Arte para compartir: El entierro de Cristo, Monestiés.

MTombCombefa_centre

mano-boton-tocar_318-97963

[Foto: Bonnafous Nicolas]

Una obra de arte casi desconocida, de un artista desconocido… en un pueblo también muy poco conocido… Esta es una obra única, polícroma, del siglo XV. Está compuesta por veinte personajes de tamaño natural. Marca el final de la Edad Media en el arte y anuncia el Renacimiento, por su modernidad.

Se ve esta modernidad, en primer lugar, en la gran calidad de su escultura y la potencia de vida que emana. En segundo lugar, por el interés de los vestidos, más o menos sencillos, dependiendo del personaje: se ve a los dos hombres más ricos, con la ropa adornada y los bolsillos llenos… Las mujeres cubren sus cabezas, pero una enseña su pelo: ¿será acaso la pecadora María Magdalena?

 Destaca también la maestría del retrato. ¡Qué pena, qué dolor se lee sobre las caras! Mirad a la pobrecita que llora… Esta obra nos habla, nos afecta; nos da la impresión de que estamos frente a la escena.

Marie Claire

Albi es una hermosa ciudad, a unos 100 km de Toulouse. Tiene una magnífica catedral. A partir del siglo XII, los obispos son más y más poderosos, y ricos. El obispo Louis d’Amboise, perteneciente a una de la más grandes familias de Francia en esta época, también señor de Albi, tiene un castillo en el campo: el “chateau de Combefa”. Los obispos pasan allí sus vacaciones.

Para decorar la capilla del castillo, Louis d’Amboise pidió, en 1492, unas importantes estatuas a un escultor de quien no sabemos nada. Se dice que, quizás, venía de los Países Bajos… El conjunto de estatuas tuv
un enorme éxito y fue el orgullo de la región. Pero, después de un siglo y medio, los obispos se cansaron de Combefa y decidieron mudarse a otro castillo, más cerca de Albi. Se fueron con todas sus riquezas, menos las estatuas que, según decían, pesaban demasiado. Poco a poco, el castillo de Combefa se redujo a ruinas ( los vecinos robaron las piedras para hacerse casas) y los habitantes de Monestiés, un pueblo muy humilde y bonito, a unos 5 km de Combefa, pidieron permiso para llevarse las estatuas en la capilla de su hospital. Los campesinos vinieron con cuatro carros, arrastrados por ocho vacas y a p
sar del peso y del largo y duro camino consiguieron llevarlas a la capilla, que se encuentra sobre el Camino de Santiago. Y allí estan, desde aquellos tiempos. De vez en cuando, el museo de Albi trata de recuperarlas; pero los habitantes de Monesties luchan por mantenerlas en casa y, hasta ahora, han ganado….

 

 

 

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *