Me gusta el primer autorretrato de Frida. Se sabe que fue pintado en 1926, cuando Frida (que tenía 19 años) se había recuperado del accidente y que fue un regalo para Alejandro, su novio de entonces. En el cuadro vemos a una mujer joven y muy delgada; tiene la mirada muy seria y austera, la postura recta, la pose elegante pero discreta. Su peinado es sencillo, sin adornos ni detalles y la artista puso poca atención al vestido: Frida buscó principalmente capturar su imagen, su cara, sus ojos. El mar oscuro en el fondo del cuadro aporta movimiento, habla de los cambios internos, de superación. Todavía no hay Mexico, ni Diego, ni política, no hay plantas con sus raíces y frutas, tampoco hay animales simbólicos. Solo Frida.
Alina