La filosofía y su historia

A través del filósofo español Xavier Zubiri, intentaremos comprender la necesidad de los estudios de filosofía: no sólo desde sus aspectos más teóricos y relacionados con el desarrollo cultural sino, y sobre todo, desde la vertiente práctica que toda filosofía conlleva.

Así, la historia de la filosofía deber servir como marco de comprensión de los problemas filosóficos, y no actuar como mero receptor de las variables temporales que pretendan justificar el pensamiento.

La filosofía es historia de la filosofía, desde el punto de vista de la necesaria confrontación con los problemas y los autores que, desde un principio, han pensado aquello que, aún hoy, está por pensar.

De la misma manera, la historia de la filosofía es el escenario de la filosofía; y ésta no puede entenderse sin la referencia a los autores, las épocas y las problemáticas que tratan.

Una filosofía de “problemas” filosóficos, sin el contacto con los pensadores que los inician o los resuelven, que los piensan y nos hacen pensarlos, es estéril vacua.

TEXTO: EL SABER FILOSÓFICO Y SU HISTORIA.

(LIBRO: “NATURALEZA, HISTORIA, DIOS”)

Gilles Deleuze (1925-1995)

El pensament contemporani està marcat, en gran mesura, per l’herència de Nietzsche.

A França, i durant molts anys, els pensadors més destacats (Foucault, Derrida, Deleuze…) van explotar, qüestionar i ampliar aquest llegat. Gilles Deleuze és, en aquest context, una firgura paradigmàtica d’una forma de pensar i fer filosofia hereva de la “transvaloració” nietzscheana. La lectura de textos de Deleuze, o sobre Deleuze, forma part d’un aprenentatge necessari per a la comprensió del món contemporari. I per la recerca d’una forma de pensar “diferent”, en ruptura directa amb la imatge del pensament representatiu.

Alguns enllaços interssants:

http://www.nietzscheana.com.ar/sobre_deleuze.htm

http://www.isftic.mepsyd.es/w3/recursos/bachillerato/filosofia/aula_filosofia/libros/deleuze.htm

FILOSOFIA PARA BUFONES

 ¿Es compatible la filosofía con el humor? ¿Es posible aprender filosofía a carcajadas? En este desternillante libro el lector en invitado a un delicioso viaje por la historia de la filosofía y las vidas de los filósofos, en el que se encontrará con el malhumor de la esposa de Sócrates, los sueños de Maquiavelo, las opiniones de Kant sobre el matrimonio, las despiadadas mordacidades de Nietzsche, la deducción lógico de Russell de que él y el Papa son la misma persona, la agresividad de Wittgenstein atizador en mano…

Alguna anécdota curiosa…sobre Descartes:

LOS RELOJES NO TIENEN CRÍAS

 

    En 1649 Des­car­tes acep­tó la in­vi­ta­ci­ón de la re­ina Cris­ti­na y se tras­la­dó a Su­ecia pa­ra tra­ba­j­ar co­mo tu­tor de la so­be­ra­na. Co­mo la re­ina se em­pe­ña­ba en re­ci­bir sus lec­ci­ones de fi­lo­so­fía de mad­ru­ga­da (na­da me­nos que a las cin­co de la ma­ña­na), Des­car­tes, que es­ta­ba acos­tumb­ra­do a dor­mir has­ta el me­di­odía, tu­vo que cam­bi­ar sus há­bi­tos de vi­da y en uno de esos mad­ru­go­nes en­fer­mó y aca­bó mu­ri­en­do de pul­mo­nía a los cu­at­ro me­ses de ha­ber lle­ga­do a aqu­el «pa­ís de osos, ro­cas y hi­elo» (aun­que, se­gún ot­ras fu­en­tes, hab­ría mu­er­to en­ve­ne­na­do por los lu­te­ra­nos, te­me­ro­sos de la po­sib­le inf­lu­en­cia de un fi­ló­so­fo ca­tó­li­co sob­re la so­be­ra­na su­eca). Pe­ro an­tes de que eso ocur­ri­era, la re­ina tu­vo oca­si­ón de de­most­rar su in­ge­nio an­te el sa­bio fran­cés. Fue cu­an­do Des­car­tes le ex­pu­so su te­oría me­ca­ni­cis­ta se­gún la cu­al el uni­ver­so es co­mo una má­qu­ina en la que to­dos los cu­er­pos fun­ci­onan igu­al que re­lo­j­es. Al oír es­to, la re­ina obj­etó:

    -Pues yo nun­ca he vis­to a un re­loj dar a luz a be­bés re­lo­j­es.

 

LA CENA DE LOS IDIOTAS

 

    Mucha gen­te aso­cia a los fi­ló­so­fos con gen­te fru­gal y más bi­en in­ca­pa­ci­ta­da pa­ra disf­ru­tar de los pla­ce­res de la vi­da. Así de­bía de cre­er­lo tam­bi­én el con­de de Lam­born, qu­i­en se en­cont­ró en uno de los me­j­ores me­so­nes de Pa­rís con Des­car­tes, el más fa­mo­so de los fi­ló­so­fos del sig­lo XVII, qu­i­en, con ges­to de sa­tis­fac­ci­ón, es­ta­ba dan­do bu­ena cu­en­ta de un ex­qu­isi­to fa­isán. Al ver­lo, el con­de se di­ri­gió a Des­car­tes con es­tas pa­lab­ras:

    -No sa­bía que los fi­ló­so­fos disf­ru­ta­ran con co­sas tan ma­te­ri­ales co­mo és­ta.

