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“Diez gráficos que explican por qué hace falta un pacto educativo” en EL PAÍS

Se trata de un largo artículo escrito por Pilar ÁLVAREZ, Yolanda CLEMENTE y Nacho CATALÁN publicado hoy en EL PAÍS. Como estos días estamos trabajando en 4t ESO  los intereses y las salidas profesionales, hemos creído interesante copiarlo aquí para que veáis que el pacto educativo es un tema muy serio del que dependen muchas cosas- Atención a los gráficos porque analizarlos es un buen ejercicio para entender nuestra realidad.

ATENCIÓN: SI QUERÉIS VER MEJOR LOS GRÁFICOS, CLICAD EN EL BOTÓN DERECHO Y SELECCIONAD “ABRIR IMAGEN EN UNA PESTAÑA APARTE”)

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Los partidos retoman la negociación para intentar cerrar un acuerdo inédito. Financiación, profesores, concertada o FP, entre las claves a revisa

El guion ya está hecho. Los partidos políticos han acordado en el Congreso de los Diputados los 15 puntos sobre los que van a trabajar en los próximos meses para intentar alcanzar el primer pacto educativo de la democracia española. Pretenden cerrar un documento para mayo. Hay temas que siempre han estado ahí –la formación de los profesores, la religión, la escuela concertada, el dinero- y otros menos habituales, como la educación en igualdad, la innovación o el papel de la inspección educativa. Estos son algunos de los principales puntos del guion del pacto sobre los que habrá que debatir. Y su explicación en gráficos.

1. El dinero

La educación española ha perdido más de 8.000 millones de euros durante la crisis. Cómo financiar el sistema educativo desde el Estado, los Ayuntamientos y las comunidades (estas últimas corresponde el 80% de ese gasto) es uno de los puntos a tratar. El primer acuerdo en este asunto es fijar un suelo de financiación inamovible. Será uno de los puntos difíciles. El gasto educativo español supone un 4% del total, por debajo de la media de la OCDE. El objetivo de algunos partidos es que se eleve por encima del 5% (Ciudadanos) o del 7% (PSOE). Pero la previsión del Gobierno es bajarlo al 3,8% en 2018, según el plan presupuestario remitido a Bruselas por el Gobierno.

2. Becas y ayudas

Con las competencias transferidas, y la mayoría de los gastos educativos asumidos por las comunidades autónomas, casi todo el presupuesto nacional de Educación es para becas, un 60% del total. La partida global ha ido subiendo levemente en los últimos años y el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, promete que volverá a subir en 2018. En 2016 se recuperaron las ayudas para libros y material escolar tras dejarlas casi a cero durante la crisis.

3. Alumnos que abandonan las aulas

Es uno de los datos más negros de la educación española. Uno de cada cinco jóvenes de 18 a 24 años se marcharon de las aulas solo con un título de Educación Secundaria Obligatoria, la etapa que normalmente un alumno termina a los 16 años. Son ya adultos que no han cursado bachillerato, ni FP ni estudios universitarios. Aunque la cifra no ha parado de bajar, España sigue doblando la media europea. La reducción del abandono es uno de los subepígrafes del pacto, dentro del apartado destinado a garantizar la equidad e inclusión educativa.

4. Aulas sin acoso escolar

También dentro de las medidas incluidas en el apartado de equidad e inclusión está la convivencia escolar. Es una materia de la que no hay datos oficiales –las estadísticas y cuadros sobre acoso escolar corresponden a trabajos de ONG y asociaciones, como los del gráfico, de la Fundación Anar- y sobre la que el trabajo ha sido escaso en los últimos años. Un ejemplo: el observatorio estatal por la convivencia escolar, que debe vigilar y coordinar acciones contra el acoso en las aulas y que debe tener al menos un encuentro anual, no se reúne desde 2011. El Ministerio de Educación aprobó el pasado viernes el real decreto para cambiar su composición.

5. Los mejores profesores

Cómo elegir a los profesores, cómo formarlos a lo largo de su carrera y cómo garantizar tener a los mejores en las aulas es el debate no resuelto de la educación y una de las piezas angulares del futuro pacto, ya que todos los especialistas coinciden en que el docente es la clave del sistema. La última propuesta, encargada por el Ministerio de Educación a finales de 2015, fue el Libro Blanco de la Profesión Docente, que elaboró el filósofo José Antonio Marina sin que sus conclusiones hayan sido debatidas o aplicadas hasta la fecha. Proponía siete años de preparación para ser docente y una evaluación sistemática con consecuencias en el sueldo. Este gráfico es un resumen de su propuesta.

6. El papel de la concertada

Entre las medidas a debatir, los diputados han incluido la enseñanza pública “como pilar fundamental y el derecho a la educación” y un análisis de las redes concertada (privada sostenida con fondos públicos) y privada. Será otro de los puntos duros del debate, en el que se hablará también de financiación y de cómo se regula. En los años duros de la crisis, entre 2009 y 2015, el gasto público en España se desplomó un 12%, mientras que la partida para conciertos subió a su cifra récord.

7. El currículo escolar

Este epígrafe es amplio. Incluye contenidos, organización, cómo incluir el tratamiento de derechos humanos, la igualdad o la violencia de género en las clases o la incorporación de nuevas materias. Una de las dificultades es cómo adapta cada comunidad autónoma luego las directrices generales. A principio de curso, la asociación de editores ANELE denunció que tenían que hacer hasta 25 libros diferentes de una misma asignatura y año por las exigencias y cambios de las autonomías.

8. Evaluación y calidad del sistema educativo

¿Cómo son los alumnos españoles respeto al resto de países? La fotografía que hace PISA, la evaluación internacional más famosa del mundo, deja tradicionalmente a España a mitad de tabla y con diferencias significativas por comunidades autónomas. Los partidos deberán consensuar además un modelo de evaluación alternativo a las repudiadas reválidas, que el Gobierno acabó dejando de lado y que no convencen ni en el PP.

9. Religiones en plural

El guion del pacto las incluye así: “Enseñanza de las religiones” y propone la atención a las diversas religiones, etapas y cursos, contenidos y profesorado, aunque la confesión protagonista es la católica. La última reforma educativa, la LOMCE, volvió a incluir la materia de Religión entre las asignaturas cuya nota cuenta para la media final del curso. Y, dentro de la enseñanza pública, la matrícula se disparó en 1º de Bachillerato.

10. Impulso a la Formación Profesional

Es el apartado con más subepígrafes porque constituye el gran fracaso del sistema educativo. Hasta la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) destaca el bajo impacto de la FP en España, una etapa clave para mejorar las altas tasas de paro juvenil españolas, entre otras cuestiones. Solo el 12% de los alumnos están matriculados en FP, menos de la mitad de la media (26%) y menos del 1% reciben el modelo dual, que combina enseñanza con trabajo.

https://elpais.com/elpais/2018/01/12/media/1515775390_532183.html

UN ARTÍCULO SOBRE EL CIBERACOSO O CYBERBULLING

“El ciberacoso (derivado del término en inglés cyberbullying) también denominado acoso virtual o acoso cibernético, es el uso de medios de comunicación digitales para acosar a una persona o grupo de personas, mediante ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa entre otros medios. Puede constituir un delito penal. El ciberacoso implica un daño recurrente y repetitivo infligido a través de los medios electrónicos.” DE WIKIPEDIA.

Hace algo más de un mes LA VANGUARDIA publicó un artículo sobre el ciberacoso que puede ser interesante para padres, alumnos y docentes porque se puede hablar de ello en las clases de tutoría.

