Peláez señaló a su compañero, que era un buen mozo, moreno, de cejas muy pobladas; ceño adusto, ojos de color de avellana que echaban fuego, boca grande, orejas puntiagudas, cuello muy robusto y abultada nuez.
Clarín
Peláez señaló a su compañero, que era un buen mozo, moreno, de cejas muy pobladas; ceño adusto, ojos de color de avellana que echaban fuego, boca grande, orejas puntiagudas, cuello muy robusto y abultada nuez.
Clarín