Una vez considerados los elementos que intervienen en el texto narrativo, ha llegado el momento de que por vosotros mismos elaboréis vuestra propia historia. Para ello tendréis en cuenta lo anotado en la actividad anterior respecto al desarrollo, el nudo y el desenlace propuesto, que os servirá de base para la construcción de un edificio hecho de palabra escrita. No es fácil ponerse a escribir. Imaginaos a un escritor profesional, uno de esos individuos que de tanto en tanto da a la imprenta un novelón de quinientas u ochocientas páginas, lo que ha debido costarle escribir todos eso, crear unos personjes, unos escenarios, un argumento que lo hilvane todo, y que resulte verosímil. El trabajo del escritor es un trabajo en soledad. Le basta un puñado de folios y un bolígrafo, y su imaginación. Cualquier otra cosa sobra. El ordenador o el uso de una pluma de tal marca son cosas superfluas. Lo importante es tener cosas que decir y decirlas bien, con concierto y en el orden debido. Os animo a que lo hagáis, sin prisas, pensando en la palabra que vais a utilizar en cada momento, ajustántoos en lo posible a la historia que pretendéis transmitir, creyendo en ella por encima de todo.
Para facilitaros el trabajo os ofrezco una plantilla con la que podréis trabajar: Mi texto narrativo

Toda narración hace uso de una de las tres
El punto de vista desde el cual se nos narran unos hechos, ya sean ficticios o imaginarios, es muy importante, puesto que será esta perspectiva la que decidirá qué cosas deben contarese y cuáles no. Alguien que ha presenciado un accidente, cuando, más tarde, se lo cuente a un amigo o a un familiar, lo hará desde el punto de vista de la primera persona, esto es, desde el suyo propio, y sólo dará cuenta de aquello que él ha visto y de las impresiones que él ha experimentado. Ponerse en el lugar de cualquier otro espectador del hecho será fruto de la especulación, aunque no por ello dejará de ser interesante lo que se nos diga. Un narrador tiene esa capacidad, la de contar las cosas en tercera persona, distanciándose de lo ocurrido, permitiéndose de este modo la posibilidad de cambiar de punto de vista cuantas veces quiera o, lo que es lo mismo, de mirar a través de lo ojos de los distintos personajes de la historia, en un juego de perspectivas que enriquece la realidad. La siguiente actividad os propone un texto escrito en una de las personas gramaticales. La intención es que volváis a escribirlo variando el punto de vista. Observaréis que lo que se nos narra adquiere un sentido distinto, como si cambiáramos de lugar para contemplar un paisaje y descubriéramos en él cosas que antes permanecían ocultas. Dicha actividad la encontraréis aquí:
Para apreciar un texto literario de tipo narrativo, es necesaria la lectura atenta del mismo. Para ello es requisito imprescindible no dejarse despistar por ningún acontecimiento ajeno a la historia que estamos leyendo. La lectura es como zambullirse en el agua de una piscina una tarde de agosto. Se tiene que disfrutar de ella como del baño, empaparse de las palabras, de lo que le sucede a los personajes, y habitar, como ellos, el mundo ficticio que se nos brinda. No debemos dejar pasar por alto ningún dato, porque todos son importantes. Para que veáis lo importantes que son os propongo la lectura de un breve texto de una obra de
El texto narrativo nos permite contar cosas. Cosas reales, que nos han ocurrido a nosotros o a otros; pero también cosas ficticias, extraídas de nuestra imaginación, historias hechas de palabra con las que pretendemos por encima de todo entretener nuestros ratos de ocio, y también enseñar con el ejemplo. Cuando presenciamos algo que ocurre en la calle, un accidente, un altercado, una manifestación, y lo contamos a otra persona, estamos narrando. Si lo que hacemos es hablar sobre un personaje que no existe y de sus peripecias en un mundo que tampoco existe, estamos narrando. La narración es parte fundamental de la comunicación, porque la usamos constantemente. Con todo, no cualquiera está capacitado para narrar bien una historia. Los hay que nacen con esa aptitud y acaban convirtiéndose en escritores o en excelentes narradores orales. Los más, sin embargo, tienen que hacer grandes esfuerzos para ordenar los hechos y contarlos de tal manera que no aburran al receptor de la histora. No es fácil contar bien. Intervienen muchos elementos en el texto narrativo. Elementos que debemos dominar si lo que deseamos es elaborar un buen texto. Para que podáis conocer esos elementos, ya trabajados en clase, tenéis a vuestra disposición una serie de enlaces agrupados bajo la etiqueta Llista de blocs, en los que hallaréis información sobre los tipos de texto, y también ejercicios que os ayudarán a asimilar mejor la terminología utilizada y el concepto que se esconde tras ella. Ánimo.