DIEZ CONSEJOS

Esto es lo que debes saber y hacer si tu hijo está sufriendo cyberbullying

El 74,7% de las veces son las madres las que dan la voz de alarma, frente al 25,3% de ocasiones en las que los que piden ayuda o ponen sobre aviso son los menores acosados

  • ROMINA VALLÉS, 24/11/2017

     

    Facebook, Messenger, Instagram, Whatsapp… ¿Cuántas veces escuchamos estas palabras al cabo del día? ¿Y cuántas se las oímos a nuestros hijos? Si bien los beneficios que aportan en términos de comunicación, educación, entretenimiento, etc., son muchos e indudables, también es cierto que un mal uso de ellas puede conllevar riesgos que hay que conocer. Más aún si consideramos que el anonimato que estas permiten y la no percepción de las consecuencias de los actos que se llevan a cabo a través de ellas hacen de fenómenos como el cyberbullying –acoso entre medios telemáticos- un problema a la orden del día.

    Esto es especialmente preocupante en el caso de los más jóvenes, cuyo grado de madurez es menor. Como dato sobre la importancia de este tema, cabe recordar que, según un informe de la Universidad del País Vasco (datos de 2015) el 12% de niños y niñas de 9 a 16 años ha sido víctima alguna vez del cyberbullying.

    Conscientes de que la mejor forma de evitar los malos usos es la sensibilización sobre sus consecuencias, iniciativas como la emprendida por Orange “Por un uso Love de la tecnología”, tienen como objetivo concienciar a las familias de los riesgos de las redes sociales y las aplicaciones de los dispositivos móviles.

    (Getty Images)

    Las redes sociales no son malas, sino todo lo contrario. Es lo que afirma desde la asociación NACE -No al acoso escolar-. Su presidente, Javier Pérez, explica que, si estas se usan correctamente, pueden ser un importante instrumento educativo y de crecimiento personal. Estos son los diez consejos -o las diez “C’s”- que nos da para combatir el cyberbullying.

    Comunicación

    La Comunicación entre padres e hijos es básica para que el menor tenga la confianza suficiente y pida ayuda cuando se enfrente a cualquier situación que le haga sentir incómodo. Por ejemplo, que cuando reciba un mensaje amenazador por Whatsapp o una foto con algún contenido inapropiado, se lo cuente a sus padres o, en su defecto, a sus profesores.

    Y en el caso de que el menor sea el autor de una actuación incorrecta, que no haya dudas sobre lo que implica un mal uso de las nuevas tecnologías, como las consecuencias que tiene dar un me gusta a una publicación inadecuada en Facebook o comentar con ciertos calificativos la foto de Instagram de un compañero o compañera de colegio.

    No se trata de ejercer un férreo control sobre las redes de los menores sino de establecer unas pautas claras de comportamiento en Internet

    Coherencia

    O lo que es lo mismo, predicar con el ejemplo. Que si los padres explican cómo usar Internet o las redes sociales, cuánto tiempo dedicar al día o en qué lugares, sean ellos “prescriptores” de estas pautas con su propio comportamiento. Que los menores imitan lo que ven en casa es tan antiguo como la misma humanidad.

    Conocimiento

    Es básico que toda la familia conozca qué aplicaciones o redes sociales se utilizan y cómo funcionan: la forma de bloquear a un usuario, cómo denunciarlo o reportarlo si creemos que está llevando a cabo una actuación inadecuada, qué es el spam o cómo ocultar las publicaciones de Facebook a todos aquellos que no tenemos como amigos… etc. Y la base de este conocimiento radica en no pensar que, tanto si eres el actor como el receptor en una determinada situación, estás completamente seguro/a al otro lado de la pantalla, porque no es así. Además, transmitir también que lo que es malo fuera de la Red, también lo es dentro de ella.

    (Getty Images)

    Control

    No se trata de ejercer un férreo control sobre las aplicaciones o los perfiles en redes sociales de los menores de la casa; o sobre lo que hacen cada vez que se sientan delante de un ordenador. Lo importante es poner en común unas pautas sobre lo que es un adecuado comportamiento en Internet y, a partir de ahí, que los menores sean capaces y autosuficientes para controlar sus propias redes, su correo, sus blogs…

    Compromiso

    De los padres, con la formación al menor. Y de éste, con el buen uso de Internet y de sus perfiles en redes sociales. No se ha de permitir o consentir que nadie abuse de terceros en ese marco, ni tampoco ser partícipes de ello. Y si se detecta tal abuso, hay que notificárselo al padre o profesor inmediatamente.

    En la red existe la netiqueta, conjunto de normas de comportamiento general en Internet para dar mayor seguridad y humanidad a la comunicación y combatir fenómenos indeseados, como el ciberacoso

    Contenido

    Antes de publicar, hay que pensar. Pensar en lo que se va a decir o en las imágenes que se van a subir. Subir algo a la red es muy fácil, pero hay que recordar que se puede quedar allí para siempre. También es básico vigilar con quién compartimos un contenido. En este sentido, lo que vale para el entorno físico también para el digital; y de la misma manera que en nuestra habitación solo dejamos entrar a nuestros familiares y amigos, los desconocidos tampoco tienen por qué poder entrar a ver nuestros contenidos más personales en la red.

    Cortesía

    La máxima de la educación o la cortesía 3.0 sería: “no hagas en las redes lo que no harías cara a cara”, asegura Pérez. En la red hay que usar la netiqueta (net, red en inglés más etiqueta) o conjunto de normas de comportamiento general en Internet, una adaptación de las reglas de etiqueta del mundo real al virtual, para aportar mayor seguridad y humanidad a la comunicación. El objetivo es combatir problemas como el fraude, el correo basura, los rumores…

    Otros ejemplos de la netiqueta son el comportamiento en el correo electrónico, la forma en que nos dirigimos a la persona, el contenido del mensaje (publicidad, cadenas, spam, etc.); el comportamiento en los foros: el nivel de lenguaje utilizado, el formato del mensaje…; en los blogs: distinción entre comentarios formales o informales, concordancia del comentario con el tema, respeto hacia otras opiniones, etc.

    Conciencia

    De la magnitud de nuestras acciones en las redes, que pueden ser un arma muy poderosa para encumbrar, pero también para destruir a alguien. Por eso hay que usarlas siempre en positivo, no para acosar o atacar a nadie ni para permitir que otro lo haga, con uno mismo o con terceros. Es mejor no contestar a las provocaciones, ignorarlas, pero guardar las pruebas. Según el presidente de la asociación, en estos casos nos iría bien aquello de “contar hasta cien” antes de responder.

    Corazón

    Las redes están al servicio de las personas y no al contrario. Internet es un espacio emocional que nos ha de ayudar a crecer como personas, y, como nos cuenta Pérez, no todo vale por un “me gusta”.

    Confianza

    Entre todos los miembros de la familia, para saber cómo actuar en casos de ciberacoso. De momento, en los casos de cyberbullying, las madres de las víctimas son las que dan la voz de alarma el 74,7% de las veces, frente al 25,3% de ocasiones en las que los que piden ayuda o ponen sobre aviso son los menores acosados. No se trata de sembrar el miedo a los más pequeños de la casa para que no usen Whatsapp o las redes sociales, sino de saber actuar llegado el momento, si aun habiendo prevenido, ocurre.

http://www.lavanguardia.com/vida/20171124/433103065792/esto-debes-saber-si-tu-hijo-esta-sufriendo-cyberbullying-love-brl.html

ESPIDO FREIRE EN NON STOP PEOPLE

Conocí a la escritora Espido Freire en GETAFE NEGRO, un festival de novela negra celebrado en 2011. Participábamos en una charla sobre la relación que existía entre ese género y el de la novela histórica y me sorprendió por sus opiniones.

