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Curriculum Vitae. JOSÉ ANTONIO AGUADO GONZÁLEZ Lloc de naixement i data: Fayon (Zaragoza), 1962. FORMACIÓ Llicenciat en Filolofia Hispànica per la Universitat Autònima de Barcelona -Taller de teatro: "La mirada del otro" dirigit per Lluís Pasqual a la Universidad Menéndez Pelayo. - Curs per directors de l'ONCE per tractar amb disminuits visual: - Cursos de teatre a la Sala Beckett de Barcelona. EXPERIÈNCIA PROFESSIONAL 1993-2007 Provincia de Barcelona. Professor d'Ensenyament secundari: IES Egara, IES de Cardona, IES de Sallent, IES Torre del Palau i IES Viladecavalls. -Fa Crèdits Variables de teatre a Secundària i una optativa a batxillerat. -1993-2007 Terrassa. Col.laborador de Diari de Terrassa . 2000 Barcelona. Director del grup teatral «Sarau» de l' ONCE. -Dirigeix Morir (un moment abans de morir) , de Sergi Belbel. Espectacle que es va veure per tot Catalunya i al teatre Tantarantana de Barcelona. 2001 - Dirigeix " La nit just abans dels boscos" de Koltés. 2002 - Dirigeix "Hamlet" de William Shakespeare. 2005 Fundació de la companyia "Medusa" amb Miquel Ruiz escenògraf de la companyia de dansa "Nats Nuts": 2005: "Contraindicaciones" basat en textos d' Iván Carrasco i Francesc Reina. 2006: "Maleïda Torsió" basat en textos de Francesc Reina.

El Lazarillo de Tormes

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Ejercicio de redacción basado en palabras que se encuentran en “El lazarillo de Tormes” realizado por Andrea Céspedes Cuándo yo tenía seis años mi madre me daba el desayuno en un jarrillo blanco en el que se podía leer Nocilla Express. Recuerdo ese día cuando empecé a hacer besos callados en la leche recién calentada. Lo que más deseaba del día era el desayuno, siempre había dulces. Cuándo me terminaba el desayuno mi madre me acompañaba al colegio para que yo no me encontrara desamparado, cuando entré por la puerta principal John mi mejor amigo ya estaba junto a mi parecía mi imán como el de la nevera. Me acuerdo cuando salíamos al patio y nos tomábamos nuestro zumo de piña y el bocadillo de salchichón, era nuestro almuerzo preferido, en dos segundos dejábamos el zumo a buenas noches. Pero siempre había el típico niño que se dedicaba a robarnos el almuerzo, era llamado el niño traidor; pero a pesar de eso tenía muchos amigos. Siempre daba al diablo nuestro zumo, venía disimulando con un tema interesante, entonces su mano salía rápidamente del bolsillo y a los dos segundos ya daba los primeros dulces tragos, conjuntamente con el golpecillo que nos daba en la espalda con la muestra de agradecimiento. Además se tomaba el zumo con mucha mala leche, se lo tomaba gota a gota como si fuera una dulce fuentecilla. Yo lo miraba desde el suelo rebozándome en la arena. Me moría por el zumo era mi mayor deseo a mis seis años, era mi momento en que volaba por el cielo. El niño traidor era hijo del diablo, o al menos lo parecía. Cada día me sacaba de sentido, nunca logré entender porque no su mamá le compraba un dichoso zumo. ¡ Cosas de la vida!

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Ejercicio de redacción basado en palabras que se encuentran en “El lazarillo de Tormes” realizado por Andrea Céspedes

Cuándo yo tenía seis años mi madre me daba el desayuno en un jarrillo blanco en el que se podía leer Nocilla Express. Recuerdo ese día cuando empecé a hacer besos callados en la leche recién calentada. Lo que más deseaba del día era el desayuno, siempre había dulces. Cuándo me terminaba el desayuno mi madre me acompañaba al colegio para que yo no me encontrara desamparado, cuando entré por la puerta principal John mi mejor amigo ya estaba junto a mi parecía mi imán como el de la nevera. Me acuerdo cuando salíamos al patio y nos tomábamos nuestro zumo de piña y el bocadillo de salchichón, era nuestro almuerzo preferido, en dos segundos dejábamos el zumo a buenas noches. Pero siempre había el típico niño que se dedicaba a robarnos el almuerzo, era llamado el niño traidor; pero a pesar de eso tenía muchos amigos. Siempre daba al diablo nuestro zumo, venía disimulando con un tema interesante, entonces su mano salía rápidamente del bolsillo y a los dos segundos ya daba los primeros dulces tragos, conjuntamente con el golpecillo que nos daba en la espalda con la muestra de agradecimiento. Además se tomaba el zumo con mucha mala leche, se lo tomaba gota a gota como si fuera una dulce fuentecilla. Yo lo miraba desde el suelo rebozándome en la arena. Me moría por el zumo era mi mayor deseo a mis seis años, era mi momento en que volaba por el cielo. El niño traidor era hijo del diablo, o al menos lo parecía. Cada día me sacaba de sentido, nunca logré entender porque no su mamá le compraba un dichoso zumo. ¡ Cosas de la vida!