hay enlaces que amplían la información y hablan tanto de la “NOMOFOBIA” como del “SÍNDROME FOMO” (fear of missing out). Como véis, es una entrada muy completa.
Para ver el programa “CONECTADOS” clicad aquí:
SINOPSIS: Salvados se fija en cómo nos relacionamos con un objeto que nos cabe en el bolsillo y que nos ha cambiado la vida: el móvil. Solo han pasado 10 años desde que Steve Jobs presentó el primer iPhone. Sin embargo, la llegada del smartphone significó una revolución que nos ha convertido en personas conectadas 24 horas al día.
El espacio incluye una entrevista inédita al filósofo Zygmunt Bauman, fallecido el pasado mes de enero, que reflexiona sobre cómo los smartphones hacen que estemos siempre disponibles, siempre conectados. Y para Bauman es precisamente esta conexión permanente la que nos convierte en seres solitarios en realidad: “Somos solitarios en contacto permanente”.
Salvados sigue durante un día a Belén Sensat, una joven que no deja el móvil ni cuando está en clase, sobre todo pendiente de la red Instagram. Belén piensa que vivir enganchada al móvil es algo normal y que no tiene solución. Hablamos también con su madre, que nos cuenta las normas que ha tenido que poner en casa para poner límites al uso del móvil.
Jordi Évole asiste a una terapia de jóvenes enganchados al móvil. Marc Masip, el terapeuta de este grupo de trabajo, cuenta a Évole los síntomas que nos pueden indicar que la dependencia que tenemos del smartphone nos debería preocupar.
Évole entrevista también a Gonzalo Entrala, que abrió la cuenta de twitter del Papa Benedicto XVI y acabó enganchado a las redes sociales. Admite que entró en una espiral de narcisismo y exhibicionismo que hacía que estuviera más pendiente de su vida en las redes que de la vida real.
¿Somos conscientes de las horas que pasamos conectados al móvil cada día? ¿A qué edad se le puede dar un móvil a nuestros hijos? ¿Cuántas cosas hacemos cada día antes de encender o consultar el móvil? ¿Podríamos salir de casa sin el móvil?. Título: Conectados
“Las reuniones de trabajo del equipo de ‘Salvados’ cada vez eran más complicadas, porque todos estábamos continuamente mirando y toqueteando los teléfonos móviles, y cuando nos dimos cuenta de que esta situación es común en todos los ámbitos de la sociedad, decidimos hacer un programa para analizarlo”. Así explica Jordi Évole cómo nació el primer reportaje con el que este domingo, 19 de febrero, vuelve a La Sexta ‘Salvados’ (21.30 horas), una nueva entrega del conocido programa en el que incidirá en reportajes de carácter social que afectan directamente a los espectadores, y con los que estos se sientan identificados.
(…) De este modo, ‘Salvados’ retoma su andadura con ‘Conectados‘, un programa que efectivamente nos toca a todos, y no siempre para bien, como él mismo Évole reconoce, que también se considera adicto al móvil. “A todos nos salpica esta auténtica adicción a internet, y el reportaje de este domingo ofrece una visión transversal de un nuevo sistema de comunicación que se puede llegar a convertir en un problema”, explica el periodista, quien recomienda esta programa a padres, profesores y también a los jóvenes usuarios, ya que no existen normas de uso social del ‘smartphone‘. Aunque sí ha sido capaz de cambiar cómo nos relacionados e interactuamos con nuestro entorno.
El miedo a salir a la calle sin el teléfono móvil tiene nombre: nomofobia. Y más de la mitad de los españoles sufre este miedo irracional, según el Centro de Estudios de Trastornos de la Ansiedad (CEETA). Este trastorno es solo una manifestación de la creciente adicción a los smartphones, una de las puertas de acceso favoritas a internet.
Nos hemos acostumbrado a ver a la gente caminar por la calle sin levantar la vista de la pantalla de su teléfono móvil, hasta el punto que algunas ciudades han optado por colocar semáforos a ras de suelo. Muchas escuelas e institutos, ante la proliferación de las pantallas (tabletas, ordenadores y teléfonos móviles) en las aulas, se han visto obligadas a realizar jornadas psicoeducativas para que pequeños y jóvenes tomen conciencia del problema que supone el uso inadecuado o excesivo de estas herramientas.