Hoy estaba haciendo zapping mientras aguardaba a que comenzara la segunda parte del Madrid-Barça y la he visto caminando hacia la Biblioteca Nacional de Madrid. ¿Por qué la pongo aquí? Porque además de hablar de sus lecturas y libros, explicaba aspectos de su adolescencia y de que había sufrido trastornos alimentarios (no sé si bulimia o anorexia).  El caso es que me ha gustado la manera en que hablaba de esos problemas y de la vida en general.

BIOS: Espido Freire, la entrevista

Muere el niño que escribía cuentos y leía a Platón para olvidar su enfermedad por Fernando IWASAKI

Esta triste noticia está sacada de EL PAÍS de hoy día 22 de noviembre de 2017. y también ha aparecido en LA VANGUARDIA. Quería comentarla, deciros que este niño debería ser un ejemplo para todos nosotros, de que nos quejamos por cosas que no tienen importancia y de las ilusiones que nos han de motivar y nos pueden hacen grandes personas.

Pero creo que deberíais hacerlo vosotros.

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En Un ensayo autobiográfico (1999) Borges hizo hincapié en sus lecturas infantiles y dejó caer que a los siete años imitó la prosa de Cervantes para escribir su primer cuento, «La visera fatal». Del pequeño Rimbaud sabemos que a los once años componía poemas en latín y que a los quince ganó su primer premio literario importante. El nicaragüense Rubén Darío fue otro genio precoz, pues a los ocho años escribía sonetos, a los trece publicaba sus poemas en la prensa y a los catorce fue propuesto para disfrutar de una beca de estudios en Europa, aunque la perdió por el tono anticlerical de sus versos. La niñez de los grandes escritores nos hace perder de vista que entonces sólo eran niños lectores que además escribían, como el pequeño Rubén Darío Ávalos Flores, niño escritor paraguayo fallecido en Sevilla antes de cumplir los trece años.

 

Rubén Darío Ávalos publicó cuatro libros de cuentos y una novela histórica. A saber, Encuentros con Rubén (2015), Sensación de pureza (2015), Las cartas y otros cuentos impredecibles (2016), La medicina maestra (2016) y La diadema(2017), obras perfumadas de su amor por la mitología, el terror, la ciencia-ficción, los animales, la medicina, los viajes, la historia, el orientalismo y los cómics, porque el universo literario de Rubén Darío era esencialmente infantil, aunque galvanizado por la experiencia de haber sufrido una enfermedad rara e incurable. En realidad, la existencia de Rubén Darío era un milagro secreto que corría de boca en boca entre maestros, médicos, lectores y toda esa constelación de amorosos voluntarios que acompañan a los niños y sus familias en los pabellones infantiles de oncología. Fue así como supe que en el Hospital Virgen del Rocío pasaba largas temporadas un niño paraguayo que hablaba de Borges y Kawabata o Kipling y García Márquez, mientras escribía un cuento detrás de otro en un portátil que para él era más valioso que la quimioterapia.

Como Rubén Darío carecía de defensas se amuralló de libros. No tuvo tiempo de ordenar sus lecturas con la sabiduría que dan los años y la experiencia. En su relato «El general» el narrador sale de la clínica (en todos sus libros hay clínicas y hospitales) y visita una librería donde contempla embelesado bellas ediciones de los siguientes títulos: Robinson Crusoe, Sherlock Holmes, Sobre héroes y tumbas, Robin Hood, Moby Dick, Frankenstein, Don Quijote de La Mancha, Ensayo sobre la ceguera, Sandokan, La vuelta al mundo en 80 días, Año 100, La isla del tesoro, Rayuela, Los tres mosqueteros, Ben-Hur, El viejo y el mar, Cuento de Navidad, Batman, Los miserables, Tarzán, Drácula, El señor de los anillos, El planeta de los simios, Rebelión en la granja, Cien años de soledad, Watchmen, Hijo de hombre, Lituma en los Andes, El Lazarillo de Tormes, Viaje al oeste, Tarás Bulba y Tierra X.Doy fe de que Rubén Darío poseía y leyó todos esos libros y muchos más, porque además de su obra impresa y visible existen vídeos de sus charlas y sobre todo de sus colaboraciones en la radio, pues disfruto de un espacio de comentarios literarios en «Te doy mi palabra», el programa de Isabel Gemio en Onda Cero.

Rubén Darío fue homenajeado en la Feria del Libro de La Rinconada (Sevilla), participó en la Escuela de Escritores Noveles de Mollina del Centro Andaluz de las Letras y la biblioteca de su colegio lleva su nombre con sumo orgullo. En sus narraciones sus personajes infantiles luchan contra el acoso, fomentan la defensa de los animales y protegen a los niños distintos no porque sean inmigrantes, sino para combatir las diferencias. No sé qué escritor podría haber sido Rubén Darío si hubiera vivido para aprender, madurar y seguir escribiendo; mas sí puedo asegurar que fue un gran niño escritor y que sus libros tienen el «aire suave» del poema de su tocayo.

Ahora que Rubén ha fallecido, pienso que quienes tendrían que conocer su épica personal no deberían ser otros niños como él, sino sobre todo jóvenes y adultos, médicos y maestros, lectores y escritores, pues Rubén Darío luchó contra todas las adversidades fortalecido por la felicidad de leer, el placer de escribir y el entusiasmo por aprender. No fue un niño que fantaseaba con ser escritor, sino un hombre que combatió contra su enfermedad como un Quijote, gracias a la lectura, los libros y la escritura, como el pequeño Hurbinek de Primo Levi. Por eso al Rubén Darío paraguayo quiero dedicarle un responso literario del Rubén Darío nicaragüense: Ruega generoso, piadoso, orgulloso; / ruega casto, puro, celeste, animoso; / por nos intercede, suplica por nos, / pues casi ya estamos sin savia, sin brote, / sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote, / sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

Descansa en paz, Rubén.

KEN ROBINSON: “Es un error educar solo para el mundo laboral” POR marta ricart

(Publicado en el MAGAZINE de LA VANGUARDIA del 29 de octubre de 2017. Como es una entrevista un poco larga, he subrayado  con negrita los  aspectos más interesantes. Si queréis podéis ver los vídeos.)
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El profesor inglés, afincado en EE.UU., Ken Robinson es el experto en educación más internacional, sobre todo desde que en el 2006 dio una conferencia TED, planteando si la escuela mata la creatividad, que sigue siendo la más vista en la red: lleva 47,5 millones de visionados y se estima que ha llegado a 350 millones de personas de 160 países. Robinson defiende una educación que rompa la rigidez de la mayoría de los sistemas educativosactuales.
 A Ken Robinson, distinguido con el título de sir en su Inglaterra natal (nació en Liverpool en 1950), le consultan desde medio mundo. Le invitan a dar charlas sobre cómo mejorar la educación, y él seduce con el convencimiento con que habla, su buen humor y sus propuestas de formar a los niños y las niñas para que sean capaces de ser ellos mismos, felices y manejarse y manejar el complejo mundo actual y el más incierto que se augura. No defiende alambicadas teorías pedagógicas, pero sitúa a la educación en el centro de la sociedad.

