Se llama Arturo. Parece un hombre agradable, culto (J. Le Carré no es un escritor fácil) pero no lo es. Es un delincuente y estafador peligroso. Inició su mala carrera muy joven: ya en la escuela, pegaba a los alumnos que no querían darle sus bocadillos. Después, robaba con más y más violencia. Una vez, le pillaron dando golpes a una anciana, para arrancarle su bolso. La pobre mujer se quedó casi sin dientes. Arturo fue condenado a ocho meses de prisión. Pero durante los primeros tres meses, se comportó tan bien que le soltaron de la cárcel. Arturo abandonó Europa y se mudó a vivir a los Estados Unidos. Allá, inspirándose en B. Madoff, frecuentó los ambientes ricos, incitando a los poderosos a invertir dinero. Él prometía un tanto por ciento fabuloso y, naturalmente, nunca devolvía el dinero. Así pudo conseguir una vida de lujo, hasta que empezaron los rumores… Huyó a España, donde ensayó otra forma de engaño: seducía a muchachas, les prometía casarse con ellas y dilapidaba sus ahorros. Después desaparecía… Ahora se dice que anda por Barcelona, así que…¡Cuidado chicas!
Marie Claire revisión del texto