Dictado 12 p. 106

Después de algunas dudas, se decidieron. Abandonaron la casa y se deslizaron hacia la parte de atrás contígua, allí donde había entrado el hombre con el paquete. Las ventanas eran bajas y los cristales habían desaparecido hacía años. Apenas quedaba rastro de ellos. No se asomaban al interior de la casa. Ya desde ese lado de la ventana se escuchaba nítidamente la conversación que tenía lugar en el almacén.

  • Soledad Puertolas, La sombra de la noche.

Dictado 10 p.78 para el jueves 23 de febrero

Desde entonces hasta la cosecha cuida las plantas que brotan y trata con cariño. Un día le añade a tal planta un poco de abono; otro le echa un jarro de agua; hoy mata los insectos que se alimentan de sus hojas; mañana tapa con cañas y hojas secas las que no soportan los rayos del sol. Un día cuenta los tallos y las flores; otro día les habla, las acaricia, las besa y hasta les da expresivos nombres.

Dictado 7 p. 62 para el jueves 12 de enero

Pensando en esto se empezó a reír con la alegría que le bullía en el cuerpo, y, al reirse se dió con la mano un golpe de frente, con lo que cayó la olla en tierra y se partió en pedazos. Cuando vió la olla rota, empezó a lamentarse como si hubiera perdido lo que pensaba haber logrado si no se rompiera.

– El conde de Lucanor (Doña Truhana)

Dictat 9

El calidoscopi està format per tres miralls enfrontats que formen un prisma regular. Dins del prisma hi ha uns trossets de plàstic de colors que es reflecteixen en un dels miralls. Aquesta imatge, al seu torn, es reflecteix en els altres miralls i fa que veiem les figures repetides un munt de vegades.

Un diálogo bien escrito precisa GUIONES…

Un ejemplo de diálogo que hemos encontrado navegando por las redes de autor desconocido.

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Dos personas caminaban una al encuentro de la otra por una playa desierta. Momentos antes de cruzarse, dudaron si mirarse y saludarse brevemente. Ella decidió mirar hacia otro lado y pasar de largo.

-Disculpa, ¿eres B.G.?- le preguntó el hombre.

Ella frunció el ceño y negó con la cabeza.

-Perdona, me habré confundido.

-No pasa nada, estas cosas ocurren.

-La verdad es que no sé quién puede ser B.G. o lo que puede significar. No sé por qué, al pasar por tu lado se me ocurrió decirte esto- confesó el hombre esbozando una sonrisita.

Ella sonrió temerosa y buscó con la mirada un lugar hacia el que echarse a correr en caso de urgencia. Igual estaba delante de un lunático.

-Lo lógico es que sean las iniciales de una persona– siguió cavilando él.

-Sí, pero también pueden ser muchas cosas más: la matrícula de un coche, una marca de ginebra, de un ordenador… o nada– agregó ella.

-Tienes razón. No había reparado en ello. Pero nada no, tiene que significar algo.

La situación dio pie a que comenzaran a hablar sobre las confusiones, el azar, los fenómenos sobrenaturales, sobre cuántos alfabetos debe haber en el mundo, idiomas, viajes, la situación crítica del planeta Tierra…

-Por cierto, ¿eres de aquí?

-Sí, de toda la vida.

Quizá se habían visto de reojo en alguna ocasión, pero sólo se habían encontrado en esta playa desierta.

Después de una larga conversación, se despidieron. Ella le dio dos besos. Él le tocó levemente el codo. Cada uno siguió su camino; la mujer en dirección este, el hombre dejando sus huellas hacia el oeste.

El viento empezó a gemir, el cielo se encapotó, las olas del mar empezaron a crecer. Cerca de donde se habían encontrado, todavía podían leerse las letras dibujadas en la arena: B.G.

Dictado 5 p. 39 para jueves 17 de noviembre

El águila perdicera es ya una especie en peligro de extinción en Europa. Un estudio realizado por investigadores norteamericanos demuestra que la superficie de la Tierra cubierta de nieve en el hemisferio Norte ha disminuido entre un 70% y un 80% de los ejemplares jóvenes de águilas perdiceras fallece el primer año, un 10% en los últimos veinte años.