Como sus asesorías y charlas, tienen también un gran eco sus libros (este otoño publica una nueva edición de Out of Our Minds, the Power of Being Creatives). Ahora trabaja en uno que saldrá en marzo del 2018, en principio titulado Tú, tu niño y la escuela. Robinson fue profesor de artes y autor de un importante informe para renovar la educación británica, aunque ya hace años que se mudó a Los Ángeles, desde donde ha contestado, por teléfono, la entrevista.

Ya hace 11 años de su viral charla TED, ¿qué ha cambiado en la educación desde entonces?
El año pasado pregunté a la gente en las redes sociales qué efectos había tenido en ellos y qué cambios creían que había habido. Tuve cientos de respuestas de quienes decían que había cambiado su forma de ver la escuela o su manera de enseñar. Eso en el mundo de la educación; también contestó gente que no pertenece a él y decía que le había supuesto pensar en sus retos o modificar su manera de pensar. Sé que muchas personas se han sentido alentadas por esa conferencia (sigue siendo la más reproducida de TED y se ha visto en 160 países). Estos cambios suelen ser lentos y difíciles, pero que tanta gente la haya visto y se sienta estimulada indica que muchos quieren cambiar la manera como se educa.

 

¿Los niños de hoy reciben mejor o peor educación que décadas atrás?
Depende de donde mire. Hay que tener en cuenta que el mundo donde hoy crecen los niños es muy diferente al de hace 20 o 30 años. Ha cambiado en muchos aspectos. Mucho, por efecto de la tecnología. Ha variado la manera como los niños se comunican y relacionan. Ha habido grandes cambios en las familias. También, los niños están más protegidos que antes en muchos aspectos; por ejemplo, estoy haciendo un proyecto con municipios ingleses sobre que los niños pasan muy poco tiempo jugando fuera de casa. Otro factor es que hoy, en todo el mundo, los niños están bajo una mayor presión en la educación. Cuando mi generación iba a la escuela no teníamos tantos exámenes; ahora los niños son examinados todo el tiempo. Los gobiernos dedican millones a evaluaciones. El contexto es muy distinto. Con todo, hay grandes escuelas y grandes profesores. Yo no critico a las escuelas ni los profesores, pues he trabajado en la educación y sé cuánto luchan para mejorarla. Además, la presión examinadora no viene de los profesores sino de los políticos; los docentes están también bajo presión. Hay buenos programas y escuelas que trabajan para cambiar, pero hay presión, y los currículos, los sistemas, son a menudo muy rígidos. En EE.UU., por ejemplo, en la educación pública, cada año se gastan millones en analizar cómo lograr que más alumnos lleguen a la universidad, cuando el valor de la titulación universitaria cae, ya no es útil como antes.

Lo preguntaba porque mucha gente afirma que se han perdido valores como el esfuerzo, la disciplina… ¿La educación actual no tiene valores?
El libro que escribo ahora va dirigido a los padres. La gente mira los problemas de la escuela; no en todos, pero hay centros con problemas de disciplina; los niños tienen actitudes diferentes de un par de generaciones atrás. Y es fácil culpar de los problemas a la escuela, pero muchos no se originan allí, sino que son fruto de la cultura general. Por ejemplo, en muchos lugares de EE.UU. hay grandes problemas con drogas, en particular con los opiáceos, y provocan también dificultades en la escuela, pero ella no es la causa. Hoy, los padres están menos inclinados a encargarse, en general, de los niños, y hay diferentes nociones de autoridad. Muchas veces los padres se quejan de que hay un problema en la escuela, pero no piensan que sea su hijo. Es muy complicada la relación y ha cambiado mucho el sentido de la autoridad en el mundo.

¿Cómo debería ser la educación? La primaria, la secundaria, la universidad…
Sobre todo en los primeros años, es muy importante que los niños tengan tiempo para construir relaciones entre ellos, para jugar y explorar el mundo, para su desarrollo físico, igual que el cognitivo y social. No hay que inventar un nuevo modelo de escuela. Sabemos desde hace tiempo cómo crear unas buenas condiciones para que los niños aprendan. Por ejemplo, Maria Montessori, hace cien años, creó maravillosas escuelas para niños pequeños, y sólo en América debe de haber más de 4.000 de estas escuelas en que se alientan el juego, las relaciones sociales, la actividad física y en que los niños se agrupan no por tener la misma edad. Y son centros que suelen tener bastante éxito. Es verdad que ni todos los centros son iguales ni todos los demás son malos, pero es un método muy recomendable. En Europa hay centros en que los niños pequeños no se sientan en un pupitre y pasan el tiempo haciendo tareas para aprender a leer y escribir, lo que pueden hacer un poco más mayores. En los primeros años, el cerebro de los niños se desarrolla, y deben aprender cómo son los demás, a relacionarse, tienen una gran imaginación y deben poder desarrollarla, deben aprender a desenvolverse por su cuenta… Y hay sistemas que pretenden sentarlos y hacerles hacer determinado trabajo y evaluarlo, cosa que es ridícula.

¿Y en las siguientes etapas?
A medida que los niños crecen y se desarrollan debe haber un equilibrio. El ser humano tiene una gran curiosidad, por sí mismo, por los demás, por el mundo… Los niños aman aprender, el mejor ejemplo es cómo aprenden a hablar. Les gusta aprender, pero no siempre les gusta ser educados, y por ello tienen problemas a veces en la escuela. Aprender es natural, la educación es un programa organizado de aprendizaje; es un proceso intencionado en que indicas qué y cómo aprender, y la escuela es el lugar donde ocurre. Pensamos en la escuela de determinada manera, con mesas, armarios, en que se enseña determinadas materias… Pero la escuela no debe ser así, los niños no deben ser organizados por edad, el modelo de escuela de que hablamos todo el tiempo. Cuando propongo transformar la educación es sobre la base de que los niños aman aprender y deben darse las condiciones adecuadas para que lo hagan. En los primeros años eso pasa por jugar, socializar, captar su interés y estimular su imaginación con montones de actividades que ayudan a su cerebro a desarrollarse. A medida que se hacen mayores, hay que mantener eso, y hay lugar para jugar en todas las edades. Pero, como sus capacidades se desarrollan, pueden aprender más, y hay que enseñarles y respaldarles, que reciban un feedback de cómo van. En términos de currículo, creo que normalmente es demasiado estrecho, focalizado en lo que establece el mundo académico. La escuela debería ser más práctica, y es importante un equilibrio entre ciencias y artes y humanidades. En muchos países europeos, las artes no tienen un papel apropiado en la escuela, lo que es un empobrecimiento, porque tienen igual importancia que las ciencias en ayudar a las personas a comprenderse a sí mismas y lo que les rodea. Matemáticas y lenguas son la base de muchas disciplinas, pero debe haber un equilibrio entre todas las materias y también entre el trabajo teórico y el práctico. Por eso se diferencia entre conocimientos y competencias. Hay un conocimiento de información, de hechos, pero además hay que saber cómo funciona una cosa, cómo hacerla. Al final, se trata de aprender a ser un ser vivo en el mundo, entendiendo el mundo de tu alrededor, las relaciones con otras personas, tus sentimientos, tus talentos y pasiones y entender que la experiencia de estar en el mundo es única para cada uno, por mucho que tengas en común con otras personas. Todo esto debe incluirse en la educación de los niños. Y a medida que se hacen mayores y progresan en la escuela, van desarrollando intereses particulares y hay que darles herramientas para satisfacerlos.

