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Historia del infierno.

*Artículo de Vision Journal sobre el infierno. http://www.visionjournal.es/visionmedia/article.aspx?id=41044&rdr=true&LangType=1034

1.-La tradición del inframundo en las culturas budista, del medio Oriente, Egipto, Grecia. (Infierno budista: los narakas, http://es.wikipedia.org/wiki/Reino_de_los_Narakas).

2.- El infierno en la Grecia clásica. El Hades.
El Infierno de la Grecia Clásica. El Hades.

http://sobreleyendas.com/2011/02/07/el-tartaro-la-mazmorra-de-los-condenados/

a) El descenso de Ulises al infierno. Canto XI de La Odisea. Descensus ad inferos.
OBTENCIÓN DE LAS INDICACIONES.
.
«”Circe, cúmpleme la promesa que me hiciste de enviarme a casa, que mi ánimo ya está
impaciente y el de mis compañeros, quienes, cuando tú estás lejos, me consumen el
corazón llorando a mi alrededor.”
«Así dije, y al punto contestó la divina entre las diosas:
«”Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo rico en ardides, no permanezcáis más
tiempo en mi palacio contra vuestra voluntad. Pero antes tienes que llevar a cabo otro
viaje; tienes que llegarte a la mansión de Hades y la terrible Perséfone para pedir oráculo
al alma del tebano Tiresias, el adivino ciego, cuya mente todavía está inalterada. Pues
sólo a éste, incluso muerto, ha concedido Perséfone tener conciencia; que los demás
revolotean como sombras.”
«Así dijo, y a mí se me quebró el corazón. Rompí a llorar sobre el lecho, y mi corazón
ya no quería vivir ni volver a contemplar la luz del sol.
«Cuando me había hartado de llorar y de agitarme, le dije, contestándole:
«”Circe, ¿y quién iba a conducirme en este viaje? Porque a la mansión de Hades nunca
ha llegado nadie en negra nave.”
«Así dije, y al punto me contestó la divina entre las diosas:
«”Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo rico en ardides, no sientas necesidad de guía
en tu nave. Coloca el mástil, extiende las blancas velas y siéntate. El soplo de Bóreas la
llevará, y cuando hayas atravesado el Océano y llegues a las planas riberas y al bosque de
Perséfone -esbeltos álamos negros y estériles cañaverales-, amarra la nave allí mismo,
sobre el Océano de profundas corrientes, y dirígete a la espaciosa morada de Hades. Hay
un lugar donde desembocan en el Aqueronte el Piriflegetón y el Kotyto, difluente de la
laguna Estigia, y una roca en la confluencia de los dos sonoros ríos. Acércate allí, héroe
-así te lo aconsejo-, y, cavando un hoyo como de un codo por cada lado, haz una libación
en honor de todos los muertos, primero con leche y miel, luego con delicioso vino y en
tercer lugar, con agua. Y esparce por encima blanca harina. Suplica insistentemente a las
inertes cabezas de los muertos y promete que, cuando vuelvas a Itaca, sacrificarás una
vaca que no haya parido, la mejor, y llenarás una pira de obsequios y que, aparte de esto,
sólo a Tiresias le sacrificarás una oveja negra por completo, la que sobresalga entre
vuestro rebaño. Cuando hayas suplicado a la famosa rata de los difuntos, sacrifica allí
mismo un carnero y una borrega negra, de cara hacia el Erebo; y vuélvete para dirigirte a
las corrientes del río, donde se acercarán muchas almas de difuntos. Entonces ordena a
tus compañeros que desuellen las víctimas que yacen en tierra atravesadas por el agudo bronce, que las quemen después de desollarlas y que supliquen a los dioses, al tremendo
Hades y a la terrible Perséfone. Y tú saca de junto al muslo la aguda espada y siéntate sin
permitir que las inertes cabezas de los muertos se acerquen a la sangre antes de que hayas
preguntado a Tiresias. Entonces llegará el adivino, caudillo de hombres, que te señalará el
viaje, la longitud del camino y el regreso, para que marches sobre el ponto lleno de
peces.”
«Así dijo, y enseguida apareció Eos, la del trono de oro. Me vistió de túnica y manto, y
ella; la ninfa, se puso una túnica grande, sutil y agradable, echó un hermoso ceñidor de
oro a su cintura y sobre su cabeza puso un velo. Entonces recorrí el palacio apremiando a
mis compañeros con suaves palabras, poniéndome al lado de cada hombre:
«”Ya no durmáis más tiempo con dulce sueño; marchémonos, que la soberana Circe me
ha revelado todo.”
«Así dije, y su valeroso ánimo se dejó persuadir. Pero ni siquiera de allí pude llevarme
sanos y salvos a mis compañeros. Había un tal Elpenor, el más joven de todos, no muy
brillante en la guerra ni muy dotado de mientes, que, por buscar la fresca, borracho como
estaba, se había echado a dormir en el sagrado palacio de Circe, lejos de los compañeros.
Cuando oyó el ruido y el tumulto, levantóse de repente y no reparó en volver para bajar la
larga escalera, sino que cayó justo desde el techo. Y se le quebraron las vértebras del
cuello y su alma bajó al Hades.
«Cuando se acercaron los demás les dije mi palabra:
«”Seguro que pensáis que ya marchamos a casa, a la querida patria, pero Circe me ha
indicado otro viaje a las mansiones de Hades y la terrible Perséfone para pedir oráculo al
tebano Tiresias.”
«A sí dije, y el corazón se les quebró; sentáronse de nuevo a llorar y se mesaban los
cabellos. Pero nada consiguieron con lamentarse.
«Y cuándo ya partíamos acongojados hacia la nave y la ribera del mar derramando
abundante llanto, acercóse Circe a la negra nave y ató un carnero y una borrega negra,
marchando inadvertida. ¡Con facilidad!, pues ¿quién podría ver con sus ojos a un dios
comiendo aquí o allá si éste no quíere?»

