Antes de empezar a explicar cómo ha sido para mí esta nueva asignatura, creo que debo decir que no ha sido para nada lo que esperaba. Nunca he sido ni de números, ni cálculos, ni magnitudes… nada de ciencias. De todas formas he aprendido mucho en estos últimos meses y he descubierto que las letras y las ciencias van siempre de la mano.
El primer día, llegó Mireia explicándonos qué haríamos durante el curso y qué no. Antes de todo dijo que este año íbamos a trabajar, a aprender, a mancharnos poco a poco de ciencia, y obviamente eso no hizo mucha gracia. “De qué nos ha servido apuntarnos al humanístico-social si no nos libramos de las ciencias?”, seguramente no fui la única a la que le resonaron esas palabras en la cabeza. La primera semana no fue la mejor, hay que reconocerlo, pero poco a poco la seño consiguió hacernos querer un poco más la materia. No había apenas cálculos. Yo disfrutaba escuchando y a pesar del sueño a las ocho de la mañana, Mireia conseguía captar toda nuestra atención. Consiguió lo que quería.
Durante el curso hemos hecho varias pruebas, algunas eran evaluadas y… otras también. Todo contaba: hacer artículos en el blog, participar en clase, aprobar o suspender los exámenes, los trabajos o aportaciones voluntarias… Me parecía más complicado suspender que aprobar.
Empezamos con los métodos de separación, y a partir de ahí, ya no hemos parado. Hemos hablado sobre el calentamiento global, la radioactividad, la clonación, la gamificación, los cambios de fase en las mezclas con un mannequin challenge incluido, el Everest, la atmósfera, la relación entre el punto de ebullición y la presión… Y cómo voy a olvidar mi premio con Un plato de lentejas, donde dejé un pedacito de mi en el Rectorat.
Creo que Ciències Aplicades nos ha unido más como clase gracias a las diferentes actividades en grupo, como cuando tuvimos que montar la gincana en grupos de 6, hacer un videomontaje entre 3 o espabilarnos por nuestra propia cuenta para comprobar en qué mitad del año nacen las personas más triunfadoras entre 5.
En cuanto a aspectos que mejorar de la asignatura, yo habría preferido hacer más laboratorio, porque estuvimos un trimestre casi entero trabajando un dossier, y menos mal que la seño decidió dejarlo. Esa monotonía era inaguantable. Si hubiéramos reforzado más las prácticas habríamos relacionado más la teoría. Como en Ciència al Carrer por ejemplo, donde sin ayuda fuimos capaces de extraer el ADN de diferentes frutas y pudimos explicarlo a todos los mirones que pasaban con curiosidad.
Lo mejor de todo ha sido la originalidad de Mireia durante las clases: todas han sido diferentes, tanto en contenido como en su método de aportárnoslo.
Tal y como he dicho al principio, siempre he sido de letras, pero me he dado cuenta de que por mí misma, casi sin darme cuenta, he sido capaz de relacionar contenidos trabajados en clase con mi vida a diario y después he podido añadirlos al blog para compartirlos con los compañeros. Al principio la idea del blog no me gustaba demasiado, pero al final me acabó gustando, y aquí estoy, despidiendo la materia con este artículo.
El blog en realidad ha ayudado bastante, tanto para poder reforzar nuestra expresión escrita como para poder repasar antes de los exámenes. Seguramente deberíamos agradecérselo a la seño, tanto por su insistencia con el blog como por su disposición siempre a ayudarnos. Tiene una gran vocación como profesora, y es una persona increíble. Desde aquí yo le doy las gracias, por haberme escuchado siempre que lo he necesitado y haberse preocupado tanto por mi salud como lo hizo en su día.
Ha sido un buen año a pesar del estrés con los exámenes y las pruebas semanales, y aunque parecía que iba a ser mucho peor, me he sentido una total duendecilla más y sé que lo seguiré siendo.
Felices vacaciones a todos, hasta siempre.