Así, ¿cómo imagina usted un aula dentro de 20 o 30 años? 
No hay una sola manera de diseñar un aula o una escuela. He estado implicado en una campaña que anima a las escuelas y los profesores a no sentarse en una clase todo el día, sino a salir a aprender del entorno. A pensar que no sólo se aprende en clase con los alumnos sentados en pupitres. Hay colegios muy innovadores en esta línea. Las clases deben ser más flexibles de lo que en general son. Algunas formas de aprendizaje no exigen que estés sentado, concentrado, memorizando y haciendo trabajo académico tradicional. Las escuelas, como las casas, pueden tener diferentes salas para distintos propósitos. Hay arquitectos que hacen interesantes diseños. La estética y el entorno de la escuela tienen un impacto en los alumnos. La distribución del espacio o los muebles pueden marcar diferencias. Las escuelas futuras no deben parecerse a como han sido hasta ahora.

La educación aplicada hasta ahora se antoja obsoleta, pero nadie sabe bien qué enseñar a los niños para su futuro. La música o la filosofía desaparecen de las aulas, todos quieren enseñar tecnología…
Sí, y creo que es terrible. Es importante que los niños aprendan ciencias, tecnología y matemáticas, por supuesto. Son importantes, pero igual lo es que aprendan sobre valores, arte (que es parte central de nuestra cultura), a hablar y debatir y a pensar de manera organizada (que es un poco lo que hace la filosofía). Es un gran error reducir el currículo escolar a sólo áreas de aprendizaje que los políticos crean que son útiles para el mundo laboral-económico. Muchas reformas educativas tienen detrás razones económicas; por eso los políticos están interesados en la educación: piensan en educar a la mano de obra laboral para que sea competitiva, pensando en el progreso y la innovación. No estoy en desacuerdo con eso, el propósito económico-laboral es importante, y la educación es una gran inversión, pero tiene además propósitos sociales. La forma como los chicos son educados afectará a cómo serán esas personas, qué tipo de ciudadanos, cómo participarán en el mundo. Los jóvenes se desen­cantan; en algunos países europeos, casi la mitad está sin trabajo, eso indica que la razón económica no puede ser la única. Vivimos una situación…, recuerde el atentado de Barcelona…, es un gran desafío defender los valores, la perspectiva social. Hay un movimiento tectónico de diferentes maneras de ver las cosas; la humanidad afronta grandes problemas ecológicos, diferencias sociales… y la educación debe preparar para colaborar, para entenderse. Además, cada vida es única y contribuye a desarrollar su comunidad, si la educación ignora los talentos de esa persona… La depresión es una enfermedad creciente, hay problemas existenciales, y no puede reducirse todo a no sentirse útil económicamente. Los políticos tienen grandes responsabilidades en conectar con la escuela, porque es parte de la solución. No se trata de un sistema educativo u otro, sino de que la civilización utilice la educación para no ir a la catástrofe. Ya no se trata sólo de proporcionar mano de obra al mundo industrial, el mundo es hoy más sofisticado y exige políticas públicas más sofisticadas.

¿Qué opina de los rankings o de las pruebas PISA, que dicen que Corea del Sur o Finlandia ofrecen la mejor educación?
Finlandia es un buen ejemplo. Ambos países obtienen buenos resultados.

Pero son sistemas muy diferentes, ¿no?

Sí. Finlandia no se obsesiona con el propósito económico de la educación. Lo hace bien; las escuelas no examinan todo el rato ni compiten entre sí; la educación se focaliza en las elecciones de los estudiantes, hay menos trabajo académico. Corea del Sur tiene un sistema más enfocado a la evaluación y la competencia y provoca mayor estrés en los estudiantes. El éxito es a un coste más elevado. Hace poco me vi con autoridades educativas coreanas y están intentando reformar la educación para dar más protagonismo a la creatividad y los gustos personales. En China ocurre algo parecido. En distintos países hay cambios, políticos y responsables educativos están entendiendo que no se puede seguir con el sistema educativo rígido que hemos tenido hasta ahora, que los niños tendrán muchos desafíos y que será mejor un sistema que tenga más en cuenta los intereses y los talen­tos personales, no uno basado en examinar o en la competencia, sino una escuela más conectada con la cultura y las familias...

¿Están, en general, mal pagados los docentes? ¿Por qué ya no se les aprecia ­socialmente como antes?
No es igual en todos los lugares. En Finlandia sí son respetados; es una profesión muy exigente y tiene un elevado estatus social. En los países asiáticos, Singapur, por ejemplo, es también una profesión respetada. Debería ser así siempre, pienso yo, pero es cierto que no es lo que ocurre en EE.UU. o en muchos países europeos. No creo que sea sólo una cuestión de sueldo, sino de respeto, del rol o las expectativas sobre la educación… Pero si queremos mejorarla, no lo conseguiremos sin apoyar la docencia como profesión. Como tampoco puedes tener una buena sanidad si los médicos y enfermeras están mal pagados. O no puedes tener un buen restaurante si quien hace y sirve la comida no tiene cierto nivel. Se gasta mucho dinero en asesoría, pero no lo suficiente en personal. Se dedica mucho dinero a implantar el currículo, a los exámenes… y no se tiene en cuenta a los que enseñan, y así no se puede mejorar el sistema educativo.

¿Es partidario de los deberes?
No los veo necesarios. Pero no marcaría una línea de sí o no: depende de la escuela, el profesor, el niño… Para empezar, creo que los niños no ­duermen, en general, lo suficiente. Necesitan dormir bien, pero muchas veces van cansados a la escuela. Y cuando vuelven a casa, a hacer deberes… Las evidencias de sus beneficios son reducidas. Necesi­tan tener vida, ser niños. Pasa igual con los ­adultos. Si los niños no tienen tiempo para jugar, relajarse, desconectar, tampoco ­rendirán en la escuela. Es un error creer que la única ­manera de que los niños consigan logros en la escuela es con más trabajo en casa. Si hacen actividad física, se relajan o salen el fin de semana, estarán más comprometidos y tendrán mejores resultados. Trabajas mejor si tienes descanso, vacaciones… ¿no?

http://www.magazinedigital.com/historias/entrevistas/ken-robinson-es-un-error-educar-solo-para-mundo-laboral

TRUCOS PARA CONCENTRARSE por PAULA PONS en el MAGAZINE DE LA VANGUARDIA

636368238899991734-GettyImages-92284297_1501252057267_10143585_ver1.0En la edición de ayer del MAGAZINE de LA VANGUARDIA me encontré en al sección BUENA VIDA este breve artículo de Paula Pons que recoge algunos principios para estudiar en condiciones. Creo que podemos dedicarle unos minutos en clase de tutoría.

*  *  *

Mientras está leyendo este artículo tal vez también esté pensando en otros asuntos o recibiendo algún que otro mensaje en el móvil. Así es difícil concentrarse. El director del blog Psicología y Mente, Bertrand Regader, y la psicóloga Silvia Álava dan unas pautas.

1. Cuando se empiezan a realizar las tareas no se está concentrado al 100%. Por lo tanto se debería empezar con las de dificultad media, seguir con las más complicadas para, finalmente, acabar con aquellas que se consideren fáciles.

2. El espacio donde se trabaje tiene que estar recogido. Tener sólo lo imprescindible en la mesa. Por ejemplo, al estudiar, sólo se debería tener el bolígrafo y los apuntes.

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3. Otro aspecto importante es planificar adecuadamente la rutina sobre lo que se vaya a realizar. Si ya se sabe qué hacer y cómo, todo se vuelve más sencillo.