Pero, ¿cómo podemos saber si somos adictos al móvil? A continuación, unas pocas preguntas que te harán reflexionar sobre tu dependencia. A mayor identificación con estas situaciones, mayor grado de dependencia.
1. “Miro la pantalla del móvil regularmente, incluso cuando no he escuchado ninguna notificación”.
2. “Llevo el móvil siempre encima, incluso cuando estoy en casa. Me pueden llamar o escribir en cualquier momento”.
3. “Puedo estar horas y horas con el móvil. Me divierte colgar cosas en mis perfiles, chafardear, comentar…”
4. “Cuando el móvil tiene la batería baja lo paso realmente mal. Me genera algo de ansiedad llevar el móvil al 20%”.
5. “He tenido problemas con mi pareja por usar demasiado el móvil. Intento controlarme cuando estamos juntos, pero cuesta mucho”.
En caso de duda, se puede responder un sencillo cuestionario de 20 preguntas de la Organización de Consumidores Españoles (OCU), una adaptación del cuestionario ‘El uso problemático del teléfono móvil’, elaborado por Merlo, Stone y Bibbey.
Para ampliar la información:
- http://www.muyinteresante.es/curiosidades/preguntas-respuestas/que-es-la-nomofobia-151392813381
- https://psicologiaymente.net/clinica/sindrome-fomo
- https://www.marketingdirecto.com/actualidad/infografias/%C2%BFmiedo-a-quedarse-desconectado-usted-lo-que-padece-es-el-sindrome-fomo (un “viejo” artículo de 2013).
EN DEBATS SER hemos tratado otras veces el tema:
“Exconnectats: Joves urbanites fugen d’internet” per Cristina Sen en LA VANGUARDIA
- Enric Puig analitza en un llibre les repercussions socials de l’ús de les xarxes i alerta del seu caràcter vampíric i alienador.
El mateix dia es va desfer dels seus comptes de Facebook, Twitter i LinkedIn. Poc abans havia fet el mateix amb les aplicacions del mòbil. “Vaig trucar als meus amics de Madrid per avisar-los i va ser agradable tornar a sentir la seva veu, amb alguns feia més d’un any que no parlava”. Aquesta no és la història d’un romàntic o d’un neorural que va decidir fugir del soroll mundanal, sinó la decisió d’Enric Puig Punyet, un urbanita en la trentena, doctor en Filosofia per la UAB i per l’ École Normale Superior de París, professor de la UOC, un nadiu digital que estudia les repercussions socials de l’ús d’internet.
També és l’autor de La gran adicción. ¿ Cómo sobrevivir a internet sin aislarse del mundo? ( ed. Arpa), un llibre en el qual intenta respondre a aquesta pregunta bussejant en històries personals de nadius digitals i urbanites que després de més de quinze anys “connectats” van decidir desfer el camí. Són els exconnectats. Va ser durant aquest procés de creació quan ell també va decidir allunyar-se d’internet, tallar però amb matisos. El seu objectiu és elaborar un contradiscurs, aixecar una consciència crítica sobre l’ús que s’està fent de l’internet actual. Fa deu anys, diu, era una eina de consulta amb la qual primer l’usuari es feia una pregunta, i després hi buscava la resposta. Però avui “s’ha tornat omnipresent en tots els sentits possibles, està actiu sempre i a tot arreu, com que ocupa gran part de la nostra vida deixem de banda moltes obligacions vitals. Ara és internet qui formula les preguntes, robant-li a l’individu la capacitat per generar nous marcs de referència,” indica.
