Aunque parezca increíble, el inventor más prolífico de la historia, creador de aparatos como la bombilla, el fonógrafo y el proyector de películas, sólo pudo ir a la escuela durante tres meses. Natural de Milan (Ohio), el joven Thomas Alva Edison tuvo que ponerse a vender periódicos a la edad de 12 años para contribuir a la precaria economía familiar. No obstante, inquieto como era, dedicó su tiempo libre a experimentar con aparatos mecánicos y eléctricos.
Becado con un curso de telegrafía por haber salvado la vida al hijo de un jefe de estación, desarrolló en 1863 su primer invento –un equipo telegráfico simplificado–, mientras trabajaba de telegrafista en el ferrocarril. Perdió su empleo por incendiar un vagón durante un experimento, pero Edison no se rindió y con el dinero que ganó vendiendo aparatos telegráficos montó su propio laboratorio. En 1869 patentó el registrador eléctrico de votos, así como un indicador de variaciones bursátiles. A estos ingenios le siguieron el fonógrafo, precursor del tocadiscos, y los fusibles de plomo.
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Los arcoiris, esos espectáculos majestuosos con los que a veces nos sorprende el cielo, han sido hasta ahora potestad de la naturaleza: sólo ella podía decidir cuándo y cómo.
¿Recuerdas cuando, en la película La guerra de las galaxias (1977), el robot R2D2 proyectaba una imagen de la princesa Leia pidiendo ayuda a Luke
Científicos de la Universidad St Andrews (Escocia) han desarrollado un nuevo material flexible e inteligente llamado Metaflex que permite manipular el comportamiento de la luz, y que podría acercarnos un paso más al ansiado sueño de crear un traje de