Mi escritorio ahora

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La pantalla del ordenador destaca sobre mi escritorio, ni sé lo que mide…; a su lado, una impresora multifunción que acabo de estrenar -y van tres en tres años- y por el otro, un metálico flexo de pie que se alza vigilante sobre el tablero. Por detrás, estantes de libros mezclados con postales, algunas piedras de recuerdo, más postales, algún cedé, una guillotina y polvo. A la izquierda de la pantalla y sostenido por un clavo de difícil equilibrio cuelga un cuadro que me regaló Johana, una fotógrafa de Lyon que siguió un curso de Español 3 hace unos años; me gusta detenerme en esa imagen, mientras se imprime un escaneado o simplemente cuando estoy y no estoy. Me va de cine porque oculta los cables de los aparatos. Otro cuadro rectangular, esta vez sobre el estante, me hace recordar viejos tiempos en los que París era un destino habitual. Escribo sobre una tabla de corte de color verde, suave al tacto. Y pululan sobre ella marcadores, portaminas -soy fan -, tijeras, reglas, típex y un ratón un poco grande que se resiste a prescindir de cable. No puedo olvidarme de un caracol de cristal -junto a la pantalla, en su lado derecho- que me regaló mi mamá y que lo tengo ahí para recordarme a mí mismo que no hay prisa para nada, que todo se andará.

Descripción de tu escritorio, de tu habitación, de tu galería, de tu cuarto de baño… en un momento concreto. Necesitamos la fotografía y que utilices situacionales (al lado de, a la izquierda, por encima…). Obligatorio para los que tenéis el número 2.

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