Las dos Fridas, 1939 (I)

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Este cuadro me ha llamado la atención porque veo todo el dolor de la artista por su separación de Diego Rivera y todo su sufrimiento debido a las traiciones de este, especialmente la cometida con su hermana Cristina. Hay dos corazones unidos por una arteria, las manos izquierdas están juntas y aparece una sola mirada. A la derecha, la mujer amada, con un hábito tradicional mexicano y que sostiene en una mano un pequeño retrato de Rivera;  la otra figura de la Frida, ataviada con un vestido blanco más europeo sobre el cual hay sangre vertida: es la Frida abandonada. Vemos a la misma persona, antes y después de un gran amor; contemplamos el poder de una mirada austera, y el mucho dolor que se suma a su vida, ya de por sí muy complicada por su enfermedad. Por último, detrás de ellas, amenazantes nubes grises representan la situación que ella está viviendo.

Cristina                                                                                               Revisión del texto

Un pensamiento en “Las dos Fridas, 1939 (I)

  1. La Frida que sostiene en una mano un pequeño retrato de Rivera tiene un corazón intacto. El corazón de la otra Frida está abierto, y ella se sujeta la vena con unas tijeras. Parece que la Frida vestida de indígena, con su corazón íntegro, mantiene viva a la Frida vestida a la europea, con el corazón roto por los cirujanos.

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