CANTO XI DESCENSUS AD INFEROS

«Y cuando habíamos llegado a la nave y al mar, antes que nada empujamos la nave
hacia el mar divino y colocamos el mástil y las velas a la negra nave. Embarcamos
también ganados que habíamos tomado, y luego ascendimos nosotros llenos de dolor,
derramando gruesas lágrimas. Y Circe, la de lindas trenzas, la terrible diosa dotada de
voz, nos envió un viento que llenaba las velas, buen compañero detrás de nuestra nave de
azuloscura proa. Colocamos luego el aparejo, nos sentamos a lo largo de la nave y a ésta
la dirigían el viento y el piloto. Durante todo el día estuvieron extendidas las velas en su
viaje a través del ponto.
«Y Helios se sumergió, y todos los caminos se llenaron de sombras. Entonces llegó
nuestra nave a los confines de Océano de profundas corrientes, donde está el pueblo y la
ciudad de los hombres Cimerios cubiertos por la oscuridad y la niebla. Nunca Helios, el
brillante, los mira desde arriba con sus rayos, ni cuando va al cielo estrellado ni cuandode nuevo se vuelve a la tierra desde el cielo, sino que la noche se extiende sombría sobre
estos desgraciados mortales. Llegados allí, arrastramos nuestra nave, sacamos los
ganados y nos pusimos en camino cerca de la corriente de Océano, hasta que llegamos al
lugar que nos había indicado Circe. Allí Perimedes y Euríloco sostuvieron las víctimas y
yo saqué la aguda espada de junto a mi muslo e hice una fosa como de un codo por uno y
otro lado. Y alrededor de ella derramaba las libaciones para todos los difuntos, primero
con leche y miel, después con delicioso vino y, en tercer lugar, con agua. Y esparcí por
encima blanca harina.
«Y hacía abundantes súplicas a las inertes cabezas de los muertos, jurando que, al
volver a Itaca, sacrificaría en mi palacio una vaca que no hubiera parido, la que fuera la
mejor, y que llenaría una pira de obsequios y que, aparte de esto, sacrificaría a sólo
Tiresias una oveja negra por completo, la que sobresaliera entre nuestros rebaños.
«Luego que hube suplicado al linaje de los difuntos con promesas y súplicas, yugulé los
ganados que había llevado junto a la fosa y fluía su negra sangre. Entonces se empezaron
a congregar desde el Erebo las almas de los difuntos, esposas y solteras; y los ancianos
que tienen mucho que soportar; y tiernas doncellas con el ánimo afectado por un dolor
reciente; y muchos alcanzados por lanzas de bronce, hombres muertos en la guerra con
las armas ensangrentadas. Andaban en grupos aquí y allá, a uno y otro lado de la fosa,
con un clamor sobrenatural, y a mí me atenazó el pálido terror.
«A continuación di órdenes a mis compañeros, apremiándolos a que desollaran y asaran
las víctimas que yacían en el suelo atravesadas por el cruel bronce, y que hicieran
súplicas a los dioses, al tremendo Hades y a la terrible Perséfone. Entonces saqué la
aguda espada de junto a mi muslo, me senté y no dejaba que las inertes cabezas de los
muertos se acercaran a la sangre antes de que hubiera preguntado a Tiresias.

ELPENOR.
«La primera en llegar fue el alma de mi compañero Elpenor. Todavía no estaba
sepultado bajo la tierra, la de anchos caminos, pues habíamos abandonado su cadáver, no
llorado y no sepulto, en casa de Circe, que nos urgía otro trabajo. Contemplándolo
entonces, lo lloré y compadecí en mi ánimo, y, hablándole, decía aladas palabras:
« “Elpenor, ¿cómo has bajado a la nebulosa oscuridad? ¿Has llegado antes a pie que yo
en mi negra nave?”
«Así le dije, y él, gimiendo, me respondió con su palabra:
«”Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo rico en ardides, me enloqueció el Destino
funesto de la divinidad y el vino abundante. Acostado en el palacio de Circe, no pensé en
descender por la larga escalera, sino que caí justo desde el techo y mi cuello se quebró
por la nuca. Y mi alma descendió a Hades.
«Ahora te suplico por aquellos a quienes dejaste detrás de ti, por quienes no están
presentes; te suplico por tu esposa y por tu padre, el que te nutrió de pequeño, y por
Telémaco, el hijo único a quien dejaste en tu palacio: sé que cuando marches de aquí, del
palacio de Hades, fondearás tu bien fabricada nave en la isla de Eea. Te pido, soberano,
que te acuerdes de mí allí, que no te alejes dejándome sin llorar ni sepultar, no sea que me
convierta para ti en una maldición de los dioses. Antes bien, entiérrame con mis armas,
todas cuantas tenga, y acumula para mí un túmulo sobre la ribera del canoso mar -¡desgraciado de mí!- para que te sepan también los venideros. Cúmpleme esto y clava en mi tumba el remo con el que yo remaba cuando estaba vivo, cuando estaba entre mis compa-
ñeros.”
«Así habló, y yo, respondiéndole, dije:
«“ Esto lo cumpliré, desdichado, y realizaré.”
«Así permanecíamos sentados, contestándonos con palabras tristes; yo sostenía mi
espada sobre la sangre y, enfrente, hablaba largamente el simulacro de mi compañero.

