El uso de la energía eléctrica dio origen a una gran parte de los cambios más importantes del siglo XX. Influyó en el desarrollo de la industrialización permitiendo construir fábricas cada vez más alejadas de las fuentes de energía. Cambió el aspecto de las ciudades en términos de crecimiento y de población, y ayudó a los campesinos a incrementar su producción con el empleo de la nueva maquinaria.