Una vez considerados los elementos que intervienen en el texto narrativo, ha llegado el momento de que por vosotros mismos elaboréis vuestra propia historia. Para ello tendréis en cuenta lo anotado en la actividad anterior respecto al desarrollo, el nudo y el desenlace propuesto, que os servirá de base para la construcción de un edificio hecho de palabra escrita. No es fácil ponerse a escribir. Imaginaos a un escritor profesional, uno de esos individuos que de tanto en tanto da a la imprenta un novelón de quinientas u ochocientas páginas, lo que ha debido costarle escribir todos eso, crear unos personjes, unos escenarios, un argumento que lo hilvane todo, y que resulte verosímil. El trabajo del escritor es un trabajo en soledad. Le basta un puñado de folios y un bolígrafo, y su imaginación. Cualquier otra cosa sobra. El ordenador o el uso de una pluma de tal marca son cosas superfluas. Lo importante es tener cosas que decir y decirlas bien, con concierto y en el orden debido. Os animo a que lo hagáis, sin prisas, pensando en la palabra que vais a utilizar en cada momento, ajustántoos en lo posible a la historia que pretendéis transmitir, creyendo en ella por encima de todo.
Para facilitaros el trabajo os ofrezco una plantilla con la que podréis trabajar: Mi texto narrativo