ANTICLEA.
«También llegó el alma de mi difunta madre, la hija del magnánimo Autólico, Anticlea,
a quien había dejado viva cuando marché a la sagrada Ilión. Mirándola la compadecí en
mi ánimo, pero ni aun así la permití, aunque mucho me dolía, acercarse a la sangre antes
de interrogar a Tiresias.

TIRESIAS.
«Y llegó el alma del Tebano Tiresias -en la mano su cetro de oro-, y me reconoció, y
dijo:
«”Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo rico en ardides, ¿por qué has venido,
desgraciado, abandonando la luz de Helios, para ver a los muertos y este lugar carente de
goces? Apártate de la fosa y retira tu aguda espada para que beba de la sangre y te diga la
verdad.”
«Así dijo; yó entonces volví a guardar mi espada de clavos de plata, la metí en la vaina,
y sólo cuando hubo bebido la negra sangre se dirigió a mí con palabras el irreprochable
adivino:
«”Tratas de conseguir un dulce regreso, brillante Odiseo; sin embargo, la divinidad te lo
hará difícil, pues no creo que pases desapercibido al que sacude la tierra. Él ha puesto en
su ánimo el resentimiento contra ti, airado porque le cegaste a su hijo. Sin embargo,
llegaréis, aun sufriendo muchos males, si es que quieres contener tus impulsos y los de
tus compañeros cuando acerques tu bien construida nave a la isla de Trinaquía, escapando
del ponto de color violeta, y encontréis unas novillas paciendo y unos gordos ganados, los
de Helios, el que ve todo y todo lo oye. Si dejas a éstas sin tocarlas y piensas en el
regreso, llegaréis todavía a Itaca, aunque después de sufrir mucho; pero si les haces daño,
entonces te predigo la destrucción para la nave y para tus compañeros. Y tú mismo,
aunque escapes, volverás tarde y mal, en nave ajena, después de perder a todos tus
compañeros. Y encontrarás desgracias en tu casa: a unos hombres insolentes que te
comen tu comida, que pretenden a tu divina esposa y le entregan regalos de esponsales.
«”Pero, con todo, vengarás al volver las violencias de aquéllos. Después de que hayas
matado a los pretendientes en tu palacio con engaño o bien abiertamente con el agudo
bronce, toma un bien fabricado remo y ponte en camino hasta que llegues a los hombres
que no conocen el mar ni comen la comida sazonada con sal; tampoco conocen éstos
naves de rojas proas ni remos fabricados a mano, que son alas para las naves. Conque te
voy a dar una señal manifiesta y no te pasará desapercibida: cuando un caminante te salga
al encuentro y te diga que llevas un bieldo sobre tu espléndido hombro, clava en tierra el
remo fabricado a mano y, realizando hermosos sacrificios al soberano Poseidón -un
carnero, un toro y un verraco semental de cerdas- vuelve a casa y realiza sagradas
hecatombes a los dioses inmortales, los que ocupan el ancho cielo, a todos por orden. Y
entonces te llegará la muerte fuera del mar, una muerte muy suave que te consuma
agotado bajo la suave vejez. Y los ciudadanos serán felices a tu alrededor. Esto que te
digo es verdad.” «Así habló, y yo le contesté diciendo:
«”Tiresias, esto lo han hilado los mismos dioses. Pero, vamos, dime esto e infórmame
con verdad: veo aquí el alma de mi madre muerta; permanece en silencio cerca de la
sangre y no se atreve a mirar a su hijo ni hablarle. Dime, soberano, de qué modo
reconocería que soy su hijo.” ,
«Así hablé y él me respondió diciendo:
«”Te voy a decir una palabra fácil y la voy a poner en tu mente. Cualquiera de los
difuntos a quien permitas que se acerque a la sangre te dirá la verdad, pero al que se lo
impidas se retirará.”
«Así habló, y marchó a la mansión de Hades el alma del soberano Tiresias después de
decir sus vaticinios.
«En cambio, yo permanecí allí constante hasta que llegó mi madre y bebió la negra
sangre. Al pronto me reconoció y, llorando, me dirigió aladas palabras:
«”Hijo mío, cómo has bajado a la nebulosa oscuridad si estás vivo? Les es difícil a los
vivos contemplar esto, pues hay en medio grandes ríos y terribles corrientes, y, antes que
nada, Océano, al que no es posible atravesar a pie si no se tiene una fabricada nave. ¿Has
llegado aquí errante desde Troya con la nave y los compañeros después de largo tiempo?
¿Es que no has llegado todavía a Itaca y no has visto en el palacio a tu esposa?”
«Así habló, y yo le respondí diciendo:
«”Madre mía, la necesidad me ha traído a Hades para pedir oráculo al alma del tebano
Tiresias. Todavía no he llegado cerca de Acaya ni he tocado nuestra tierra en modo
alguno, sino que ando errante en continuas dificultades desde al día en que seguí al divino
Agamenón a Ilión, la de buenos potros, para luchar con los troyanos.
«”Pero, vamos, dime esto e infórmame con verdad: ¿Qué Ker de la terrible muerte te
dominó? ¿Te sometió una larga enfermedad o te mató Artemis, la que goza con sus
saetas, atacándote con sus suaves dardos? Háblame de mi padre y de mi hijo, a quien
dejé; dime si mi autoridad real sigue en su poder o la posee otro hombre, pensando que ya
no volveré más. Dime también la resolución y las intenciones de mi esposa legítima, si
todavía permanece junto al niño y conserva todo a salvo o si ya la ha desposado el mejor
de los aqueos.”
«Así dije, y al pronto me respondió mi venerable madre:
«”Ella permanece todavía en tu palacio con ánimo afligido, pues las noches se le
consumen entre dolores y los días entre lágrimas. Nadie tiene todavía tu hermosa
autoridad, sino que Telémaco cultiva tranquilamente tus campos y asiste a banquetes
equitativos de los que está bien que se ocupe un administrador de justicia, pues todos le
invitan.
«”Tu padre permanece en el campo, y nunca va a la ciudad, y no tiene sábanas en la
cama ni cobertores ni colchas espléndidas, sino que en invierno duerme como los siervos
en el suelo, cerca del hogar -y visten su cuerpo ropas de mala calidad-, mas cuando llega
el verano y el otoño… tiene por todas partes humildes lechos formados por hojas caídas,
en la parte alta de su huerto fecundo en vides. Ahí yace doliéndose, y crece en su interior
una gran aflicción añorando tu regreso, pues ya ha llegado a la molesta vejez.
«”En cuanto a mí, así he muerto y cumplido mi destino: no me mató Artemis, la certera
cazadora, en mi palacio, acercándose con sus suaves dardos, ni me invadió enfermedad
alguna de las que suelen consumir el ánimo con la odiosa podredumbre de los miembros, sino que mi nostalgia y mi preocupación por ti, brillante Odiseo, y tu bondad me privaron
de mi dulce vida.”
«Así dijo, y yo, cavilando en mi mente, quería abrazar el alma de mi difunta madre.
Tres veces me acerqué -mi ánimo me impulsaba a abrazarla-, y tres veces voló de mis
brazos semejante a una sombra o a un sueño.
«En mi corazón nacía un dolor cada vez más agudo, y, hablándole, le dirigí aladas
palabras:
«”Madre mía, ¿por qué no te quedas cuando deseo tomarte para que, rodeándonos con
nuestros brazos, ambos gocemos del frío llanto, aunque sea en Hades? ¿Acaso la ínclita
Perséfone me ha enviado este simulacro para que me lamente y llore más todavía?”
«Así dije, y al pronto me contestó mi soberana madre:
«”¡Ay de mí, hijo mío, el más infeliz de todos los hombres! De ningún modo te engaña
Perséfone, la hija de Zeus, sino que ésta es la condición de los mortales cuando uno
muere: los nervios ya no sujetan la carne ni los huesos, que la fuerza poderosa del fuego
ardiente los consume tan pronto como el ánimo ha abandonado los blancos huesos, y el
alma anda revoloteando como un sueño. Conque dirígete rápidamente a la luz del día y
sabe todo esto para que se lo digas a tu esposa después.”
«Así nos contestábamos con palabras. Y se acercaron -pues las impulsaba la ínclita
Perséfone- cuantas mujeres eran esposas e hijas de nobles. Se congregaban
amontonándose alrededor de la negra sangre y yo cavilaba de qué modo preguntaría a
cada una. Y ésta me pareció la mejor determinación: saqué la aguda espada de junto a mi
vigoroso muslo y no permitía que bebieran la negra sangre todas a la vez. Así que se iban
acercando una tras otra y cada una de ellas contaba su estirpe. (…)