4. Hay que fijarse unos objetivos concretos y asequibles. Las autoinstrucciones, que se basan en guiar al cerebro y decirle aquello que tiene que hacer, también pueden resultar muy útiles a la hora de concentrarse.

5. Los investigadores han calculado que 25 minutos es el tiempo máximo que se es capaz de permanecer concentrado. Una vez sobrepasado, es recomendable hacer pequeños descansos de unos cinco minutos. Estos tienen que servir para relajar la vista, levantarse, estirar el cuerpo, ir a beber agua, etcétera.

6. Precisamente es muy importante el agua. Sólo con que el cuerpo se deshidrate entre el 1,5 y el 2%, la capacidad de atención disminuirá considerablemente.

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7. El nivel de concentración será mayor siempre que se estudie en voz alta. Cuando así se hace, se recibe la información por partida doble, por el canal visual y por el auditivo.

8. También es preferible que, cuando se lea, sea en papel
y no en pantalla. Así se retiene mejor la información
y es más fácil evitar distracciones.

9. Por otro lado, si una vez empezado el trabajo, el estudio o lo que sea, viene a la memoria algo que es importante hacer, hay que anotarlo en un papel para realizarlo una vez acabada la tarea. Es importante anotarlo ya que así se evita que el cerebro esté pensando en ello todo el rato.

10. Los niños es bueno que trabajen siempre con un lápiz y un papel en la mano para así ir realizando ejercicios o mapas conceptuales sobre la marcha.

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11. En cuanto a la música, los científicos advierten que si se escuchan canciones con letra, la productividad desciende altamente, por lo tanto se debería optar por las piezas musicales sin letra.

12. Según varios estudios, la acción de mascar chicle mejora la concentración. Aquellos estudiantes que toman chicles durante los exámenes rinden más.

13. Es fundamental, también, el número de horas que se duerme. El descanso contribuye a la regeneración del cuerpo. Cuando se está cansado, el cerebro se resiente y no trabaja al cien por cien.

14. Durante las horas de estudio o de trabajo, es mejor no utilizar los dispositivos móviles ya que provocan la llamada multitarea, el mayor enemigo de la concentración. Los aparatos electrónicos tienen que estar apagados o en silencio y fuera de la vista.

“Hay que hablar en clase de los atentados”, por María Jesús Ibáñez en El Periódico,

No es la primera vez que incluimos artículos de María Jesús Ibáñez publicados en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA en el blog, pero es el primero en el que la autora analiza la conveniencia de hablar de atentados en las clases.

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Alguno sacará el tema. Seguro. Más de un alumno hablará en clase de lo que ha pasado, preguntará a profesores o explicará cómo vivió los atentados de la Rambla de Barcelona y de Cambrils del pasado 17 de agosto. Y si ninguno lo hace, no estaría de más que fueran los maestros quienes plantearan el debate en el aula, al menos en el caso de los adolescentes, sugieren pedagogos, maestros y psicólogos.

Aunque el próximo 12 de septiembre, cuando regresen a la escuela, habrá pasado casi un mes desde los ataques, “el suceso fue algo tan próximo a ellos que probablemente seguirá muy vivo y, pese a que quizás muchos ya lo trataron en el mismo momento con sus padres o con los adultos con los que estuvieran pasando las vacaciones, es conveniente que en la vuelta a clase se dediquen al menos unas sesiones al asunto”, señala Ramon Barlam, profesor en el instituto Cal Gravat de Manresa.

“Es absolutamente imprescindible hablar de ello”, agrega Joel Feliu, psicólogo social especializado en temas educativos y profesor en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). “Aunque ya lo hayan tratado en casa, con el jaleo emocional que suponen las vacaciones, es bueno que la escuela también lo aborde y que aporte argumentos diferentes”, defiende Feliu, que advierte de que “lo ocurrido en Catalunya este agosto es algo que puede volver a pasar, aquí o en cualquier otro lugar, y los jóvenes han de tener herramientas para volver a afrontarlo”.

Cuanto antes mejor

“Hay que hablarlo, claro que sí. Y cuanto antes, mejor. No es un asunto que se deba postergar, hay que plantear debates en clase y tratar de convertir lo que ha pasado en una oportunidad”, afirma rotundo Joan Maria Girona, pedagogo que, en su etapa como maestro trabajó en aulas de máxima diversidad social y cultural. “Es una ocasión para que los alumnos hablen de sus sentimientos, que expresen lo que sintieron entonces y lo que sienten todavía ahora: rabia, miedo, odio, impotencia, estima, lo que sea que les venga a la cabeza”, prosigue Girona.

“Si no se habla de los ataques en el aula, con el profe de mediador, los niños lo harán en el patio, sin un adulto que guíe el debate”. Joan Maria Girona, maestro, especialista en aulas de alta complejidad.

Es, a su entender, un debate ineludible. “Entre otras cosas, porque si no se habla en clase, con el profesor como mediador, es muy probable que el asunto salga en un momento u otro, en el patio, y entonces las discusiones las tengan los alumnos entre sí, sin un acompañamiento adulto”, señala el veterano maestro. “Y eso sería peor”, considera.

No es un tema que se pueda liquidar con una simple charla, hay que ir más al fondo”, prosigue Ramon Barlam. “Las reflexiones sobre lo ocurrido deberían estar presentes a lo largo de todo el curso, cuando el momento lo permita”, propone este docente de Manresa, que ha sido tutor durante años de aulas de acogida.

Un problema más profundo

El problema, sostiene Joan Maria Girona, “no es que dos niños puedan pelearse porque tienen criterios u opiniones distintas. El verdadero problema es la situación previa que ha generado un ataque terrorista como el que hemos vivido, y para analizar y comprender el fondo de esta cuestión  los estudiantes necesitan de la guía de un profesor”, concluye.

“No es un tema que se deba liquidar con una sola charla, hay que trabajarlo todo el curso”. Ramon Barlam, profesor de secundaria en el instituto Can Gravat de Manresa

El relato será muy distinto según la edad de cada grupo de alumnos. O según la tipología de cada clase (si hay más o menos niños inmigrantes, o en función del origen de cada uno de ellos). “No se trata de ofrecerles una respuesta única y definitiva a sus preguntas, sino de dejarles hablar, de interrogarles y de ir conduciendo la conversación hacia temas como la tolerancia, las religiones, la violencia…”, propone Girona.

Con los niños más pequeños, los psicólogos recomiendan abordar la cuestión dejando que sean los propios menores quienes hagan las preguntas que precisen hacer. Las respuestas, recomienda la Red Nacional de Psicólogos para la Atención de Víctimas del Terrorismo, deben ser siempre “sinceras, honestas, sin rodeos y sin mentiras”. “No está de más, en el caso de infantil o los primeros cursos de primaria, que el maestro les pregunte si están inquietos o preocupados por algo”, opina Joel Feliu. “Pero yo no soy partidario de sacarles el tema si no son ellos los que preguntan por ello”, añade.

Si llega el caso, conviene “utilizar un lenguaje sencillo y sin exceso de dramatismo” y “evitar expresiones del tipo: ‘Tranquilo, que esto nunca va a suceder aquí’”, recomienda la red de psicólogos especializada en víctimas de terrorismo. Los menores han de saber, sin embargo, que los adultos no siempre van a tener una respuesta a sus interrogantes. Tampoco es aconsejable, dice la entidad, “ir más allá de lo que los niños quieran saber”.