En Philippe es va quedar a l’ atur quan tenia 40 anys. Treballava com a comercial de productes informàtics i ràpidament va consultar les ofertes de treball a través d’internet. Va triar un portal referencial francès de recerca de feina i va enviar el currículum a totes les empreses que considerava que encaixaven amb el seu perfil. El seu cas és un dels que descriu Puig al seu llibre, fruit d’una recerca de persones que no són a Google, de tirar dels cercles de familiars, amics i coneguts, d’anar-los a buscar. Van passar els dies, i Philippe no obtenia cap resposta. Va considerar que sense perfil a LinkedIn no podria competir i es va posar a elaborar-lo, el va connectar amb el seu Facebook i Twitter, va demanar referències a excompanys de feina, va enviar sol·licituds d’amistat. Alguns li van respondre, molts no. Va enviar els currículum, i més silenci.
“Va entrar en un estat de vigília, d’expectació permanent davant l’ordinador i el telèfon”, indica l’autor. Passaven les setmanes fins que un dia va rebre un correu electrònic. El va obrir nerviós. Era la seva dona que des de l’habitació del costat li enviava un “t’estimo”. I va veure que era l’única expressió real, humana, que havia compartit amb la seva dona en les últimes setmanes, i amb el món sencer.
Enric Puig porta un telèfon ximple, manté internet a casa ja que és professor de la UOC, però limita el seu ús a aquest aspecte professional. La seva dona també ha decidit viure d’una altra manera. Acumula les consultes que necessita fer, i un dia a la setmana s’hi connecta.

No es tracta de criticar internet per se, sinó d’animar a reflexionar en què s’ha convertit, assenyala Puig, de ser conscients que no ens salvarà la vida i que en moltes ocasions té un caràcter vampíric i parasitari. “No és una eina al servei de la humanitat sinó que posa la humanitat al seu servei, nodrint-se dels seus anhels, els seus gustos, les seves solituds. És més ràpid accedir a la informació que processar-la, generar-la que contrastar-la, crea un clima en el qual és impossible mantenir-se callat encara que no es tingui res a dir”. I són les grans corporacions les que treuen profit econòmic d’aquest gran soroll, on l’únic important és el tràfic de visites que es genera.
Es refereix sobretot a l’internet 2.0 i l’explosió de les xarxes socials en entendre que sota el discurs de la participació, els qui allotgen els continguts són els que s’enriqueixen.
És evident que ningú que necessiti internet per treballar no es desconnectarà, però els joves retratats al llibre s’han desconnectat o n’han limitat l’ús per guanyar qualitat de vida i salut mental. El carrer és una font d’informació, es pot preguntar en una botiga sobre les fruites de temporada, es pot anar a informar-se a una agència de viatges, es pot llegir un diari. Cal evitar, diu Puig, l’imperialisme virtual construït partint de la competència dels seus “usuaris-vassalls”.
És aquesta una nova tendència entre els joves? És difícil que sigui així en aquest món hiperconnectat, però alguns a la seva manera comencen a reflexionar-hi activament. Albert Massó té 20 anys, estudia Enginyeria Química i ell, els seus amics de la facultat i de l’escola desconnecten els mòbils quan queden. “Volem tenir relacions humanes, i no relacions tecnologitzades”, explica. Sortir de festa i veure a tota la gent fent fotos sense parar els va fer reflexionar i van decidir que era el moment de dir prou. “No som precisament quatre gats i encara que no puc dir que sigui una tendència generalitzada sí que observo una reflexió, un plantejament crític sobre la sobreutilització del mòbil i les xarxes socials, una manera de reivindicar que primer som persones”, indica.
Enric Puig està treballant per despertar l’esperit crític, perquè internet no acabi generant una societat alienada, i perquè res deixi d’existir off. Es tracta de fer servir la xarxa sense que tenalli la vida “humana”, i sabent que darrere hi ha estratègies de posicionament perfectament traçades, algoritmes que els qui volen fer-se veure estan obligats a seguir.
Philippe va bloquejar les connexions a internet del seu ordinador i del seu mòbil després de rebre el missatge de la seva dona. Poc després va posar fil a l’agulla, va imprimir el seu currículum i se’n va anar personalment a les empreses a lliurar-lo i demanar una entrevista. Va trobar feina. Potser són casos extrems, diu Puig, però és el camí per arribar a una reflexió més àmplia.