EL ESPÍRITU DE AGAMENÓN
«”Noble Atrida, soberano de tu pueblo, Agamenón, ¿qué Ker de la triste muerte te ha
domeñado? ¿Es que te sometió en las naves Poseidón levantando inmenso soplo de
crueles vientos?, ¿o te hirieron en tierra hombres enemigos por robar bueyes y hermosos
rebaños de ovejas o por luchar por tu ciudad y tus mujeres?”
«Así dije, y él, respondiéndome, habló enseguida:
«”Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo rico en ardides, no me ha sometido
Poseidón en las naves levantando inmenso soplo de crueles vientos ni me hirieron en
tierra hombres enemigos, sino que Egisto me urdió la muerte y el destino, y me asesinó
en compañía de mi funesta esposa, invitándome a entrar en casa, recibiéndome al
banquete, como el que mata a un novillo junto al pesebre. Así perecí con la muerte más
miserable, y en torno mío eran asesinados cruelmente otros compañeros, como los
jabalíes albidenses que son sacrificados en las nupcias de un poderoso o en un banquete a
escote o en un abundante festín. Tú has intervenido en la matanza de machos hombres
muertos en combate individual o en la poderosa batalla, pero te habrías compadecido
mucho más si hubieras visto cómo estábamos tirados en torno a la crátera y las mesas
repletas en nuestro palacio, y todo el pavimento humeaba con la sangre. También puede
oír la voz desgraciada de la hija de Príamo, de Casandra, a la que estaba matando la
tramposa Clitemnestra a mi lado. Yo elevaba mis manos y las batía sobre el suelo,
muriendo con la espada clavada, y ella, la de cara de perra, se apartó de mí y no esperó
siquiera, aunque ya bajaba a Hades, a cerrarme los ojos ni juntar mis labios con sus
manos. Que no hay nada más terrible ni que se parezca más a un perro que una mujer que
haya puesto tal crimen en su mente, como ella concibió el asesinato para su inocente
marido. ¡Y yo que creía que iba a ser bien recibido por mis hijos y esclavos al llegar a
casa! Pero ella, al concebir tamaña maldad, se bañó en la infamia y la ha derramado sobre
todas las hembras venideras, incluso sobre las que sean de buen obrar.”
«Así habló, y yo me dirigí a él contestándole:
«”¡Ay, ay, mucho odia Zeus, el que ve a lo ancho, a la raza de Atreo por causa de las
decisiones de sus mujeres, desde el principio! Por causa de Helena perecimos muchos, y
a ti, Clitemnestra te ha peparado una trampa mientras estabas lejos.”
«Así dije, y él, respondiéndome, se dirigió a mí:
«”Por eso ya nunca seas ingenuo con una mujer, ni le reveles todas tus intenciones, las
que tú te sepas bien, mas dile una cosa y que la otra permanezca oculta. Aunque tú no,
Odiseo, tú no tendrás la perdición por causa de una mujer. Muy prudente es y concibe en
su mente buenas decisiones la hija de Icario; la prudente Penélope. Era una joven recién
casada cuando la dejamos al marchar a la guerra y tenía en su seno un hijo inocente que
debe sentarse ya entre el número de los hombres; ¡feliz él! Su padre lo verá al llegar y él
abrazará a su padre -ésta es la costumbre-, pero mi esposa no me permitió siquiera saturar
mis ojos con la vista de mi hijo, pues me mató antes. Te voy a decir otra cosa que has de
poner en tu pecho: dirige la nave a tu tierra patria a ocultas y no abiertamente, pues ya no
puede haber fe en las mujeres.