Claustros preparados

Con los más mayores (a partir de quinto de primaria, por ejemplo), los atentados pueden tratarse “en las clases de tutoría, en las del área de ciencias sociales”, sugiere Girona. Tras el atentado del club Bataclan de París, en noviembre del 2015, Barlam introdujo el asunto en clases de lenguas y propuso a sus alumnos que escribieran pequeñas frases –de 140 caracteres, como Twitter– explicando qué pensaban sobre lo ocurrido.

“Todos los profesores han de prever que el tema saldrá en un momento u otro y han de estar preparados para dar respuesta a las inquietudes de sus estudiantes, y esto no solo implica a los tutores de cada curso, no se les puede dejar solo a ellos esa responsabilidad”, avisa Feliu. También los especialistas de Historia, de Economía, de Ciencias Sociales han de ser hábiles y han de estar preparados para responder y contextualizar lo que ha pasado, propone el profesor de la UAB.

“Los profesores han de estar preparados e informados para responder las cuestiones de los más mayores”. Joel Feliu, psicólogo social y profesor en la UAB

“Y si se encuentran con que alguno de sus alumnos realiza comentarios xenófobos o islamófobos, que opten por demostrarles lo equivocados que están con buenos argumentos, no con prohibiciones o castigos, porque eso puede llegar a ser contraproducente”, recomienda.

“Está claro que los claustros de profesores vamos a tener que hablar estos días sobre el tema, con mayor o menor intensidad, para prepararnos ante lo que puedan plantear nuestros alumnos”, admite Barlam, que como el resto de docentes catalanes se incorporó este viernes a su centro educativo.

La Conselleria d’Ensenyament recuerda, en este sentido, que los profesores tienen su disposición materiales como el protocolo genérico contra el odio y la discriminación, “además de los planes de convivencia de cada escuela e instituto, en los que se establecen actividades para desarrollar con los estudiantes”.

Algunas ideas didácticas

Un debate necesario en todas las aulas 

“¿Quiénes son los malos?”, le preguntaron a Joan Maria Girona unos alumnos tras los atentados de la discoteca Bataclán de París. “Dejé que reflexionaran y que extrajeran sus propias conclusiones”, recuerda el docente. La mayoría de aquellos niños, alumnos de distintas procedencias, dedujeron que el problema eran los radicalismo. ¿Qué pasa en los colegios donde apenas hay presencia inmigrante? ¿Y si los padres no quieren que se hable más del tema? “Hablarlo es bueno para todos y necesario, siempre respetando todas las identidades, claro”, replica Ramon Barlam.

Utilizar materiales periodísticos

“Somos muchos los docentes que trabajamos en clase con artículos de prensa para tratar temas de actualidad, es una herramienta que nos permite generar debates y, a la vez, desarrollar la comprensión lectora de los estudiantes”, señala Ramon Barlam, profesor del instituto Can Gravat de Manresa. Una de las imágenes de estos atentados, la realizada por el fotoperiodista Jordi Cotrina y en la que se ve el imán de Rubí recibiendo un abrazo de Javier Martínez, padre de un niño de tres años muerto en el ataque de la Rambla, encaja con esta metodología, destacan los expertos.

Los padres de Xavi Martínez, el niño de 3 años muerto en el atentado de la Rambla, abrazan al imán de Rubí. / JORDI COTRINA

Implicar a las familias de los estudiantes

“A partir de las conclusiones de los debates organizados en clase se pueden montar actividades de todo tipo, como murales y pequeños textos, en las que es recomendable hacer también partícipes a padres y madres”, propone Ramon Barlam. “La implicación de las familias es fundamental en estos casos”, destaca el profesor, que considera muy importante ayudar (sobre todo) a las madres de estudiantes inmigrantes, “para que sepan cómo hacer el acompañamiento educativo de sus hijos. Ya no solo en temas como este, sino en otros muchos de su vida escolar”, destaca.

CARLES CAPDEVILA EN GESTIONANDO NIÑOS

Carles Capdevila, periodista y exdirector del diario ARA, murió de cáncer a principios de este mes de junio. Sobre su labor profesional se escribió en LA VANGUARDIA:

“Nacido en 1965 en Els Hostalets de Balenyà, el periodista y escritor deja tras de sí una dilatada trayectoria en prensa, radio y televisión. Además de su labor al frente del Ara, Capdevila ejerció como articulista en los diarios Avui, El Periódico de Catalunya y el 9Nou, fue director del programa Eduqueu les criatures en Catalunya Ràdio y creador del espacio televisivo APM?, de TV3. En su faceta como escritor destacan los ensayos Educar millor y La vida que aprenc, que abordan uno de los hilos argumentales de su labor profesional: la educación”.

Yo no conocía esta faceta suya, la de comunicador sobre aspectos relacionados con la crianza de los hijos y su educación. Ayer vi estos vídeos colgados en internet en los que con mucho humor trata estos temas.

Aquí ponemos la dirección de educandohijos.com donde podéis encontrar sus reflexiones en formato “cápsula”. Si os fijáis en las pestañas de arriba podéis encontrar  otros temas tratados por la página web.

UNA ALTRA ESCOLA, UN DOCUMENTAL DE 3O MINUTS

El pasado domingo el programa 30 MINUTS de TV3 trazó una ponaorámica de escuelas de primaria y secundaria tanto públicas como privadas que han empezado a hacer una manera diferente de hacer clases y de transmitir conocimientos poniendo el foco más en el alumno que en el profesor, quien más bien tendría el rol de acompañante.

Obviamente subyace una crítica a los métodos de la escuela tradicional basados en las clases magistrales y los exámenes que miden la capacidad memorística de los alumnos.

http://www.ccma.cat/tv3/alacarta/programa/una-altra-escola/video/5620064/

  1. Dividid una página en cinco columnas y en cada una poned el nombre de las escuelas/institutos que aparecen en el documental y el del Institut Josep LLuís Sert y debajo las características de cada modelo.
  2. ¿Son iguales? ¿Cuál os ha gustado más y cuál menos?
  3. ¿Son diferentes los de la escuela pública que los de las escuelas concertadas? ¿A qué se debe?
  4. ¿Y cuál es el papel de los padres?
  5. ¿Hacemos en el instituto algo parecido? ¿Cuándo?
  6. ¿Creéis que todo blanco o negro, que estos sistemas educativos son tan buenos y el nuestro tan malo?

 

EUROPA CABE EN UNA FAMILIA BELGA por Álvaro Sánchez en EL PAÍS

A menudo no olvidamos de que Europa no son solo instituciones como la Comisión o el Parlamento Europeo y tratados o reglamentos sino las personas que formamos parte de ella con nuestros derechos (y obligaciones). El día en que se celebraba el 60º aniversario del Tratado de Roma EL PAÍS publicó el siguiente artículo firmado por Álvaro Sánchez en la ciudad de Linkbeek en Bélgica:


La casa está en Linkebeek, una pequeña localidad flamenca de amplia mayoría francófona limítrofe con Bruselas. La convivencia, armoniosa, solo se ve perturbada por la bronca política en torno al uso del francés en un Ayuntamiento enclavado en Flandes. El nivel de vida es acomodado. La casa tiene dos plantas y jardín con columpios, y por el suelo de parqué caminan en calcetines Martine Recht, Stéphanie Wouters, Nina y Alexis. 65, 42, 11 y 8 años. Tres generaciones en un hogar que destila un europeísmo arrinconado en los tiempos de Farage, Wilders o Le Pen, pero no tan extraño como pudiera parecer: pese al ruido populista, dos tercios de los ciudadanos consideran la UE un oasis de estabilidad en medio de los problemas que azotan el planeta, y la mayoría son partidarios de cederle más competencias según el Eurobarómetro. El país de Wouters y su familia no es una excepción. Bélgica, un pequeño Estado en el corazón de Europa, que aloja las instituciones comunitarias en la cosmopolita Bruselas, está lejos de ser un bastión del euroescepticismo.