    Contrariado por la im­per­ti­nen­cia y la int­ro­mi­si­ón, Des­car­tes le rep­li­có:

    -¿Y qué pen­sa­ba­is, que Di­os hi­zo es­tas de­li­ci­as pa­ra que las co­mi­eran só­lo los idi­otas?

 

ÈTICA I POLÍTICA. PLATÓ I LA SOCIETAT “JUSTA”

 

De quina manera ens mostra Plató la relació entre la política i la seva antropologia? A través de la concepció d’un estat just on tothom faci allò que correspon a la seva naturalesa. Els homes i les dones de la societat que Plató entén com a ideal són separats, des de bon principi, dels seus pares per tal que l’Estat els pugui educar. Seran els que hi entenen, els que saben i són els millors (aristoi) els qui prendran les decisions oportunes sobre la paideia (educació).

Qui pot sinó saber què és recomanable per a cadascun dels futurs ciutadans? Si algú és fill d’ineptes -pensa Plató- ha de patir la seva ineptitud en la seva educació? No és millor que tothom sigui educat pels millors?

D’aquesta manera, l’educació és el primer component essencial en la construcció d’una societat ideal. El següent és fer que tothom accepti que allò que pot aportar al col·lectiu està en funció de les seves capacitats i no dels seus desitjos. Qui fa allò que sap fer, de la millor manera, actua seguint la seva virtut i, per tant, contribueix, de la millor manera possible al bé comú.

La relació, per tant, entre ètica i política, en Plató, és el ciment que assegura la justícia de les accions individuals i col·lectives. I en funció de la guia del filòsof rei: únic ciutadà que pot aconsellar sobre la viabilitat pràctica del Bé.

PLATO I LA IMMORTALITAT DE L’ANIMA

 PLATÓN Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA

Frederick COPLESTON El hecho que influyó en la mente de Platón para elaborar la teoría de las ideas es la realidad de la lucha interior del hombre entre su tendencia a la materia y su aspiración a lo absoluto. Esta realidad [la concepción dualista] se dibuja también a grandes rasgos entre quienes adoptan la ética cristiana y Platón la expresó tanto en razonamientos como mediante mitos. Es cosa bastante clara que Platón afirmó la inmortalidad del alma: de sus afirmaciones explícitas se deduciría, al parecer, que la inmortalidad le está reservada a una sola parte del alma, al elemento del ‘razonamiento’, por más que sea posible que el alma sobreviva en su totalidad, en cuyo caso, evidentemente, el alma no podrá ejercer ya, una vez separada del cuerpo, sus funciones inferiores. Sin embargo, lo cierto es que esta última tesis parece llevar a la conclusión de que el alma es peor y más imperfecta en el estado de separación del cuerpo que cuando se halla en esta vida mortal – conclusión que Platón rechazaría ciertamente. Negarse por completo a aceptar los mitos platónicos, tal vez concordaría, al menos hasta cierto punto, con el deseo de verse libre de toda noción de sanciones tras de la muerte, como si una doctrina de recompensas y castigos fuera incompatible con la moralidad y aun le fuera hostil. Pero ¿es justo o está de acuerdo con los principios de la crítica histórica atribuir esta actitud a Platón? Una cosa es admitir que los detalles de los mitos no están destinados a que se los tome en serio (lo admite todo el mundo), y otra totalmente distinta es decir que la concepción de una vida futura, cuyas características queden determinada por la conducta en esta vida, sea en sí misma ‘mítica’ [1]. No hay prueba alguna evidente de que Platón considerase los mitos en su totalidad como meras paparruchas fantásticas: si así hubiese pensado, ¿para qué los iba a haber propuesto siquiera? En mi sentir, Platón no fue de ninguna manera indiferente a la teoría de las sanciones y por esto, entre otros motivos, postuló la inmortalidad. Sobre este punto, habría estado de acuerdo con Leibniz (en una carta que escribió hacia 1680): ‘A fin de satisfacer la esperanza de la raza humana, debe probarse que el Dios que todo lo gobierna es justo y sabio, y que nada dejará sin recompensa ni castigo. He aquí los grandes fundamentos de la ética’.

NOTA: [1] Las diversas confesiones cristianas consideran, con Platón, que el castigo del alma eterno (o Infierno) no es un mito, sino materia de fe. R.A.

 

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ARISTÒTIL. POLÍTICA

aristoteles_politica.pdf

Si bien la siguiente obra es considerada como el más grande tratado político de todos los tiempos, no puede ser considerado como un libro acabado tal como el que Aristóteles había escrito, puesto que se duda de si el Estagirita lo compuso de la forma en que nos es presentado en la forma actual o fue reunido de manuscritos recolectados por sus editores, ya que a partir del libro tercero los números son muy ambiguos.

La mejor hipótesis hasta ahora expuesta para explicar “La Política“, es la de Werner Jaeger, que aunque no se la ha demostrado, ofrece una forma razonable de concebir el desarrollo de la filosofía política de Aristóteles, y según cual “La Política“, tal como la conocemos es obra de Aristóteles y no de algún editor posterior. Hay en primer término, una parte que trata del estado ideal y de las teorías anteriores acerca de él; y en segundo término, hay un estudio de los estados reales, principalmente la democracia y la oligarquía, junto con las causas de su decadencia y de los mejores medios de darles estabilidad.

Por consiguiente, con arreglo a la concepción de Jaeger, “La Política” trataba de constituir un tratado sobre una sola ciencia, pero no fue sometida nunca a la revisión que hubiera sido necesaria para dar a las diversas partes, escritos durante un largo período, una forma bien unificada.

FONT: http://www.monografias.com/trabajos/politiaristo/politiaristo.shtml