SÍSIFO, HÉRCULES.
«Y vi a Sísifo, que soportaba pesados dolores, llevando una enorme piedra entre sus
brazos. Hacía fuerza apoyándose con manos y pies y empujaba la piedra hacia arriba,
hacia la cumbre, pero cuando iba a trasponer la cresta, una poderosa fuerza le hacía
volver una y otra vez y rodaba hacia la llanura la desvergonzada piedra. Sin embargo, él
la empujaba de nuevo con los músculos en tensión y el sudor se deslizaba por sus
miembros y el polvo caía de su cabeza.
«Después de éste vi a la fuerza de Héracles, a su imagen. Éste goza de los banquetes
entre los dioses inmortales y tiene como esposa a Hebe de hermosos tobillos, la hija del
gran Zeus y de Hera, la de sandalias de oro.
«En torno suyo había un estrépito de cadáveres, como de pájaros, que huían asustados
en todas direcciones. Y él estaba allí, semejante a la oscura noche, su arco sosteniendo
desnudo y sobre el nervio una flecha, mirando alrededor que daba miedo y como el que
está siempre a punto de disparar. Y rodeando su pecho estaba el terrible tahalí, el cinturón
de oro en el que había cincelados admirables trabajos osos, salvajes jabalíes, leones de
mirada torcida, combates, luchas, matanzas, homicidios. Ni siquiera el artista que puso en
este cinturón todo su arte podría realizar otra cosa parecida. Me reconoció al pronto
cuando me vio con sus ojos y, llorando, dijo aladas palabras:
« “Hijo de Laertes, de linaje divino, Odiseo rico en ardides, ¡también tú andas
arrastrando una existencia desgraciada, como la que yo soportara bajo los rayos del sol!
Hijo de Zeus Cronida era yo y, sin embargo, tenía una pesadumbre inacabable. Pues
estaba sujeto a un hombre muy inferior a mí que me imponía pesados trabajos. También
me envió aquí en cierta ocasión para sacar al Perro, pues pensaba que ninguna otra
prueba me sería más difícil. Pero yo me llevé al Perro a la luz y lo saqué de Hades. Y me
escoltó Hermes y la de ojos brillantes, Atenea.”
«Así habló y se volvió de nuevo a la mansión de Hades. Yo, sin embargo, me quedé allí
por si venía alguno de los otros héroes guerreros, los que ya habían perecido. También
habría visto a hombres todavía más antiguos a quienes mucho deseaba ver, a Teseo y
Pirítoo, hijos gloriosos de los dioses, pero se empezaron a congregar multitudes
incontables de muertos con un vocerío sobrenatural y se apoderó de mí el pálido terror,
no fuera que la ilustre Perséfone me enviara desde Hades la cabeza de la Gorgona, del
terrible monstruo.
«Entonces marché a la nave y ordené a mis compañeros que embarcaran enseguida y
soltaran amarras. Y ellos embarcaron rápidamente y se sentaron sobre los remos.
«Y el oleaje llevaba a la nave por el río Océano, primero al impulso de los remos y
después se levantó una brisa favorable. »

Recuperación de Literatura universal.

El examen de recuperación o de mejora de nota será el próximo jueves 16 de mayo, a las 9h30.
Los contenidos serán las lecturas de clase obligatorias para la materia de Lengua castellana en las PAU (Luciérnagas ,Tormento, Luces de Bohemia, La vida es sueño).

La estructura será la misma de los parciales que hemos hecho en clase últimamente: dos opciones a elegir una, con un texto que habrá que contextualizar y usarlo para desarrollar un tema; y una pregunta de contenido teórico para desarrollar. Ambas de unas 200 palabras como mínimo.

Es posible presentarse a subir nota de uno de los dos parciales.

