No hay historia sin personajes. Para conocerlos bien el narrador nos ofrece una serie de informaciones sobre los mismos que nos los hacen más cercanos. Para ello utiliza varias técnicas. Una es la de contarnos cuál es historia, qué cosas hacen, de dónde provienen. Otra es la de describírsoslos. Su apariencia física es importante, pero también lo es conocerlos a partir de lo que sienten y piensan. Ambas son maneras de construir al personaje. Sus actos nos lo presentan como a un ente vivo en un mundo hecho a su medida. Su descripción, como a un individuo del que nos hacemos una imagen mental. A la descripción del físico se le conoce con el nombre de prosopografía, a la de su carácter, con el de etopeya, y ambas juntas conforman su retrato. Para que comprobéis de qué modo puede llegar a construirse un personaje os propongo la siguiente actividad: Actividad 2
El personaje desconocido
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