Algunos de los recuerdos y luchas de esta familia belga —comunes a las de otras muchas a lo largo y ancho del Continente— dan una idea de cómo ha progresado Europa desde la firma del Tratado de Roma hace 60 años. Martine Recht, la abuela, profesora ya jubilada, oía historias de la guerra de boca de sus padres, pasaba el control fronterizo para visitar la vecina Francia, pidió permiso escrito a su marido para poder abrir una cuenta bancaria y se manifestó para que las mujeres tuvieran derecho a la contracepcion o el aborto. Su hija, Stéphanie Wouters, empleada de la organización de sindicatos europea, tiene un lejano recuerdo de aquel “hacéos los dormidos” que les decía Martine al cruzar la aduana; lleva casi la mitad de su vida usando el euro y es crítica con la brecha salarial entre hombres y mujeres. Nina y Alexis son todavía niños, pero ya han viajado fuera. Nunca han aguardado impacientes a que el agente compruebe el maletero porque nunca han atravesado un puesto fronterizo. No han oído hablar de la guerra más allá de películas y libros de texto y no saben qué es el franco belga, la moneda a la que el euro relegó, como a la peseta, el marco o la lira, a pieza de coleccionismo.

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A diferencia de su madre y su abuela, los menores nacieron con todos los derechos que garantiza la nueva Europa excepto uno: el derecho al trabajo, antes indiscutible y ahora amenazado por las réplicas de la mayor crísis económica desde el crack del 29. La familia aúna pese a todo, algunos de los mayores beneficios del proyecto comunitario y en general del acercamiento entre europeos. Todos son políglotas, como cada vez más ciudadanos, capaces ya de elevar la conversación por encima de la banalidad de una dirección esquiva en un país extranjero. Ninguno ha vivido un conflicto bélico, algo que no pueden decir sus antepasados. Y defienden una Europa de acogida frente a los envites xenófobos, tan frecuentes y libres de máscaras últimamente, desde que Trump demostrara los réditos electorales de un discurso directo y agresivo. —”Hay demasiada chusma marroquí en nuestra tierra”— , probó suerte Wilders en la campaña holandesa.

Martine llega con varios folios escritos a mano. No quiere olvidar nada. Ha venido a casa de su hija para hablar de su pasado, que es lo mismo que hablar de un trozo de la historia de Europa. Su infancia estuvo marcada por la Segunda Guerra Mundial. Su madre fue auxiliar de la fuerza aérea británica durante el conflicto y perdió a su entonces prometido en Libia, donde combatía a los nazis. Tras la guerra conoció al padre de Martine, periodista y resistente belga contra la ocupación. Como muchos otros europeos que perdieron seres queridos en la guerra, lograron reconciliarse con su pasado. “Con el tiempo ambos llegaron a perdonar a Alemania, aunque a mi madre le costó más. Tuve la suerte de criarme en un ambiente de gran apertura, solidaridad y no violencia”, afirma.

Cuando nació en Bruselas en 1951, el continente se lamía las heridas de una guerra devastadora que apenas había acabado un lustro antes y las tensiones entre EE UU y la URSS amenazaban con desencadenar una nueva contienda de resonancias nucleares. El proyecto europeo era entonces un acuerdo de seis países para comprar y vender carbón y acero. Hoy es un gigante de 28 Estados —27+1— y más de 500 millones de habitantes cuyos lazos sobrepasan con mucho la vertiente comercial, no existe la pena de muerte y los viejos rencores de la guerra son cada vez más un episodio que forma parte de la memoria no como arma arrojadiza sino como advertencia —últimamente olvidada— de lo que no debe repetirse.

Un elemento clave de su europeísmo ha sido la educación. Tanto ella como su hija Stéphanie estudiaron en Escuelas Europeas, centros reservados a los hijos de funcionarios de las instituciones comunitarias. Ese no era su caso, pero años atrás, cuando el número de Estados miembros era menor, permitían la entrada de un número restringido de alumnos sin relación con la Comisión, el Parlamento o el Consejo. “Se convertirán en europeos de espíritu, preparados para finalizar y consolidar la obra emprendida por sus padres para el advenimiento de una Europa unida y próspera”, dice parte del texto que se deposita en la primera piedra de cada centro. “Esa debería ser la misión de todas las escuelas”, propone Martine.

Antes de ser madre por primera vez, Recht participó en marchas antinucleares y contra la guerra de Vietnam imbuida del espíritu de paz de mayo del 68 que removió las entrañas de Europa de la universidad a las fábricas para decir, entre barricadas, que los cimientos ideológicos de la sociedad salida de la guerra habían quedado añejos.

El incierto futuro de sus hijos

Su historia tiene también el aroma de la impotencia ante las barreras burocráticas. Como docente no pudo ejercer en Francia debido a que no convalidaban su título belga, un obstáculo que se ha tratado de salvar con el plan Bolonia. La movilidad está en el ADN de Europa como muestra que más de cuatro millones de estudiantes hayan participado en el programa Erasmus. Uno de ellos fue el hijo de Martine y hermano de Stéphanie, ahora casado con una francesa a la que conoció entre clase y clase en la ciudad holandesa de Maastricht. Lejos de ser una rareza, un estudio publicado por la Comisión hace dos años calculaba que más de un millón de bebés han nacido de parejas creadas durante la beca.

Frente a la retórica populista que presenta la UE como un proyecto creado por y para las élites, Stéphanie Wouters contrapone sus ventajas: “Europa es democracia y paz. Es libertad para trabajar, estudiar, viajar y pagar con una única moneda. Es un espacio de protección, derechos e intercambios que hay que salvaguardar del contagio del Brexit y nacionalismos como el de Marine Le Pen“.

Aunque se saben privilegiados, su fe en el proyecto europeo no está exenta de incertidumbres. En especial sobre el futuro de sus hijos. “Cada vez hay más emigración, contratos temporales, jóvenes parados de larga duración y becas que no llevan a nada”. De sus vástagos habla con orgullo de madre al recordar un episodio que expresa la cercanía de muchos europeos con los millones de inmigrantes que se han incorporado a un proyecto que hoy también es el suyo. “Mi hijo de ocho años es muy amigo de Ibrahim, de una familia musulmana practicante con una visión abierta. Un día se quedó a dormir en su casa y volvió contando: “sabes mamá, nos dimos un baño pero no tuvimos que desnudarnos, nos quedamos en ropa interior”. He encontrado su extrañeza entrañable porque estaba cargada de respeto a sus costumbres”.

Cuestiones:

  1. ¿Quiénes son Farage, Wilders y Le Pen?
  2. Vocabulario: populismo, europeismo, euroescepticismo, Tratado de Roma, instituciones comunitarias.
  3. ¿Que aspectos positivos de la Unión Europea defienden los Wouters?
  4. ¿Hay aspectos negativos?
  5. ¿Sabeis qué es el Brexit?
  6. ¿Qué opinais vosotros? ¿Vale la pena formar parte de Europa o no? ¿Creéis que os puede favorecer en el futuro?