El simbolismo de los nombres en Luces de Bohemia

Nombres de los personajes:Hay que llamar la atención sobre el simbolismo de los nombres. Aquí aparece el protagonistaMáximo Estrella, mucha luz para un personaje ciego. También su esposa Madama Collet, conorigen francés, que nos remite a la vida cultural de París (referente máximo en la época) y al mundode la bohemia parisina. Que los vecinos la llamen Madama, en lugar de Madame, indicaseguramente la incomprensión del artista entre sus convecinos.Buey Apis: El editor que rechaza los escritos de Max. Son frecuentes las referencias a la mitología para algunos personajes, como este Apis, sacado de la cultura egipcia. Volverá a aparecer unareferencia casi al final de la obra, contribuyendo a la estructura circular de ciertos elementos queactúan como presagios fatales.Suicidio colectivo: El mundo industrializado y la explotación del proletariado llevaba a ciertas

familias a soluciones extremas. Muchos cuentos anarquistas de la época retrataban personajesmiserables que se veían abocados al suicidio.Claudinita: Uso del diminutivo con valor afectivo. Contrasta con el odio que manifiesta la hija deMax hacia don Latino de Hispalis, al que considera un gorrón, borracho y aprovechado.Acotación en la que se describe la cabeza de héroe de Max. Muchos elementos de la obra apuntan ala grandeza de su protagonista, a pesar de la miseria en la que vive.Escena de Max recobrando la visión (falso): París como luz (es la Ciudad de la Luz) que ilumina aMax. Otro elemento que se recupera al final de la obra.Don Latino. El acompañante del ciego, un lazarillo que funciona como anti-héroe, siempre semueve en el ámbito de lo material: el dinero, la bebida, la comida, la comodidad, etc. Sería una parodia de la pareja Dante-Virgilio, que visitan el infierno en la Divina Comedia del primero. Esta pareja se ha relacionado en ocasiones con el ciego y el lazarillo de Tormes, y también con Quijote ySancho.Lenguaje de los personajes: La forma de hablar de Max es culta, erudita, pero llena de inteligencia(ironías, referencias culturales, etc.); Latino, en cambio, parece artificial y su discurso suele ser ecode lo que dice Max.Referencia al librero Zaratustra, que aparecerá más adelante. El nombre está sacado del profeta persa Zoroastro, pero también de la obra de Nietzsche, otro filósofo importante para la época. EnLuces de bohemia se adivinan muchas de las tendencias filosóficas de fin de siglo XIX (Nietzsche,Schopenhauer, Kierkeegard, etc.) que mostraban bastante pesimismo o escepticismo frente a lacondición humana y el futuro de su existencia.

Examen parcial de Luciérnagas y Tormento. 23/04/13

Posibles temas para desarrollar a partir de los dossieres de fotocopias repartidos en clase.

Ana María Matute, Luciérnagas.
Las respectivas familias de los protagonistas: semejanzas y diferencias. Carácter de
Sol y Cristián, su evolución ideológica y su condición trágica. El tremendista reflejo de la Guerra Civil. El escenario urbano. Sentido
del término “luciérnagas” aplicado a los protagonistas.

Benito Pérez Galdós, Tormento.
Características del realismo y del naturalismo en la novela decimonónica. Galdós y
la novela de la clase media. La dificultad de conciliar la
libertad o la pasión amorosa con las convencionales barreras de la moral social
decimonónica. Características formales: narrador omnisciente, teatralidad,
soliloquios, ironía, elipsis narrativa. Perfil de los personajes.

La bibliografía sobre Luciérnagas la obtuve en este enlace

DEberes para la semana del 25/2/13

Escribir un texto de 5 párrafos sobre Franz Kafka, con la siguiente estructura:

a) Breve biografía. Menciona a Milena y Felice.

b) Relación de Kafka con la filosofía existencialista. Explica MUY brevemente en qué consistía esta última, citando a algunos autores también considerados existencialistas (Albert Camus…). Consulta el artículo “existencialismo” en wikipedia (poco profundo, pero suficiente, muy bien ordenado; te interesa el último apartado, sobre todo).

c) Presenta brevemente el argumento de las tres grandes novelas de Kafka: El proceso, El castillo, Amerika. Cita el nombre de los protagonistas.

d) Realiza una comparación libre entre los siguientes textos de El proceso y El castillo. Extrae algunas consecuencias sobre la visión del ser humano en la obra de Kafka.

EL PROCESO: ––No puede ––dijo el vigilante más alto––. Usted está detenido. ––Pero ¿cómo puedo
estar detenido, y de esta manera?
––Ya empieza usted de nuevo ––dijo el vigilante, e introdujo un trozo de pan en el tarro de
la miel––. No respondemos a ese tipo de preguntas.
––Pues deberán responderlas. Aquí están mis documentos de identidad, muéstrenme ahora
los suyos y, ante todo, la orden de detención.
––¡Cielo santo! ––dijo el vigilante––. Que no se pueda adaptar a su situación actual, y que
parezca querer dedicarse a irritarnos inútilmente, a nosotros, que probablemente somos los
que ahora estamos más próximos a usted entre todos los hombres.
Así es, créalo ––dijo Franz, que no se llevó la taza a los labios, sino que dirigió a K una
larga mirada, probablemente sin importancia, pero incomprensible. K incurrió sin quererlo
en un intercambio de miradas con Franz, pero agitó sus papeles y dijo:
Aquí están mis documentos de identidad.
––¿Y qué nos importan a nosotros? ––gritó ahora el vigilante más alto––. Se está
comportando como un niño. ¿Qué quiere usted? ¿Acaso pretende al hablar con nosotros
sobre documentos de identidad y sobre órdenes de detención que su maldito proceso acabe
pronto? Somos empleados subalternos, apenas comprendemos algo sobre papeles de
identidad, no tenemos nada que ver con su asunto, excepto nuestra tarea de vigilarle diez
horas todos los días, y por eso nos pagan. Eso es todo lo que somos. No obstante, somos
capaces de comprender que las instancias superiores, a cuyo servicio estamos, antes de
disponer una detención como ésta se han informado a fondo sobre los motivos de la
detención y sobre la persona del detenido. No hay ningún error. El organismo para el que
trabajamos, por lo que conozco de él, y sólo conozco los rangos más inferiores, no se dedica
a buscar la culpa en la población, sino que, como está establecido en la ley, se ve atraído por
la culpa y nos envía a nosotros, a los vigilantes. Eso es ley. ¿Dónde puede cometerse aquí un
error?
––No conozco esa ley––dijo K.
––Pues peor para usted––dijo el vigilante.
––Sólo existe en sus cabezas ––dijo K, que quería penetrar en los pensamientos de los
vigilantes, de algún modo inclinarlos a su favor o ir ganando terreno. Pero el vigilante se
limitó a decir:
-–Ya sentirá sus efectos.

EL CASTILLO:
—Buenas noches —dijo K—, siento aversión contra todos
los interrogatorios.
Y realmente se fue hacia la puerta.
—Pues se va —dijo Momus casi atemorizado a la posadera.
—No se atreverá —dijo ella.
Pero K no pudo oír nada más, ya se encontraba en el pasillo. Hacía frío y soplaba un fuerte viento. De la puerta de enfrente salió el posadero, parecía como si detrás de ella, por
un agujero, hubiese vigila do el pasillo. Se sujetaba los faldones de la chaqueta, tan fuerte soplaba el viento en el pasillo.
—¿Ya se va, señor agrimensor? —dijo.
—¿Se asombra de ello? —preguntó K.
—Sí —dijo el posadero—. Entonces, ¿no le han interrogado?
—No —dijo K—, no me dejo interrogar.
—¿Por qué? —preguntó el posadero. El castillo Franz Kafka
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—No sé por qué razón me debería dejar interrogar, por qué
me tengo que someter a una broma o a un capricho administrativo. Tal vez lo hubiese hecho en otra ocasión para
matar el tiempo, pero hoy no.
—Sí, claro —dijo el posadero, pero era una anuencia cortés, carente de convicción—. Tengo que dejar entrar al servicio en la taberna —dijo después—, ya hace tiempo que ha
pasado su hora. No quería importunar el interrogatorio.
—¿Lo consideraba tan importante? —preguntó K.
—Oh, sí —dijo el posadero.
—Entonces, ¿no tendría que haberme negado?

Ejercicio de figuras retóricas para la semana del 18/2/13.

Entregadme en una hoja lo siguiente:

a) En una cara, indica y JUSTIFICA la figura retórica que hay en los siguientes fragmentos. Busca la definición de cada figura retórica en www.retoricas.com

b) En la otra cara, escribe la lista completa de figuras retóricas que han salido, de momento, en clase. Haz servir las 20 del apartado a), así como unas 25 que puedes extraer de los ejercicios de la entrada anterior del blog . No definas aquí las figuras, tan solo escribe su nombre. En columnas.

FRAGMENTOS PARA LA REALIZACIÓN DEL APARTADO a)

1-Mañana cuando me vaya, ¿con qué corazón me iré?

2-En un vaso olvidada se desmaya una flor

3-“Mientras las ondas de la luz al besopalpitan encendidas;Mientras el sol las desgarradas nubesde fuego y oro vista;Mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías;Mientras haya en el mundo primavera¡ Habrá poesía!”

4-El goloso glogloteo de las gaviotas”

5-Acude, corre, vuela, traspasa la alta sierra, ocupa el llano, no perdones la espuela, nodes paz a la mano menea fulminante el fierro insano”.
6-A florecer las rosas madrugaron,y para envejecerse florecieron:cuna y sepulcro en un botón hallaron.

7-vivo en conversación con los difuntos,y escucho con mis ojos a los muertos.

8-Tu cabello sombrío, como una larga y negra carcajada

9-Sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojossoles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro sucuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve.”

10-Me encanta el sabor de tus palabras

11-Y cuanto más se quebranta mortifica su garganta con natas al gusto gratas
…. Juan de Salinas

12″Una pica lleva al hombro porque su suegra le dijoque ha de ganar por la picalo que perdió por el pico”13-No decía palabras,acercaba tan sólo un cuerpo interrogante, porque ignoraba que el deseo es una preguntacuya respuesta no existe,una hoja cuya rama no existe,un mundo cuyo cielo no existe. LUIS CERNUDA

14La del verde aguacero artillería. RAFAEL ALBERTI

15- Aunque me veas por la calle,también yo tengo mis rejas,mis rejas y mis rosales. ANTONIO MACHADO

16-Sombra desnuda, triste presencia

17-Mono vestido de sedanunca deja de ser mono

18-Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja. / Entre elclavel blanco y la rosa roja, su majestad es coja.

19-No hay criatura sin amor, / ni amor sin celos perfecto, / ni celos libresde engaños, / ni engaños sin fundamento”.

20-No dejan ver lo que escribo, / porque escribo lo que veo. BLAS DEOTERO

Comentario del texto b) del examen de El rey Lear.

OS HE COLGADO UN COMENTARIO MÁS LARGO DE LO QUE PIDO. BÁSICAMENTE, SE TRATA DE MEJORAR EL ORDEN. EL CONTEXTO (PÁRRAFOS 2, 3 Y 4) SE PUEDE UNIR EN UN SOLO PÁRRAFO. LO HE COLOCADO EN 3 PARA MAYOR CLARIDAD. AL FINAL DE CADA PÁRRAFO APARECE ENTRE PARÉNTESIS Y EN NEGRITA UNA FRASE QUE RESUME SU CONTENIDO. OS HE SUBRAYADO LOS NEXOS Y PALABRAS QUE SIRVEN PARA RELACIONAR HECHOS.

El texto pertenece al último acto de la tragedia shakesperiana El rey Lear, drama que tiene como temas principales la ingratidud filial y las consecuencias del mal ejercicio del poder. (Brevísima introducción).
El momento descrito en el texto se sitúa en la última larga escena de la obra, justo tras la victoria de las tropas británicas sobre las de Francia, en la ciudad de Dover, cuando las muertes de varios personajes manifiestan la injusticia y crueldad con que se han gobernado las personas y los reinos tras el injusto reparto de tierras que Lear había hecho. Comandados por el traidor Edmund, los ejércitos de las hijas del Rey acaban de vencer a los que apoyaban la restitución del reino a su imprudente y anciano padre, ahora preso junto a Cordelia, su hija repudiada. Ambos ignoran que han sido condenados a morir a manos de sus carceleros, venganza que solo se cumplirá en el caso de Cordelia y, además, de forma infortunada, pues la vida de esta princesa virtuosa acababa de ser perdonada por Edmund, tras haber recibido heridas mortales por parte de Edgar, el legítimo y fiel hijo del conde Gloucester. (Descripción de la escena anterior al texto).
El hecho central descrito por el texto es el descubrimiento de la muerte de Gonerill y Regan, las hijas desleales de Lear. Ambas habían sido hipócritas y ambiciosas al inicio de la obra, lo que les había servido para adquirir más parte del reino de la que les tocaba. La ambición y la falta de escrúpulos es su mayor característica, si bien matizada por cierta frialdad en el caso de Regan, y de una gran impulsividad en el de Gonerill. Es esta quien, debido a los celos que siente por la viudez de su hermana, la asesina y luego pone fin a su vida con el cuchillo que el CABALLERO trae a escena. (Descripción breve de la escena descrita en el texto, profundizando en sus causas).
El texto antecede uno de los momentos culminantes de la obra. La muerte que Edmund ve venir sobre sí mismo (“Los tres nos casaremos enseguida”, en referencia a su próxima coincidencia en en Infierno) le lleva al arrepentimiento de haber mandado matar a Lear y a Cordelia. Pero su contraorden no podrá ser llevada a efecto y la inmediata aparición en escena de Lear con el cadáver de Cordelia en los brazos ejemplifica las consecuencias de un mal gobierno que ha cedido ante el capricho de Gonerill y Regan, así como a la ambición y maldad de Edmund, escenas normalmente acompañadas durante gran parte de la obra por simbólicas inclemencias meteorológicas. (Lo que vemos en escena justo después de lo que muestra el texto).

(A continuación, os indico la trayectoria de 3 personajes). El final de El rey Lear respeta la lógica interna del subgénero trágico al utilizar las muertes de varios personajes para representar un mundo en descomposición. En este sentido, la trayectoria de varios personajes así lo representan. Edmund ha sido marcado desde la primera escena de la obra como un hijo bastardo del cortesano Gloucester, en la trama secundaria de la tragedia. Esta falta de entidad le lleva a desear adquirirla mediante la maldad, no por sus merecimientos. Por eso hace caer en persecución a su hermano Edgar, así como consiente la caída en desgracia de su padre, a lo que sucederá su suplicio físico (sus ojos son arrancados) y su posterior muerte. Esta traición a su padre le lleva a coincidir con Regan y Goneril, y este paralelismo en sus actitudes culmina en el deseo que las hermanas sienten hacia él, lo que las lleva a sentir celos una de otra. La muerte de Edmund a manos de Edgar restituye en parte la justicia moral, lo que lleva a Edmund a perdonar la vida Lear y Cordelia, tarde en el caso de esta última.
En el texto, Edgar es quien observa el cuchillo con que Gonerill ha puesto fin a su vida. El hijo legítimo y virtuoso de Gloucester no ve venir, al principio de la obra, la traición de su hermanastro Edmund. Su exilio le obliga a tener que disfrazar su identidad, lo que le relaciona con otro personaje, el conde Kent, cortesano fiel a Lear. Igual que este, ambos acompañarán a sus señores en su caída en desgracia, que en el caso de Edgar consistirá en hacer de lazarillo de su padre, una vez que este ha sido ajusticiado de la manera señalada anteriormente. El papel de Edgar es, además, el de llevar la muerte a Edmund cuando este estaba en la cima de su triunfo, pues sus ejércitos habían vencido en Dover, así como había atraído el deseo de la viuda y calculadora Regan como de la impulsiva y ambiciosa Gonerill.
El marido de esta, Albany, se toma con frialdad, o sentimiento de justicia, la muerte de su esposa. Esta actitud le define como personaje, en su papel de observador, con el que el espectador puede identificarse. Si bien nunca ha obstaculizado las decisiones de su esposa, le ha ido manifestando un desapego cuando estas no le parecían justas. En este sentido, llega incluso a tomar partido por Gloucester cuando se entera del suplicio que, entre otros, le ha impartido su mujer. Tras la muerte de esta, renunciará incluso a ostentar un poder que se ha regido por el error y por el mal.